Apuntes históricos de Las Vegas Los primeros pobladores de la región de Las Vegas fueron los paiutes, un grupo de indios perteneciente a la familia lingüística de los aztecas. Plantaron sus tiendas en un oasis muy cerca del lugar donde más tarde se construiría Las Vegas. Recorrían el desierto de Mojave en pequeños grupos y cultivaban cualquier vegetal que pudieran llevarse a la boca. También llegaron a ser expertos cazadores de alces, osos, ciervos y antílopes. Con el paso del tiempo, los paiutes se extendieron por toda la región, ocupando las zonas montañosas y los valles, hasta alejarse unos 100 kilómetros de Las Vegas. Para protegerse del abrasador sol del desierto, se untaban la cara y el cuerpo con pintura roja, y para proteger sus pies de la arena, se calzaban con mocasines hechos con hojas de yuca. Los españoles fueron los primeros europeos que pisaron el sur de Nevada. No obstante, abandonaron este territorio sin tomarlo ni incluirlo en sus mapas. Durante los siglos XVI y XVII, se refirieron a la región de Las Vegas como el misterio del norte. Así, el valle de Las Vegas fue el último territorio de Estados Unidos donde se asentó el hombre blanco. Siglo XIX Los europeos empezaron a interesarse en la región cuando, a principios del siglo XIX, numerosos cazadores se internaron en ella en busca de castores, muy apreciados por su piel. La proximidad del oeste hizo de Nevada un lugar de paso de comerciantes, buscadores de pasto y aventureros, a mediados el siglo XIX. En esa época, el territorio de la actual ciudad estaba formado por frondosas praderas bañadas por arroyos que nacían en manantiales cercanos. Las noticias sobre las inmensas oportunidades que ofrecía la región de Las Vegas, transmitidas por algunos exploradores como John Fremont, atrajeron a una multitud de aventureros procedente de la costa este. La migración hacia el oeste fue masiva a partir de 1850, fecha en la que se descubrió la existencia de oro en California. Los primeros en asentarse de forma definitiva en los alrededores de Las Vegas fueron unos mormones llegados desde Salt Lake City. Se establecieron en los territorios que los paiute -con quienes mantuvieron una relación pacífica- habían ocupado durante 850 años. Sin embargo, la misión mormona de Las Vegas fue clausurada en 1857 a causa de las disputas que el descubrimiento de una mina de plata provocó entre los misioneros y los paiutes. Los rumores sobre la existencia de la mina de plata de la montaña de Potosí, en Las Vegas, se extendieron entre los buscadores de oro que se dirigían a California. En 1860, un grupo de mineros se instaló en el lugar y decidió explotar la mina, a la que le supieron extraer una gran producción de plata. La fama de la mina de Nevada corrió por Los Ángeles y, durante ese año, se trasladaron a Potosí una buena cantidad de hombres que querían participar en su explotación. No obstante, la plata dejó de ser rentable en 1861 y de nuevo los paiute quedaron como los únicos pobladores del valle de Las Vegas. En 1865, un grupo de emprendedores procedentes de Ohio reconstruyó los edificios de la misión mormona y preparó sus campos para el cultivo. Así nació el gran rancho de Las Vegas, que mantuvo su floreciente actividad hasta comienzos del siglo XX, momento en el que surgieron importantes construcciones y la modernización de la zona. Siglo XX Con la llegada del ferrocarril, en 1905, comienza la historia de Las Vegas como ciudad. Junto al rancho, a la oficina de correos, al hotel y al mercado de carne se levantaron 40 manzanas de viviendas. Muchos inversores y especuladores empezaron a adquirir tierras en Las Vegas. La joven ciudad creció con rapidez, se llenó de nuevos edificios y negocios, incluidos dos bancos y numerosas granjas y pequeñas explotaciones agrícolas. Ya desde sus comienzos, Las Vegas comenzó a ganarse el apelativo de ciudad del pecado. Los primeros salones, burdeles y casas de apuestas se abrieron muy pronto en el mismo centro de la ciudad. La mayoría sobrevivió a la ley que prohibía el juego en el estado de Nevada, aprobada en 1911, y a la de los años de la denominada Ley Seca. Durante los difíciles años 30, se mantuvieron abiertos, desafiando impedimentos legales y morales. Junto a la construcción de importantes infraestructuras públicas, contribuyeron en gran medida a que la Gran Depresión no causara muchos quebraderos de cabeza a los vecinos de Las Vegas. A partir de la década de los 40, tras la construcción del gran pantano Hoover y de una carretera que llevaba hasta él, algunos empresarios de los Ángeles construyeron los primeros hoteles-casino de la ciudad, entre los que destaca el Rancho Vegas, inaugurado en 1941. Éstos fueron los comienzos del floreciente sector turístico de Las Vegas. Primero llegaron curiosos que querían contemplar de cerca el pantano de Hoover y el lago Mead. Más tarde, se acercaron a la ciudad viajeros amantes del desierto, actores y cantantes -como Frank Sinatra-, jugadores profesionales y, sobre todo, empresarios con nuevas iniciativas, que ampliaron la oferta de ocio de la ciudad y que han sabido mantener como una actividad boyante hasta la actualidad, resistiendo la dura competencia ejercida por otras ciudades especializadas en el juego, como Atlantic City. Siglo XXI En los primeros años del siglo XXI el área metropolitana de Las Vegas ha experimentado un enorme boom demográfico, habiendo crecido su población en medio millón de habitantes. La ciudad, con alrededor de 550.000 habitantes, ha alcanzado más de millón y medio en todo el área metropolitana del Valle de Las Vegas. Las construcciones predominantes son los chalets y adosados, dando lugar a una extensión urbanizada desproporcionadamente grande. Los hoteles, ubicados principalmente en Las Vegas Downtown y Las Vegas Strip, tienen capacidad para duplicar la población del área en los meses de mayor afluencia turística.La ciudad es uno de los ejemplos de urbanización desbordada con reproducciones “baratas” de monumentos históricos y un urbanismo al servicio de la concepción ciudad-parque temático del vicio. En la actualidad, las autoridades locales luchan por diversificar la economía de la ciudad y atraer nuevas fuentes de generación de ingresos, pero a buen seguro será una tarea a largo plazo, porque de momento Las Vegas sigue siendo la ciudad de los casinos, los hoteles temáticos, la diversión y el espectáculo.