Semblanza Médica Doctor Omar Díaz de la Garza: siempre el primero Dr. Lucas Ponce de la Garza Ser siempre el primero fue la característica personal del doctor Omar Díaz de la Garza. Ya desde adolescente, cuando estudiaba la secundaria en el Instituto Modelo de Enseñanza, destacaba por su inteligencia y capacidad de aprendizaje, por lo que siempre ocupó los primeros lugares de su grupo. Ya en la universidad, se repartía los primeros lugares de su generación con sus amigos Lucas Ponce y Cesar Garza. En la vida profesional, introdujo importantes innovaciones a la medicina privada en la Ciudad de Monterrey y en todo México, como la cirugía cardiaca, el balón intraórtico, la unidad de terapia intensiva y el concepto de trabajo en equipo entre médicos y administradores. Especialmente, en el Hospital San José Tee de Monterrey se le recuerda por haber gestionado el desarrollo de la Institución. Algunos de los puntos que se le pueden agradecer a su trabajo son la aprobación del internado rotatorio, el servicio social, los programas de residencias, el programa de la materia optativa de terapia intensiva en la carrera de Medicina, los eventos científicos anuales, la presidencia del cuerpo médico, la organización departamental y los más de 20 años que impartió cátedra en la Escuela de Medicina. Tal vez la aportación más importante del doctor Díaz fue la implantación del Concepto de Calidad que revolucionó la medicina privada en Monterrey. Díaz de la Garza estudió la carrera de Medicina en Monterrey y luego continuó sus estudios en Estados Unidos, donde se especializó en Medicina Interna y Neumología. Cuando regresó de su entrenamiento en la Unión Americana, nueve de cada diez pacientes cardiacos del Noreste de México se atendían en el vecino país del norte. Hoy, las cifras se han invertido, entre otros aspec- Doctor Omar Díaz de la Garza: siempre el primero tos, gracias a la modernización, la eficiencia y el nivel de calidad de los hospitales privados. El doctor Díaz es recordado como un hombre dedicado al trabajo e impresionantemente puntual, aun cuando, cotidianamente, enfrentaba jornadas que iniciaban antes de las siete de la mañana y terminaban pasada la media noche. Todas las mañanas, a las 8. tomaba un café en la cafetería del Hospital San José Tec de Monterrey, después de haber escuchado los reportes e historias médicas de los residentes e internos a su cargo. Esc café le permitía estar en contacto directo con la gente, detectar los problemas y tomar medidas preventivas: "las soluciones resultan siempre más caras que las prevenciones", consideraba. Después pasaba visita a sus pacientes, antes de llegar a la oficina para realizar su trabajo como Director Médico de la Institución. Además de su trabajo en el Hospital San José. Omar Díaz enseñaba, fungía como jefe de Medicina Interna del Hospital de la Sección 50, fue Presidente de la Sociedad de Medicina Interna y participó en la Sociedad de Medicina Crítica. Hombre de familia y padre de cuatro hijos, dejó a ellos, y a sus estudiantes, un consejo: "Estudien mucho, hablen siempre con la verdad, analicen, hagan juicios lógicos y. sobre todo, aprendan a tomar decisiones tempranas". Siempre manifestó su preocupación por mejorar la calidad de la atención a los pacientes. Así, el doctor Díaz forjó médicos, introdujo nuevos conceptos y tecnologías, fortaleció instituciones y dejó un gran legado. En suma, fue siempre el primero.