Transformación Individual José Rafael Jeréz Cedeño Para lograr una transformación profunda, debe ser en forma duradera y consistente. La clave está en organizar los principios para los cambios duraderos: Sube tus Estándares. Cambia tu demanda sobre tí mismo. Escribe todas las cosas que no aceptas más en tu vida, todas las cosas que ya no tolerarás, todas las cosas que aspiras a convertirte. Cambia tus Creencias Limitantes. Tus creencias son como comandos incuestionables que te cuentan a tí mismo como son las cosas, que es posible y que es imposible, que puedes y que no puedes hacer. Moldean cada acción, cada pensamiento y cada sentimiento que experimentas. Cambia la Estrategia. Encuentra un modelo a seguir. Alguien que ya haya alcanzado los resultados que quieres alcanzar e investiga a fondo su accionar. Aprende que está haciendo, cuales son sus creencias fundamentales, y como piensa. No hay que reinventar la rueda, copia al mejor, alcanza al mejor y si puedes, mejóralo. La mayoría de la gente sabe lo que tiene que hacer, pero simplemente no lo hace. Saber que hacer, no es suficiente, hay que tomar acción. La Formula del Éxito Definitivo 1Define exactamente el resultado que quieres lograr. 2Toma la decisión y acciona consistentemente. 3Observa que estás obteniendo con tus acciones. 4- Si lo que estás haciendo no te da los resultados que quieres, cambia las acciones o tu forma de ver las cosas. Para ahorrar tiempo y energía, usa modelos para acelerar tu éxito: 1- Encuentra a alguien que ya tenga los resultados que tú deseas. 2Observa lo que la persona está haciendo. 3- Haz lo mismo, y trata de mejorarlo. Si analizamos la importancia de la comunicación en nuestro mundo, podemos ver que el hablar solo hace una diferencia si hay escucha del otro lado. El escuchar, toma preponderancia ante la reflexión de que “sin un escuchar comprometido las personas no tienen los espacios adecuados para desarrollarse y crecer”. A continuación les relato una historia a cerca de la falta de comunicación en nuestra sociedad actual y las discordias que generalmente se presentan en nuestro día a día, espero que lo que aquí les expreso sirva para la reflexión individual de cada uno de los lectores: “No hace mucho tiempo, dos hermanos que vivían en granjas adyacentes cayeron en un conflicto. Este fue el primer conflicto serio que tenían en 40 años de cultivar juntos hombro a hombro, compartiendo maquinaria e intercambiando cosechas y bienes en forma continúa. Esta larga y beneficiosa colaboración terminó repentinamente. Comenzó con un pequeño malentendido y fue creciendo hasta llegar a ser una diferencia mayor entre ellos, hasta que explotó en un intercambio de palabras amargas seguido de semanas de silencio. Una mañana alguien llamó a la puerta de Luis. Al abrir la puerta, encontró a un hombre con herramientas de carpintero. "Estoy buscando trabajo por unos días", dijo el extraño, "quizás usted requiera algunas pequeñas reparaciones aquí en su granja y yo pueda ser de ayuda en eso". "Sí", dijo el mayor de los hermanos, "tengo un trabajo para usted. Mire al otro lado del arroyo aquella granja, ahí vive mi vecino, bueno, de hecho es mi hermano menor. La semana pasada había una hermosa pradera entre nosotros y él tomó su bulldózer y desvió el cauce del arroyo para que quedara entre nosotros. Bueno, él pudo haber hecho esto para enfurecerme, pero le voy a hacer una mejor. ¿Ve usted aquella pila de desechos de madera junto al granero? "Quiero que construya una cerca, una cerca de dos metros de alto, no quiero verlo nunca más. El carpintero le dijo: "Creo que comprendo la situación. Muéstreme donde están los clavos y la pala para hacer los hoyos de los postes y le entregaré un trabajo que lo dejará satisfecho." El hermano mayor le ayudó al carpintero a reunir todos los materiales y dejó la granja por el resto del día para ir por provisiones al pueblo. El carpintero trabajó duro todo el día, midiendo, cortando, clavando. Cerca del ocaso, cuando el granjero regresó, el carpintero justo había terminado su trabajo. El granjero quedó con los ojos completamente abiertos, su quijada cayó. No había ninguna cerca de dos metros!!! En su lugar había un puente -un puente que unía las dos granjas a través del arroyo!!- Era una fina pieza de arte, con todo y pasamanos. En ese momento, su vecino, su hermano menor, vino desde su granja y abrazando a su hermano le dijo: "Eres un gran tipo, mira que construir este hermoso puente después de lo que he hecho y dicho!!". Estaban en su reconciliación los dos hermanos, cuando vieron que el carpintero tomaba sus herramientas. "No, espera!", le dijo el hermano mayor. "Quédate unos cuantos días. Tengo muchos proyectos para ti", le dijo el hermano mayor al carpintero. "Me gustaría quedarme", dijo el carpintero, "pero tengo muchos puentes por construir", y ¿usted amigo lector ya pensó en construir su propio puente?. Cualquier reclamo o sugerencia pueden ubicarme por mi correo [email protected] o al 0414-5766219. Dios y Federación, José de la tentación.