Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) INDICADORES PARA LA EVALUACIÓN DE LA CAPACIDAD DE CARGA TURÍSTICA Running head: CAPACIDAD DE CARGA Autor: Navarro Jurado, Enrique Doctor en Geografía por la Universidad de Málaga Dirección: Universidad de Málaga Escuela Universitaria de Turismo Departamento de Geografía. Campus de Teatinos. s/n 29017. Málaga. España Tlf: + (34) 952133250 Fax: + (34) 952132092 e-mail: [email protected] Enrique Navarro Jurado, Profesor del Departamento de Geografía, Escuela Universitaria de Turismo de la Universidad de Málaga. Su investigación se centra en la planificación urbana y medioambiental, la capacidad de carga, indicadores de sostenibilidad y el desarrollo de modelos en destinos litorales maduros mediterráneos y caribeños. Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) RESUMEN Este trabajo de investigación presenta una serie de indicadores para evaluar la capacidad de carga turística y medir la saturación de un destino. Las últimas aportaciones científicas sobre la capacidad de carga están estrechamente unidas a los principios de sostenibilidad que se aplican en la planificación y la gestión del territorio. Los resultados obtenidos en la zona de estudio (destino maduro de sol y playa, La Costa del Sol en España) demuestran que el concepto de capacidad de carga sirve de base para la creación de algunos indicadores de sostenibilidad. PALABRAS CLAVE: Capacidad de carga, sostenibilidad, saturación, planificación, destinos litorales, Costa del Sol ABSTRACT This research work presents a several indicators aiming to evaluate tourist carrying capacity and measure the saturation of a destination. Recent scientific contributions on carrying capacity are closely related to principles of sustainability applied to the planning and management of the area in question. The results obtained in the study area (a mature sun and beach destination – the Costa del Sol in Spain) show that the concept of carrying capacity can be used as basis for establishing some sustainability indicators. KEY WORDS: carrying capacity, sustainability, saturation, coastal destinations, Costa del Sol. RÉSUMÉ: Ce travail de recherche présente une plusieurs indicateurs approche méthodologique qui permet d´évaluer la capacité de charge touristique et de mesurer la saturation d´une destination. Les derniers apports scientifiques sur la capacité de charge sont étroitement liés aux principes de tourisme soutenable apliqués à la planification et à la gestion du territoire. Les résultats obtenus sur la zone d´étude (destination “soleil-plage”, Côte du Soleil- Espagne) montrent que le concept capacité de charge est bien utile pour creer quelques indicateurs de durabilité. MOTS-CLÉS: capacité de charge, tourisme soutenable, saturation, destination côtière, Côte du Soleil. Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) INTRODUCCIÓN Tras casi medio siglo de actividades turísticas como fenómeno de masas, el crecimiento de la actividad turística ha sido espectacular, generando efectos muy positivos, como un desarrollo socioeconómico sin precedentes en determinadas zonas del mundo, junto a otros efectos negativos. De entre los aspectos negativos destacamos en estas líneas los problemas de saturación que padecen algunos destinos, lo que repercute en el medio físico, social y económico al estrangular el desarrollo a medio y largo plazo. Estos problemas son suficientemente conocidos y no se insistirá en ellos, no obstante, sí es importante resaltar que la saturación de los destinos puede ser controlada a partir de una planificación y una gestión sostenible. El paradigma de la sostenibilidad hace referencia a una nueva concepción, a una nueva ética que impone el análisis de todos los factores que inciden en el turismo -factores económicos, sociales y medioambientales-. Por ello se defiende un acercamiento a la base ideológica del desarrollo sostenible, que puede reducir las tensiones creadas por las complejas interacciones de la industria con los turistas, el medio y las comunidades, porque sus objetivos son a medio y largo plazo, tanto para la viabilidad como para la calidad de los recursos y, por último, porque el propósito es incrementar la satisfacción del visitante para asegurar que el turista vuelva al destino (Coccossis, H y Parpairis 1996). En la actualidad uno de los debates que enfrenta a los científicos, profesionales y políticos del sector se centra en la saturación de los destinos turísticos y en cómo llevar a la práctica el concepto de sostenibilidad, para lo que se buscan herramientas operativas y eficaces que pongan de manifiesto si existen límites en el desarrollo turístico. Una de estas herramientas es la capacidad de carga que posee la particularidad de poner al descubierto las posibilidades de crecimiento del territorio. Con esta idea se presenta a continuación un estudio cuyo objetivo es (i) unificar distintos métodos de evaluación para determinar la capacidad de carga de las infraestructuras y recursos más saturados y, por tanto, que pueden ser más conflictivos para el futuro desarrollo del destino (suelo, infraestructuras hídricas, saneamiento y carreteras), y (ii) establecer la cantidad de turistas (en porcentaje) que ya perciben el umbral de saturación del destino y estarían dispuestos a abandonarlo (efecto huida), es decir, establecer la capacidad de carga social percibida por los turistas. El área de estudio es un destino turístico litoral del mediterráneo español en fase de madurez (la zona occidental de la Costa del Sol, España) y los resultados se presentan a nivel supramunicipal porque la mayoría de variables utilizadas Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) no se puede desagregar en unidades territoriales más pequeñas. La elección de esta tipología de espacio implica ciertas dificultades: la complejidad trabajar con una población flotante de dimensión muy considerable, la novedad de evaluar los umbrales de la demanda a escala comarcal (es un espacio abierto, sin las acotaciones de una isla o de un espacio natural protegido donde se puede controlar con mayor rigor el número de turistas), con una extensión importante (no es una playa sino un espacio de 981km2) y en la tipología turística de sol y playa, pues son muy abundantes los estudios en los espacios naturales, pero escasos en el litoral. El resultado se materializa en una serie de indicadores de "saturación" que pueden en un futuro formar parte de sistema de indicadores más amplio. No obstante, debe aclararse que estos indicadores no pretenden ser un sistema global de valoración de la capacidad de carga, al centrarse exclusivamente en aquellas variables que se han apreciado como más conflictivas. Por último aclarar una cuestión fundamental, la investigación siempre ha tenido presente una premisa de partida que es objeto de debate constante entre los investigadores de esta temática: la capacidad de las infraestructuras se puede modificar fácilmente incrementando las dotaciones y los umbrales de capacidad de la demanda cambiarían si se capta un turista más permisivo con la saturación; la utilidad de medir la capacidad es advertir de la saturación y poner límites racionales al crecimiento de los destinos. Antes de empezar, se debe introducir el tema definiendo qué entendemos por capacidad de carga y cuál ha sido la evolución del término desde que se aplicó por primera vez en el sector turístico. El concepto de capacidad de carga, según la Organización Mundial del Turismo, hace referencia al número máximo de personas que pueden visitar un destino turístico al mismo tiempo, sin causar destrucción del medio físico, económico o sociocultural y una disminución inaceptable en la calidad de la satisfacción de los visitantes (PAC/RAC. 1997:5). Sus orígenes se remontan a los años sesenta, coincidiendo, no por casualidad, con los primeros movimientos ecologistas. La saturación de determinadas áreas recreativas norteamericanas conlleva a que gestores y científicos de los Parques Naturales empiecen a hablar de la superación de los límites ecológicos y del umbral de saturación del espacio recreativo. En la década de los setenta proliferan, junto a los estudios centrados en el medio ambiente, otros que relacionan el turismo con los impactos sociales, lo que origina que se amplíe la línea de investigación del concepto de capacidad de carga a estos fenómenos sociales. A partir de los años ochenta el panorama cambia pues aparecen las primeras críticas al concepto de capacidad; el descontento se centraba en la imposibilidad de establecer el "número exacto" en que se había basado la investigación precedente; sirva como ejemplo el Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) artículo de Washbourne cuyo título lo resume todo "Wilderness recreational carrying capacity: are number necesary?" (Butler. 1996). Tan sólo Getz (1983) realiza un análisis más profundo identificando variables e indicadores para la obtención de un modelo universal. En esta misma década se enfatiza cómo la capacidad de carga debía centrarse en las normas preestablecidas por los gerentes del espacio estudiado -principalmente áreas naturales- junto a las expectativas del visitante. En esta línea Shelby y Heberlein (1986) sientan las bases conceptuales creando un modelo de capacidad de carga social que aún hoy tiene vigencia (dos fases: descripción y evaluación). Como alternativa al concepto de capacidad de carga empiezan a surgir otras herramientas que centran su argumento en identificar niveles de cambio en los destinos. Así el concepto Límite de Cambio Aceptable (LAC) formulado por Stankey, Lucas, Peterson y Frisell ha tenido una gran aplicación en la gestión de espacios naturales y hoy en día sigue siendo referencia obligada. En los años noventa se reaviva el interés por el concepto al relacionarlo con el desarrollo sostenible. Su aplicación se reduce, casi de manera generalizada, a un concepto de gestión que refleja los objetivos de los gerentes y usuarios para satisfacer a los turistas y a la sociedad residente (Williams and Gill. 1994). Hay que destacar algunas aportaciones de interés como la planteada por el Programa de Acción Prioritario (PAC/RAC. 1997) donde se elabora una guía para determinar la capacidad de carga a partir de unos escenarios de desarrollo futuro; para ello no sólo se tiene en cuenta la medición de la capacidad sino también su integración en el proceso de planificación y gestión según las bases de turismo sostenible establecidas por la OMT. Otros estudios siguen viendo la necesidad de dicha cuantificación, aunque no todos se basan en casos prácticos (Butler 1996; Johnson and Thomas 1994; Salem 1994). Los últimos estudios establecen el uso de indicadores como una forma de identificar y definir los límites de la capacidad de carga (Coccossis, Mexa, Collovini, Parpairis and Konstandoglou 2001; Vera e Ivars, 2000; Manning, 1999; United Nations, 1997). Dichos indicadores deben reflejar los componentes esenciales del concepto de capacidad de carga (factores ecológicos, sociales y económicos) y deben formar parte de una estrategia política con el fin de argumentar a los gerentes, y a la sociedad en su conjunto, las presiones crecientes del actual desarrollo del turismo. Entre todas estas aportaciones, algunas con contenidos prácticos y otras metodológicos y conceptuales, continúa el debate científico sobre la utilidad de cuantificar los límites de turistas, y sobre las herramientas alternativas a la capacidad de carga. Un claro ejemplo son los comentarios de Lindberg, McCool y Stankey (1997), invalidando el concepto de capacidad de carga como herramienta útil, a los que responde Buckley (1999) con un Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) argumento más sólido; no obvia las dificultades existentes, pero aboga por la utilidad del concepto, siendo el primero que puso de relieve las relaciones entre los impactos, el nivel de uso y los límites a establecer. También Watson y Kopachevsky (1996, 177), desde su formación como sociólogos, defienden los juicios de valor para incorporar a las distintas capacidades y sin invalidar el concepto dicen: “El hecho de que no consigamos inventar herramientas con las que medir la capacidad de carga de ninguna manera nos da derecho a desestimarlo del debate”. Por último, es tajante la afirmación de Butler (1996), que tras analizar la evolución del concepto y las implicaciones políticas y económicas que emanan de su aplicación, propone algunas alternativas para limitar los usos aunque, si bien no pretende que se exija la limitación con números exactos, sí cree que habría que establecer una estimación razonable. En conclusión y tal como se reconoce en el estudio realizado por el Environmental Planning Laboratory of the University of the Aegean, Greece (Coccossis, et allii 2001), la experiencia sobre la capacidad de carga es muy limitada. Tras la revisión de múltiples trabajos sobre esta temática se detecta en la investigación una ausencia de métodos específicos que se aproximen a limitar el número de turistas, no para descubrir el "número mágico" sino como aproximación rigurosa y científica de medir la capacidad de carga. CASO DE ESTUDIO: METODOLOGÍA Y RESULTADOS DE LA EVALUACIÓN DE LA CAPACIDAD DE CARGA EN LA COSTA DEL SOL OCCIDENTAL El concepto de capacidad de carga es sobradamente conocido desde un punto de vista teórico; no obstante, apreciamos una carencia importante en cuanto a métodos, fórmulas o aplicaciones prácticas en los destinos turísticos, máxime en los destinos litorales. Conforme a las tendencias actuales, se parte de la idea de que la capacidad de carga sólo es aplicable en el marco de la gestión y planificación territorial en la búsqueda de un desarrollo sostenible y debe reflejar los objetivos de los gestores y de los usuarios del espacio. Para ello es fundamental tener en cuenta tres criterios: uno, las características del área: la estructura física, social y económica; dos, las características del tipo de turismo (costero, urbano, rural...), de ellos dependerán los impactos territoriales y las actitudes y expectativas de la demanda; y tres, el tipo de desarrollo turístico, de la unión de los anteriores criterios dependerá el desarrollo del turismo, la fase en el ciclo de vida del producto/destino, etc. También se deben tener en cuenta la gestión del espacio, el nivel de eficacia en los servicios turísticos, el sistema tecnológico utilizado, etc. (Coccossis, et allii 2001) Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) En esta investigación se ha realizado un estudio en profundidad de las características del área y el tipo de turismo que posee, y posteriormente se ha optado por evaluar dos tipos de capacidades de carga, la de las infraestructuras y recursos más próximos al nivel de saturación (suelo, abastecimiento de agua, saneamiento de aguas residuales y carreteras) y la capacidad de carga social percibida por los turistas. La elección de estos dos tipos de capacidades para estudiar la saturación del territorio ha estado determinada por tres factores: (i) tras un análisis previo se determinó la imposibilidad de establecer la capacidad de carga ecológica (porque el medio estaba fuertemente impactado y ya había sobrepasado su capacidad hace años, lo que hacía muy difícil establecer la relación entre carga e impacto) y la capacidad de carga social percibida por los residentes, ya que en el periodo de estudio los residentes no apreciaban riesgo en el crecimiento ilimitado (Gómez Jacinto, et allii 1993). (ii) Ambas cuestiones determinan el segundo factor, el posicionamiento en el debate científico, que considera que la capacidad de carga debe estar enfocada a la gestión territorial y que todas aquellas variables que la gestión no pueda controlar no son operativas a corto plazo; el objetivo es proporcionar un conjunto de métodos que ayudaren a los responsables de la gestión territorial a decidir sobre el modelo de crecimiento que desean, porque la investigación científica debe proporcionar a los gestores una herramienta útil, operativa, económica y fácil de aplicar. El resultado de la investigación es una serie de indicadores iniciales que podrían ser la base para establecer un sistema de indicadores parecido al que se ha puesto en práctica en otros espacios de similares características: en Baleares con el Observatorio de Sostenibilidad del Turismo (Blázquez Salom et allii 2002) o en Alicante con el Proyecto METASIG (Ivars Baidal 2001). (iii) El último factor parte de la hipótesis inicial del estudio, tras analizar el modelo de desarrollo de la zona y sus perspectivas futuras, se observa que los actores públicos y privados han apostado por dos estrategias, el incremento de la calidad en el destino ante una demanda cada vez más exigente y una fuerte competencia en aumento, y un crecimiento casi ilimitado de la oferta de alojamiento, especialmente las viviendas de uso potencialmente turístico; ambas estrategias pueden resultar contradictorias porque crecer en calidad y cantidad sin unas infraestructuras adecuadas, puede provocar el efecto huida en la demanda, especialmente en la de mayor calidad. En conclusión, esta investigación puede ser interesante porque la situación de saturación de muchos destinos litorales está en el centro de debate científico actual, no sólo en el mediterráneo sino en otras regiones del mundo. Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) Área de estudio El estudio del caso se centra en el área occidental de la Costa del Sol (Málaga, España), zona más desarrollada, madura y con mayores niveles de saturación. El ámbito de estudio está integrado por los municipios de Torremolinos, Benalmádena, Fuengirola, Mijas, Marbella, Estepona, Casares, Manilva, Istán, Ojén y Benahavís, que suman una superficie de 987,6 km2. una población residente de 325.690 habitantes en el año 2000 y más de seis millones y medio de visitas al año. Su desarrollo turístico surge a principios de los años sesenta basado en el modelo denominado de "sol y playa" y, aunque gran parte de las características de este modelo se conservan (basado en los recursos de playa y clima, pasivo, dependiente de touroperadores, importante demanda extranjera, concentración de turistas en verano con rasgos de masificación...), se aprecia también una importante diversificación en la oferta (turismo de golf, congresos, salud, hípico, náutico...); por ello el resultado de estos cuarenta años de evolución ha sido un producto turístico heterogéneo consumido por una demanda muy diversa. Gráfico 1: Localización de la zona de estudio En la actualidad, la zona occidental de la Costa del Sol es un destino mundialmente conocido que cuenta con un volumen total de plazas turísticas estimadas en 571.873 en el año 2000, de las cuales 486.441 son de oferta no reglada (vivienda turística) y tan sólo 85.432 plazas son de establecimientos reglados (hoteles, camping, etc.) (Cuadro 1). A ello hay que añadir las plazas de alojamiento para los residentes y trabajadores temporales, con lo que la capacidad de Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) alojamiento total llega a sobrepasar el millón de plazas, lo que significa que la densidad total adquiere una dimensión muy considerable, 1093 plazas/km2. Cuadro 1: Plazas de alojamiento turístico y total de la Costa del Sol Occidental (2000) OfertaTª OfertaTª no Oferta Tª total Alojamiento de los Capacidad total reglada reglada (Distribución %) residentes de alojamiento 95.461 21,3 70.727 192.438 Torremolinos 26.250 62.887 13,1 41.953 116.992 Benalmádena 12.152 11.020 100.948 19,6 81.252 193.220 Fuengirola 3.638 67.485 12,4 53.547 124.670 Mijas 21.539 103.657 21,9 141.915 267.111 Marbella 7.655 40.537 8,4 82.275 130.467 Estepona 230 4.562 0,8 6.022 10.814 Casares 2.797 11.900 2,6 14.068 28.765 Manilva 122 1.392 0,3 3.388 4.902 Ojén 0 1.048 0,2 1.856 2.904 Istán 29 3.672 0,6 4.020 7.721 Benahavís 85.432 486.441 100,0 508.131 1.080.004 CSO Fuente: Instituto de Estadística de Andalucía y Gerencia Territorial del Catastro. Las actividades turísticas han cambiado radicalmente las estructuras socioeconómicas de la zona tal y como ocurre en otros espacios litorales de España, algunos datos demuestran esta afirmación: el crecimiento de la población residencial ha alcanzado un 480% desde 1950 debido principalmente a la inmigración, ello ha provocado que tan solo un 22% de la población actual haya nacido en el mismo municipio; lógicamente el sector productivo predominante es el de servicios que mantiene ocupada al 75% de la población, aunque las tasas de paro son todavía altas (14%). En general, el desarrollo del litoral costasoleño ha sido muy positivo y aunque su renta per capita (entre 8.800 y 9.700 €/hab) sea superior a la de la provincia de Málaga y la de Andalucía, se encuentra muy por debajo de otras zonas turísticas españolas como Baleares, Cataluña, Valencia, incluso de comunidades como Navarra, País Vasco, Aragón, Cantabria, Madrid, etc. A lo largo de la historia turística, resulta interesante destacar las dos estrategias iniciada en los años ochenta, al ser clave para el éxito actual y amenaza para el futuro desarrollo del destino: la apuesta por el turismo de golf y la especialización en turismo residencial. El turismo residencial, de origen principalmente extranjero (británico en su mayoría) y jubilados, se caracteriza por la compra de una vivienda y por disfrutar de estancias prolongadas con preferencia en la temporada baja y media, ello ha contribuido a la revalorización del suelo y a una constante creación de nuevas viviendas. La Costa del Sol es también conocida por la "Costa del Golf" tanto por la calidad como por la cantidad de campos (27) pues tiene la mayor concentración de España (13% del total de la oferta) y una de las mayores densidades de Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) Europa; varios elementos son claves para entender como el golf ha cambiado el turismo en el destino: el turista que practica este deporte tiene una alta capacidad de gasto, si a ello unimos el excelente clima fuera de la temporada estival y el abaratamiento de los vuelos se comprende la creciente desestacionalización de la actividad turística en el destino. No obstante, el modelo de implantación (campo + urbanización privada) empieza a resultar problemático por varios motivos: escasez de agua, la privatización de los campos (lo que crea que la oferta siempre sea escasa ante una demanda creciente) y su implantación en áreas muy alejadas y dispersas, haciendo muy compleja la ordenación del territorio lo que repercute en los costes de infraestructuras y servicios (agua, carreteras, recogida de residuos, seguridad...). El resultado todo el desarrollo turístico es un modelo de ocupación territorial con tres zonas claramente diferenciadas: (uno) Torremolinos, Benalmádena y Fuengirola mantienen una ocupación muy intensa del territorio con predominio de estructuras verticales, es decir, grandes edificios de considerable altura, especialmente en primera línea de playa y casi todo el espacio con posibilidad de urbanizar ocupado. En estos núcleos también existe una influencia funcional y administrativa importante de la ciudad de Málaga debido su la proximidad geográfica. El resultado es un espacio con un carácter metropolitano lineal. (Dos) Mijas, Marbella y Estepona mantienen una implantación territorial menos densificada pero con ocupación extensiva del espacio. Predominan las urbanizaciones con viviendas unifamiliares, aunque hay ciertos enclaves con edificios de gran altura, incluso en primera línea de playa. (Tres) Los municipios costeros de Manilva y Casares, junto con las localidades de interior Ojén, Istán y Benahavís empiezan a desarrollar el mismo modelo de la anterior zona aunque aún están en sus inicios. Su situación al pie de las sierras próximas al litoral le confiere una ubicación privilegiada con vistas al mar, gran calidad medioambiental y aislamiento de la masificación de la costa. Esta situación ha convertido la zona en reserva de suelos para una futura expansión turística de la Costa del Sol hacia el interior. En conclusión, el modelo de implantación territorial surgido del desarrollo turístico, es complejo y difícil de ordenar en la actualidad con el grado de consolidación existente. Además es altamente “consuntivo” no solo porque se ha basado en el consumo de grandes cantidades de suelo (alojamiento fundamentalmente) sino porque su estructura, adaptada al medio físico preexistente, provoca que los gastos públicos en servicios se multipliquen (recogida de basuras, seguridad ciudadana, red de abastecimiento de agua, saneamiento, carreteras, etc.). Estimación de la carga turística Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) Para evaluar la capacidad de carga es imprescindible la existencia de un dato, el número de turistas que acoge el territorio, la carga turística. A partir de este dato obtenemos la referencia que servirá de base para establecer el límite antes de llegar a los umbrales de capacidad de carga. El establecimiento de la carga exacta en un destino turístico como el estudiado es bastante complejo por las peculiaridades de la zona. En primer lugar, no hay un control exhaustivo del número de turistas que acoge el espacio, se conoce el número de personas que llegan al aeropuerto y a los hoteles, pero no se registra el número de turistas que entran por carretera o por barco y los turistas que eligen como alojamiento la oferta de vivienda turística. Este dato está disponible en algunos destinos como en los espacios naturales protegidos, por el control de entrada al recinto que se realiza, o en las islas, con las entradas y salidas de los puertos y aeropuertos. Ante tal dificultad la solución pasa por estimar los turistas/día que se encuentran en la Costa del Sol en un periodo determinado, Tras un exhaustivo estudio de las metodologías precedentes se opta por la estimación de la carga empleando indicadores de consumo indirectos (Barbaza 1966, Chadefaud 1971, Escuela Universitaria Politécnica de Gerona 1993 y Sarramea 1981). A partir del consumo de agua potable, la generación de residuos sólidos urbanos y el establecimiento de una ratio estándar de consumo en ambos indicadores (ratio estudiada a partir de las características del área y del tipo de consumidor) se puede estimar la población total y posteriormente el número de turistas que hay en el destino en un día determinado. Estas metodologías han sido practicadas ya en muchos destinos turísticos, tanto para estudios estadísticos como para la planificación ambiental y urbanística. Los resultados obtenidos tras la contabilización de los dos indicadores revelan la importancia de la carga turística en el destino. En 1999 el mes con una afluencia turística menor fue febrero con 197.787 turistas/día, mientras que en agosto se alcanzan los 518.431 turistas/día. Si a ambos datos se une la población residente (310.433 habitantes) se obtiene una carga total que asciende a 508.220 personas/día en febrero y 828.864 personas/día en agosto. Este altísimo volumen de personas que sostiene el territorio es la realidad que hay que tener en cuenta cuando se planifican las distintas infraestructuras y los impactos que conllevan. Si el objetivo es estimar las capacidades en infraestructuras tan elementales y utilizadas indistintamente por residentes y turistas, el concepto de capacidad de carga debe ampliarse y tener en cuenta ambos cómputos, es decir, la población turística y la población total porque los distintos problemas que padece un destino en sus infraestructuras afectan a corto y medio plazo a todas las personas que utilizan ese territorio. Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) Estimación de la capacidad de carga de las infraestructuras y recursos próximos a la saturación Las variables elegidas para analizar la saturación de las infraestructuras y recursos son de muy distinta naturaleza, por lo que es imposible aplicar el mismo método para medir la saturación de las carreteras que la del saneamiento. Básicamente todos parten de la misma premisa, medir la capacidad máxima y relacionarla con la carga. Los métodos utilizados han sido previamente contrastados, por ejemplo, en las infraestructuras hídricas y de saneamiento se ha seguido la propuesta de la Confederación Hidrográfica (MOPTMA-CHS, 1995), mientras en las carreteras se utiliza el método seguido por el Ministerio de Obras Públicas (Galán Bueno, 1994) y por ingenieros americanos (Transportation Research Board 1995). Se han rechazado otras metodologías por no adecuarse a los objetivos del estudio, es el caso de las Encuesta de Infraestructuras y Equipamientos Locales del Ministerio de Administraciones Públicas, la razón es que la investigación precisaba profundizar en los datos oficiales y no era suficiente con la declaración de los agentes públicos, un ejemplo ilustrará las dificultades de trabajar con las cifras oficiales: el consumo de agua que registraban los ayuntamientos era de 73 Hm3 en 1999, mientras el real alcanzaba los 83.9 Hm3. Aclarado estos aspectos metodológicos se presentan los primeros resultados de la investigación. El recurso suelo y la capacidad de carga de los alojamientos. Cualquier estudio sobre la capacidad de carga en los destinos litorales debe centrarse en dos cuestiones interrelacionadas: los usos del suelo y la planificación territorial (Coccossis et al.. 2001). En la legislación española la cantidad de suelo disponible y su ubicación dependen de las administraciones locales y se articulan a partir de los Planes Generales de Ordenación Urbana (P.G.O.U.) y las Normas Subsidiarias (NN.SS). Estos planes son una de las herramientas más poderosas de gestión y ordenación territorial, porque reflejan el modelo territorial preconcebido, dirigen el desarrollo económico local y posibilitan la conservación medioambiental. Uno de los objetivos principales de los P.G.O.U. es regular el mercado de las viviendas con todo lo que ello conlleva: servicios, infraestructuras de saneamiento, de agua potable, de energía, de comunicaciones... En los destinos turísticos y especialmente en el área de estudio, el recurso suelo es consumido mayoritariamente por la vivienda. Ante esta circunstancia se ha elegido la vivienda como Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) indicador de la capacidad de carga física por tres razones. Primero, en la Costa del Sol la vivienda para uso turístico es la forma de alojamiento más abundante (el 85% de las plazas turísticas) lo que determina que sea un indicador básico para el desarrollo futuro del turismo. En segundo lugar, la instalación de una vivienda precisa de un recurso escaso que es el suelo y, aunque las disponibilidades de suelo son todavía suficientes en la zona de estudio, el más atractivo (primera y segunda línea de playa) está ya ocupado. Tercero y más importante, el número y ubicación de viviendas es un indicador claro de los objetivos y estrategias de los gestores locales, por lo que se convierte en un indicador que puede cuantificar el crecimiento futuro y es, por tanto, imprescindible para estimar la carga máxima previsible en el futuro, dato fundamental en el estudio. La investigación tiene en cuenta que todas las viviendas proyectadas no se van a realizar, pero lo importante es que las estrategias de los gestores llegan a plantear ese crecimiento. Gráfico 2: Clasificación de los usos del suelo (PGOU y NNSS) de la Costa del Sol occidental Los resultados se materializan en dos indicadores, la capacidad de carga actual y la futura (número de plazas). Con el volumen de turistas establecido y las plazas de alojamiento Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) ofertadas se estima que la capacidad de carga actual de los alojamientos oscila entre el 34.6% en febrero de 1999 y el 90.7% en agosto, el mes de máxima afluencia. Ante la proximidad de los umbrales de saturación los gestores locales responden promoviendo un incremento de plazas turísticas en hoteles y sacando al mercado inmobiliario más suelo para poder construir viviendas privadas que compren o alquilen los turistas. A partir de estas estrategias podemos conocer cuál puede ser el crecimiento futuro, es decir, la capacidad de carga futura. Según las estimaciones realizadas a partir de las viviendas planeadas (248.509 viviendas), más las previsiones de crecimiento de establecimientos hoteleros, podemos establecer que entre los años 2010-2015 se puede llegar a una capacidad de alojamiento total que oscilaría entre 1.500.000 y 2.000.000 plazas totales (para la población residente y turística). Recursos e infraestructuras hídricas. El agua es un recurso fundamental para el desarrollo de un destino turístico, especialmente si la zona de estudio posee un modelo turístico altamente consumidor por el elevado número de turistas y por las actividades implantadas (campos de golf, parques acuáticos, piscinas, riego de zonas verdes en urbanizaciones...). La escasez de este recurso básico puede limitar el desarrollo turístico, por lo que es un indicador fundamental para establecer la capacidad de carga de un destino. La metodología establecida para conocer la capacidad de carga de los recursos e infraestructuras hídricas se basa (MOPTMA-CHS, 1995): (i) conocer los recursos potenciales hídricos que dependerán del régimen de precipitaciones y de la configuración física de las cuencas hidrográficas; (ii) cuantificar los recursos disponibles a partir de las infraestructuras hídricas implantadas y de los recursos subterráneos; con los datos de los recursos potenciales y disponibles se debe valorar si se aprovechan al máximo las posibilidades potenciales de este recurso; (iii) estimar el consumo de agua total y establecer el consumo medio por habitante a partir de los modelos de consumo de la zona de estudio. Relacionando los recursos disponibles y el consumo medio se establece la capacidad de carga en este indicador. Además, con el conocimiento de las infraestructuras hídricas previstas, se podrá establecer la capacidad de carga futura. Respecto a los recursos potenciales hídricos, la Costa del Sol se caracteriza por un régimen pluviométrico típicamente mediterráneo: marcada sequía estival, volumen total de lluvia que oscila entre los 500-900 l/m2, una descarga de carácter torrencial (precipitaciones muy abundantes en varias horas) y una irregularidad interanual con dos periodos muy marcados (dos o tres años consecutivos con escasas precipitaciones y tres o cuatro años con abundantes precipitaciones). Con estas características los recursos potenciales se estiman en 176 Hm3/año Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) (MOPTMA-CHS. 1995). Los recursos máximos disponibles ascienden a 150.6 Hm3/año contabilizando el agua embalsada y subterránea, una planta desaladora de agua y la reutilización de aguas fecales. Debido a que gran parte de estos recursos dependen de las precipitaciones se valora que el aprovechamiento de los recursos potenciales se encuentra en un grado óptimo, especialmente si tenemos en cuenta la irregularidad en las precipitaciones y unos cursos de agua de corta longitud. En cuanto al consumo, se estima que en 1999 la demanda fue de 108.4 Hm3 contabilizando el agua de consumo humano y agrícola, el riego de campos de golf y las pérdidas de agua en la red de infraestructura. Por último, se calcula que el consumo medio por habitante oscila entre 475 y 500 l/hab/día. A partir de estos datos se deduce que el funcionamiento del sistema hídrico está próximo a la saturación, ya que el balance entre el consumo y los recursos disponibles establece una capacidad de carga en 1999 del 76% de su disponibilidad máxima en periodos de precipitaciones medias y una capacidad de carga media anual que oscila entre 869.041 y 825.589 personas (residentes + turistas). Estos datos revelan que, a pesar de las obras realizadas en estos últimos años, se sigue dependiendo de las precipitaciones anuales; es decir, en cuanto se sucedan dos o tres años de sequía los problemas de abastecimiento surgirán de nuevo, máxime con el actual ritmo de crecimiento tanto de población residente como turística. Para calcular la capacidad de carga futura se tienen en cuenta las obras planificadas por los organismos competentes. Si se cumplieran todas las actuaciones (algo bastante improbable por el retraso que tradicionalmente se da en estas grandes obras de ingeniería) los recursos disponibles se incrementarían hasta llegar a 203 Hm3/año en el año 2015 estableciendo una capacidad de carga máxima que oscila entre 1.115.945 y 1.174.679 personas medias al año. Sin embargo, junto al establecimiento de la capacidad de carga se deben valorar otros aspectos, concretamente tres: (uno) las obras planificadas hasta el 2015 implican un incremento generalizado del agua embalsada y, por consiguiente, se depende más de las irregulares precipitaciones de la zona. Unas propuestas poco sostenibles a largo plazo. (Dos) A nivel cuantitativo, podemos pronosticar el incremento de la población residente (proyecciones demográficas), pero no el de la población turística futura, por ello los cálculos de cuál será la situación entre el 2010-2015 son arriesgados. De cualquier manera se dispone de otro dato que sí puede relacionar, la estrategia de crecimiento de los gestores territoriales y las estimaciones de la capacidad de carga del alojamiento (entre 1.500.000 y 2.000.000 plazas totales). Con ambos datos se evidencia que las estrategias de planificación hidrológica no coinciden con las estrategias de crecimiento de los gestores locales, pero ambas se dan Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) simultáneamente en el espacio y el tiempo. Ni con los cálculos más optimistas son coincidentes ambas proyecciones. (Tres) En el abastecimiento de agua no sólo hay que tener en cuenta la carga poblacional o el futuro crecimiento del alojamiento, sino el espacio que ocupan los asentamientos. Las nuevas implantaciones turísticas tienden a situarse en cotas altimétricas más altas y zonas menos saturadas (buscando terrenos más aislados con mejores vistas y una calidad medioambiental mayor). Hay una gran dificultad para poder llevar el agua a este tipo de localizaciones lo que supone que la extracción de agua de los acuíferos puede incrementarse en los próximos años, acuíferos que ya están sobreexplotados, e incluso esquilmados en diversos sectores. Un incremento en la extracción de agua subterránea puede llegar a generar importantes problemas en épocas de sequía, problemas de sobreexplotación, incluso de agotamiento de distintos acuíferos cuya recuperación futura puede verse comprometida. En este caso, el impacto ecológico con efecto negativo en un recurso de alto valor en la comarca puede comprometer ciertas zonas que actualmente y en el futuro dependen del recurso agua para su desarrollo. Las infraestructuras de saneamiento. Al importante y rápido crecimiento turístico de la Costa del Sol nunca le acompañaron las mínimas infraestructuras de saneamiento, lo que ha generado la existencia de importantes impactos en uno de los recursos principales del modelo turístico, las playas y la calidad medioambiental de las aguas de baño. No es difícil suponer las repercusiones que este impacto genera en la calidad de la oferta, de ahí la importancia que tiene establecer la capacidad de carga en las infraestructuras de saneamiento. Salvo algunas excepciones, la metodología puesta en práctica es muy similar a la anterior: Establecer la capacidad de cada una de las estaciones de tratamiento de aguas residuales y cuantificar el volumen de agua residual tratada por cada estación. Con ambos datos se cuantifica si esta infraestructura sobrepasa el umbral de capacidad de carga. En este indicador no se puede establecer un número límite de turistas por varias razones: porque actualmente no existe una cobertura total en el saneamiento y porque muchos asentamientos de interior no utilizan estaciones depuradoras sino pozos negros o fosas sépticas. Estas dificultades no impiden que se diagnostique el nivel de saturación de cada estación depuradora relacionando su capacidad con los caudales de agua tratados. Si se rebasa la capacidad de carga se pueden ocasionar impactos ambientales en las aguas de baño de la playa. En la Costa del Sol Occidental existen ocho estaciones de tratamiento de aguas residuales con una capacidad de tratamiento de 62.4 Hm3/año, el caudal de agua tratada en este periodo de tiempo es de 41.5 Hm3/año; es decir, menos de la capacidad total del conjunto de estaciones. Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) No obstante, hay dos plantas que han superado el umbral de su capacidad, en Benalmádena la capacidad de la estación es de 5.4 Hm3/año y depura 6.4 Hm3/año y en Fuengirola la capacidad es de 8.7 Hm3/año y depura 9.03 Hm3/año. En conjunto la capacidad de carga de las infraestructuras de saneamiento se estima en 644.250 personas/día. Si se cumple la planificación vigente, la ampliación de dichas plantas se realizará en el año 2005-07, es decir, que el actual impacto ecológico que suponen las estaciones infradotadas puede ser mucho mayor en los próximos años. Terminadas estas obras la capacidad de carga se incrementará en 280.000 personas/día. Sin embargo, con las actuales dotaciones presupuestarias de la administración tampoco se asegura la finalización de las obras para el 2005. Estos hechos deben relacionarse con tres aspectos: en la actualidad no todas las urbanizaciones están conectadas a la red; los gestores territoriales prevén un crecimiento no asimilable por las infraestructuras de saneamiento futuras; y el tipo de implantación territorial surgido con el nuevo modelo turístico provocará problemas para poder llevar el saneamiento a todas las urbanizaciones. Todo ello supondrá un mayor impacto ecológico con efecto negativo en las aguas del mar y en los cursos fluviales, por tanto, depreciación de la calidad del producto turístico. Las infraestructuras de comunicaciones terrestres: las carreteras. Uno de los grandes problemas de los gestores territoriales ha sido el abundante tráfico de vehículos y los frecuentes atascos que registra la zona de estudio. Esta saturación de las vías de comunicación repercute en la satisfacción de la demanda, como denuncian los propios turistas en las distintas encuestas anuales (Patronato Provincial de Turismo de la Costa del Sol, 1993-99). Cuando se rebasa el umbral se crean nuevas vías, lo que implica nuevos impactos al medio natural, un nuevo eje localizador de asentamientos y un nuevo crecimiento. Por estas razones es importante localizar en qué tramos de las carreteras se ha sobrepasado la capacidad de carga. Lógicamente el establecimiento de la capacidad no se mide por personas sino en número de vehículos. El proceso de cálculo empleado cuantifica el volumen máximo de vehículos que puede pasar por un segmento uniforme de carretera durante un periodo de tiempo determinado bajo condiciones viales, de tráfico y de regulación preestablecidas (Transportation Research Board 1995). Los volúmenes e intensidades máximas registradas en condiciones ideales se han determinado sobre diferentes tipos de infraestructuras viarias en los Estados Unidos y Canadá. La capacidad máxima en las carreteras multicarril es de 2.200 v/h/c (vehículos/hora/carril) y en las carreteras de una calzada con dos carriles es de 2.800 v/h. suponiendo un reparto del Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) tráfico por sentidos del 50 %. A partir de este volumen y teniendo en cuenta los factores propios de cada tramo, se aplican las siguientes fórmulas: Capacidad de un carril en las carreteras multicarril: 2.200 x fa x fc x fvp x fe Capacidad de las carreteras de una calzada con dos carriles: 2.800 x fa x fvp x fr x fe Donde : fa: factor de ajuste que tiene en cuenta la anchura del carril y los obstáculos laterales. fc: factor de ajuste según el carácter del tráfico. fvp: factor de ajuste debido a la existencia de vehículos pesados y el tipo de terreno del tramo. fe: factor de entorno que tiene en consideración el carácter rural o urbano de la carretera y la existencia o no de mediana en carreteras multicarriles. fr: factor de ajuste para el reparto de la circulación por sentidos. Cada factor tiene asociada una serie de coeficientes partiendo de las condiciones ideales. La aplicación de estas fórmulas debe tener en cuenta varios aspectos: Cuando las condiciones de la carretera varían la capacidad también lo hace, por ello la capacidad no es única sino que se ajusta por tramos de carretera homogéneos; la información sobre el total de vehículos que transitan en una hora determinada (medición de la carga) se establece en unos puntos concretos de la carretera, no obstante, el estudio de los flujos en cada tramo permite extrapolar los datos de la evaluación a toda la vía. La puesta en practica de este indicador de saturación se realizó en la carretera más importante de la Costa del Sol occidental (N-340) a lo largo de cuatro años (1996-99). Los datos que han sido utilizados son el cálculo de cada factor a partir de las características geométricas de la vía, el tipo de tráfico y la cuantificación del número de vehículos que pasan por los once puntos de control medidos en vehículos/hora. Con estos datos se calcula el índice de saturación que indica si el tramo de la vía está próximo al umbral de capacidad de carga. Si el índice es superior al 100% significa que ha llegado al umbral de su capacidad, la carretera está congestionada. La investigación constata las diferencias de tráfico en los distintos tramos de la carretera, caracterizados como una vía con un flujo muy abundante en constante crecimiento a lo largo de cuatro años y con destacados "cuellos de botella". El análisis ha demostrado que en 1996 la capacidad de la carretera era suficiente, excepto algunas congestiones aisladas en el tramo entre Fuengirola y la entrada de Marbella en días y horas determinados del mes de agosto. La recuperación de la actividad turística en la segunda mitad de los noventa hace que la situación cambie radicalmente, valgan estos datos, hay un incremento medio de vehículos de más de un 20%, que en algunos tramos llega al 39% (la entrada a Málaga capital), lo que conlleva que se Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) rebasen los umbrales de capacidad con facilidad en determinados tramos. En una descripción de Este a Oeste se empieza con uno de los tramos más saturados de la vía, concretamente el situado entre Málaga y Torremolinos (Km 230-229), en él se rebasa la capacidad ya desde marzo (entre las 17:00-19:00 h.), pero la situación más grave llega en junio y julio; tras la temporada alta las saturaciones son menos frecuentes pero aún se constatan. Desde Fuengirola a la variante de Marbella se concentran una gran cantidad de asentamientos turísticos que repercuten directamente sobre el flujo de vehículos; en este tramo las saturaciones son muy frecuentes en las horas punta (de 8:00-10:00h y 17:00-19:00h) incluso en temporada media (marzo-abril-mayo); por ejemplo, en julio el 75% de los días del mes se rebasa la capacidad entre 17:00-18:00h, y en agosto se llega al 85% de los días en esa misma franja horaria. A partir de la apertura de una vía alternativa por una autopista de peaje (desde Fuengirola a Estepona) la situación de colapso tiende a mejorar pero no elimina del todo las saturaciones de la N-340 debido al abundante tráfico interno de la zona. Una saturación mayor se da en el tramo desde el final del núcleo de Marbella a S. Pedro de Alcántara (Km. 175-172). Por último, en Estepona se registran los últimos "cuellos de botella" al cambiar el tipo de carretera a una calzada con dos carriles, lo que reduce bruscamente la capacidad, no obstante, al disminuir ahí el flujo de vehículos sólo se llega al umbral de capacidad en días y horas muy puntuales de la temporada alta. En el periodo de estudio se han acometido distintas obras que evitan la saturación de algunos tramos, pero la actuación más importante es la creación de una autopista de peaje que sirve como itinerario alternativo de Fuengirola a Estepona. La evaluación realizada ha demostrado que esta vía no ha redistribuido los flujos tanto como cabría esperar, únicamente ha descongestionado ciertas horas punta en algunos tramos; la causa hay que buscarla en diversos factores, entre los que destaca el importante tráfico entre los municipios cercanos a la zona de estudio (movimiento diario de trabajadores), la gran cantidad de urbanizaciones desde Fuengirola a Estepona, la escasa conexión entre ellas -lo que impide itinerarios alternativos- y el elevado precio del peaje. Todas estas razones hacen que la nueva autopista no esté pensada para el tráfico interno, verdadero problema de la Costa del Sol Occidental. Por tanto, en el futuro puede surgir un problema mayor si el crecimiento continúa y las nuevas implantaciones turísticas no canalizan los flujos por la autopista. La capacidad de carga social percibida por los turistas Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) La dificultad para establecer la capacidad de carga social percibida por los turistas viene dada por la subjetividad de las variables analizadas. Los diferentes estudios llevados a cabo se fundamentan en la siguiente idea: el grado de concentración de un destino turístico se relaciona con la “calidad” de la experiencia turística; consecuentemente, es lógico pensar que si elevamos la intensidad de uso de un territorio, el nivel de satisfacción deba disminuir. No obstante, ese nivel de satisfacción de la experiencia turística no es el resultado de un solo factor -la masificación- sino de múltiples aspectos que debemos tener en cuenta: la calidad visual del paisaje, las expectativas establecidas, la acogida de los residentes, las actividades realizadas y otras variables personales y sociales que dependen de la tipología del turista que visita el destino. En definitiva debemos valorar que en la masificación de los destinos intervienen conceptos, actitudes y experiencias subjetivas que dificultan individualizar los factores. En distintas investigaciones se han reconocido los problemas y limitaciones para establecer los umbrales de capacidad social, tales como la dificultad de asignar un número de turistas cuando evaluamos juicios de valor (Shelby y Heberlein, 1986); la relación entre los impactos y la percepción de los turistas; la conducta de la población local ante los turistas (Mieczkowski, 1995); los diferentes recursos y actividades realizadas por la demanda (Lucas, 1964); las características socio-económicas, culturales y psicológicas del turista (Burton, 1975); la familiaridad con el destino (San Martín García, 1997); la adaptación psicológica de los turistas a distintos niveles de uso (Stankey, 1982); la organización del destino (Stokols, 1972), la forma física del entorno (Mieczkowski, 1995), el nivel de desarrollo en cuanto a las infraestructuras, etc. Como anteriormente se ha expuesto, desde los primeros estudios se ha intentado analizar las variables que pueden influir en los distintos umbrales, pero no se ha conseguido un modelo universal de diagnosis porque, como fenómeno socio-espacial, es imposible estandarizar las conductas de los turistas en los variados destinos. Las metodologías de investigación precedentes no son demasiado abundantes (Nielson, Shelby y Lucas 1977; Clark y Stankey, 1979 ambos citados en Getz 1983; Burton, 1975; Dann 1978; Shelby y Heberlein, 1986; Mieczkowski, 1995; García Hernández, 2001), pero todas se aproximan a este fenómeno a través de encuestas por muestreos. En esta investigación se realizó una encuesta directa al turista (787 muestras con un “nivel de confianza” del 95% y un “error de muestreo” de + 3.5%) con el objetivo de establecer el porcentaje de ellos que han rebasado el umbral de capacidad actual y que lo pueden hacer en un futuro próximo. Una vez reconocidos dichos turistas se puede determinar el perfil de esa demanda y establecer los factores que puedan Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) determinar la capacidad de carga social percibida por los turistas en la zona de estudio y por extensión en otros destinos litorales maduros. La estructura del cuestionario no plantea abiertamente el objetivo de la investigación, pues existía el peligro de que los encuestados que suelen ignorar el nivel de concentración y masificación pudieran dar respuestas falseadas cuando se dirigiese la atención a este aspecto. El orden de las preguntas también fue considerado para intentar obtener unas respuestas sinceras en las preguntas claves (la masificación y los factores influyentes). El cuestionario se dividía en tres partes: características del turista (nacionalidad, edad, nivel de estudios, categoría profesional, nivel de renta, alojamiento, estancia media, actividades, grado de fidelidad al destino...); la percepción de la carga (valoración de la carga actual, influencia de la masificación en la satisfacción, actitud ante la masificación...); los factores que pueden influir en la capacidad (valoración del destino en distintos aspectos, calidad de las infraestructuras, opinión sobre los residentes y turistas...). Algunas preguntas se planteaban como reacciones ante una hipótesis, “si sucediera... usted que haría” o “ si percibe... como cambiaría... ” lo que ha facilitado el cruce de preguntas previamente enlazadas. La base objetiva para cuantificar la capacidad de carga social es la “percepción de la masificación”. A partir de esta cuantificación se puede valorar la opinión que tienen los turistas sobre la carga actual y la actitud personal si ellos percibieran masificación. Los indicadores de capacidad social se establecen a partir de tres preguntas. Los turistas valoraban la densificación del destino, es decir, la percepción del destino lleno o vacío eligiendo entre siete categorías (desde muy lleno a muy vacío); hay que tener en cuenta que el término “densificación” es una medida objetiva de tipo físico que se refiere a número de personas por unidad de superficie. La segunda pregunta estimaba la "masificación", lo que connota un juicio negativo al implicar que el número de personas en un lugar es "demasiado" y, por tanto, una experiencia desagradable; además, debían indicar en qué lugares percibían demasiadas personas: playa, restaurantes, atracciones turísticas, alojamiento, etc. La tercera pregunta del cuestionario planteaba la actitud que tendría el turista si percibiera la masificación; en este caso el entrevistado optaba entre cinco respuestas. El establecimiento de la capacidad de carga social percibida por los turistas se realiza cruzando las dos últimas preguntas; es decir, cuando un turista declara que aprecia masificación y que estaría dispuesto a no volver a la Costa del Sol. En consecuencia, ya tenemos el indicador de saturación del destino. Debemos saber que ambas opiniones no implican que se marche, pues en la decisión de no volver también intervienen causas familiares (turismo de retorno o visitas a familiares), Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) económicas (tener una segunda vivienda) o personales; pero está claro que un turista que percibe la existencia de “demasiadas personas” y que por esa razón está dispuesto a irse de la Costa del Sol ha llegado al "umbral de capacidad". A ello se le denomina población riesgo (P.R.A.). Junto a la población riesgo actual, debemos tener en cuenta que la actual percepción de la masificación puede ser en el futuro un grave inconveniente del destino, porque aunque en la actualidad el turista no ha rebasado aún el umbral de capacidad, en el futuro puede hacerlo. Por ello es interesante conocer con detalle las características de los turistas sensibles a la masificación, a los que se denominó población riesgo futura 1 (P.R.F.1). Con el actual ritmo de crecimiento del destino, en los próximos años cabe la posibilidad de que puedan incorporarse a la población riesgo actual aquellos turistas que aún no perciben la masificación, pero que si la percibieran estaban dispuestos a irse. Por ello se propone una tercera población riesgo a la que denominamos población riesgo futura 2 (P.R.F.2). El análisis de los resultados del estudio refleja que únicamente el 10% de los turistas ha percibido ya los umbrales de capacidad de carga del destino, es decir, están en predisposición de abandonarlo (Cuadro 2). Hay un porcentaje mayor que ya percibe la masificación del destino (38% de población riesgo futura 1) o que estarían dispuestos a no volver si la apreciaran (25% de población riesgo futura 2), son los turistas que en un futuro cercano pueden dejar de venir al destino de la Costa del Sol. Este hecho sí nos sitúa en la verdadera dimensión del problema. Se puede pensar que esos turistas que abandonan el destino serán sustituidos por otros, y puede ser cierto, el problema es que precisamente la demanda más sensible a los umbrales de capacidad corresponde, en un porcentaje elevado, a los turistas que denominamos de calidad, es decir, más instruidos, con profesiones más cualificadas y con un nivel de ingresos y gastos mayor (Cuadro 3). Por ejemplo, los turistas que se alojan en hoteles de cinco estrellas llegan antes al umbral de la capacidad de carga social (el 0.9% de los turistas de la Costa del Sol se alojan en estos hoteles y han aumentado hasta el 2.6% en la P.R.A.). Estos resultados deberían ser bastante preocupantes para los gestores turísticos de la Costa del Sol, porque las estrategias de cualificación que ellos difunden se centran en captar turistas de mayor calidad y especialmente de mayor poder adquisitivo. En cuanto al origen de la demanda, se observa cómo los turistas británicos son menos sensibles al fenómeno de la masificación, mientras que los españoles, en un porcentaje elevado, lo ven como un grave inconveniente. No se debe descuidar la opinión de alemanes y franceses, pues en el futuro pueden ser decisivas en esta cuestión (Cuadro 3). Resulta también preocupante para el futuro del área de estudio, y es posible que para muchos destinos maduros del Mediterráneo, que los turistas jóvenes son los que tienen un umbral de capacidad más Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) bajo, concretamente los intervalos de edad entre 18 a 39 años, que representan el 45% del "total de la muestra" suponen el 61% de la población que ha rebasado su capacidad de carga (P.R.A.). Estos datos confirman que las "tendencias de la demanda" anunciadas en los años noventa empiezan a verse con claridad (San Martín García 1997). Cuadro 2: Capacidad de carga social percibida por los turistas en la Costa del Sol Occidental Torremolinos Benalmádena Fuengirola Mijas Marbella Total Población riesgo actual (P.R.A.) 10.0 11.2 8.1 6.9 12.1 9.9 Población riesgo futura 1 (P.R.F.1) 37.9 44.0 47.7 26.7 35.3 38.4 Población riesgo futura 2 (P.R.F.2) 22.1 24.0 21.5 24.2 32.9 25.4 Junto al perfil del turista, hay otra serie de factores que influyen notablemente en la percepción de los umbrales de capacidad. Una de las variables más importantes es el conocimiento previo de la densificación del destino, característica frecuente en destinos litorales mediterráneos en etapa de madurez. Dicho conocimiento impide encontrar una situación inesperada, de ahí que los turistas que no soportan ciertas densificaciones en un espacio natural o un destino rural, sean tolerantes en este tipo de destinos que ellos han elegido con previo conocimiento de sus características. Se ha detectado también cómo la calidad de ciertas infraestructuras influye en el umbral de capacidad, concretamente el tráfico denso y la desorganización del transporte público. En temporada alta el incremento de la carga ocasiona una situación muy preocupante con unas carreteras colapsadas en algunos tramos y el transporte público con servicios impuntuales, localidades sin servicio, escasez de transportes... son las principales quejas de los turistas. Existen dos causas para este problema: la implantación territorial extensiva -ciudad lineal- y la estacionalidad de los usuarios. Para cubrir todos los servicios se requiere de unos presupuestos muy costosos y de una visión integral del territorio. Tras estas conclusiones se evidencian las íntimas relaciones entre la capacidad de carga de las infraestructuras y la capacidad de carga social percibida por los turistas. Por último, destacar dos cuestiones, en primer lugar, hay serias dificultades sociopsicológicas para la utilización del término masificación, lo que lleva a pensar que este fenómeno socioespacial posee sesgos intrínsecos imposibles de solucionar. Cualquier persona es reacia a reconocer que un determinado espacio o territorio está masificado, porque esto sería una Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) característica indeseable en un destino de vacaciones. Por ello, los porcentajes analizados pueden ser sensiblemente mayores a los expuestos aquí, lo que podría reforzar los índices de saturación. En segundo lugar, se evidencia que la masificación asociada a la capacidad social es un concepto complejo al que no se puede asignar un numero exacto, los destinos donde no hay un control exhaustivo que permitan conocer el número de turistas están predeterminados a no poder cuantificar la capacidad de carga social en número de turistas pero sí es posible crear un indicador de saturación en porcentaje que mida esta realidad en los destinos. Cuadro 3: Nivel de instrucción, niveles de renta familiar y origen de los turistas (%) Nivel de instrucción Sin estudios Primarios Secundarios Universitarios de grado medio Universitarios de grado superior ns/nc Total Renta familiar Menos de 600 € Entre 600 y 1.200 € Entre 1.200 y 1.800 € Entre 1.800 y 2.400 € Más de 2.400 € ns/nc Total Total Muestra 4.0 21.0 32.1 22.5 16.6 3.9 100 P. R. F. 1 3.0 18.9 30.5 22.2 21.5 4.0 100 P. R. F. 1 5.0 16.0 33.0 21.5 20.5 4.0 100 P. R. A. 1.9 9.0 32.0 20.5 28.2 9.0 100 3.2 15.4 20.2 19.8 23.9 18.0 100 3.6 15.6 22.2 19.5 22.5 16.6 100 2.5 16.5 20.5 19 26.5 15 100 2.6 14.1 23.1 16.7 28.2 15.4 100 36.7 32.8 1.1 5.5 1.0 2.3 5.0 4.7 6.7 1.6 54.0 17.2 1.7 4.3 0.7 2.6 4.0 4.3 7.0 1.7 38.0 29.5 2.0 7.0 0.5 1.5 5.0 3.5 7.5 1.5 56.4 16.7 2.6 2.6 Nacionalidad España Reino Unido Francia Alemania Italia Bélgica Irlanda Holanda Resto de Europa EE.UU. 1.3 5.1 2.6 8.0 CONCLUSIONES Se abordan a continuación dos tipos de conclusiones, las referidas al estudio de un destino concreto y una más general donde se reflexiona sobre la actual saturación de los destinos y las Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) posibilidades que en el futuro tiene la utilización de estos indicadores como herramienta de planificación y gestión. El uso de indicadores para establecer la capacidad de carga es una forma eficaz y operativa de plantear los umbrales de capacidad (Cuadro 4). La formulación de mayor número de indicadores dependerá del destino a estudiar y de los problemas que la gestión del territorio detecte. Se ha demostrado empíricamente que no se puede encontrar un "número mágico" único que sirva de umbral de capacidad. En algunos casos se puede estimar la capacidad máxima contabilizada como número de turistas, en otros se estima un porcentaje de saturación que nos acerca al fenómeno estudiado (Tabla 4). Este hecho no es un inconveniente que invalide el concepto de capacidad, ya que por una aproximación o por otra constatamos la saturación de determinado destino y esto se considera un avance importante desde el punto de vista científico, profesional y de la gestión del territorio. Además, un estudio detallado de la capacidad de carga nos acerca al conocimiento de los problemas que padece un destino, problemas de impactos en los recursos como las playas, del tipo de flujo en las comunicaciones, de la satisfacción del turista, etc. Se confirma que la capacidad de carga es una herramienta que debe ser útil a los gestores y puede ser utilizada por ellos para plantear objetivos a medio y largo plazo. Efectivamente la investigación presentada propone un uso de indicadores claros, fáciles de realizar y económicos para ponerlos en práctica, estos tres aspectos son especialmente relevantes para demostrar la utilidad de la capacidad de carga en la gestión de los destinos turísticos. En el caso de la Costa del Sol se deben distinguir dos procesos: (i) En la gestión de las infraestructuras y recursos, al ser una información de marcado carácter territorial, se utilizaría un Sistema de Información Geográfica (S.I.G.) que controlase la oferta, los consumos y la capacidad de las infraestructuras y recursos. Con este sistema se podría conocer con exactitud cuándo y donde empiezan a saturarse las infraestructuras. Pero si además de esta información se incluyeran otros tipos de datos (nivel de ruido, gestión de residuos, calidad del suelo, calidad del paisaje, coste energético...) se podrían realizar análisis más rigurosos con el fin chequear la saturación anualmente. (ii) Respecto a la opinión de los turistas, se pueden establecer anualmente las percepciones de la demanda y su capacidad, lo que no resultaría ni difícil, ni caro. En la encuesta anual llevada a cabo en la Costa del Sol se deberían añadir algunas preguntas sobre el tema y se tabularían para este objetivo. Se establecería así un barómetro anual sobre la percepción de los turistas y los umbrales de capacidad de carga del destino. Si los resultados se contrastan con las tendencias generales de la demanda, se puede obtener así una base de información de incalculable valor para la zona. Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) Cuadro 4: Indicadores de capacidad de carga INDICADORES DE CAPACIDAD DE CARGA Carga Turística (nº de turistas) VARIABLES DATOS - Consumo de agua - Residuos Sólidos Urbanos - Ratios de consumo medio/habitante Capacidad de Carga Turística (CCT) del Alojamiento - Alojamiento turístico público (hoteles, camping...) - Alojamiento turístico privado -Alojamiento de residentes locales - Plazas turísticas públicas C.C.T. de Alojamiento Futura (2015) - CCT alojamiento actual - Vivienda planificada -Plazas futuras totales en 2015 C.C.T. de Recursos Hídricos - Recursos hídricos disponibles - Consumo de agua (anual) - Consumo medio/habitante - Hm3/año - Hm3/año -litro/habitante/día C.C.T. de Recursos Hídricos Futuros (2015) - Recursos hídricos disponibles - Hm3/año - Recursos hídricos planificados en 2015 - Hm3/año -Consumo medio/habitante -litro/habitante/día C.C.T. de Saneamiento - Capacidad de tratamiento agua reciclada -Volumen de agua residual tratada - Hm3/año - Hm3/año C.C.T. de Saneamiento Futura (2005) - Capacidad de tratamiento agua reciclada actual - Nuevas estaciones planificadas - Hm3/año - Plazas turísticas privadas - Plazas de residentes locales - Hm3/año C.C.T. de Carreteras - Capacidad de la carretera multicarril - Nº de vehículos en una zona concreta - Capacidad de carreteras de una calzada cada hora. Capacidad de carga social percibida por los turistas Cruce de dos preguntas: 1: ¿Se ha planteado qué hay demasiadas personas en algunos de los lugares o actividades que ha realizado? En caso afirmativo ¿Puede especificar en cuáles?. 2: Si percibiera que la masificación existente no le agrada ¿qué haría? a) venir en otra temporada; b) ir a otro lugar de la Costa del Sol; c) ir a otro lugar de Andalucía o España; d) no volver más a España Por último sólo incidir en que esta investigación, rigurosa en los planteamientos se fundamenta en una realidad constatada, es un ejemplo más, un ejemplo de cómo se puede llevar a la práctica el concepto de capacidad de carga. Algunos gestores estarán en desacuerdo con la utilización de estos indicadores, pero no por falta de constatación empírica sino porque entre sus objetivos no se contemplan los límites del crecimiento, no se plantean hoy los posibles problemas futuros. Crecer con estrategias cuantitativas y simplistas, sin planteamientos a medio y largo plazo es un error, máxime en aquellos destinos en fase de madurez en busca de una mayor calidad. Esta investigación ha demostrado que en la Costa del Sol la saturación es una evidencia. Título: Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga turística Annals of Tourism Research (en Español) Vol 7, nº 2, págs 397-422, 2005 Enrique Navarro Jurado Dpto. Geografía-Universidad Málaga (España) BIBLIOGRAFÍA Barbaza, Y 1966 Le paysage humain de la Costa Brava. París: A. Colín. Blázquez Salom, M ; Garau Muntaner, JMª y Murray Mas, I, 2002: El tercer boom. Indicadors de sostenibilitat del turisme de Illes Balears 1989-1999. Illes Baleares. CITTIB. Buckley, R. 1999: An ecological perspective on carrying capacity. Annals of Tourism Research. 26: 705-708. Burton, R.C.J. 1975 La cabida de campo para el recreo. Madrid: Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza. Ministerio de Agricultura. 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