Principales datos biográficos Nace en Orihuela en 1910. De familia modesta, su padre se dedica a la crianza y pastoreo de ganado. Aprende a ordeñar y cuida el ganado desde los ocho años, compaginando esta actividad con los estudios . Estudia en la escuela de los jesuitas, donde destaca como alumno brillante. Alí conoce a Ramón Sijé, que será su amigo y lo apoyará incondicionalmente. A los 14 años, su padre lo saca del colegio, pues lo necesitaba como cabrero y repartidor de leche. Esto cuesta un enorme disgusto a Miguel, quien, a pesar de dedicarse exclusivamente al pastoreo, estudiaba y leía a los clásicos en la sierra, convirtiéndose en autodidacta a partir de aquel momento. Lee apasionadamente a todos los poetas clásicos: Garcilaso, Cervantes, Lope de Vega, Zorrilla, Rubén Darío...pero sobre todo a Góngora. Escribe muchos poemas juveniles bajo la dirección y el consejo de su amigo Ramón Sijé y su grupo de amigos, jóvenes decididamente católicos practicantes. Realiza sus primeras publicaciones en la prensa local, aunque se trata aún de una poesía mimética, que busca su propia identidad. Ramón Sijé era un joven culto, estudiante de Derecho que lo encamina en sus lecturas, le corrige los textos y le anima, aunque le conduce hacia la poesía religiosa y los clásicos. Sijé organizó una tertulia literaria donde se reunían los jóvenes oriolanos con ciertas inquietudes. Allí conoció Miguel a la que será su mujer: Josefina Manresa. Miguel la describe así: “...pelo largo, hecho puro anillo, y negro, negro como un rincón de noche. Su piel pálida y grana; su boca diminuta, como de mujer de mucha voluntad, fina y bien recortada; su nariz copiada de Venus y sus ojos pensativos y guapos , en medio de dos cejas como dos puñaladas de carbón fino...” Con ella establece un noviazgo tradicional, propio de las costumbres de Orihuela Deseoso de salir de Orihuela y de alejarse del yugo de su padre y también ansioso por conseguir la gloria poética, viaja a Madrid, después de recaudar un dinero entre varios amigos. Este viaje constituyó una enorme decepción. Sin medios económicos, rechazado en los círculos literarios madrileños y después de pasar hambre y penalidades, regresó a Orihuela. En 1933, y con gran esfuerzo económico, publica su primer libro, Perito en lunas. Es un libro teñido de gongorismo , hermético y plagado de metáforas. Disgustado por la fría acogida, escribe a Lorca en busca de consuelo y palabras de ánimo. La respuesta de Lorca fue: “ Tu libro está en silencio, como todos los primeros libros, como mi primer libro, que tanto encanto y fuerza tenía. Escribe, lee, estudia ¡Lucha! No seas vanidoso de tu obra”: Palmera “Anda, columna, ten un desenlace de surtidor. Principia por espuela. Pon a la luna un tirabuzón. Hace el camello más alto de canela. Resuelta en claustro, viento esbelto pace, oasis de beldad a toda vela con gargantillas de oro en la garganta: fundada en ti se iza la sierpe, y canta.” El desencanto de Miguel fue enorme. Continúa trabajando en su obra hasta que en 1934 realiza su segundo viaje a Madrid . Allí establece relación con algunos de los poetas de la generación del 27, especialmente con Aleixandre y Alberti. También conoce al poeta chileno Pablo Neruda. Estos últimos, que pertenecían al partido comunista, lo inician en la ideología social y política. En Madrid se distancia de Josefina. Tiene nuevas amistades y, deslumbrado, relega a sus amigos de Orihuela, incluido Ramón Sijé. Conoce a algunas mujeres muy interesantes: la filósofa María Zambrano, con la que le une una duradera amistad y la pintora Maruja Mallo, con la que tiene una relación amorosa. Mientras , trabaja en un nuevo libro: El rayo que no cesa. Se trata de un conjunto de sonetos de tema amoroso. La mayoría de ellos inspirados en su pasión por Maruja Mallo. Sin embargo , esta rompe su relación amorosa con el poeta. Después de su decepción sentimental con la pintora, Miguel, se reconcilia con Josefina y le dedica el libro y alguno de sus poemas: “ A ti sola, en cumplimiento de una promesa que habrás olvidado como si fuese tuya.” “ Te me mueres de casta y de sencilla: estoy convicto, amor, estoy confeso de que, raptor intrépido de un beso, yo te libé la flor de la mejilla. Yo te libé la flor de la mejilla, y desde aquella gloria, aquel suceso, tu mejilla, de escrúpulo y de peso, se te cae deshojada y amarilla. El fantasma del beso delincuente el pómulo te tiene perseguido, cada vez más potente, negro y grande. Y sin dormir estás, celosamente, vigilando mi boca ¡con qué cuido! para que no se vicie y se desmande” Sin embargo, los poemas dedicados a Maruja son de mayor hondura y energía: “ Como el toro he nacido para el luto y el dolor, como el toro estoy marcado por un hierro infernal en el costado y por varón en la ingle con un fruto. Como el toro lo encuentra diminuto todo mi corazón desmesurado, y del rostro del beso enamorado, como el toro a tu amor se lo disputo. Como el toro me crezco en el castigo, la lengua en corazón tengo bañada y llevo al cuello un vendaval sonoro. Como el toro te sigo y te persigo, y dejas mi deseo en una espada, como el toro burlado, como el toro.” Pero, antes de que se pueda publicar el libro, muere Ramón Sijé a los 22 años en Orihuela en diciembre de 1935. La impresión que se lleva Miguel es inmensa, probablemente incrementada por el remordimiento de haberse distanciado de su amigo y no haber tenido la oportunidad de reconciliarse. Es probable que la ruptura se produjera por el rechazo que el radicalismo conservador de Sijé produjo en Madrid. ELEGIA A RAMÓN SIJÉ . (En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien tanto quería.) . Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma, tan temprano. . Alimentando lluvias, caracoles Y órganos mi dolor sin instrumento, a las desalentadas amapolas . daré tu corazón por alimento. Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento. . Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado. . No hay extensión más grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida. . Ando sobre rastrojos de difuntos, y sin calor de nadie y sin consuelo voy de mi corazón a mis asuntos. . .Temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano estás rodando por el suelo. . No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada. . En mis manos levanto una tormenta de piedras, rayos y hachas estridentes sedienta de catástrofe y hambrienta . Quiero escarbar la tierra con los dientes, quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes. . Quiero minar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte . Volverás a mi huerto y a mi higuera: por los altos andamios de mis flores pajareará tu alma colmenera . de angelicales ceras y labores. Volverás al arrullo de las rejas de los enamorados labradores. . Alegrarás la sombra de mis cejas, y tu sangre se irá a cada lado disputando tu novia y las abejas. . Tu corazón, ya terciopelo ajado, llama a un campo de almendras espumosas mi avariciosa voz de enamorado. . A las aladas almas de las rosas... de almendro de nata te requiero,: que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero. ( 10 de enero de 1936 ). El rayo que no cesa se publica en 1936, incluyendo la elegía. El resto está compuesto por cuarenta y dos sonetos amorosos, que constituyen la plenitud de su poesía y que lo encumbran a la fama: No me conformo, no: me desespero como si fuera un huracán de lava en el presidio de una almendra esclava o en el penal colgante de un jilguero. Besarte fue besar un avispero que me clava al tormento y me desclava y que cava un hoyo fúnebre y lo cava dentro del corazón donde me muero. No me conformo, no; ya es tanto y tanto idolatrar la imagen de tu beso y perseguir el curso de tu aroma. Un enterrado vivo por el llanto una revolución dentro de un hueso, un rayo soy sujeto a una redoma. Al estallar la guerra civil toma partido por la causa republicana, formando parte del llamado Batallón del Talento, con él va llevando la cultura a diversos lugares del frente, donde recita sus poemas Se casa en ceremonia civil con Josefina en un breve permiso y vuelve al frente a los pocos días. En esta época, publica Vientos del pueblo, donde concibe la poesía como instrumento de lucha . En ella se mezclan arengas, gritos de guerra, compasión y llanto. Son poemas escritos en las trincheras y que recitaba en los campos de batalla, haciendo vibrar a los combatientes. Miguel veía así a los poetas en aquellos momentos: “ Los poetas somos viento del pueblo: nacemos para pasar soplando a través de sus poros y conducir sus ojos y sus sentimientos hacia las cumbres mas hermosas.” Vientos del pueblo me llevan, vientos del pueblo me arrastran, me esparcen el corazón y me aventan la garganta. Los bueyes doblan la frente, impotentemente mansa, delante de los castigos: los leones la levantan y al mismo tiempo castigan con su clamorosa zarpa. No soy un de pueblo de bueyes, que soy de un pueblo que embargan yacimientos de leones, desfiladeros de águilas y cordilleras de toros con el orgullo en el asta. Nunca medraron los bueyes en los páramos de España. ¿Quién habló de echar un yugo sobre el cuello de esta raza? ¿Quién ha puesto al huracán jamás ni yugos ni trabas, ni quién al rayo detuvo prisionero en una jaula? (...) Si me muero, que me muera con la cabeza muy alta. Muerto y veinte veces muerto, la boca contra la grama, tendré apretados los dientes y decidida la barba. Cantando espero a la muerte, que hay ruiseñores que cantan encima de los fusiles y en medio de las batallas. El hombre acecha es su segundo libro de guerra. En él ha desaparecido el tono esperanzado y triunfalista de Vientos.... La causa de la República estaba perdiendo la guerra. Ahora se duele de toda la tristeza y la muerte de la que ha sido testigo. Además sufre la pérdida de su primer hijo, probablemente por una insuficiente atención médica. El tono es severo y grave. Su poesía se va depurando y se presenta sin artificios, preocupada solo por expresar el dolor del hombre. Al acabar la guerra, intenta salir por Portugal pero es detenido por las autoridades portuguesas que lo entregan a las españolas. Probablemente por la intervención de alguno de sus amigos intelectuales es puesto en libertad sorpresivamente. Pero a pesar de las advertencias de sus amigos, cometió el error de ir a ver a Josefina y a su hijo a Orihuela. Fue denunciado y detenido de nuevo. Lo condenan a muerte , “como autor del delito de adhesión a la rebelión militar”. Pero el franquismo no quiere otra víctima que se pueda convertir en héroe como García Lorca, y la pena es conmutada por la de 36 años de cárcel. A partir de ese momento, comienza un calvario para Miguel. Es trasladado a varias cárceles donde se va quebrantando su salud. En una de ellas coincide con el dramaturgo Buero Vallejo, quien le hace este famoso retrato. El poeta lo envía a Josefina para su hijo. En la cárcel escribe Cancionero y romancero de ausencias, un libro conmovedor y emotivo, donde se inspira en las formas sencillas y escuetas de la poesía popular. En ella habla del amor , ahora a su mujer y a su hijo. Se trata de un amor frustrado de nuevo por la separación. También se refiere en muchos poemas a su situación de prisionero y a las terribles consecuencias de la guerra. Se trata de un libro conmovedor, tanto por su temática como por su desnudez formal. El estremecedor poema que sigue lo dedicó a su mujer cuando esta le escribe que solo puede alimentar al hijo de ambos con cebollas. NANAS DE LA CEBOLLA La cebolla es escarcha cerrada y pobre. Escarcha de tus días y de mis noches. Hambre y cebolla, hielo negro y escarcha grande y redonda. En la cuna del hambre mi niño estaba. Con sangre de cebolla se amamantaba. Pero tu sangre, escarchada de azúcar cebolla y hambre. Una mujer morena resuelta en lunas se derrama hilo a hilo sobre la cuna. Ríete niño que te traigo la luna cuando es preciso. Tu risa me hace libre, me pone alas. Soledades me quita, cárcel me arranca. Boca que vuela, corazón que en tus labios relampaguea. Es tu risa la espada más victoriosa, vencedor de las flores y las alondras. Rival del sol. Porvenir de mis huesos y de mi amor. Desperté de ser niño: nunca despiertes. Triste llevo la boca: ríete siempre. Siempre en la cuna defendiendo la risa pluma por pluma. Al octavo mes ríes con cinco azahares. Con cinco diminutas ferocidades. Con cinco dientes como cinco jazmines adolescentes. Frontera de los besos serán mañana, cuando en la dentadura sientas un arma. Sientas un fuego correr dientes abajo buscando el centro. Vuela niño en la doble luna del pecho: él, triste de cebolla, tú satisfecho. No te derrumbes. No sepas lo que pasa ni lo que ocurre. Finalmente, contrae la tuberculosis y su delicado estado de salud recomienda su traslado al sanatorio de tuberculosos de Porta Coeli en Valencia. Las autoridades consienten su traslado siempre que renuncie a sus ideas públicamente, recupere sus primeras ideas religiosas y contraiga matrimonio canónico con Josefina. Miguel Hernández sólo acepta esto último, y viendo cerca la muerte y para no dejar desamparados a su mujer y su hijo, contrae matrimonio “in articulo mortis” en marzo de 1942. Pero a finales de ese mismo mes, todavía encarcelado y sin tratamiento médico adecuado, fallece en la prisión de Alicante a los 31 años.