Los mismos perros con otros collares Los mismos perros con otros collares La amenaza del terrorismo mundial sigue siendo la disculpa preferida para tapar todas las demás, que no son amenazas, sino realidades. Bush enamoró a Aznar en su día y le invitó a su rancho. Aznar, en pleno orgasmo de poder y con los pies encima de la mesa que solía usar Bush para sus deleites privados, se entregó en cuerpo y alma a los proyectos 'gloriosos' del anfitrión y se comprometió a todo, o sea, nos comprometió a todos. El resultado de tan excitante apareamiento mental fue la invasión de Irak, con las consecuencias para nuestro país ya conocidas, el 11-M, y las no conocidas, sencillamente porque aun no ocurrieron. Pero estamos en la nómina de los terroristas sin fecha de caducidad, aunque los que nos metieron en ella, Bush y su media naranja Aznar, sigan tan tranquilos por ese mundo del señor dando conferencias y lecciones de ética y de política. Y además hay quien les paga por ello. Para que luego digan que somos una especie inteligente. Pero como vivimos en un mundo, que por muchas vueltas que dé siempre vuelve al mismo sitio, pues hete aquí que el ahora galán de moda en los EEUU, un tal Obama, decide cambiar el escenario del sueño de gloria militar de su país, que en realidad debería llamarse el escenario donde dar salida a las multinacionales de la guerra yanquis, y trasladar la mentira de Irak, pero envuelta en otro papel de regalo, a Afganistán. Y para ello, primero encandila a los suyos y luego encandila a los nuestros. No se sabe si Zapatero puso los pies encima de la mesa de Obama, lo dudo porque la mujer de Obama parece de armas tomar y les hubiera echado de casa a los dos, pero lo cierto es que tocó el corazón de Zapatero con ese no se qué que tienen los presidentes yanquis que hace que los que intiman con ellos regresen sin tocar el suelo, flotando en la gloria. Algunos, como Aznar, ya no bajan nunca mas. Aunque también es verdad que cualquier parecido entre Zapatero y Aznar sería pura coincidencia, pero no es pura coincidencia el parecido entre la razón para invadir Irak y la razón para volcarse ahora en una guerra total en Afganistán. Mismas razones, mismos argumentos. Objetivo, meter miedo al personal para justificar guerras y, de paso, para que no se preocupe por otras cosas más importantes. Aunque sería bueno decir ahora que en los últimos dos años lo que hizo tambalearse al mundo no fue el terrorismo de Al Qaeda, sino el terrorismo financiero consentido y no combatido por los gobiernos, el de EEUU a la cabeza. Pero Obama quiere que sigamos preocupados por los talibanes, no por los banqueros. Y ya dije una vez que un terrorista de esos brutos te puede matar de golpe, pero un terrorista fino, de los financieros, te va matando poco a poco, apretando la cuerda lentamente alrededor de tu hipoteca o tus ahorros hasta que ya no respires. A lo mejor también lo hace de golpe, inventándose una quiebra de la noche a la mañana y dejándote con lo puesto. Y esta variante del terrorismo no está ubicada en un lugar geográfico concreto, como pretenden convencernos con los otros que parece ser se encuentran concentrados en Afganistán, sino que los primeros están por todo el planeta. Allí donde exista una oficina bancaria está su mano sujetando su soga. Eso si, te darán una palmadita en la espalda antes de apretar el nudo. Claro que, para que nos entendamos, la diferencia está en que a los terroristas de Al Qaeda se les combate con hombres, o sea, vidas humanas, y con mucho dinero que cuesta mantener esa guerra, que por cierto es mentira que vaya a acabar en 2011. Mientras que a los otros, a los que nos atacan en nuestros ahorros y nuestros puestos de trabajo, a esos, los 1/2 Los mismos perros con otros collares gobiernos los apoyan con dinero público, o sea, de todos, para que no se extingan y nos sigan sangrando y estrangulando, eso sí, con elegancia. Y como donde éramos pocos parió la abuela, pues dicen, comentan, que Zapatero le prometió a Obama enviar más hombres, o sea, vidas humanas, a luchar contra los talibanes a Afganistán, porque parece ser que ese es nuestro principal y más preocupante problema. Pero me temo que ni a Vd. ni a mi nos quita el sueño el talibán dichoso, sí en cambio el ?ERE? dichoso que nos sobrevuela con su sonrisa siniestra y su futuro sombrío. En fin, lo dicho, es la misma historia envuelta en otro papel, en otro envase. La amenaza del terrorismo mundial sigue siendo la disculpa preferida para tapar todas las demás, que no son amenazas, sino realidades. ¿Es más preocupante la supuesta amenaza del terrorismo internacional que la realidad del cambio climático? ¿Qué la crisis económica global? ¿Qué el brutal aumento de la hambruna mundial? Esperemos que el sentido común de Zapatero se imponga y se una a líderes europeos que no están por la labor de meterse en la absurda guerra de Afganistán, como en su día no lo hicieron con la de Irak. Los argumentos de Obama son los mismos que los de Bush, porque los interesados en mantener las guerras abiertas siguen siendo los mismos. Y aquellos que siguen viendo en Obama a la figura que este mundo necesita, que se vayan bajando poco a poco de la nube, para no hacerse daño al caer de golpe. Me temo, y no soy el único, que no es lo que aparenta ser, lo que quiere que creamos, lo que muchos ya se han creído. Este mundo está sobrado de ?salvadores? teóricos. Lo que necesita son hechos reales pensados para todos, sobre todo, para los más necesitados. Decisiones, actos, basados en la unidad. Y mucho me temo que eso no vendrá nunca de la mano del ?imperio? yanqui. Mira qué Guay? Revista Fusión © CCOO SERVICIOS 2015 Logos y marcas propiedad de sus respectivos autores Se permite la reproducción total o parcial de todos los contenidos siempre que se cite la fuente y se enlace con el original 2/2