Los doctores de la ley

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Los doctores de la ley
Por Jorge Rodríguez Guerrero
Lucas, en su interesante episodio de la niñez
de Jesús cuando tenía doce años, nos dice que
el niño se asombró de que sus padres pensaran que él estaba perdido pues daba por sentado que José y María sabrían que el único lugar a donde podían ir por él era el templo.
Lea Lucas 2.41-50. Dice el v 46 que sus padres “lo hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles” ¿Quienes eran los doctores de
la ley?
Un doctor de la ley, era un hombre judío
con un profundo conocimiento de la ley de
Moisés y por extensión, de las Escrituras. Los
diccionarios bíblicos nos dicen que generalmente para que un conocedor de la ley fuera
considerado un doctor, era necesario que
aprobara una especie de examen ante otros
doctores reconocidos, aunque como veremos
enseguida, no necesariamente.
La palabra griega en Lc 2.46 nos ilumina:
es la palabra nomodidáskalos, (nomo=ley,
didáskalos= maestro); llanamente, maestro de
la ley.
Es decir, un doctor o maestro de la ley era
alguien con un profundo conocimiento de la
ley de Dios capacitado para enseñar sobre
ella. La relación del joven Saulo de Tarso con
Gamaliel nos ayuda a entender más este aspecto. Pablo dijo que había sido educado a los
pies de Gamaliel, es decir que había sido su
discípulo y Lucas nos dice que Gamaliel era
un doctor de la ley, (Hch 5.34). No debemos
pasar por alto que la palabra “maestro” es
“rabbí” o “rabí” en arameo.
Interesantemente Juan el bautista también
fue considerado por muchos un rabí (Jn 3.26)
lo cual nos ayuda a entender que cuando un
hombre, no importando su formación, dejaba
ver que tenía un conocimiento fuera de lo
común que al enseñarlo era aceptado por cierta cantidad de personas que se le juntaban como discípulos, era considerado un rabí.
Cuando un judío llamaba a Jesús maestro o
rabí por supuesto estaba usando la palabra en
su sentido usual y prácticamente único; Jesús,
quien era de la tribu de Judá, aceptó que se le
llamara así, y hasta enseñó a sus discípulos
que le consideraran como su único maestro.
Juntando todo lo anterior, es posible afirmar que los doctores de la ley, escribas, rabís
y maestros, son en el Nuevo Testamento los
mismos. 
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