de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré

Anuncio
¿Cuál es el galardón de los redimidos -
el cielo?
31
de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te
mostraré".
Abraham entra en escena
Primeramente, Dios llamó a Abram - como se llamaba anteriormente - a salir de la tierra de Babilonia
donde vivía (símbolo de la Babilonia espiritual en que
vivimos hoy, pues Dios nos llama a usted y a mí a salir de
este mundo, ¡de esta Babilonia!). Abraham no se valió de
pretextos ni argucias. El texto dice: "Y se fue Abram como
el Eterno le dijo". Partió a cierta tierra que Dios le indicó,
¡la tierra que ahora conocemos como Palestina! Abraham
obedeció. ¡Partió inmediatamente! Sí, usted y yo debemos
tener esa misma actitud de obediencia si hemos de heredar,
con Abraham, la mencionada promesa.
Hoy en día la humanidad no tiene idea de lo que está
reservado para los redimidos en Cristo. La herencia que a
usted le espera -si se rinde a Dios como Abraham, excede
en mucho a cualquier cosa que su mente haya concebido.
Como leemos en 1 Corintios 2:9: "Cosas que ojo no
vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son
las que Dios ha preparado para los que le aman". La
herencia que Dios ha preparado para usted no puede ni
siquiera ser concebida por la mente natural de hombre,
pero Dios lo revela a nosotros, como se lee en el versículo
10 de este capítulo 2 de 1 Corintios, "por el Espíritu".
Ahora bien, ¿qué le prometió Dios a Abraham?
La contestación se encuentra en Génesis 12:6-7: "Y
pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem
hasta el encino de More; y el cananeo estaba entonces en
la tierra. Y apareció el Eterno a Abram, y le dijo: A tu
descendencia daré esta tierra". Vemos pues que la promesa
fue la tierra de Palestina como herencia.
La tierra prometida
Continuemos leyendo en Génesis 13, versículos 14 y
15: "Y el Eterno dijo a Abram, después que Lot se apartó
de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde
estás hacia el norte y el sur y al oriente y al occidente;
porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descenden-
Descargar