OPINIÓN WWW. LAPALABRAISRAELITA. CL La grieta sunita - chiíta y su relación con Israel DORE GOLD* Queda claro como el sol que el eje principal del conflicto en el Medio Oriente no es el conflicto israelí-árabe sino el que se vive dentro del propio Islam entre sunitas y chiítas. Esa batalla se ubica detrás del telón del derramamiento de sangre en Siria entre el régimen alauita, apoyado por Irán y la mayoría sunita entre los habitantes de Siria, apoyada por Arabia Saudita y Qatar. La batalla sunita-chiíta nutrió las guerras internas en Líbano durante largos años, al final de las cuales ganaron los chiítas por medio de sus representantes, la organización Hezbollah. La batalla chiíta-sunita se posiciona detrás de los levantamientos en Bahrein contra el gobierno sunita y es la fuente de parte importante de la guerra civil de Yemen, donde los chiítas premeditadamente luchan contra la conducción sunita. Actualmente, parece que los intereses de Israel se acercan a los de los sunitas, en especial dado que Irán es el factor de empuje de los chiítas a posiciones de fuerza. Pero, ¿será correcto definir así los intereses de Israel en el largo plazo? Un ex funcionario norteamericano, con gran conocimiento sobre Irán, recuerda a sus lectores los estereotipos existentes en la institución de seguridad norteamericana con respecto al quiebre entre sunitas y chiítas. Cita una fuente del Pentágono diciendo en los años ochenta que los chiítas son «monstruos deseosos de sangre, come-niños». Esos prejuicios tuvieron expresión en un contexto político específico. Al mismo tiempo Estados Unidos designó a gente de Muyahidín en Afganistán y a sus aliados sunitas extremistas que lucharon sin pausa en el ejército soviético al momento en que los chiítas en Líbano atacaban, en cualquier oportunidad, las fuerzas de la Marina en Beirut. Israel cuenta con sus propias versiones para las mismas teorías. Una concepción popular entre los expertos en seguridad de los años ochenta suponía que justamente los chiítas (y no los sunitas) son los que perpetran atentados suicidas. Pero el ascenso de los movimientos Hamas y Al Qaeda sunita demostró, por encima de cualquier duda, en especial tras los atentados del 11de septiembre, hasta cuánto esos estereotipos no eran simples. El quiebre original entre sunitas y chiítas surgió en el siglo VII alrededor de la pregunta sobre el continuador de Mahoma. Los sunitas creían en la tradición tribal según la cual los sabios de la comunidad eligen, entre ellos, al líder más honorable como califa de la comunidad musulmana. Los chiítas eligieron a Alí y coronaron a sus descendientes como Imam bajo la concepción que quien siga el camino de Mahoma debe provenir de la familia. La palabra chiíta es parecida, desde el punto de vista de la lengua hebrea, a la palabra «fracción» y los chiítas son conocidos como «Fracción de Alí». Las luchas por la herencia alrededor del continuador de Mahoma desembocaron, más tarde, en diferencias teológicas con derivaciones militares-estratégicas cuando sunitas y chiítas gobernaron las potencias islámicas rivales. La batalla chiítasunita llegó a nuevos récord con la fundación del reino chiíta en el año 1501, cuando el Islam chiíta se transformó en reli- gión oficial de Persia bajo el Shah Ismail. El reinado chiíta luchó contra el Imperio Otomano sunita y hasta el día de hoy los musulmanes sunitas sostienen que el motivo del fracaso otomano para estallar las puertas de Viena y conquistar así toda Europa fue que los chiítas les clavaron a los otomanos un cuchillo por la espalda. En ese período, los judíos del Irán chiíta sufrieron mucho más que los que vivían bajo los sunitas, donde los otomanos recibieron con bendiciones a los refugiados judíos que padecían en ese momento del azote de la Inquisición en España. En contrario de ellos, la institucionalidad chiíta de Irán comenzó a desarrollar una idea extraña a la creencia sunita según la cual los judíos son fuente de impureza. Por ejemplo, si un judío tocaba una fruta en el mercado de Teherán, un musulmán chiíta no podía comer las frutas por ello. Otro ejemplo sobre los judíos a los que se les prohibía salir de sus casas en la lluvia por temor a que las gotas que caen del judío sean impuras para los musulmanes. El Shah Abbas (1586-1628), dictó que los judíos debían islamizarse o ser sentenciados a pena de muerte aunque, luego, alivió esos dictados. En el año 1839 los judíos debieron enfrentar la elección de islamizarse o morir y muchos tomaron para sí el Islam hacia el exterior, mientras guardaban su judaísmo en secreto. ¿Cómo es la situación hoy? Con el ascenso del Ayatola Khomenei al gobierno volvió a ser popular la tendencia antijudía. En el libro «Gobierno Islámico», escribió Khomenei: «Debemos protestar y hacer saber a la gente que los judíos y sus seguidores extranjeros se oponen a las bases del islam y quieren conformar un gobierno judío en todo el mundo». Considerando su posición con respecto al pueblo judío no sorprende que en 1979 llamara a Israel «Tumor canceroso del Medio Oriente», agregando: «Sobre todo musulmán se impone el compromiso de prepararse para la guerra contra Israel». El Ayatola y otros se refirieron a Israel como un tumor canceroso o un germen, lo que recuerda por supuesto a la definición de los judíos como impuros. Hombres religiosos extremistas de Irán, responsables del adoctrinamiento de la Guardia Revolucionaria, explican que los judíos son el origen de la corrupción en el mundo. Otra personalidad de la Guardia Revolucionaria, el Ayatola Noori Hamdani, dijo que se debe derrotar a los judíos para abonar el terreno a la llegada del Imam desaparecido. ¿Es posible que esa doctrina iraní convierta al islam chiíta en un problema central de Israel que, por su naturaleza, prefiere a la parte sunita? En los días anteriores a la creación del Estado, los chiítas ayudaron en el sur de Líbano a las localidades del norte y, en los primeros años 80, lucharon contra la OLP junto a Israel, antes del ascenso de Hezbollah. El líder de los chiítas en Irak, el Ayatola Ali al- Sistani, rechaza el extremismo iraní y en su sitio de internet escribe que los judíos y los cristianos son puros. Más aun, la ideología de Los Hermanos Musulmanes nutre, constantemente, las tendencias anti-israelíes entre los sunitas. Con la llegada de la «Primavera Árabe» esas tendencias se extienden con falta de tolerancia de los movimientos salafitas hacia todo aquel que no sea parte del Islam. El Estado de Israel debe cuidar sus intereses vitales en el Medio Oriente pero no dejarse empujar hacia el interior de la batalla sunita-chiíta, basándose en estereotipos injustificados de un lado u otro en la batalla mencionada. (FUENTE: JERUSALEM CENTER FOR VIERNES 11 DE MAYO DE 2012 3 LA PALABRA ISRAELITA S EMANARIO DEL C ÍRCULO I SRAELITA DE S ANTIAGO 11 DE MAYO DE 2012 19 DE IYAR DE 5772 www.lapalabraisraelita.cl e-mail: [email protected] VIERNES SANTIAGO DE CHILE EL SEMANARIO LA PALABRA ISRAELITA ES PROPIEDAD DE LA EMPRESA PERIODÍSTICA «LA PALABRA ISRAELITA S.A.» COMANDANTE MALBEC 13210, LO BARNECHEA, SANTIAGO REPRESENTANTE LEGAL SERGIO JODORKOVSKY DIRECTOR GIL SINAY S. EDITOR EN ESPAÑOL SILVIA PREISS PERIODISTAS / COLABORADORES ISAÍAS WASSERMANN ANDREA SALAMOVICH JOYCE VENTURA JOANNA WURMANN SONJA FRIEDMANN SONIA REIZIN IMAÍ KATANELLA IRENE VENTURA MICHELLE BERSTEIN ANDREA LEÓN YAEL MANDLER ADMINISTRACIÓN MÓNICA DUEK A. 2405020 PRODUCCIÓN JUAN MEZA O. 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