BOLIVIA “Un gobierno para todos” Pide la Iglesia Boliviana tras el

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BOLIVIA
“Un gobierno para todos”
Pide la Iglesia Boliviana tras el triunfo de Evo Morales
La Conferencia Episcopal de Bolivia, se ha pronunciado con respecto a los comicios
presidenciales que se realizaron el pasado 12 de octubre. Más de 5 millones de
bolivianos acudieron a las urnas a elegir a su próximo presidente.
Antes de las elecciones, los Obispos alentaron a los bolivianos a tener “unas elecciones,
libres, con transparencia y credibilidad”. Este primer comunicado fue emitido el pasado
25 de septiembre en La Paz, y luego de las elecciones nuevamente se pronunció la
Secretaría General de la Conferencia, en cabeza de Monseñor Mons. Eugenio
Scarpellini, para felicitar al pueblo por unas elecciones participativas y sin violencia, y
pedir “un gobierno para todos” por una Bolivia unida con justicia y equidad.
Los candidatos que estuvieron en la lucha por la presidencia fueron los siguientes: El
presidente Evo Morales estuvo como candidato para su tercer período de gobierno
frente a sus cuatro opositores Samuel Doria Medina (Unión Democrática), Juan del
Granado (Movimiento Sin Miedo), Jorge Quiroga (Partido Democrático Cristiano) y
Fernando Vargas (Partido Verde).
El Observatorio Pastoral da a conocer los dos comunicados que ha realizado la
Conferencia Episcopal de Bolivia.
Por unas elecciones libres, con transparencia y credibilidad
Obedecer a Dios por el camino de la justicia y del derecho. (cfr. Mt 21, 32)
Como país nos aprestamos a celebrar las elecciones generales del próximo 12 de
octubre. La Conferencia Episcopal Boliviana, fiel a su vocación y en actitud de servicio,
comparte con la ciudadanía sus criterios y orientaciones frente a este acontecimiento de
interés nacional, a la luz de los principios humanos y cristianos y en el contexto de la
Doctrina Social de la Iglesia.
Transparencia, requisito decisivo.
La transparencia es la única garantía de la credibilidad de los procesos electorales, en
consecuencia es importante que autoridades y operadores del órgano electoral
plurinacional extremen esfuerzos para garantizar a la población un proceso imparcial.
De igual manera es altamente recomendable que se faciliten y apoyen iniciativas de
observación y control ciudadano por parte de organismos e instancias, nacionales o
internacionales, que gocen de credibilidad.
El voto, derecho y deber constitucional.
El voto es un derecho constitucional, individual, secreto, libre, consciente y
responsable, fundado sobre los principios de libertad de conciencia y de elección.
Por eso los ciudadanos deben ejercer este derecho sin temores, pues todos tenemos el
deber moral de participar activamente de este proceso electoral. La participación de
cada persona fortalece la democracia y es una forma de colaborar en la construcción de
un futuro digno para las personas y para toda la comunidad.
En ese marco, ponderamos, una vez más, la vocación democrática del pueblo boliviano,
expresada en tantas circunstancias particularmente difíciles de nuestra historia reciente,
y reiteramos nuestro llamado a la población para que, también en esta ocasión,
demuestre una alta y ejemplar participación.
Dignidad humana y bien común.
Votar en conciencia es apostar por valores fundamentales de desarrollo integral en
sociedad como la vida, la justicia, la solidaridad, la verdad y la libertad. Para esto es
importante que los ciudadanos se informen suficientemente, ejerciten un sano
discernimiento y vean cuales propuestas electorales priorizan estos valores.
Todo lo que impide o condiciona el voto: presiones, insultos, descalificaciones,
discriminaciones de diverso tipo y, peor aún, cualquier forma de amenaza o agresión
física al que piensa distinto, atenta contra sus derechos fundamentales. Asimismo la
demagogia, la prebenda y el soborno ofenden la inteligencia y hieren la dignidad de las
personas.
Voto consigna, amedrentamientos y represalias.
No es lícito ni democrático que partidos políticos, comunidades, organizaciones sociales
o dirigencias pretendan canalizar el llamado voto consigna. No hay ningún argumento
válido que legitime estas acciones que, por otro lado, deben ser denunciadas y resueltas
oportunamente por los órganos establecidos, porque soslayan la libertad de
pensamiento, la libre expresión y la estabilidad democrática.
Es particularmente condenable, venga de quien venga, que se usen instituciones, bienes
y recursos, públicos o privados, como instrumentos de presión, chantaje o legitimación
en el poder. La ciudadanía debe hacer valer sus derechos y denunciar todo atropello. En
esta tarea será de gran utilidad el apoyo de los medios de comunicación informando con
veracidad y denunciando toda acción que afecte el normal desarrollo del acto electoral.
En la oración encomendamos este proceso al Dios de la Historia y de la Vida,
conscientes de que sin Él, tal como nos ha recordado recientemente el papa Francisco,
incluso la prosperidad va acompañada de una terrible pobreza espiritual. Que Dios
bendiga todo esfuerzo sincero que busca la dignidad y el bien común de su pueblo.
Los Obispos de Bolivia
La Paz, 25 de septiembre de 2014
POR UNA BOLIVIA UNIDA CON JUSTICIA Y EQUIDAD
“El juzga el orbe con justicia, a los pueblos con rectitud”. Salmo 9, 8
Luego de la realización de las elecciones nacionales del pasado 12 de octubre, la
Conferencia Episcopal Boliviana felicita al pueblo boliviano por una nueva muestra de
vocación democrática y comportamiento cívico en su participación en los comicios
electorales. Este testimonio constituye una base sólida que fortalece la vigencia del
sistema democrático en nuestro país.
De igual manera, basados en los resultados preliminares, felicitamos al Movimiento al
Socialismo y a su líder, el Presidente Evo Morales, por haber ganado estas elecciones
habilitándose para un tercer mandato. Su liderazgo debe constituirse en un referente de
unidad y de articulación de esfuerzos al servicio del bien común del que todo el país
debe salir beneficiado.
Al mismo tiempo, al igual que muchos ciudadanos en las últimas horas, no podemos
dejar de expresar nuestra preocupación por la demora y denuncias de irregularidades
graves en el conteo oficial de los votos por parte del TSE; estos hechos ponen en
evidencia la falta de idoneidad de esta instancia e inevitablemente despiertan dudas y
susceptibilidades sobre el proceso. Es fundamental que sus responsables extremen
esfuerzos para concluir su tarea de manera transparente y en el plazo más breve posible.
Ni ganadores ni perdedores
Una vez concluida la etapa electoral, es importante enfocar adecuadamente el futuro
inmediato sin ganadores ni perdedores, concretando espacios de encuentro de todas las
fuerzas vivas de nuestra sociedad para encarar los problemas más urgentes que atingen a
la sociedad, priorizando el bien común y evitando muevas formas de intolerancia,
exclusión o la tentación del pensamiento único y la concentración de poder. Sólo de esta
manera se puede asegurar que el verdadero ganador de estos procesos sea el país en su
conjunto.
Un gobierno para todos
Tomando en cuenta el deseo del propio presidente, expresado nuevamente en su primera
intervención luego de las elecciones, le auguramos un gobierno responsable y acertado
escuchando las preocupaciones más urgentes de los ciudadanos. Entre estas grandes
tareas pendientes hay que mencionar la necesidad de contar con propuestas estructurales
y sostenibles frente al drama de la pobreza persistente, respuestas más eficaces y
oportunas frente a las amenazas crecientes del narcotráfico, una verdadera y profunda
renovación del sistema judicial, propugnar una auténtica y sana independencia de los
poderes al servicio del estado de derecho, una evidente mejora de los servicios de salud
y educación, así como adoptar medidas urgentes para resolver la creciente inseguridad
ciudadana, entre las más importantes.
Colaboración ente la Iglesia y el Estado.
Más allá de las críticas y ataques que nos llegan reiteradamente por parte de
representantes del gobierno, como Iglesia, ofrecemos nuestra colaboración a las nuevas
autoridades, ya que, “la autonomía de la Iglesia y la de la comunidad política no
comporta una separación tal que excluya la colaboración”. (Carta de los obispos de
Bolivia: “Los católicos en la Bolivia de hoy”, 122). La Iglesia colabora con la
predicación del Evangelio, con su servicio a los más pobres de la sociedad boliviana,
pero también, seguimos el consejo del Papa Francisco que nos dice en su carta La
Alegría del Evangelio: “nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad
secreta de las personas, sin influencia alguna en la vida social y nacional, sin
preocuparnos por la salud de las instituciones de la sociedad civil, sin opinar sobre los
acontecimientos que afectan a los ciudadanos.” (EG183).
Nos unimos en oraciones a todos los fieles católicos y personas de buena voluntad para
que el Dios de la historia ilumine a nuestros gobernantes y les bendiga con sabiduría,
capacidad de diálogo y espíritu de servicio para llevar a buen término los proyectos de
gestión pública que garanticen los derechos fundamentales, el bienestar y la felicidad de
todos los bolivianos, especialmente de los más pobres y marginados de nuestro tiempo.
Secretaría General de la
Conferencia Episcopal Boliviana
La Paz, 15 de octubre de 2014
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