Tema 12: Autoconcepto e identidad social

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Tema 12: Autoconcepto e identidad social
1. Introducción
El conocimiento y la imagen que tenemos de nosotros mismos como individuos, y la
conciencia de la pertenencia a uno o varios grupos junto con la evaluación que
hacemos de ellos se estudiará en este capítulo.
Saber, o creer que sabemos, como son los demás nos permitirá predecir lo que esas
otras personas pensarán y harán. El conocimiento de uno mismo puede darse a nivel
pero también a nivel grupal.
Los psicólogos de la personalidad se han preocupado de buscar diferencias
individuales, y de conocer como esas diferencias llevan a las personas a comportarse
de una determinada manera, centrándose en el contenido de la identidad en si. Desde
la psicología social se ha prestado más atención a la forma en la que las personas
piensan sobre las cosas que afectan a su comportamiento y a la influencia que puede
tener lo que piensan en sus relaciones interpersonales e intergrupales. Los psicólogos
sociales se han interesado más por buscar procesos generales que puedan afectar a
todos los individuos.
2. El autoconcepto
¿Qué es el autoconcepto?
El autoconcepto es la idea o imagen que el individuo tiene de si mismo (respuesta a
¿quien soy?). El autoconcepto global de un persona está formado por los distintos
roles que desempeña, los contextos en los que se desenvuelve, etc.. Parte de estos
múltiples aspectos del autoconcepto pueden variar con el tiempo.
Descripciones del autoconcepto:
- Como toda la persona en general (sinónimo de persona)
- Como personalidad (autoconcepto como la personalidad)
o Todas las partes d la personalidad de un individuo
o Colección de habilidades, temperamentos, metas.. que distinguen a
unas personas de otras
o Personalidad de un individuo que la hacen psicológicamente única.
- Como experiencia subjetiva. Yo como sujeto. Proceso psicológico
responsable de la auto-conciencia y el autoconocimiento. Es la idea del “yo
como conocedor” para distinguirlo del “yo conocido”.
- Como creencias sobre uno mismo. Percepciones, pensamientos, y
sentimientos sobre uno mismo.
- Como agente ejecutor. Referido a la regulación y el control que ejerce la
persona sobre sus pensamientos y sentimientos acerca de si misma.
Conocerse a uno mismo: el autoconocimiento
El autoconocimiento es la compresión de cómo es uno mismo y de cómo son las
propias metas y habilidades. Para ello, organizamos la información sobre nosotros
mismo recurriendo a los auto-esquemas. Los esquemas son estructuras cognitivas
que representan el conocimiento sobre un concepto, incluyendo sus atributos y las
relaciones entre dichos atributos. Los esquemas de nosotros mismo se denominan
auto-esquemas, estando el autoconcepto formado por un gran número de autoesquemas. Los auto-esquemas son recursos a los que acudir cuando encontramos
algún acontecimiento negativo en la vida. Los auto-esquemas excesivamente
extremos (considerarse muy malo en el deporte) pueden producir consecuencias
aversivas para el individuo.
¿Cómo podemos llegar al conocimiento de cómo somos realmente? Una de las formas
es haciendo inferencias sobre nuestro comportamiento. Basado en este principio, Bem
(1967) desarrolló la teoría de la autopercepción. Según esta teoría, las personas
construimos un concepto de nosotros mismos haciendo atribuciones internas de
nuestro comportamiento (asignándonos rasgos personales que expliquen por qué nos
comportamos como lo hacemos). Bem explicaba así el cambio de actitudes a través
de la conducta. Las atribuciones que hacemos sobre las causas de nuestra conducta
pueden cambiar debido a la influencia de agentes externos. Según la teoría de la
autopercepción cuando se utilizan recompensas o castigos con alguien que está
intrínsecamente motivado, las personas re-atribuyen a una fuente externa la razón de
llevarla a cabo, en lugar de explicarla por causas internas, reduciendo la motivación
intrínseca y esperando un incentivo externo (efecto de sobrejustificación).
Una segunda forma de adquirir conocimiento es comparándonos con los demás.
Festinger definió el concepto de comparación social refiriéndose a la comparación que
hacen las personas de sus opiniones y habilidades con las de otros miembros del
grupo al que pertenecen y otras no similares. La teoría se centra en como aprenden
las personas a través de la comparación con otros. Un ejemplo de comparación social
a nivel intergrupal es el fenómeno “brillar con gloria ajena” (tendencia a aliarse con
personas o grupos deseables para mejorar la impresión que los demás tienen de uno
mismo).
La explicación de nuestro comportamiento y la comparación con otros son dos
maneras de llegar a conocernos.
¿Cómo se forma y se modifica el autoconcepto?
La teoría de la auto-discrepancia
Higgins desarrolló esta teoría para explicar como se forma y modifica nuestro
autoconcepto. Las personas estamos fuertemente motivadas para mantener un
sentido de coherencia entre las creencias y las percepciones que tenemos sobre
nosotros mismos (en caso contrario se produce disonancia). Esta teoría tiene en
cuenta como las personas pensamos que somos, lo cual constituye el autoconcepto
tradicional. Esta teoría postula otros autoconceptos diferentes que servirán de guía a
las personas para comparar el autoconcepto real con esos otros tipos de autoconcepto
(posibles discrepancias). Estas guías tienen dos funciones:
- Son incentivos para nuestro comportamiento futuro.
- Operan como un criterio de comparación de nuestro autoconcepto real
Los otros autoconceptos son:
- Autoconcepto ideal: como nos gustaría ser
- Autoconcepto responsable: como creemos que deberíamos ser
- Autoconcepto potencial: como pensamos que podemos llegar a ser
- Autoconcepto esperado: como esperamos ser en el futuro
Estos múltiples autoconceptos pueden ser considerados desde dos puntos de vista: el
nuestro y el de alguna persona significativa para nosotros. Nuestro autoconcepto
puede ser congruente o discrepante con los otros autoconceptos señalados.
Los cinco supuestos en los que se fundamenta la teoría de la auto-discrepancia son:
-
Las personas estamos motivadas para conseguir que nuestro concepto real
se aproxime a otros autoconceptos que consideramos relevantes.
-
-
-
Una auto-discrepancia es una estructura cognitiva que interrelaciona
distintos tipos de autoconceptos discrepantes entre si
Las discrepancias entre distintos tipos de autoconceptos provocan
diferentes situaciones psicológicas negativas asociadas a estamos
emocionales concretos
La probabilidad de que una auto-discrepancia produzca malestar
psicológico depende de la facilidad con la que sea activada en la mente de
la persona.
Cuanto mayor sea la magnitud y la accesibilidad de un tipo de autodiscrepancia para un individuo, más sufrirá la clase de malestar asociado a
ese tipo de auto-discrepancia.
Cuando pensamos que nuestros deseos no se ha cumplido experimentamos
insatisfacción, tristeza, depresión y decepción. Si creemos que no hemos cumplido los
deseos que otros tenían sobre nosotros, experimentamos vergüenza y consternación.
Las discrepancias que se dan entre el autoconcepto y las guías, como las que se dan
entre las propias guías, nos avisan de cierto desajuste, motivándonos a reducirlo
(discrepancia como fuente motivacional). Higgins especifica la emoción concreta que
provoca cada tipo de autodiscrepancia (no si es positiva o negativa como ocurre con la
teoría de Festinger).
El yo espejo
El yo espejo es el fenómeno que consiste en vernos a través de los ojos de los demás
como si nos estuviéramos mirando en un espejo. Cooley afirmaba que percibimos que
en la mente de los demás existe el pensamiento o la imagen de nuestra apariencia ,
comportamiento, metas, etc.. y por lo tanto nos vemos afectados por ello. Según el yo
espejo las personas construyen un autoconcepto congruente con la forma en la que
las ven los demás. George Mead propuso además que las personas se sienten
afectadas por lo que piensan los grupos en general.
Shrauger y Schoeneman concluyeron que las personas no tendemos a vernos tal
como nos ven los demás, sino como pensamos que nos ven (influencia de los demás
mediada por nuestra interpretación). Ichiyama encontró el efecto contrario sugerido por
el yo espejo: la valoración que hace el individuo de si mismo es lo que influye en como
cree que le evalúan los demás, en lugar de ser al revés. En el trabajo de Kenny y
DePaulo se muestra que los sujetos determinan como les ven los demás no por la
información que reciben de ellos, sino por sus autopercepciones. En primer lugar
tienen una imagen de si mismos, y en segundo lugar, creen que los demás les ven tal
como se ven a si mismos.
Resumiendo, nos vemos a nosotros mismos como pensamos que nos ven los demás,
en lugar de cómo nos ven realmente, y al mismo tiempo, la valoración que hacemos
de nosotros mismos es lo que influye en como creemos que nos evalúan los demás.
Murray concluyó que la percepción de cómo uno es visto por los demás y no como los
demás le ven a uno en realidad es lo que produce cambios en el autoconcepto.
Drigotas describió el fenómeno Miguel Ángel mediante le cual el autoconcepto se
modifica a través del comportamiento de la pareja. Uno de los miembros de la pareja
(que sería el Miguel Ángel) es el responsable consciente de que el otro modifique su
autoconcepto. Cuando la persona percibe que su pareja le ve como le gustaría ser
visto, se comporta según ese yo ideal, para que su comportamiento sea consistente
con la imagen que su pareja tiene de el.
Motivos que afectan al conocimiento sobre uno mismo
Se han identificado al menos tres motivos que nos impulsan a buscar información
sobre como somos y sobre la forma en que nos ven los demás: autoevaluación,
autoverficación y autoensalzamiento.
La autoevaluación
La autoevaluación es el motivo que nos lleva a buscar información precisa sobre
nosotros mismos y a revisar críticamente todos aquellos componentes que forman
parte de nuestro autoconcepto (habilidades, limitaciones, etc..). La autoevaluación se
puede contemplar desde dos puntos de vista: uno centrado en la valoración positiva o
negativa del yo (autoestima), y otro en el que se tiene en cuenta el grado en el cual las
circunstancias, el contexto y cada situación influyen en la evaluación que las personas
hacen de si mismas (componente situacional=> relación entre afecto y cognición).
Las personas pueden utilizar tres tipos de estrategias para mantener una
autoevaluación positiva:
- mediante comparación social: según el modelo del mantenimiento de la
autoevaluación (Tesser), las personas desean mantener una
autoevaluación positiva y dicha autoevaluación está influida por las
comparaciones que establecemos con los demás (compararnos con
personas inferiores no puede ayudar).
- a través de la reducción de la incertidumbre: al activar el autoconcepto y su
autoevaluación se puede generar una incertidumbre sobre como somos
realmente y tratamos de reducirla comparándonos con los demás (teoría de
la comparación social de festinger).
- por la expresión de valores: expresar nuestros valores nos proporciona
herramientas para conocernos y evaluar la información que tenemos de
nosotros mismos. La autoafirmación consiste en expresar claramente
nuestras necesidades, deseos, actitudes, etc… (expresión de valores). La
autoevaluación positiva se consigue mostrando una imagen competente,
coherente, etc..
La autoverificación
Es la motivación para confirmar la imagen que tenemos de nosotros mismos. La teoría
de la autoverificación afirma que a las personas nos gusta que los demás nos vean tal
como nos vemos nosotros mismos. Si pensamos que la imagen que los demás tienen
de nosotros coincide con la que tenemos nosotros mismos, esto tiene un doble efecto
positivo: para nosotros (nos sentimos conocidos y comprendidos), y para esa otra
persona porque aumenta la credibilidad y confianza al confirmar nuestras autoexpectativas.
Debido a la necesidad de coherencia psicológica, nos gusta que los demás nos digan
que somos tal y como creemos que somos (autopercepción correcta). Existen dos
formas de buscar la coherencia: conductual y cognitiva. Para lograr la coherencia
conductual podemos hacer uso de tres estrategias:
- Buscar una interacción de forma selectiva (personas que nos ven tal como
nos vemos nosotros)
- Mostrar señales claras de identidad (se nos reconoce más fácilmente)
- Aumentar nuestros esfuerzos para elicitar información auto-confirmadora
(solicitar feedback)
Para lograr la coherencia de manera cognitiva desarrollamos una percepción de la
realidad compatible con como nos vemos nosotros mismos, mediante tres estrategias:
- Por atención selectiva (buscar feedback que confirme nuestras creencias)
-
Por el recuerdo selectivo (recordamos mejor información que confirma la
imagen que tenemos)
Por la interpretación selectiva (mayor validez al feedback que confirma
nuestra autoimagen)
La autoverificación estratégica consiste en preferir que se les perciba mejor de lo que
se perciben ellos mismos (ligar). Este deseo no es estratégico ni puntual, sino
generalizado, como se verá a continuación.
El autoensalzamiento
EL autoensalzamiento es la motivación para obtener y/o mantener evaluaciones
positivas de uno mismo (motivo de potenciación personal). La teoría del
autoensalzamiento sostiene que estamos motivados para mantener un autoconcepto
positivo y que la necesidad de autoensalzamiento aumenta cuanto mayor son los
deseos de pensar favorablemente sobre uno mismo. Según esta teoría las personas
no sólo buscan tener una imagen favorable de si mismas, sino que también se
esfuerzan por mostrar a los demás sus aspectos positivos (motivo básico de
pertenencia).
El motivo de autoensalzamiento es considerado como algo beneficioso, pero en
contextos académicos y laborales ese sesgo se asocia con baja autoestima y
sensación de malestar. Un ejemplo de autoensalzamiento es el optimismo poco
realista (optimismo ilusorio o sesgo optimista). Es el proceso por el cual las personas
creen que para ellos será más probable experimentar situaciones positivas (problema
con la ilusión de invulnerabilidad).
Sedikikes afirma que el autoensalzamiento es la motivación más fuerte, seguida de la
autoverificación y la autoevaluación.
El componente evaluativo del conocimiento de uno mismo: la autoestima
La autoestima es la actitud del individuo hacia si mismo, la valoración que cada
persona hace de todo lo que está incluido en su autoconcepto a lo largo de una
dimensión de positividad-negatividad. La búsqueda de una autoestima positiva está
relacionada con el motivo social básico de potenciación personal. En culturas
individualistas esa motivación se suele concretar en una tendencia al
autoensalzamiento y la autopromoción, mientras que en culturas colectivistas las
personas se siente mejor si consiguen ser miembros dignos del grupo al que
pertenecen.
Leary, Tambor, et al, plantean una hipótesis sobre el posible origen evolutivo de la
necesidad de elevar nuestra autoestima. Según estos autores, este motivo impulsaba
a nuestros ancestros a disminuir la probabilidad de ser ignorados o rechazados por
otras personas y a evitar la exclusión social. Los individuos que poseían esta
motivación estarían más atentos a las claves situacionales que les indicaran la
probabilidad de ser rechazados por el grupo y actuarían para impedir ese rechazo
(autoestima como sociómetro). Esta teoría sería válida en tiempos ancestrales donde
la pertenencia al grupo era vital. Algunos elementos de apoyo a esta teoría son:
- La experiencia de sucesos con gran probabilidad de provocar rechazo o
exclusión por parte de otros correlaciona positiva y significativamente con el
descenso de la autoestima de las personas.
- La exclusión efectiva disminuye la autoestima
- La baja autoestima va unida a una percepción de rechazo por parte de
otros
- Las amenazas a la autoestima provocan conductas de búsqueda de
aprobación social
El rechazo social disminuye la autoestima más de lo que la aceptación social la
aumenta, sugiriendo que la función de este motivo era más evitar la exclusión que
facilitar la inclusión.
Es posible que incluso perteneciendo a un grupo discriminado las personas
mantengan una autoestima positiva si se sienten identificadas con dicho grupo.
También es importante que la información incluida en el autoconcepto sea distintiva.
La autoestima más baja se produce cuando las personas consideran que las
características que les gustan de las que les autodefinen son comunes (mucha gente
las posee), y las que no les gustan son atípicas (los demás les identifican por esas
características de si mismos que no les gustan).
Una de las formas de conseguir o aumentar una autoestima positiva es el
autoensalzamiento. Las principales fuentes de amenaza del autoconcepto y las
estrategias de afrontamiento se muestran en el siguiente cuadro:
Fuente de amenaza
1. Fracasos (suspender un examen).
2. Inconsistencias. Situaciones inusuales o inesperadas que ponen cuestión la
clase de persona que es uno mismo.
3. Estresares. Situaciones repentinas que pueden exceder la capacidad de
afrontamiento de una persona.
Estrategias de afrontamiento
1. Escapar de aquella situación que suponga una amenaza.
2. Negar. Tomar alcohol u otras drogas para distraer la atención de algo
estresante.
3. Reducir la amenaza. Reevaluar aquel aspecto de uno mismo que ha sido
amenazado o reafirmar los aspectos positivos de uno mismo.
4. Autoexpresión. Hablar y/o escribir sobre el estado emocional y las reacciones
conductuales que se han realizado ante la amenaza.
5. Atacar la amenaza, Se puede desacreditar la base en la que se apoya la
amenaza, negar la responsabilidad de haber fallado en la situación, o poner
excusas que expliquen el fracaso.
Algunos estudios defienden que la baja autoestima es la causa de determinados
comportamiento antisociales (crimen, delincuencia,..), y otros consideran que no es la
causa sino la consecuencia. Algunos estudios muestran que la violencia estaba
asociada con personas de alta autoestima, pero que una alta autoestima no predecía
un comportamiento violento. Algunas características de las personas con alta/baja
autoestima son:
Personas con alta autoestima
Persistentes y resistentes al fracaso
Emocional y afectivamente estables
Menos flexibles y maleables
Menos fácilmente influenciables y más
difíciles de persuadir
No se les supone un conflicto querer y
obtener éxito y aprobación
Reacciona positivamente a una vida alegre y
de éxito
Minuciosos, con un autoconcepto estable y
consistente
Motivados al autoensalzamiento
Personas con baja autoestima
Vulnerable al impacto de las situaciones
diarias
Muy cambiantes en cuanto a las emociones y
el estado de animo
Flexibles y maleables
Fáciles de persuadir e influir.
Desean el éxito y la aprobación pero se
muestran escépticos ante ello
Reaccionan negativamente a la vida alegre y
de éxito
Con un autoconcepto inconsistente e
inestable
Con una motivación autoprotectora
Aunque es posible que la autoestima produzca sentimientos positivos, también lo es
que dichos sentimientos aumenten la autoestima. La mayoría de los investigadores
que defienden que suele ser más importante sentirse bien con uno mismo que tener
una imagen precisa de cómo es uno, reconocen que cuando hay que tomar una
decisión importante las personas se ajustan más a la realidad que a sus ilusiones, en
línea con lo que propone la teoría de la autoverificación.
3. Del autoconcepto a la identidad social
El autoconcepto incluye los roles que desempeñamos a lo largo de nuestra vida y los
grupos a los que pertenecemos. No podríamos llegar a un conocimiento completo de
cómo somos si no incluimos en el autoconcepto nuestra pertenencia grupal, lo que
sentimos por dichos grupos, etc.. es decir, la identidad social. La identidad social está
abordada aquí desde dos teorías; la teoría de la identidad social (TIS) y la teoría de la
autocategorización.
¿Qué es la identidad?
La identidad es una construcción altamente personal desarrollada a través de la
integración de varias identificaciones y des-identificaciones con otras personas
significativas y grupos de referencia, y una construcción social generada a través de la
interiorización de roles y del reflejo de las valoraciones de otros. La identidad es un
conocimiento que se construye:
- De manera principalmente personal: tiene como primer objetivo al individuo
- Teniendo en cuenta otras personas y/o grupos con los cuales el individuo
se siente identificado
- Incluyendo el rol que el individuo desempeña en un momento determinado
y a lo largo de la vida
- En un contexto relacional
Independientemente de la cultura, todas las personas tienen la necesidad de crear y
mantener una identidad propia. Desde la teoría de la Autocategorización, cuando
alguien se categoriza a si mismo teniendo en cuenta sólo su identidad personal,
significa que se percibe diferente a los demás.
En culturas colectivistas asiáticas las personas tienen un autoconcepto
interdependiente, mientras que en las individualistas el autoconcepto es
independiente. El independiente pone énfasis en: a) aspectos internos (habilidades y
pensamientos), b) ser único y expresar el yo (autoafirmación), c) realizar atribuciones
internas y perseguir metas, y d) ser directo en la comunicación. El interdependiente
enfatiza: a) características externas (estatus, roles), b) formar parte de un grupo y
actuar en consecuencia, c) ocupar el lugar que le ha sido asignado, y d) ser indirecto
en la comunicación. Los colectivistas son interdependientes pero sólo en relación a su
grupo. Los individualistas puntúan bajo en el constructo que evalúa el deber hacia el
endogrupo, pero tienen un autoconcepto con un matiz relacional, sobre todo los
horizontales (viven en sociedades con baja distancia jerárquica). Ser voluntariamente
interdependiente es congruente con los valores individualistas. La interdependencia
está relacionada con contextos de baja distancia jerárquica.
El autoconcepto es la idea global del yo, mientras que la identidad sería algo más
restrictivo. El autoconcepto incluiría varias identidades, pero no al revés.
¿Qué es la identidad social?
La identidad social es una clase específica de identidad. Hay dos tipos de identidades
que definen a su vez distintos tipos de autoconcepto.
-
Identidad personal: define el autoconcepto en términos de rasgos y
relaciones personales
Identidad social: es la parte del autoconcepto que deriva de la pertenencia
a grupos sociales
Brewer y Gardner distinguieron los siguientes autoconceptos:
- Autoconcepto individual: Incluye las características personales que
diferencias a una persona de otras.
- Autoconcepto relacional: Se refiere a relaciones diádicas con otras
personas que son significativas para nosotros.
- Autoconcepto colectivo: Viene definido por la pertenencia grupal y
diferencia el “nosotros” del “ellos”.
La teoría de la identidad social (TIS)
Son tres los conceptos básicos de la TIS: la categorización social, la identidad social, y
la comparación social. La idea básica de la teoría es que las personas se categorizar a
si mismas como pertenecientes a la vez a diferentes grupos o categorías sociales.
Dicha pertenencia constituye parte de su autoconcepto. La identidad social se forma
entonces por la pertenencia a uno o varios grupos. Que sea positiva o negativa
dependerá de la valoración que el individuo haga del grupo o grupos a los que
pertenece en comparación con otros grupos (comparación social).
La categorización social
La categorización es un proceso cognitivo por le cual se agrupan objetos, personas o
acontecimientos que se consideran equivalentes. Es a través de la categorización
como los individuos construyen su identidad social (hace más fácil la percepción de la
realidad social). La categorización social puede explicar que se produzcan distinciones
entre grupos, pero no puede esclarecer porque se valora positivamente al endogrupo y
negativamente al exogrupo.
Los efectos positivos o negativos de la pertenencia a una categoría no dependen tanto
del contexto social como de la comparación del propio grupo con otros.
La identidad social
Se refiere a la parte del autoconcepto individual que deriva del conocimiento de la
pertenencia a un grupo social junto con el significado emocional y valorativo que
conlleva dicha pertenencia. El conocimiento de la pertenencia al grupo y el significado
valorativo incluidos en la definición se adquieren gracias a los procesos de
comparación social que se producen entre el grupo al cual pertenece cada individuo y
aquellos a los que no pertenece. Distinguen entre dos tipos de identidades; identidad
personal (el yo como individuo único) e identidad social (el yo como miembro de uno o
más grupos). Según la TIS las personas se definen a si mismas en función de la
pertenencia a un grupo. La identidad social positiva en una comparación social se
puede alcanzar por la distinción positiva del propio grupo ante otros sin que se
produzca necesariamente una discriminación negativa hacia el exogrupo.
La comparación social
La comparación social es el proceso por el cual las personas tienden a compararse a
si mismas con otras. Tajfel hace uso del concepto de comparación social para explicar
el proceso que lleva a las personas a evaluar a su propio grupo. Es una propuesta
para extender la teoría de la comparación social de Festinger a un nivel intergrupal.
Desde la concepción de Tajfel, la identidad social sólo será positiva si las
características que tiene el propio grupo son positivas, pero en comparación con otro u
otros grupos. No sólo se trata de ser diferente, sino también de ser el mejor.
La teoría de la autocategorización
La TIS sostiene que las conductas sociales se articulan dentro de un continuo
interpersonal-intergrupal, según el cual en ocasiones nos comportamos en función de
la pertenencia a un grupo, y en otras en función de nuestras preferencias individuales.
La teoría de la autocategorización o categorización del yo de Turner trata de explicar
cual es el proceso que lleva a las personas a incluirse en una u otra categoría. Esta
teoría pone su atención en como las personas son capaces de llegar a actuar como un
grupo. Su hipótesis básica afirma que esto se consigue gracias a un cambio en el nivel
de abstracción o inclusividad del autoconcepto: de la identidad personal se pasaría,
mediante una elaboración socio-cognitiva, a la identidad social, y la conducta
interpersonal se transformaría en conducta intergrupal, es decir, el individuo se
despersonaliza (deja de verse como persona individual) y empezaría a verse como
miembro intercambiable de un grupo o categoría social.
Las categorizaciones que forman el autoconcepto (auto-categorizaciones) se hallan en
tres niveles distintos de abstracción:
- El supraordenado: es el más amplio o abstracto (el individuo se autocategoriza como ser humano y diferente de otras especies)
- El intermedio: que correspondería a la identidad social (el individuo se
categoriza a si mismo y a otros basándose en las semejanzas con
miembros de unas categorías y en las diferencias con miembros de otras)
- El subordinado: que es el de menor inclusividad y correspondería a la
identidad personal (el individuo se auto-categoriza como persona única y
diferente de los demás miembros del grupo).
El comportamiento grupal sería, según Turner, un cambio en el nivel de abstracción,
llevado a una despersonalización pero sin perder la identidad individual.
El prototipo define las características típicas asociadas con la pertenencia al grupo.
La TIS y la teoría de la categorización del yo nos muestran que la identidad social y el
comportamiento que realizamos en función de los grupos a los que pertenecemos son
también parte de nuestro autoconcepto.
4. La relación entre identidad personal e identidad social
La perspectiva tradicional de la TIS considera la identidad personal y la identidad
social como dos aspectos separados del autoconcepto global del individuo. Cuando
las personas de un grupo de bajo estatus se sienten amenazadas en una dimensiones
en la que su grupo está negativamente estereotipado (no tienen una identidad social
positiva) pueden potenciar su identidad personal mediante la autoafirmación individual,
aumentado su autoestima personal y su motivación para hacer mejor las cosas en
dicha dimensión.
La fusión de la identidad presupone un alto grado de identificación con el grupo (el
grupo como una exteriorización de uno mismo).
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