Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Hiperaldosteronismo primario: aspectos diagnósticos y terapéuticos A. J. Pérez Pérez, M. Casal Rivas*, M. A. Courel Barrio y M. A. Andrade Olivié** Unidad de Hipertensión-Servicio de Nefrología.* Unidad de Radiología Intervencionista. ** Servicio de Análisis Clínicos. Complejo Hospitalario Xeral-Cíes. Servicio Galego de Saúde. Vigo. Pontevedra Primary hyperaldosteronism: diagnostic and therapeutic aspects El hiperaldosteronismo primario (HAP) es ya la primera causa de hipertensión arterial secundaria. Su prevalencia está entre el 5 %-9 % cuando se usa rutinariamente el cociente aldosterona sérica/ARP (aldosterona-renina ratio: ARR) en el estudio de la hipertensión arterial. Se ha modificado su forma de presentación que ahora es mayoritariamente normokalémica y debida al tipo de expresión hormonal más leve (la hiperplasia adrenal idiopática bilateral). El diagnóstico requiere confirmación habitualmente mediante una carga salina o una prueba con fludrocortisona. La caracterización de los subtipos se realiza inicialmente con pruebas de imagen y una prueba de deambulación valorados conjuntamente, pero esta aproximación no exime de hacer un diagnóstico de localización mediante una gammagrafía adrenal o, cuando es posible, mediante un muestreo venoso adrenal bilateral. La espironolactona sigue siendo la piedra angular del tratamiento médico cuando no hay una indicación quirúrgica, o si ésta es rechazada por el paciente. Otros diuréticos distales y/o dexametasona tienen un lugar en algunas circustancias (intolerancia, niños, aldosteronismo remediable por glucocorticoides). La cirugía resectiva laparoscópica está en auge en los casos de hiperproducción unilateral. En un futuro próximo el manejo del HAP puede verse modificado con la previsible introducción de la eplerenona, un antagonista selectivo de los receptores de aldosterona sin los efectos secundarios conocidos de la espironolactona. Y a medio plazo, debido a iniciativas basadas en avances genético-moleculares, las cuales pueden tener un impacto diagnóstico, incluso a nivel predictivo. Palabras clave: hipertensión, hiperaldosteronismo primario, aldosterona-renina ratio (ARR), pruebas de confirmación, muestreo venoso adrenal, espironolactona, adrenalectomía.gusegu Primary hyperaldosteronism is now the first cause of secundary hypertension. Its prevalence is between 5 %-9 % when we use routinely the aldosterone-renin ratio (ARR) in the study of arterial hypertension. Its initially appearance has changed so that is ussually normokaliemic because of milder hormonal manifestation form (adrenal idiopathic bilateral hyperplasia). The diagnosis needs confirmation by a salt loading or fludrocortisone suppression test. In the beguining the descripcion of the subtypes is done with image procedures and postural stimulation test jointly assessed, but this approach don’t excuse one from doing diagnostic location through adrenal scintigraphy or adrenal venous sampling. Spironolactone is still the basis medical treatment when surgery isn´t indicated or when this is reyected by the patient. Other distal diuretics, or dexamethasone, can be used in some circumstances (intolerance, children, glucocorticoid remediable aldosteronism). Laparoscopic adrenalectomy is rapidly gaining importance in cases of unilateral production. In the near future, primary hyperaldosteronism management can be modified with expected appearance of eplerenone, a competitive, and selective aldosterone receptor antagonist without the known side effect profile of the spironolactone. And in the middle term, on account of initiatives based on genetic molecular advances which can have a diagnostic impact, even at a predictive level. Key words: hypertension, primary hyperaldosteronism, aldosterone-renin ratio (ARR), confirmatory tests, adrenal venous sampling, spironolactone, adrenalectomy. atherosclerosis, smoking, ankle/brachial index, arteriography. motension, hypertension, transitory isquemic accident. Pérez AJ, Casal M, Courel MA, Andrade MA. Hiperaldosteronismo primario: aspectos diagnósticos y terapéuticos. Hipertensión 2002;19(2):70-9. Correspondencia: A. J. Pérez Pérez. Unidad de Hipertensión. Servicio de Nefrología. C. H. Xeral-Cíes. C/ Pizarro, 22. 36204 Vigo (Pontevedra). Correo electrónico: [email protected] 70 Introducción Como un iceberg que estuviera emergiendo, el hiperaldosteronismo primario (HAP) nos está mostrando ahora sus verdaderas proporciones y tiene una magnitud que asemeja una epideHipertensión 2002;19(2):70-9 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. PÉREZ PÉREZ AJ, ET AL. HIPERALDOSTERONISMO PRIMARIO: ASPECTOS DIAGNÓSTICOS Y TERAPÉUTICOS mia1. Siendo verdad que el hilo conduce al ovillo, hasta el uso reciente, y creciente, del cociente aldosterona sérica/ARP (o aldosteronarenina ratio: ARR), estábamos lejos de imaginar la auténtica prevalencia de este problema. Clásicamente la presencia de un HAP ha sido sospechada en un paciente con hipertensión, hipokalemia no inducida y alcalosis metabólica. Sin embargo, mientras la hipokalemia era el hilo conductor de la sospecha, la prevalencia de HAP en hipertensos no seleccionados no superaba el 1 %1, 2. Con el uso del ARR varios grupos de estudiosos de los cinco continentes han detectado prevalencias hasta 10-15 veces más altas3. No obstante, estas cifras deben ser matizadas ya que no se trata de experiencias homogéneas tanto en lo que se refiere al tipo de pacientes (no seleccionados unos, atendidos en consultas especializadas otros, o hipertensos refractarios en algunos) como a las exigencias en los criterios diagnósticos (no todos reúnen estudios de confirmación). Prevalencia Cuando se usa el ARR en una población hipertensa ambulatoria de Atención Primaria, hasta el 15 % de los pacientes pueden tener valores superiores a 25 (expresando aldosterona en ng/dl y ARP en ng/ml/h)4. Sin embargo, este elemento no es suficiente para el diagnóstico (excepto que fuera > 100) y es necesario una prueba de confirmación. En varias experiencias, con diferente población de hipertensos, en que el HAP fue confirmado con la prueba de fludrocortisona5-7 o una infusión aguda de salino8, la prevalencia parece estar situada en torno al 5 %-9 %, correspondiendo el extremo más alto del entorno a los casos más seleccionados (unidades especializadas o consultas universitarias) y el más bajo a pacientes de Atención Primaria (tabla 1). En estas experiencias cabe destacar la baja incidencia de hipokalemia, lo que es acorde con una mayor proporción de casos de hiperplasia no detectados antes, con expresiones metabólicas y hormonales menos extremas, y que han aflorado precisamente con el uso del ARR. Tal es el caso que la proporción adenomas: hiperplasias antes en torno a 65:30 se ha invertido y pudiera estar ahora alrededor del 40:55, quedando el 5% restante para las formas o subtipos infrecuentes o raros1, 7, 9-11. Proceso diagnóstico Sospecha o screening Existe un animado debate sobre la oportunidad de determinar ARP y aldosterona sérica en todos los hipertensos (sin selección alguna) o bien restringirlo a colectivos concretos 1, 6, 11, 12. Al igual que ocurrió en su momento con el screening de pruebas tiroideas, es probable que en el curso de los próximos diez años esta determinación sea rutinaria. Al respecto, algunos autores creen que su coste es similar al de un estudio de lípidos12, y su utilidad puede acotar un porcentaje apreciable de pacientes que merecerán un estudio más amplio y un manejo particular. En lo que se refiere a hipertensos en general, se sigue actuando empíricamente en base a la patología asociada o concomitante o a mecanismos patogénicos supuestamente comunes en grupos de pacientes con la misma patología de fondo. Así, está universalmente aceptada la utilidad de los inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina (IECA) (o de los antagonistas de los receptores de angiotensina II [ARAII]) en los pacientes diabéticos, aunque es sabido que un porcentaje de ellos son hiporreninémicos. Una racionalización del uso de hipotensores teniendo en cuenta la edad y su previsible correlación con la ARP (aunque no fue medida), así como los factores de riesgo asociados, ha sido muy celebrada recientemente13. De modo que, ciertamente, conocer el valor real de la ARP, y también de la aldosterona sérica, sería una información útil y de relevan- TABLA 1 Prevalencia del hiperaldosteronismo primario AUTOR Gordon 5 PAÍS Australia Lim7 U.K. Fardella6 Chile Loh 8 Singapur PACIENTES (n) 199 Unidad HTA 465 Unidad HTA 350 Unidad HTA 350 Consulta AP CONFIRMACIÓN PREVALENCIA (%) HIPOKALEMIA (%) Fludrocortisona (Aldo > 5 ng/dl) Ídem 8,5% 0 9,2% 4,7 Ídem 9,5% 0 Salino iv (Aldo > 10 ng/dl)* 5,1% 37,5 * Para Aldo > 7,5 ng/dl: prevalencia de 6,4%; para Aldo > 5,0 ng/dl: prevalencia de 8,4%. HTA: hipertensión arterial; AP: Atención Primaria; iv: por vía intravenosa. Hipertensión 2002;19(2):70-9 71 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. PÉREZ PÉREZ AJ, ET AL. HIPERALDOSTERONISMO PRIMARIO: ASPECTOS DIAGNÓSTICOS Y TERAPÉUTICOS cia clínica en un nuevo escenario en el que aproximadamente uno de cada diez hipertensos se verán beneficiados de un manejo diagnóstico-terapéutico diferenciado. Un elemento aún no concertado es el corte que discrimina la sospecha de HAP. El ARR, además, es “denominador-dependiente”14 y no todos los grupos o autores tienen establecido el límite inferior. Fardella et al6 han recomendado que, a efectos de valorar la ratio, ARP inferiores a 0,3 ng/ml/h no sean tenidos en cuenta, y que los cocientes a considerar partan de aldosteronas séricas superiores a 15 ng/dl. Esto evitaría hacer mayores averiguaciones en pacientes con aldosterona < 10 ng/dl y ARP muy bajas. Hasta que el uso del ARR se universalice en función de su costeeficiencia, las siguientes situaciones tienen justificado realizar esta prueba: a) hipertensos con hipokalemia no inducida, o extrema en cualquier circunstancia; b) hipertensos refractarios1, 6, 11; c) hipertensos de mal control con dos o más fármacos, cuyo control mejora sustancialmente tras probar con espironolactona11, 15; d) hallazgo incidental de una masa adrenal y e) pacientes jóvenes (< 21 años) con hipertensión y antecedentes familiares de hipertensión y accidente cerebrovascular agudo (ACVA) hemorrágico. Una opinión extendida ya desde las descripciones de Conn es que el HAP forma parte de un espectro amplio y se hace evidente que hay una “zona gris” fronteriza entre la hipertensión esencial hiporreninémica y las formas más leves de HAP (hiperaldosteronismo idiopático bilateral: IHA)11, 16. Establecer un corte del ARR apropiado para el diagnóstico entraña un dilema entre la sensibilidad y la especificidad aún no resuelto. Mientras no haya una convención sobre este extremo deben tenerse en cuenta estas premisas: 1) Un ARR entre 25-50 requiere obligadamente una prueba de confirmación. 2) Un ARR > 50 tiene un alto valor diagnóstico siempre que aldosterona sérica sea > 15 ng/dl, que no se valoren ARP inferiores a 0,3 ng/ml/h6 y no haya factores artefactantes. Para ARP más bajas son exigibles valores de aldosterona > 20 ng/dl, pero cualquiera de ambas situaciones no eximen de hacer una confirmación. 3) Un ARR > 100, con ARP inferior a 1 ng/ml/h (pero no considerando valores inferiores a 0,3 ng/ml/h a efectos del cociente) es suficiente según Hirohara et al17 y no precisaría confirmación. Una experiencia reciente de 16 pacientes (10 adenomas y 6 hiperplasias) basa su diagnóstico en un ARR > 100 (incluso muy superior en la mayoría de los casos)18, con una ARP más baja, de 0,16 ng/ml/h en todos los pacientes menos en uno, de 0,35. Este estudio se realizó sin retirada de la medicación hipotensora previa aunque, salvo en un caso, ninguno recibía 72 espironolactona. El diagnóstico se aseguró por la respuesta a la cirugía en los adenomas o a espironolactona en las hiperplasias. 4) La evidencia de que determinados colectivos (negros, ancianos) pueden tener valores fisiológicamente bajos de ARP debe ser tenida en cuenta1. Además, los pacientes nefrópatas pueden dar falsos positivos al tener estimulada aldosterona por la hiperkalemia y ser hiporreninémicos1. La superioridad del ARR con respecto a otras pruebas de screening basadas en el estímulo con furosemida o la posición erecta ha sido demostrada en trabajos recientes7,17. Pruebas de confirmación La confirmación del diagnóstico de HAP se consigue por una de las siguientes pruebas de supresión del sistema renina angiotensina (SRA): 1) Carga salina oral durante 3 días (250 mEq de sodio/día), al cabo de la cual se demuestra una aldosterona urinaria > 14 µg/día14. 2) Carga salina intravenosa (2.000 cc) durante 4 horas entre las 8,00 y las 12,00 h, y al cabo de la cual aldosterona sérica es > 10 ng/dl2, 8, 14 (valores entre 6-10 pueden darse en algunos subtipos “renina-dependientes”). Un corte más bajo (5 ó 7,5 ng/dl) puede servir para incluir formas leves o precoces de HAP. Así en la experiencia de Loh et al en Singapur8 la prevalencia de HAP en hipertensos de Atención Primaria se elevaría desde el 4,6 % para un corte de aldosterona sérica situado en 10 ng/dl hasta el 8,4% si se coloca en 5 ng/dl. Curiosamente este porcentaje es similar a los de otras experiencias en que la confirmación se hace con fludrocortisona y el mismo corte 5-7. 3) Prueba de fludrocortisona: es la prueba preferida por varios autores 5-7, 12. Consiste en la administración de 0,1 mg/6 h durante 4 días (junto a una dieta con 110 mEq de sodio/día). El hallazgo al quinto día de una aldosterona sérica > 5 ng/dl a las 8,00 h o en orina > 14 µg/día confirma el diagnóstico. 4) Otras pruebas como la administración oral de captopril (25-50 mg, comprobando que la aldosterona sérica es > 15 ng/dl, o el ARR > 50 a los 120 minutos), o de DOCA tienen menos aceptación general y un uso menor. No existen buenos estudios comparativos de las pruebas más usadas16, ni tampoco hay un convenio general de acuerdo de los cortes de discriminación. Ello impide establecer comparaciones homogéneas entre las diversas experiencias y contribuye a la confusión en los casos bord e r line. Caracterización de los subtipos Hasta ocho subtipos se distinguen hoy del HAP14, 19. Hipertensión 2002;19(2):70-9 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. PÉREZ PÉREZ AJ, ET AL. HIPERALDOSTERONISMO PRIMARIO: ASPECTOS DIAGNÓSTICOS Y TERAPÉUTICOS Su caracterización es importante, aunque lo realmente definitivo es el diagnóstico de localización de la hiperproducción hormonal. Tal es el caso que algunos autores con gran disponibilidad de medios diagnósticos 3 pasan directamente de confirmar el diagnóstico de HAP a realizar un muestreo venoso adrenal (MVA). Sin embargo, conocer la identidad de cada subtipo proporciona una información suficiente en la gran mayoría de los centros con vistas a tomar decisiones prácticas. Las pruebas de imagen (tomografía computarizada [TC] o resonancia magnética [RM]), que han sido sacralizadas mucho tiempo, están hoy fuertemente cuestionadas y varios trabajos han rebajado su fiabilidad considerablemente3, 9, 10, 20-22, con una especificidad y un valor predictivo positivo de sólo el 58 % y 72 % en una serie reciente 22. Así que se pueden encontrar nódulos grandes sin actividad hormonal, y en otras ocasiones nódulos subcentimétricos muestran alta actividad 3. Por otra parte, hay casos con glándulas normales o engrosadas uni o bilateralmente que tienen actividad unilateral (hiperplasia adrenal primaria: PAH). La mayor utilidad de las pruebas de imagen hoy es identificar masas adrenales grandes con potencialidad maligna 3. Los resultados de la prueba postural (ya comentados en otros textos) 19, 23, que se expresan con dos patrones, adquieren un valor sinérgico cuando se evalúan conjuntamente con las pruebas de imagen 9, 23. Si existe una correlación coherente, a saber, nódulo unilateral y caída de aldosterona, o bien glándulas engrosadas e incremento de aldosterona > + 30 %, el caso estará encauzado, pero cuando éste se somete a una prueba de localización pueden darse sorpresas. Así, entre el 33 % y 67 % de los diagnósticos pueden verse modificados en experiencias que cuentan con resultados finales de seguridad, por ejemplo MVA o postcirugía10, 21. De modo que, excepto en el aldosteronismo remediable por glucocorticoides (GRA), también conocido como hiperaldosteronismo familiar tipo I (FH-I), que puede diagnosticarse con métodos de genética molecular (con sensibilidad y especificidad del 100%), en los demás casos hay lugar para incertidumbres si no se tienen muestras fiables de venas adrenales o un resultado gammagráfico inequívoco. Phillips et al encuentran justificada en su experiencia la tesis de que un nódulo unilateral asociado a un descenso de aldosterona en la prueba postural merece cirugía directamente24. Esta conducta puede incurrir en errores en el 5 % de los casos, según Gordon12. En ese mismo trabajo, realizado en un centro de referencia de casos complejos, había una alta incidencia (hasta el 60 %) de adenomas “reactivos a renina” (AP-RA)24, muy superior a la conocida hasta ahora (alrededor del 20 %), que requieren asegurar la unilateralidad excluyendo que los nódulos sean asimismo incidentalomas y la hiperproducción hormonal bilateral o incluso contralateral. Los casos con glándulas normales o hiperplásicas asociadas a un ∆ de aldosterona < + 30 % pueden corresponder, si se descarta un GRA, a una PAH o un adenoma clásico “hormona adrenocorticotrópica (ACTH)-dependiente” (APA) subcentimétrico, y requieren por tanto, realizar un MVA. En cuanto a los casos familiares de HAP en que el estudio del gen híbrido CYP11B1CYP11B2 demuestre un GRA (o FH-I), cabe añadir que la prueba de dexametasona (2 mg/día oral durante 2 días) con supresión de aldosterona al tercer día a < 4 ng/dl (y un cortisol < 2,5 µg/ dl), está siendo cuestionado por algunos autores debido a la presencia de falsos positivos (hasta el 29 %) en otro subtipo de obediencia hormonal diferente como es la IHA (SRA-dependiente, mientras el GRA lo es de ACTH) 25. Por el contrario, se ha encontrado una estrecha correlación del 18OH-cortisol sérico (allí donde se pueda determinar) con el resultado de la prueba genética 25. En la tabla 2 se señalan las situaciones en que está indicado realizar el estudio del gen híbrido. Respecto del hiperaldosteronismo familiar tipo II (FH-II), con ausencia del gen híbrido y no supresible por dexametasona, está aún pendiente la identificación del gen responsable, aunque Lafferty et al26, lo ubican en un locus del cromosoma 7 (7p22). Tendrá interés comprobar si ese gen, una vez dilucidado molecularmente, está también presente en casos hasta ahora considerados esporádicos, lo que aliviaría notablemente el esfuerzo diagnóstico en los términos actuales. Diagnóstico de localización Este capítulo es el de mayor relevancia práctica de cara a los pacientes en el estado actual del conocimiento, ya que la voluntariosa caracterización de los subtipos puede conducir a errores por defecto o exceso. Existen dos enfoques de localización: la gammagrafía, y mejor aún el MVA. TABLA 2 Indicaciones de determinación del CYP11B1-CYP11B2 HTA con antecedentes familiares de HTA, hipokalemia y ACVA hemorrágico Hiperaldosteronismo primario en pacientes menores de 21 años Hiperaldosteronismo primario con 180H-cortisol sérico elevado Glándulas normales o engrosadas (sin nódulos) con una prueba postural positiva (∆ Aldo < +30 %, sugestivo de dependencia de ACTH) HTA: hipertensión arterial; ACVA: accidente cerebrovascular agudo; ACTH: hormona adrenocorticotrópica. Hipertensión 2002;19(2):70-9 73 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. PÉREZ PÉREZ AJ, ET AL. HIPERALDOSTERONISMO PRIMARIO: ASPECTOS DIAGNÓSTICOS Y TERAPÉUTICOS La gammagrafía (131I-iodometil-19-norcolesterol o 75 Se-6-selenometilcolesterol) tras al menos 6 semanas sin espironolactona ha sido un procedimiento muy utilizado basado en su sencillez y al hecho de no ser invasivo. Rápidamente se apreció la importancia de hacerla tras supresión con dexametasona durante 7 días y frenación tiroidea con lugol durante 2, para elevar su fiabilidad20. No obstante, esta prueba tiene falsos positivos en masas incidentales (pudiendo ser la hiperproducción contralateral o bilateral) y también falsos negativos en adenomas de pequeño volumen27. Sigue siendo una herramienta morfofuncional útil a tener en cuenta cuando su resultado concuerda con una caracterización previa de imagen y una prueba postural coherente, como es el adenoma unilateral de más de 1,5 cm con ∆ de aldosterona < + 30 % tras deambulación, pero en cualquier otra combinación (comprendidos los casos aparentemente claros de IHA que pueden corresponder incluso a pequeños AP-RA) no habrá seguridad sobre cómo proceder. El muestreo venoso adrenal (MVA) es un procedimiento que no está al alcance de todos los centros y requiere un radiólogo intervencionista veterano1, 14, 28. Las claves de este estudio pueden ser revisadas en otros textos19, 28, 29. Las dificultades de obtener muestras fiables, especialmente en el lado derecho, tras valorar cortisol en cada vena adrenal respecto a vena cava inferior (VCI) infrarrenal, se reducen en manos experimentadas, y así dos autores han comunicado una rentabilidad del 97 % de las muestras en sendos trabajos de los últimos 6 años28, 30. Otras veces se pueden extraer conclusiones de forma indirecta, si bien no se recomienda hacer muestreos unilaterales como rutina30. El hecho es que cuando se acumula una experiencia con este procedimiento se produce un descubrimiento que desconcierta, y es que el diagnóstico concebido previamente se modifica, como se ha comentado antes, en un porcentaje alarmante. Y es entonces cuando se cae en la cuenta de errores pasados que se identifican fácilmente por sus pobres resultados. El problema es que en la práctica no es posible hacer un MVA al 9 % de todos los hipertensos conocidos. Pero si se tiene acceso a este procedimiento es importante sacarle todo su provecho atendiendo a las aportaciones de los autores más experimentados. Rossi et al30 acaban de publicar un trabajo con 104 MVA y encuentran que para la fiabilidad de las muestras basta un cociente del cortisol basal entre venas adrenales y VCI infrarrenal > 1,1 (no usan estímulo con ACTH). Otros exigen un cociente basal > 2, o bien > 5 tras ACTH28. En cuanto a la lateralidad es conveniente reunir dos exigencias8, 10, 28, 29, a saber, que el cociente de la aldosterona “nor74 malizada” (aldosterona/cortisol = A/C) de la vena adrenal dominante respecto de la de VCI infrarrenal sea > 1, siendo a la vez A/C en la vena adrenal no dominante entre A/C de VCI < 1 (supresión), y por otra parte que el cociente A/C entre ambas venas adrenales sea > 4, si bien en algunas experiencias no se exige este segundo criterio. Las indicaciones absolutas de realizar un MVA se expresan en la tabla 3. En cuanto a las complicaciones de este estudio, cabe apuntar que el riesgo de hemorragia adrenal se ha reducido desde el 5 % histórico en la experiencia previa a 1975 en que se hacían venografías formales31, al 3 % de 199528 y al 1 % actual30. Esto se consigue haciendo una inyección de sólo 2-3 cc de contraste, sin presión, suficiente para asegurar la correcta ubicación del catéter. A modo de orientación, Young et al14 plantean un algoritmo diagnóstico, que incluye el MVA, en que se concede importancia a la edad del paciente, y recomiendan hacer este estudio: 1) Cuando las imágenes muestran glándulas normales o engrosadas, o bien si hay adenomas bilaterales, con datos de alta probabilidad de APA (aldo sérica > 25 ng/dl o aldo urinaria > 30 µg/día, en pacientes menores de 50 años y kalemia < 3 mEq/l), 2) Cuando hay adenomas unilaterales > 1 cm en pacientes mayores de 40 años, recomendando, por el contrario, adrenalectomía directa en pacientes menores de 40 años. Una propuesta basada en varias experiencias, incluida la nuestra, en la que se combinan los resultados de la prueba postural con las pruebas de imagen, la gammagrafía y el MVA, así como la determinación del gen híbrido (cuando se dan algunas circustancias o si se cuenta con una historia familiar contributiva) se presenta en la figura 1. TABLA 3 Indicaciones absolutas de hacer muestreo venoso adrenal en el hiperaldosteronismo primario Discordancia entre pruebas de imagen y función Nódulos unilaterales con ∆ Aldo > +30 % en prueba postural Glándulas engrosadas con ∆ Aldo < +30 % (excluyendo GRA) Gammagrafía adrenal discordante con las pruebas de imagen y/o la prueba postural Pruebas de imagen de resultado equívoco Glándulas normales o levemente engrosadas Nódulos bilaterales de > 1 cm GRA: aldosteronismo remediable con glucocorticoides. Hipertensión 2002;19(2):70-9 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. PÉREZ PÉREZ AJ, ET AL. HIPERALDOSTERONISMO PRIMARIO: ASPECTOS DIAGNÓSTICOS Y TERAPÉUTICOS Fig. 1. Algoritmo diagnóstico de subtipos en el hiperaldosteronismo primario (HAP). TC: tomografía computarizada; RM: resonancia magnética; APA: adenoma productor de aldosterona clásico; AP-RA: adenoma productor de aldosterona “renina–dependiente”; PAH: hiperplasia adrenal primaria; GRA: aldosteronismo remediable por glucocorticoides; IHA: hiperaldosteronismo idiopático bilateral. (1) No excluye un AP-RA subcentimétrico. Tratamiento La forma más práctica de afrontar el manejo terapéutico del HAP se basa en asegurar si la hiperproducción hormonal es uni o bilateral. Los adenomas, tanto los “ACTH-dependientes” como los “renina-dependientes”, así como los más raros Ca-PA y las PAH, tienen una producción unilateral y, en principio, son tributarios de una actuación radical, sin olvidar un tratamiento complementario quimioterápico en el caso del carcinoma. Por el contrario, los casos de IHA, hoy día los más frecuentes, requieren un tratamiento conservador. Éste también es el caso, aunque con un trato particular, para los casos de GRA (FH-I)15. Tratamiento médico Antagonistas de los receptores de aldosterona La primera estrategia terapéutica médica en el HAP es antagonizar los receptores de aldosterona15, 32. La opción clásica ha sido el uso de es- pironolactona, pero en algunos países se cuenta también con la canrenona, y existen además grandes expectativas sobre otro agente más selectivo, la eplerenona, que está en una fase avanzada de investigación. Espironolactona fue usada inicialmente a dosis muy elevadas. Actualmente se usa en dosis iniciales de 12,5 a 50 mg/12 horas y puede incrementarse hasta 300400 mg/día, consiguiéndose buenos objetivos de control tensional y de normalización de la hipokalemia (cuando está presente) sin necesidad de recurrir a suplementos orales de potasio en la mayoría de los casos. No obstante, a dosis superiores a 150 mg/día se presenta ginecomastia en el 50 % de los casos, y debido a su acción antiandrogénica y antiprogesterona causa trastornos de la libido, trastornos menstruales y molestias gastrointestinales. Aunque también es eficaz en otras situaciones en que la aldosterona sérica no está elevada (hipertensión arterial [HTA] esencial, enfermedad de Liddle, aparente exceso de mineralcorticoides, etc.) la respuesta que se aprecia en los casos de sospecha de Hipertensión 2002;19(2):70-9 75 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. PÉREZ PÉREZ AJ, ET AL. HIPERALDOSTERONISMO PRIMARIO: ASPECTOS DIAGNÓSTICOS Y TERAPÉUTICOS HAP (por tener una ARR > 25) es considerada como la mejor confirmación del diagnóstico7,11. Tal es el caso que algunos hipertensiólogos atentos a las noticias de la alta prevalencia de HAP por aquellos que han usado el ARR con amplitud, han probado a tratar con este agente a pacientes hasta ese momento considerados como hipertensos de difícil control o refractarios 4,33. Una respuesta brillante debe seguirse en esos casos de un estudio más profundo (tras su retirada durante al menos 6 semanas). Foo et al, han identificado, no obstante, hipertensos con aldosterona sérica normal y ARR no elevado, muy sensibles a este fármaco, y no a tiazidas, que sitúan entre la HTA esencial hiporreninémica y los casos leves de HAP de lo que sería un continuum en el amplio espectro de la hipertensión arterial sal-sensible que responde a espironolactona32. Sobre la canrenona, usada en Italia tanto por vía oral como intravenosa, se han comunicado ventajas en cuanto a la resolución de la ginecomastia inducida por espironolactona. Pero es en la eplerenona en la que se tienen puestas las mayores esperanzas. Están en marcha estudios avanzados tanto en el HAP3 como en la insuficiencia cardíaca (estudio EPHESUS), ambos con participación española. Los datos preliminares parecen avalar las promesas de una mejor tolerancia en relación con una menor actividad antiandrogénica y antiprogesterónica (0,1 %, y < 1 % respectivamente, de afinidad por esos receptores hormonales con relación a la espironolactona). De confirmarse estas previsiones cabe considerar consecuencias de índole práctico tanto en el enfoque diagnóstico (prueba ex-juvantibus de casos de HTA de difícil control allí donde el ARR no esté disponible de rutina) como, especialmente, en el terapéutico, ya que una medicación bien tolerada y eficaz puede ser una alternativa útil incluso en casos de hiperproducción unilateral15. Bloqueantes de los canales epiteliales de sodio Se usa amiloride (hasta 40 mg/día) como alternativa actual a la espironolactona en pacientes con mala tolerancia a este último, y en los casos de GRA (FH-I) en que dexametasona puede afectar al crecimiento o esté contraindicada. Su eficacia ha sido estimada en el 50 % respecto de la de espironolactona. Otro diurético de este grupo, el trianterene, sólo o en combinación con tiazidas es una opción que se usa con menos frecuencia15. Otros hipotensores (calcioantagonistas, IECA, ARA II, alfabloqueantes) 15,32 Su lugar en el HAP es de comparsas en la estrategia global. El ion calcio está implicado en el mantenimiento de las resistencias periféricas vasculares, pero también parece ser el mensaje76 ro intracelular común de angiotensina II, potasio y ACTH, todos ellos secretagogos de aldosterona. Sobre estas premisas se basa la utilización de un calcioantagonista en el tratamiento médico hipotensor del HAP. Hay alguna experiencia con nifedipina que demuestra ambos hechos y otras que avalan sólo la eficacia hipotensora sin ningún impacto sobre la secreción hormonal. Al igual que ocurre con la combinación de un calcioantagonista con otros diuréticos en la HTA esencial, la asociación de nifedipina y espironolactona no traduce ventajas sinérgicas. Con otros calcioantagonistas sólo hay experiencias aisladas 15. Los IECA, o los ARA II pueden tener un lugar en los casos de HAP “renina-dependientes”, a saber, en IHA y también en AP-RA que no vayan a ser intervenidos. Teóricamente también en los casos de FH-II, no supresibles por dexametasona, es decir, no “ACTH-dependientes” 15, 32. Los alfabloqueantes (prazosín o preferiblemente doxazosina) son de gran utilidad en la fase de investigación diagnóstica por su neutralidad hormonal respecto de aldosterona y ARP 12. Dexametasona o prednisolona Es el tratamiento apropiado de los casos de GRA (FH-I), excepto en niños, en que se prefiere usar amiloride. Hay en marcha un trial terapéutico con eplerenona, también en niños. En adultos se usan dosis de dexametasona de hasta 2 mg/día, pero dosis menores de 0,5-0,75 mg/día se han mostrado suficientes para suprimir de forma continua ACTH 34. En este reciente trabajo estos autores han encontrado, en ocho casos, que dosis incluso menores (inicialmente dexametasona 0,125 mg/día o prednisolona 2,5 mg/día en monodosis matutina, continuando con 0,25 mg/día o 5 mg/día, respectivamente), frenan aldosterona y otros esteroides híbridos relacionados con ACTH de forma sólo parcial, pero son suficientes para el objetivo terapéutico de controlar la presión arterial (TA) y las consecuencias cardíacas (valoradas ecocardiográficamente) sin necesidad de otros hipotensores, y con una apreciable reducción de efectos secundarios de tipo cushingoide 34. Quimioterapia en el carcinoma productor de aldosterona (Ca-PA) El curso del Ca-PA es generalmente malo y la supervivencia a 5 años es inferior al 30 % salvo en experiencias de centros especializados en que puede llegar a más de la mitad de los casos 35. Asociada a la cirugía resectiva, cuando aún está indicada, o como opción quimioterapéutica fundamental, se sigue usando desde hace décadas el mitotane (o,p´-DDD), un inhibidor intramitocondrial de la síntesis de pregnenolona y cortisol. Se trata de un agente mal tolerado con Hipertensión 2002;19(2):70-9 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. PÉREZ PÉREZ AJ, ET AL. HIPERALDOSTERONISMO PRIMARIO: ASPECTOS DIAGNÓSTICOS Y TERAPÉUTICOS toxicidad hematológica, hepática y neurológica. El uso combinado con otros agentes como doxorrubicina, etopósido o cisplatino no ha mejorado la supervivencia de forma sustancial salvo en alguna experiencia aislada con multiquimioterapia, que alcanza una tasa de respuesta del 54 %36. Parte de la refractariedad puede ser explicada por el hecho de que los Ca-PA tienen una sobreexpresión del gen MDR-1 que trasfiere multirresistencia a la quimioterapia36. Tratamiento quirúrgico La adrenalectomía quirúrgica o laparoscópica es electiva en casos de APA, AP-RA y en los casos operables de Ca-PA. También en la PAH con demostración inequívoca de lateralidad mediante un MVA fiable. La modalidad laparoscópica se ha generalizado y es particularmente fácil y de menor riesgo en las localizaciones izquierdas37-40. Se puede hacer por vía transperitoneal (mayoritaria) o retroperitoneal. Condiciones como obesidad mórbida o cirugía previa no son contraindicaciones absolutas (aunque en estos casos se prefiere el acceso retroperitoneal), pero un carcinoma de tamaño importante con invasión periadrenal o trombosis venosa sí lo es37. El tiempo medio de intervención es de 3,3 h y la estancia hospitalaria de 3,2 días, con una tasa de complicaciones del 3,7 % de los casos37. El paciente debe ir preparado con espironolactona previo a la intervención y el postoperatorio inmediato requiere una vigilancia del balance hidroelectrolítico y de la TA. Conviene confirmar el resultado hormonal-bioquímico postoperatorio, pero incluso entonces, más del 50 % de los pacientes permanecen hipertensos tras la intervención41, 42. En una experiencia de 97 casos de la Clínica Mayo (entre 1993-1999) sometidos a una adrenalectomía unilateral (89 APA y 8 PAH), de los que se pudo seguir evolutivamente a 93 de ellos, sólo 31 (33 %) tuvieron resolución de la HTA. Los factores predictivos de esta respuesta fueron la menor edad, ausencia de historia familiar de HTA, menor tiempo de evolución de la HTA y el uso preoperatorio de dos o menos hipotensores. También se controló en aquéllos con valores preoperatorios más elevados del ARR o de aldosterona urinaria de 24 horas, lo que puede reflejar una mayor autonomía de secreción hormonal, corregible por la cirugía41. Horita et al42 han evaluado histológicamente el riñón en 26 casos de adrenalectomía unilateral por adenomas con HAP. Encontraron una correlación de la gravedad de glomeruloesclerosis y arterioloesclerosis con la persistencia de HTA tras la intervención. El rango de hipertrofia ventricular izquierda (HVI) también era un factor pronóstico de mal control tensional. Por el con- trario, no había relación con las lesiones tubulointersticiales, ni con el tiempo preoperatorio de HTA o con la proteinuria. Tampoco con los niveles previos de aldosterona sérica o con la kalemia. En aquellos casos de adenomas no quirúrgicos por riesgo anestésico, o bien por rechazo expreso de la cirugía, el tratamiento médico durante largo tiempo (hasta 15 años) es viable43. Los problemas de tolerancia pueden ser obviados próximamente si se dispone de antagonistas de receptores de aldosterona más específicos. Tal actitud requiere, no obstante, vigilancia del tamaño y de las características de los nódulos. Glándulas con nódulos mayores de 4 cm deben ser resecados tengan o no actividad hormonal44. La exéresis selectiva de un adenoma (nodulectomía) no es aconsejable45. Existen otras opciones de anulación no quirúrgica de glándulas con aldosteronomas. La embolización arterial con etanol es una de ellas, pero se requieren varios gestos para conseguir efectividad46. La anulación alcohólica percutánea TC-guiada es otra opción47, 48. En una experiencia de 34 casos, se ha comunicado una eficacia del 67 %48. Perspectivas de futuro La identificación de marcadores genéticos puede modificar el manejo diagnóstico y terapéutico del HAP en los próximos años de forma considerable. El descubrimiento del gen híbrido causante del GRA (FH-I) ya supuso un hito conceptual y también práctico en el enfoque global del HAP. De la identificación precisa del gen responsable del FH-II, un problema de mayor prevalencia, se espera aún más. Ello es debido a que estos casos son indistinguibles clínica, bioquímica y morfológicamente de los casos “esporádicos” de HAP más frecuentes (adenomas e hiperplasias) y es lícito pensar, por tanto, en un nuevo panorama con detección de casos de HAP incluso en estadio subclínico 3. Por otra parte ha sido demostrada una sobreexpresión del ARNm del gen CYP11B2 en linfocitos de pacientes con IHA49. Mulatero et al50 también han encontrado evidencia de que variaciones en el gen CYP11B2 pueden contribuir a la disregulación de la síntesis de aldosterona y elevar la susceptibilidad de tener un IHA. En contraste, se piensa que mutaciones en los genes que controlan el crecimiento y la proliferación de células adrenocorticales serían causantes de los adenomas. En definitiva, de todo ello se puede derivar el desarrollo de terapias que modifiquen la expresión de la aldosterona sintetasa a nivel enzimático o incluso génico (terapia génica), así como pruebas diagnósticas de screening en individuos predispuestos (Medici- Hipertensión 2002;19(2):70-9 77 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. PÉREZ PÉREZ AJ, ET AL. HIPERALDOSTERONISMO PRIMARIO: ASPECTOS DIAGNÓSTICOS Y TERAPÉUTICOS na Predictiva)3, 15. Mientras tanto, lo más inmediato y realista ha de venir de las aportaciones que traiga la eplerenona. De confirmarse sus virtudes, pueden derivarse modificaciones en la conducta seguida hasta la fecha. Así, por ejemplo, la indicación formal de adrenalectomía unilateral, un acto definitivo, e irreparable en caso de error, deberá probablemente asentarse en una seguridad diagnóstica preoperatoria absoluta (específicamente mediante un MVA fiable) cuando hasta ahora considerábamos a esta situación como una indicación relativa en lo referente a realizar ese procedimiento diagnóstico. Pero si se puede disponer de una medicación útil y bien tolerada para uso prolongado, entonces, seguramente sólo aquellos casos de HAP debidos a adenomas voluminosos (de tamaño crítico) o los de pacientes jóvenes que tengan demostrada y acusada lateralización hormonal, serán candidatos formales a una adrenalectomía1, 7, 14, 15. En resumen, como consecuencia de unas nuevas coordenadas epidemiológicas, farmacológicas y genéticas es previsible esperar también nuevas estrategias de manejo del HAP en un futuro muy próximo. Bibliografía 1. Kaplan NM. Cautions over the current epidemic of primary aldosteronism. 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