La protesta gana terreno Extraído de Viento Sur https://www.vientosur.info/spip.php?article395 Líbano La protesta gana terreno - solo en la web - Fecha de publicación en línea: Domingo 11 de febrero de Fecha de redacción: 11 de febrero de 2007 2007 Copyright © Viento Sur - Todos derechos reservados Copyright © Viento Sur Page 1/3 La protesta gana terreno El 23 de enero, una huelga general de la oposición libanesa movilizaba masivamente. Pero violencias interconfesionales han hecho una decena de muertos y una centena de heridos. La huelga general del 23 de enero debía marcar, en el Líbano, una ampliación del movimiento de protesta iniciado por la oposición libanesa contra el gobierno proamericano de Fouad Siniora. Asociada a una serie de bloqueos civiles, fue seguida masivamente en el conjunto del país. La huelga general se inscribía en un doble proceso : el del movimiento emprendido en diciembre de 2006 por Hezbolá y la Corriente patriótica libre (cristiana) del general Michel Aoun, teniendo por objetivo demandar la dimisión del gobierno de Faouad Siniora, y el de la Confederación General de Trabajadores Libaneses (CGTL), que se oponía a la conferencia de donantes de Paris 3 que, bajo los auspicios de Francia y de los Estados Unidos, impone al Líbano dolorosas condiciones para la devolución de su deuda : privatizaciones, aumento de los impuestos indirectos y del precio del carburante, todo ello con la bendición del FMI y del Banco Mundial. La profundidad del movimiento de huelga general y de bloqueos civiles fue sin embargo empañada por la irrupción brutal, pero quizá previsible, de violencias inter e intraconfesionales, que han producido cerca de una decena de muertos y un centenar de heridos. El 23 de enero, grupos afectos a las fuerzas gubernamentales atacaron a varios cortes de carretera puestos en pie por los manifestantes. El jueves 25, francotiradores hicieron irrupción desde los tejados de Tariq-al-Jdide, alrededor de la universidad árabe de Beirut. Nuevas milicias afectas esencialmente a las Fuerzas libanesas, cristianas, de Samir Geagea, a la Corriente del futuro, suní de Saad Hariri, y al Partido socialista progresista, druso, de Walid Joumblatt, tres fuerzas político-confesionales miembros del gobierno y de la Alianza del 14 de marzo, han provocado deliberadamente una serie de incidentes con el objetivo de hacer deslizarse el enfrentamiento político entre el gobierno y la oposición hacia un conflicto civil y confesional armado. Si la movilización de la oposición se inscribe en la continuidad de la victoria simbólica de Hezbolá en la guerra de los 33 días contra Israel, si toma cada vez más un carácter nacionalista, arabista y antiimperialista, no deja de ser cierto también que se tropieza aún con el principal problema del Líbano, la permanencia y el carácter estructural y fundador del confesionalismo político. La oposición, ciertamente, ha logrado realizar la hazaña inédita en la región de asegurar la unión entre musulmanes chiíes y comunidad cristiana : reagrupa igualmente a una minoría importante de la comunidad suní, tiene el apoyo de movimientos y de intelectuales nacionalistas árabes y de izquierdas. En cuanto al Partido Comunista Libanés, se sitúa en una posición de apoyo crítico al movimiento opositor : habiendo llamado a la huelga general, el 23 de enero, demanda sin embargo a la oposición que se comprometa en un verdadero proceso de desconfesionalización del sistema libanés, ya dar pruebas de más consecuencia sobre las cuestiones económicas y sociales. Sin embargo, la mayoría de los suníes, igual que la comunidad drusa y una parte de la comunidad cristiana, hace bloque con el gobierno. La polarización política toma así un carácter comunitario marcado, todo ello alimentado por las dinámicas regionales, principalmente en Irak, que ven el enfrentamiento chiíta-sunita convertirse en uno de los datos determinantes de la situación política, que se traduce también en la rivalidad regional entre Irán y Arabia Saudita. Los enfrentamientos de los días 23 y 25 de enero remiten así a una estrategia de la tensión : apoyados por los Estados Unidos, que intentan frenar en el Líbano el ascenso de Hezbolá y de sus aliados como consecuencia de la victoria en la guerra de los 33 días, las fuerzas del 14 de marzo juegan con las diferencias confesionales locales y regionales y crean deliberadamente las condiciones de una guerra civil a fin de frenar al movimiento de la oposición, que debe en adelante establecer una estrategia apta para derrocar al gobierno a la vez que escapa de la lógica del combate armado fratricida. Rouge, 2/2/2007 Copyright © Viento Sur Page 2/3 La protesta gana terreno Traducción: Alberto Nadal Copyright © Viento Sur Page 3/3