EL CUARTO REY MAGO Cuenta la leyenda de la imaginación , que hubo un cuarto Rey mago que llegó tarde a la cita con los otros tres por ayudar a un anciano. Se desplazó por sus propios medios a Belén, pero la Sagrada Familia había partido ya hacia Egipto, en donde intentó buscarlos infructuosamente, pues siempre se enredaba ayudando a algún necesitado. Habiendo vuelto de nuevo a su lugar de origen, los tres Reyes Magos le contaron todo sobre el Niño Jesús, y en su corazón se prometió encontrarlo. Cuando después de 30 años oyó lo que se comentaba del profeta de Galilea, quiso verlo. Desafortunadamente, nunca llegaba en el momento oportuno, pues siempre tenía que atender las miserias que iba encontrando en el camino. Por fin, ya anciano, alcanzó a ver a Jesús subiendo al Gólgota, y le dijo: «Toda mi vida te he buscado sin poder encontrarte» . Jesús contestó: «No necesitabas buscarme, porque tú siempre has estado a mi lado». Al hilo de esta narración, recordamos una frase de un gran buscador de la verdad que mantuvo una actitud de búsqueda a través de los descubrimientos o señales que iba encontrando en la naturaleza y que durante toda su vida como este cuarto rey, recorrió, caminos entre la razón y la fe y consiguió descifrar en actitudes, su vida: «Una fe que no tenga nada que decir hoy, que no interese a nadie, que no resulte contagiosa, es una fe enferma, o incluso muerta. Jesús es siempre el «eterno descubrimiento» (Teilhard de Chardin). Melchor, Gaspar y Baltasar se lanzaron de lleno a la arriesgada aventura de buscar a Dios. Eran almas en camino, a la espera. Sortearon desiertos, dificultades, obstáculos, emboscadas, pero llegaron. Nosotros hoy, también vamos siguiendo caminos, estrellas para conseguir salir de las dificultades, de la crisis, pero nos cuesta conseguirlo, porque entre otras cosas nos falta decisión, empuje, convencimiento y que son los demás quienes tienen que hacer el camino, pensamos. Los Reyes no saben cuál es la meta final, pero se ponen encamino. Hay una esperanza. «Cuando llegan a su meta: entran y ven, se postran y adoran, abren y ofrecen, acciones nacidas de una inmensa alegría y expresan el dinamismo que emerge en todo búsqueda de Dios en nuestro mundo: salir de nosotros mismos, adentrarnos en el espesor de cada vida, levantar los ojos y mirar, descubrir la belleza y la vida en lo más pequeño y sentir que esa visión provoca la reverencia y la alabanza» Hemos de descubrir dentro de nosotros la estrella de Jesús, que es camino tortuoso; hay subidas, bajadas, repechos, curvas cerradas. A veces se oculta la estrella y viene la atonía, el desencanto. En estos tiempos necesitamos redescubrir la estrella, volviendo a nuestro interior. No la busquemos en el ruido o bullicio exterior En este año sigamos la estrella. Pero no lo olvidemos: la estrella está dentro de nosotros. Y por otra parte ¿ nos os parece que tendríamos que ser estrellas para los demás? , ¿acaso en nuestras vidas ciertas personas no han sido estrellas que nos condujeron hacia Jesús?... Permitidme exhortaros a que en el año 2013 seamos continuamente reyes magos que, siguiendo a la estrella de la fe, hagamos de nuestra vida una continua ofrenda a Dios. Que diariamente ofrezcamos al Señor el oro de nuestros dones, la mirra de nuestra esperanza y el incienso de nuestra oración. Y por otra parte os animo a que seamos pequeñas estrellas que, desde nuestra humilde fe, evangelicemos nuestro mundo tan falto de Dios. Os deseo lo mejor para el nuevo año, que la Fe nos una más. Reitero mi agradecimiento a todos los que participáis de este "nuestro blog". Adrián Sanabria Mejido. Vicario Episcopal para la Nueva Evangelización. Fuente: http://www.archisevilla.org