Rev Cubana Cir 2006; 45 (2) Centro de Investigaciones Medicoquirúrgicas (CIMEQ) Esplenomegalia gigante por quiste esplénico. Presentación de un caso Dra. Janet Domínguez Cordovés,1 Dr. Julio Díaz Mesa,2 Dra. Glenis Madrigal Batista,3 Dr. Simeón Collera Rodríguez,4 Dr. Ramiro Torres Core,5 Dra. Rocío Queral Gómez Quintero6 y Dr. Gaspar Alcalde Mustelier7 RESUMEN Los quistes del bazo como causa de esplenomegalia son extremadamente raros pero no excepcionales. Dentro de ellos los secundarios o seudoquistes son los más frecuentes y más informados en la literatura. Sus formas de presentación son muy variables y oscilan entre dolor abdominal intenso y presentación asintomática. El tratamiento también es muy controversial y varía desde técnicas mínimamente invasivas hasta la esplenectomía total. En nuestro centro ingresó una paciente con el diagnóstico de tumor retroperitoneal, que una vez estudiado resultó ser un quiste esplénico. El objetivo de este trabajo es exponer todos los elementos concernientes a esta paciente, a fin de dar a conocer los estudios, hallazgos quirúrgicos y resultados anatomopatológicos. Palabras clave: Esplenomegalia, bazo, quiste. Los quistes esplénicos primarios de origen no parasitario son una rareza clínica, a pesar de ser, junto con los quistes de origen traumático, las lesiones esplénicas de tipo quístico más frecuentes reportadas en la literatura. Dentro de este grupo de quistes esplénicos no parasitarios destacan los de origen epitelial, en los cuales la pared interna está formada por un epitelio estratificado con una diferenciación mixta, escamosa y columnar.1,2 Las manifestaciones clínicas de este tipo de lesiones son atípicas y muy variables, y en general poco frecuentes. Su forma de presentación clínica varía desde ser un hallazgo incidental en el curso de otras investigaciones hasta una esplenomegalia gigante e incluso pueden iniciarse de forma aguda por rotura, hemorragia o infección. El diagnóstico se basa en técnicas de imagen como la ecografía o la tomografía axial computarizada.1,3 La mayoría de las controversias sobre el tema se refieren a la actitud terapéutica ante este tipo de lesiones. Sobre la base de que son tumores benignos, algunos autores proclaman la utilización de medidas mínimamente invasivas, como el drenaje percutáneo y la inyección intraquística repetida de sustancias como las tetraciclinas.4 Los resultados de este tratamiento son desalentadores, pues la reacumulación temprana de líquido en la cavidad quística es prácticamente la norma. Los autores atribuyen este relleno precoz no solo a la secreción de las células epiteliales, sino también a la influencia de los sinusoides esplénicos.5 La descapsulación parcial es para otros autores un tratamiento quirúrgico adecuado, pues preserva la función esplénica y presenta un bajo índice de recurrencia.5 La esplenectomía parcial es el tratamiento ideal, sobre todo en pacientes pediátricos, por la repercusión que la esplenectomía total tiene a estas edades.6 Por último, la esplenectomía total parece que continúa siendo la mejor opción terapéutica para los quistes esplénicos de origen epitelial, principalmente en lesiones de tamaño moderado, con afectación del hilio esplénico y en pacientes adultos en los cuales la esplenectomía total, con un seguimiento médico adecuado, no aumenta de manera objetiva la tasa de complicaciones infecciosas.6,7 CASO CLÍNICO Paciente del sexo femenino, de 29 años de edad, con antecedentes de asma bronquial desde los 24 años, para lo cual ha llevado tratamiento con salbutamol y prednisona. A los 28 años comenzó a notar un aumento de volumen del hemiabdomen izquierdo, sin otros síntomas. Acude a su médico de asistencia y comienzan a estudiarla. Le diagnostican un tumor retroperitoneal de origen no precisado, por lo que es enviada a la consulta de cirugía y se decide su ingreso. La exploración clínica general no mostraba ningún hallazgo patológico. El examen del abdomen demuestra una gran tumoración que ocupa todo el hemiabdomen izquierdo. No es dolorosa a la palpación; tiene bordes no precisados; es movible y de consistencia firme. Al tacto rectal se comprueba la presencia de un tumor que alcanza el fondo de saco lateral izquierdo. Complementarios positivos: • • • Ultrasonido abdominal: Hígado, riñones y bazo de características normales. En la proyección del estómago se observa una imagen compleja que mide 111 mm x 88 mm, es predominantemente ecogénica y puede estar en relación con la cola del páncreas. ID: Quiste de la cola del páncreas. Tomografía computadorizada de abdomen: Presencia de una gran imagen quística de 10,7 cm x 9,1 cm, que ocupa gran parte del flanco izquierdo, comprime y desplaza las asas hacia adentro y atrás. El riñón izquierdo está hacia abajo y levanta el cuerpo pancreático en íntimo contacto con la cola de éste y con la pared abdominal anterior. Urograma descendente: Buena eliminación renal bilateral. Descenso del riñón izquierdo, que pudiera estar relacionada con la tumoración. Se decide llevar al salón de operaciones con el diagnóstico preoperatorio de tumor retroperitoneal. Se realiza una laparotomía exploradora encontrando un gran tumor mixto (quístico y sólido) a expensas del polo inferior del bazo, por lo que se realiza esplenectomía total. Se recibe el resultado de anatomía patológica, que informa un quiste esplénico mesotelial sin evidencias de malignidad. El órgano pesó 900 g. La paciente evoluciona satisfactoriamente y se egresa a los 9 días. El diagnóstico definitivo fue de quiste esplénico primario DISCUSIÓN Los quistes esplénicos se dividen es primarios o secundarios según la clasificación de Martín: a) Verdaderos o primarios: • • Parasitarios. No parasitarios. Pueden ser congénitos o adquiridos (estos últimos de origen traumático o neoplásico). b) Pseudoquistes o secundarios. Los primarios o verdaderos son aquellos que tienen un revestimiento epitelial en su pared. Pueden ser asintomáticos o producir ligeras molestias abdominales. Se diagnostican con más frecuencia en niños y adultos jóvenes. Rara vez se complican. Los congénitos pueden ser el resultado de inclusiones durante el período embrionario de células epiteliales o mesotelio dentro del parénquima esplénico. Los quistes adquiridos (traumáticos) son resultado de pequeñas dehiscencias en la cápsula esplénica con inclusión y atrapamiento de mesotelio dentro del bazo. Este mesotelio puede sufrir posteriormente una metaplasia escamosa. Los quistes secundarios o pseudoquistes carecen de revestimiento celular (epitelial o mesotelial) y están constituidos por una pared fibrosa colagenizada y un contenido hemático con detritus celulares. Son 5 veces más frecuentes que los verdaderos. Se cree que pueden ser consecuencia de traumatismos contusos previos sobre el abdomen, que producen una hemorragia intraparenquimatosa que se encapsula posteriormente, o un hematoma subcapsular que posteriormente sufre licuefacción rodeado por una pared fibrosa y degradación de los eritrocitos. Otros autores plantean que son consecuencia de degeneración quística de lesiones esplénicas preexistentes (hemangiomas, hamartomas) o bien son simplemente quistes epiteliales que han perdido su epitelio de revestimiento.1,5 Tanto los quistes primarios como los pseudoquistes suelen tener un gran tamaño cuando se diagnostican (10 cm). El crecimiento que experimentan puede ser producto de hemorragia intraquística o el resultado de un gradiente osmótico hacia el interior del quiste (favorecido por la presencia de cristales de colesterol y detritus celulares). REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Klee FE, Osswald BR, Wysocki S. Splenic cyst: a classical “incidental finding”. Zentralbl Chir. 1996; 121 (10): 805-816. 2. Morinaga S, Ohyama R, Koizumi J. Low grade mucinous cystadenocarcinoma in the spleen. Am J Surg Pathol. 1992, 16: 903-908. 3. Holland AJA, Ford WDA, Bourne AJ. Conservative Surgery for benign nonparasitic splenic cysts. Pediatr Surg Int. 1997; 12 (5/6): 353-355. 4. Yoshikane H, Suzuki T, Yoshioka N. Giant splenic cyst with high serum concentration of Ca 19.9. Failure of treatment with percutaneous transcateter drainage and injection of tetracycline. Scand J Gastroenterol. 1996, 31 (5): 524526. 5. Toulokian RJ, Maharaj A, Ghoussoub R, Reyes M. 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