Espejos compuestos de los antiguos mayas: producción ostentosa y

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Espejos compuestos de los antiguos mayas:
producción ostentosa y fraude
en la época precolumbina
Zachary Nelson
Barry Scheetz
Guillermo Mata Amado
Antonio Prado
Ocasionalmente, en la arqueología hay una tendencia
a colocar artefactos dentro de categorías conceptuales,
sin realmente poner atención en los artefactos mismos.
El “análisis” rápido de un objeto puede determinar su
longitud o su peso, pero puede pasar por alto otras características, como su composición o su origen. Ese es el
caso de los espejos mesoamericanos. Estos artefactos se
mencionan en informes, pero rara vez se les considera
de manera que se ponga de relieve la diversidad de la
composición y formas que los mayas usaban en la fabricación de estos objetos especiales.
En primer lugar, debe observarse que existen muchos
tipos de espejos prehispánicos, hechos sobre todo con
derivados del hierro. Se han hallado espejos de diferentes tipos en contextos olmecas (por ejemplo, consultar
Carlson, 1981; Gullberg, 1959; Heizer y Gullberg, 1981).
Se conocen espejos de hematita (Fe2O3) y de pirita (FeS2)
en contextos mayas posteriores (por ejemplo, consultar
Zamora, 2002). También son relativamente comunes, en
las excavaciones de sitios mayas, los espejos compuestos
de pirita, constituidos con piezas de mosaico sobre un
respaldo uniforme. Además de estos espejos a base de
hierro, se conocen los espejos hechos de obsidiana hallados en sitios mexicanos, así como los espejos hechos de
carbón de antracita que se han hallado en América del
Sur (Calvo y Enoch, 2007).
Los espejos y los fragmentos de mosaico a menudo
se hacen con materiales derivados del hierro (como la
hematita o la pirita), que alcanzan un alto grado de lustre
al pulirse. Las reflectividades medidas son del 21% para
la magnetita, 28% para la hematita y 55% para la pirita
(Craig y Vaughan, 1981, citados en Lunazzi, 1996). Y con
frecuencia hasta aquí llega el análisis. Sin embargo, un
descubrimiento accidental hecho por Antonio Prado
y Guillermo Mata ha complicado la idea de los espejos hechos a base de derivados de hierro. Estos autores
descubrieron que algunos espejos, al ser observados con
microscopio, resultan ser espejos “compuestos,” más que
un solo pedazo de piedra pulido o “espejo uniforme.”
Este descubrimiento permite atisbar al interior de la producción de “imitaciones” entre los antiguos mayas. En
esencia, estos espejos podrían haberse producido con
mayor facilidad que los espejos uniformes, permitiendo
a sus poseedores tener acceso al lustre y el prestigio que
representaba poseer un espejo en esta antigua sociedad.
El presente artículo examina la evidencia existente
sobre el uso de espejos en la antigua sociedad maya,
identifica la relativa frecuencia de estos objetos en contextos arqueológicos y se ocupa de la composición de los
espejos compuestos. Finalmente, se recurre a un modelo
económico para abordar la cuestión relativa a su producción.
Los espejos para los antiguos mayas
A la humanidad le encanta adornarse. Collares, tatuajes,
lápiz labial, polvos, ropas, aretes, etc. son sólo algunos
de los elementos con los que se han decorado los seres
humanos. Aparejada al impulso de adornarse, viene la
necesidad de verificar el efecto conseguido, lo que trae
consigo el uso común de espejos. Los primeros espejos
fabricados que se conocen se hicieron con obsidiana y
provienen de entierros fechados en el año 6000 a.n.e.,
hallados en Anatolia (Enoch, 2006: 755). En el Nuevo
Mundo, se sabe de la fabricación de espejos desde,
al menos, el año 1925 a.n.e. (Enoch, 2006: 778). Se han
hallados espejos en Aguateca (Zamora, 2002), Altun Ha
(Pendergast, 1969), Copán (Nielsen, 2006), Kaminaljuyú
(Kidder et al., 1946: 13), La Venta, (por ejemplo, consultar
Carlson, 1981; Gullberg, 1959: 280-283, lám. 62; Heizer
y Gullberg, 1981; Lunezzi, 1996a, 1996b), Nebaj (Smith
y Kidder, 1951), Tikal (por ejemplo, consultar Hellmuth,
1967), y Teotihuacan (por ejemplo, consultar Fash y Fash,
2000), por nombrar sólo algunos sitios.
2005 Traducción de “Composite Mirrors of the Ancient Maya: Ostentatious Production and Precolumbian Fraud.” The PARI Journal 9(4):1-7. Esta
traducción: www.mesoweb.com/pari/publications/journal/904/Espejos_compuestos.pdf.
1
Espejos compuestos de los antiguos mayas
Figura 1. Personajes verificando su apariencia mientras lo visten. Vasija K1454 en la base de datos en línea de Justin Kerr,
que puede consultarse en www.mayavase.com. Fotografía © de Justin Kerr.
La vida cortesana de los antiguos mayas, según se
retrató en las piezas más finas de cerámica, parecería vacía
sin la presencia de espejos. Los gobernantes se miran al
espejo mientras los visten (por ejemplo, ver las vasijas
K787, K1454, y K40961 (Figure 1). Bailan con espejos (por
ejemplo, K505, K5233, y K6341) y hay espejos presentes en
el salón del trono (por ejemplo, ver K625, K1463, K1728,
K2914, K3203, K5110, K6315, K6666 y K8926) (Figuras
2-3). Asimismo, los espejos no son sólo para la élite. Se
han hallado fragmentos de espejos en Piedras Negras en
el contexto de estructuras muy humildes (Nelson, 2000:
128). Muchos de éstos eran espejos compuestos, más que
espejos uniformes, hechos de pirita.
Los espejos se usaron para mucho más que satisfacer
la vanidad. Entre los huicholes, los espejos tienen una
profunda importancia religiosa (Blosser, 2000). Los espejos comunican con los dioses y con otros mundos (por
ejemplo, consultar Rivera Dorado, 1999). Sirven como
un medio para concentrar el propio poder en ámbitos
espirituales divinos. Al interpretarse de esta manera,
las diversas escenas palaciegas pintadas en piezas de
cerámica que muestran al gobernante viendo su reflexión en el espejo bien podrían ser episodios en los que el
gobernante se está comunicando con deidades específicas durante una entrevista en palacio.
Además, las propiedades de reflexión de los espejos
cóncavos son tales que las imágenes reflejadas pueden
aparentar “como si flotaran frente [al] espejo” (Lunazzi,
1996a: 4). Este aspecto de las propiedades ópticas del es1
Los “números K” alude a vasijas en la base de datos de piezas
cerámicas mayas de Justin Kerr, que puede consultarse en www.
mayavase.com.
2
pejo podrían haber aumentado el poder adivinatorio de
su poseedor—quizás debido a que los objetos reflejados
se manipulaban durante la conducción de ritos. Otro uso
probable de los espejos pudo ser el de encender fuegos
mediante la concentración de los rayos del sol; también
tenían otros papeles importantes en la iconografía y en la
vida ritual (consultar Taube, 1992, 2000).
Frecuencias relativas
Considerando su uso religioso y práctico, no resulta sorprendente se hayan encontrado espejos tanto en contextos monumentales como en contextos cotidianos en las
Tierras Bajas mayas. Lo curioso es su baja frecuencia y
su tamaño, que generalmente es pequeño. Ciertamente,
los espejos de pirita son durables. Los espejos uniformes
de pirita están compuestos por una pieza sólida de este
material, que puede durar décadas con cuidados apropiados. Como resultado de esto, es raro que se requiera
reemplazarlos, a menos de que sufrieran daños importantes. El lustre de un espejo uniforme de pirita refleja
de manera adecuada el mundo, haciendo necesario su
limpieza o pulido sólo de manera ocasional. En caso
de romperse, el costo de sustituirlo podría haber sido
enorme.
Espejos uniformes y compuestos
Los espejos uniformes hechos de pirita se hacían con una
piedra sólida, extraída de algún sitio de la Sierra de las
Minas, en los Altos de Guatemala. Era necesario hallar el
mineral de tamaño y espesor suficientes, sin inclusiones
de otros materiales. La pieza se trabajaba entonces hasta
alcanzar las dimensiones deseadas, puliéndose y brillán-
Espejos compuestos de los antiguos mayas
Figura 2. Bailando con un espejo. Vasija número K5233. Fotografía © de Justin Kerr..
Figura 3. Espejo en el salón del trono. Vasija K625. Fotografía © de Justin Kerr.
dose constantemente, hasta alcanzar el lustre deseado.
Las horas de trabajo que se requerían para crear estos
espejos probablemente aumentaban su valor total.
En contraste con esto, los espejos compuestos se
forman con piedra, arcilla y granos de pirita (o de
hematita). En el año 2001, Antonio Prado y Guillermo
3
Mata Amado estaban examinando un espejo de pirita
rescatado de las aguas del Lago Amatitlán, frente
al sitio de Mexicanos (Mata Amado, 2003), usando
un microscopio y un alto grado de magnificación.
Descubrieron que podían identificarse claramente tres
capas (Figuras 4 y 5). Este descubrimiento accidental de
Espejos compuestos de los antiguos mayas
4 mm
5cm
Figura 4. Fragmento de espejo compuesto maya (pieza de mosaico).
un espejo compuesto requería más investigación. Mata
Amado envió un fragmento de espejo del mismo sitio a los
laboratorios de la Universidad Estatal de Pennsylvania,
con el fin de que lo examinaran usando un microscopio
electrónico (esta técnica no es destructiva) (Figura 6).
El Dr. Barry E. Sheetz examinó el fragmento y ayudó
a identificar las distintas capas mediante sus “firmas”
químicas. El microscopio electrónico produjo imágenes
de la distribución de siete elementos hallados en la
muestra: hierro, sílice, azufre, potasio, aluminio, oxígeno
y carbono. Estas imágenes individuales se combinaron
con Photoshop, para elaborar un mapa compuesto con
la distribución de cada uno de los elementos (Figura
7). La imagen combinada permite ver la manera en que
los distintos elementos interactúan entre sí. La firma
0
1
2mm
granos de pirita
agente aglutinante
base
0
1
2mm
Figura 5. Acercamiento a fragmento de espejo compuesto, en el que
pueden apreciarse las capas.
4
química de cada capa puede leerse con facilidad en el
“mapa.”
La capa inferior está hecha de pirita. Esto puede
verse con claridad en la imagen elemental compuesta.
La pirita se compone de hierro y azufre. El azufre y no
el oxígeno (como, por ejemplo, en el caso de la hematita)
es un componente importante de la base y la superficie
del fragmento. Este tipo de piedra se halla en la región
de Sierra de las Minas, en Guatemala. La piedra forma
la base del espejo. Ésta fue rajueleada y tallada hasta alcanzar las dimensiones deseadas. El grosor de la piedra
utilizada en este análisis es de apenas 2 mm. Su extrema
delgadez es más que notable.
La capa intermedia es un agente adhesivo. Los elementos hallados en esta capa son sílice, potasio, aluminio, oxígeno y carbono. También hay presencia de hierro
y de azufre, pero es probable que éstos hallan migrado
por presión como cristales al interior de la capa desde el
borde, y es poco probable que hayan sido componentes
originales de la mezcla. Esta combinación nos hace pensar que la arcilla cerámica parece haberse usado como
adhesivo, sin el uso de agentes importantes de templado. Esta capa tiene entre 1.5 y 2 mm. de espesor. Creemos
que la arcilla simplemente se presionó contra la piedra,
aunque no puede descartarse otro tipo de preparación.
Hay unos filamentos extraños visibles en la imagen obtenida de la muestra; éstos podrían ser agentes adhesivos de origen orgánico, o quizás simplemente pirita en
descomposición. Sería necesario llevar a cabo pruebas
adicionales para identificarlos.
La capa superior está compuesta por cristales de
pirita fina (y quizás otros minerales). La firma química
de los bloques de cristal es muy clara: se trata de hierro
y azufre. Se piensa que los cristales se transfirieron a la
arcilla por presión, cuando ésta última aún estaba suave.
Esto queda indicado por la distribución de los cristales
de pirita alrededor de la arcilla. El grosor de la superficie
es de sólo 0.5 mm: la profundidad del “polvo” de cristales usado.
Para reconstruir la secuencia de fabricación, el proceso comienza en la Sierra de las Minas. Comienza con el
hallazgo de mineral de pirita, misma que fue rajueleada
hasta formar un disco con las proporciones deseadas.
Una vez rajueleada, se aplicaba arcilla al disco. Luego,
se transfería por presión polvo de pirita a la arcilla. Este
polvo provenía de la etapa de rajueleado, aunque también podía molerse específicamente con este fin, o hallarse de manera natural, como pirita en descomposición.
Luego, el espejo se habría horneado, usando métodos
muy parecidos a los empleados para hacer piezas de
cerámica. Una vez endurecida la arcilla, los bordes crudos se habrían limado. De la misma forma, los granos de
pirita se habrían pulido hasta alcanzar el lustro requerido para un espejo. El producto terminado no sólo parecería un espejo de pirita sólida, sino que habría pesado
más o menos lo mismo que uno de ellos.
Espejos compuestos de los antiguos mayas
Figura 6. Imagen de microscopio electrónico: detalle con alta magnificación.
Valor y energía
Si los antiguos mayas valoraban los objetos según su
atractivo estético, entonces los espejos compuestos y los
uniformes habrían tenido el mismo valor. Ambos podían
pulirse hasta alcanzar el mismo brillo y su apariencia
habría sido idéntica. De hecho, la diferencia entre ellos
difícilmente puede discernirse a ojo.
Alternativamente, si a los objetos se les daba valor
según la cantidad de trabajo empleada en crearlos, entonces los espejos uniformes habrían sido mucho más
caros que los espejos compuestos (por ejemplo, consultar Kidder et al., 1946: 131). Los espejos uniformes requi-
eren de un mayor grado de habilidad en todas las etapas
de su fabricación. En primer lugar, el mineral adecuado
debe hallarse en estado puro. Luego, el material en bruto
debía tallarse hasta alcanzar la forma apropiada, debiendo pulirse y abrillantarse tanto los bordes como las superficies. En cada etapa, la posibilidad de rotura es alta.
La creación de espejos compuestos requiere menos
trabajo. Creemos que los granos de pirita utilizados
para crear espejos compuestos debieron hallarse en las
mismas fuentes que se usaron para crear los espejos uniformes y es posible que hayan provenido de los residuos
producidos en la creación de éstos últimos. La pirita es
relativamente común y su uso sólo habría requerido el
granos de
pirita
filamento/
agente aglutinante
base
a
b
c
Figura 7. Microscopio electrónico, composición por elementos: (a) vista de muestra a alta magnificación;
(b) distribución de partículas de hierro y azufre; (c) distribución de partículas de aluminio y sílice.
5
Espejos compuestos de los antiguos mayas
pulido de algunas facetas. Las fuentes de arcilla para
cerámica eran ampliamente conocidas y los granos de
pirita podían haberse generado con facilidad, triturando
fragmentos de pirita para hacer polvo con ellos. El pulido requiere tiempo y esfuerzo, pero no se requiere gran
habilidad o experiencia para hacer este producto.
Es tentador identificar los espejos compuestos como
imitaciones baratas de los espejos de pirita uniformes
y esta suposición podría justificarse hasta cierto punto.
Hay espejos compuestos en Piedras Negras, en contextos que no son de élite. Tenemos la esperanza de que
otros investigadores examinen sus espejos, aún usando
una baja magnificación, con el fin de constatar qué tan
comunes son en otras partes.
Sin embargo, estos espejos tuvieron otro uso. Los
grandes espejos, como los que se muestran en las escenas
palaciegas, habrían resultado muy difíciles tanto de
hacer como de transportar. Pero los espejos compuestos
habrían sido más fáciles de hacer en el tamaño deseado
o como piezas de mosaico. Creemos que se ha hallado
un ejemplo de esto. En el sótano del Museo Nacional
de Arqueología y Etnología de Guatemala hay muchos
artefactos hallados en el curso de las excavaciones
dirigidas por el Instituto Carnegie (Kidder et al., 1946)
en Kaminaljuyú. El material hallado en la Tumba III
del Montículo A incluye un gran disco de cerámica,
con un diámetro aproximado de 18 cm. En el curso de
la excavación, los arqueólogos hallaron gránulos de
mineral metálico que parecían estar asociados con el
disco (la etiqueta del museo dice lo siguiente: “C-151 A.
Ga.46-6 Esperanza Mont. A. Tumba III. Kaminaljuyú,
Depto. de Guatemala Carbono magnético (?) C.I.W.”).
Por desgracia, este artefacto no se describe en el
volumen que sobre Kaminaljuyú escribieron Kidder,
Jennings y Shook (1946). Pensamos que este disco era
un gran espejo de cerámica cuyo agente adhesivo se
desintegró, desprendiéndose los gránulos de metal. En
este ejemplo, en lugar de tener un respaldo de piedra,
el espejo estaba hecho completamente de arcilla cocida,
con los gránulos adheridos a la arcilla, quizás mediante
un agente adhesivo de origen orgánico (cola).
Asimismo, algunas piezas poligonales de mosaico
de pirita son, en realidad, espejos compuestos. Los mosaicos están hechos con piezas cortadas de pirita pulimentada y adherida a un respaldo de piedra. Las piezas
poligonales tienen una forma que permite integrar una
imagen completa o una cara reflejante de mayor tamaño
que las piezas individuales. El artefacto examinado con
el microscopio electrónico era una pieza de mosaico. Su
grosor total era de sólo 4 mm. Alguna vez estuvo adherido a un respaldo de piedra, que se perdió hace mucho
tiempo. Esto sugiere que algunos de los grandes espejos
de mosaico hallados en la Tierras Bajas mayas podrían
haber estado hechos con piezas de mosaico compuesto.
En relación con la fabricación de placas o mosaicos con
pirita incrustada, Kidder, Jennings y Shook escribieron
lo siguiente:
6
También debieron ser muy caros, pues la cantidad de trabajo
requerida para su fabricación era obviamente enorme, por no
mencionar el presumiblemente alto valor del material usado
en sus superficies incrustadas. La pirita, que tiene un valor de
dureza de 6.5 y carece de planos naturales de corte que faciliten
la subdivisión de los cristales, no pudo sino ser muy difícil de
trabajar. Sin embargo, cada placa se montó con docenas de
láminas cortadas hasta alcanzar exactamente el mismo grosor,
y de manera que encajaran perfectamente. ... Somos de la
opinión de que nada de lo producido en la América aborigen
compite con estas placas, en términos de su meticulosa y hábil
fabricación. Es difícil inclusive estimar el número de horashombre necesarias para hacer todos y cada uno de estos objetos.
(Kidder et al., 1946: 131)
Los antiguos mayas usaron espejos compuestos
como piezas poligonales de mosaico. Su uso reducía el
gasto de tiempo y energía necesarios para crear espejos
de mosaico, al hacer más fácil el método de elaboración
de cada polígono.
Si estas suposiciones son correctas, entonces algunos
de los grandes espejos que aparecen en escenas palaciegas podrían haberse fabricado con materiales similares.
Podría haber habido espejos de mano hechos con una
sola pieza de pirita, pero para efectos de adivinación y
por sus cualidades de reflexión, los espejos presentes en
las salas del trono probablemente eran grandes espejos
compuestos. Esto explica la canasta o soporte de espejo
que a menudo aparece en las escenas palaciegas. Los espejos compuestos o de mosaico debieron ser objetos potencialmente frágiles, que requerían la protección de una
canasta cuando no estaban en uso. (Como alternativa, es
posible que la canasta haya sido parte de la presentación
de la adivinación; no es posible excluir ninguno de estos
usos.) Por lo tanto, más que tratarse de imitaciones baratas, los espejos compuestos ofrecían una mayor superficie reflejante para que el gobernante pudiera adivinar en
ella el futuro de su reino.
Conclusiones
Los espejos a base de hierro de los antiguos mayas
pertenecen a una de dos variantes generales. O son espejos uniformes o bien son compuestos. Los espejos compuestos se crean usando una base de piedra, un adhesivo
de arcilla y granos de pirita. Este tipo de espejo era más
fácil de producir que los espejos uniformes. Los espejos
servían tanto para ver el reflejo propio, como para fines
adivinatorios. Las escenas palaciegas pintadas en piezas
de cerámica muestran con frecuencia grandes espejos.
Como resultado de las excavaciones llevadas a cabo en
Kaminaljuyú, se conoce un posible ejemplo de gran espejo compuesto. Las piezas de espejo compuesto también se utilizaron para armar mosaicos. La investigación
sobre los espejos mayas apenas está comenzando, pero
tenemos la esperanza de que este primer paso ayude a
otros a identificar una importante distinción tipológica
en una categoría de artefactos a la que hasta ahora no se
ha prestado gran atención.
Espejos compuestos de los antiguos mayas
Agradecimientos
Estamos muy agradecidos al Instituto de Investigación
de Materiales de la Universidad Estatal de Pennsylvania
por su ayuda e interés en este proyecto. Del mismo modo,
vaya nuestro agradecimiento al Museo Nacional de
Arqueología y Etnología de Guatemala, por permitirnos
el acceso a sus colecciones.
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