sociedades ansiosas

Fecha impreso: 2016-11-20
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sociedades ansiosas...
Pareciera que vivir en sociedades como las que hoy tenemos es estar en riesgo. En riesgo de
que te roben, te maten, te asalten o te timen.
Las familias mexicanas, en su mayoría, sufren cuando sus hijos tienen que alejarse, porque
nunca saben si regresarán completos. Es peor que ir a la guerra, cuando nunca sabemos si
nuestros seres queridos volverán con vida.
Todo el tejido y la vida en la sociedad se ha vuelto riesgoso, aún enviando a los hijos a la
escuela, nunca sabemos si están a salvo de las drogas, de un maestro violento o de
compañeros que practican y ejercen el acoso escolar.
Lo mismo sucede en los lugares de trabajo, una gran cantidad de mujeres sostienen sus quejas
sobre lo que se denomina el acoso sexual. Nadie se escapa, vivimos en una sociedad en la
que el peligro se encuentra al acecho.
Tenemos que cuidarnos hasta de nuestra propia sombra. En un nivel macro también vemos el
riesgo en inundaciones, poblaciones completas que están a punto de ser destruidas por los
estragos de las lluvias, ahora, en otro momento, las olas de calor o bien las bajas temperaturas.
La capa de ozono y además los desastres ecológicos en todo el planeta.
Sociedades ansiosas que crean individuos inseguros, temerosos y sin posibilidad de generar
herramientas que les permitan sobrellevar los avatares de tanta inseguridad. Es por ello, que es
muy importante, desde mi punto de vista, que en el seno de la familia, principalmente, logremos
equipar a los más pequeños con herramientas que les permitan hacer frente al mundo que
tienen enfrente.
No basta con saber que es una sociedad de riesgo, sino que es necesario confrontarla ya que
todos vivimos en ella, todos tenemos la obligación de estar en el diario vivir. Sentarnos sólo a
pensar qué se puede hacer o criticar lo que no está bien es una posición muy cómoda que no
lleva a ningún cambio sustancial.
También es cierto que no todos podemos hacer mucho para resolver las circunstancias macro,
pero si podemos lograr muchísimo si nos enfocamos en nosotros mismos y en nuestras
familias. Con ello quiero decir, que es necesario que se eduquen a los niños con
responsabilidad en el valor del trabajo bien logrado, en el esfuerzo por construir relaciones más
sanas, centradas en valores y no en la explotación y el abuso. En el valor de cada uno de los
seres humanos que habitamos este planeta.
No volvernos egoístas y personalistas y solo ver lo que nosotros necesitamos, queremos o
deseamos. Por el contrario, abrir más los ojos y estar alertas a poner límites bien establecidos y
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no permitir de ninguna manera situaciones de abuso, de violencia y de riesgo.
Pero ello se enseña con el ejemplo. Salir del riesgo es aprender a no permitir situaciones de
abuso y violencia en el hogar. A no ser tan indiferentes con las necesidades de los demás y
sobre todo a no atropellar a otros para que nuestras propias ambiciones se vean cubiertas.
Requerimos volver a la parte más humana de la sociedad, a la experiencia de los individuos.
Volvernos más humanos y darnos cuenta que las sociedades de riesgo están constituidas por
individuos, y que somos nosotros mismos los que nos ponemos en riesgo a nosotros y a lo
demás, que son también como nosotros.
Eso hacemos en Cecreto, tratar sobre los temas de la naturaleza humana.
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