Paulo Coelho Tercera palabra: Oración Continúo aquí con la serie de siete palabras sobre las que pedí a mis lectores que reflexionaran. Para ver todos los comentarios que hicieron, visite: www.paulocoelhoblog.com > Discuss. Amanto: la única oración verdadera es aquella en la que el corazón arde por la presencia de Dios. Si rezaste así, perfecto. Si rezaste porque deseabas algo, o por dificultades financieras, estás malgastando tus energías. Marie: Señor, tan sólo quiero decirte gracias. A mí con eso me basta para entrar en contacto con Tu presencia. Josephine: la mayoría de mis oraciones son silenciosas, y a veces tras la conclusión llega una respuesta, algo claro, como la voz de alguien querido que ya no se encuentra con nosotros, y que usa palabras que yo jamás usaría conscientemente. Puede resultar doloroso, o relajante, pero siempre es verdadero. Guerrero del agua corriente: que todos puedan encontrar la felicidad, y la razón de la felicidad. Que todos puedan libertarse de la tristeza, y de la razón de la tristeza. Florence: repito a menudo la oración del tercer paso de los Alcohólicos Anónimos: Dios mío, yo me ofrezco a Ti para que me reconstruyas de acuerdo con tu voluntad. Líbrame de la esclavitud de los deseos, para poder así seguir los Tuyos. Aleja de mí estas dificultades para que mi victoria sobre ellas les sirva de garantía a aquellos a los que yo puedo ayudar. Nitoo: aun siendo hindú, a mí me gusta una oración que puede considerarse universal: de la ignorancia a la bendición, de la oscuridad a la luz, de lo mortal a lo inmortal. Que venga la paz, que la paz venga. Salma: como musulmana que soy, tendría que rezar cinco veces diarias, pero no lo hago. Creo que Dios se encuentra en todo lo que he recibido, en la fe que tengo, en la felicidad que puedo sentir. Dios es un jardín secreto en el que me siento a hablar de la vida, y la oración puede ser simplemente una conversación con una persona, aunque no siempre nos lleguen las respuestas de manera inmediata. Recibimos señales, y eso es suficiente. Pramod Kureel: una oración no es otra cosa que enviarle un SMS (mensaje de teléfono móvil) a Dios. No hay por qué decir muchas cosas, y además es bueno recordar que el mensaje es gratuito, siempre que la intención sea justa. Annamaria: esta mañana he recibido un mensaje de un amigo que vive a miles de kilómetros de distancia. Hacía más de un año que no tenía noticias suyas, y de pronto estaba ahí, en mi buzón electrónico: “Quiero que sepas que alguien Paulo Coelho te quiere, que no estás sola”. Esta ha sido la oración que me ha iluminado el día. Naved Shoaib: mi oración favorita consiste en subirme al tejado de mi casa y ponerme a mirar al cielo. El firmamento me tranquiliza la mente y el alma, y me da la sensación de que existe un poder superior que se encuentra allí por mi causa, que me ama, y que sabe que yo lo amo. Smaragdus: ¡oh, singular e indescriptible Presencia, primera y última de este Universo, atiza las llamas de mi alma y quema sus imperfecciones! Limpia mi alma. Permíteme purificarme en tu luz fulgurante. Libérame de mi pasado, suelta mis amarras. Permite que la Unidad se manifieste en mi vida, porque allí radica mi fuerza. Llena mi cáliz con tu presencia, déjame mirar a través de Tus ojos, déjame penetrar en Tu mente. Mari Raphael: ¡Señor Dios, te doy gracias por el regalo de este nuevo día! No sé lo que me reserva, pero con plena confianza, me pongo en Tus manos. Que ningún mal me ocurra a mí, ni a mi familia, ni a mis amigos. Protege mis pasos. Ilumina mis pensamientos, mis decisiones y mis actitudes. Que todas las personas con las hoy que me encuentre no se vayan sin obtener el apoyo de una palabra amiga, una sonrisa y un gesto de cariño, muestras de Tu presencia en mí. Amén. Paulo Coelho: Mi oración favorita se encuentra en Mateo 7:7: “Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá”. (la próxima semana: sufrimiento) www.paulocoelhoblog.com