LA EXPOSlOrÓK DE BELLAS ARTES 103 n a d a he visto mejor ni más acabado. L a labor del Sr. F e r nández es tan personal y propia, que dudo haya quien intente siquiera imitarle. E n t a l l a s y muebles, recuerdo con agrado la, Columna decorada con flores, de G-adea y Sanz (D. Rogelio), por la que merece la patente de habilísimo tallista, y en general los muebles de D. E n r i q u e Amaré, entre los que escogería, primeramente, el sillón núm. 1.394. Las aplicaciones decorativas sobre muebles de Brosa y San Germán (D. Víctor) demuestran un perfecto conocimiento de este género artístico, y están hechos bajo m u y bellos modelos, y el plato repujado del señor Urpi y P e y ofrece un dominio especialísimo del hierro, como difícilmente puede comprenderse. Los damasquinados de los señores Irionda y Vilaplana son t a n buenos como los mejores en su clase; quizá se le pudiera pedir algún cambio en los modelos, demasiado repetidos, siendo también muy de notar los hierros de D. Luis y D. Francisco L a b a r t a . Deben ser dificilísimos los esmaltes; por esto que los esfuerzos realizados por los que han presentado algunos son dignos del mayor encomio, y más cuando se ve en ellos m u y artísticas tendencias. Con estas dificultades compiten las vidrieras de colores, y las del Sr. Maumejean (D. José) son verdaderamente espléndidas y tan vigorosamente ejecutadas, que no creo h a y a quedado descontento, ni mucho menos, el autor de los cartones de ellas, D. Arturo Mélida. No faltan tampoco imitaciones, y bien hechas, de azulejos p a r a el decorado de los muros, ni paneles decorativos del más puro gusto, descollando la pilastra gótica del Sr. Castaños, que hubiera lucido bien en la sección de escultura, y otro tanto se pudiera decir de las hermosas guirnaldas de flores de mármol del Sr. Arturo Luchetti, y mil y mil cosas más lujosas y muy bien hechas, demostrando una gran disposición en sus autores y una sabia tendencia decorativa ó un respeto novísimo á los antiguos modelos, como ocurre con los productos de