A propósito de Argentina Latente Volver a empezar Por Pablo Solana (Consejo de Redacción) FICHA “El silencio es mortífero para las ideas. El silencio abate toda pretensión de autonomía, coarta la inventiva, impide el análisis, sofoca la crítica, detiene el mutuo intercambio de pensamientos, en que un pensamiento colectivo puede llegar a concretarse” Raúl Scalabrini Ortiz Es probable que Fernando “Pino” Solanas conozca esta frase de Scalabrini. Su último documental, Argentina Latente (2007), tiene un punto de partida común con esa reflexión: "A mí se me ocurrió hacer esto al constatar el vacío informativo sobre esta temática; el sistema informativo, de vaciamiento cultural y comunicacional ha producido un gran agujero, un gran olvido y eso debe causarnos mucho dolor" , explicaba el cineasta en la presentación de su película, meses atrás. En su último documental, Solanas aporta un enfoque optimista sobre las capacidades con que cuenta nuestro país para enfrentar “su necesaria reconstrucción”, según define. La mirada esperanzadora se realza aún más si se pone esta última obra en el contexto crudo y descarnado de sus antecesoras, Memoria del Saqueo (2004) y La Dignidad de los Nadies (2005); en ellas su mirada se posaba más en los efectos de la crisis política, TÉCNICA ARGENTINA LATENTE (2007) 100 minutos, Digital y Alta Definición. Fue rodada entre mayo y agosto de 2006 en distintos puntos del país. Producción: CINESUR S.A. (Bs. As.) e Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Argentina) Cooproductores: Wanda Films y José María Morales (Madrid), Les Films du Sud (Paris). Con la participación de: Televisión Española (RTE) y el auspicio del “Fonds Sud” (Francia). La tela de la araña . UTN . 23 Liter Cine Pino x Solanas: “Nuestra historia se construyó con grandes esfuerzos y osadías, que demostraron que a pesar de los obstáculos y las enormes dificultades, siempre se pudo. Era necesario hacer memoria y recordar lo que fuimos capaces de hacer: las grandes obras y realizaciones del país las construyeron ingenieros, técnicos y físicos argentinos” (de Carta a los espectadores, con motivo del estreno de Argentina Latente) económica y social de las últimas décadas. Para construir este ensayo, el realizador nos propone un recorrido por el país en el que como entrevistador y con una cámara digital en mano, se nutre de testimonios de técnicos, trabajadores y científicos que repasan algunos hitos del desarrollo tecnológico que alcanzó nuestro país a lo largo del siglo XX. El director-relator-entrevistador sube a un helicóptero e inicia un vuelo que no se detiene hasta Argentina Latente integra una tetralogía sobre la coyuntura de las últimas décadas en el país, que abarca desde la crisis reciente hasta lo que el director avizora como las 24. UTN . La tela de la araña completar su recorrido por el Instituto Balseiro, la CONEA (Comisión Nacional de Energía Atómica), los Astilleros Río Santiago, el IMPA (fábrica recuperada por sus trabajadores) o el CONICET. Al referirse, por ejemplo, a la industria aeronáutica, complementando los testimonios di- rectos con su voz en off, nos recuerda que a fines de los 40 Argentina era líder del hemisferio sur en la materia, siendo el octavo país en construir un avión a reacción, el Pulqui. Avanza en el relato, añorando la más extensa red ferroviaria de América Latina (también desarrollada en nuestro país) con 37 talleres fábricas donde se construían todo tipo de locomotoras y vagones. A través de sus protagonistas, tomamos nota de que en posibilidades de reconstrucción nacional. La serie comenzó con Memoria del Saqueo (2004), sobre las causas de la debacle económica y la conflictividad social que estallaron en 2001, pero que, según el director, se venían gestando desde mediados de los 70; La Dignidad de los Nadies (2005) expresa, en pequeñas historias de solidaridad y búsqueda de respuestas colectivas, la resistencia de los excluidos, desde los trabajadores despedidos hasta los desocupados. Solanas trabaja actualmente en el cuarto film de la serie, que abordará la tensión entre lo público y lo privado a partir de la fracasada privatización de los ferrocarriles y los servicios públicos. El título de esta próxima película constituye una suerte de homenaje a una obra del autor de la cita que inicia este artículo: se llamará Los hombres que están solos y esperan. Cine Lite los astilleros nacionales se fabricaron –y se fabrican– barcos de 60.000 toneladas, fragatas misilísticas y las turbinas de Yacyretá; que en un lapso de menos de cuarenta años se obtuvieron 3 premios Nobel, dos de ellos en Fisiología y Medicina y el restante en Química, además de grandes aportes en cirugía y biología; que en los 70, también en Argentina, se hizo funcionar la primera central nuclear del continente, y en 1982 se logró dominar el ciclo completo de la energía nuclear enriqueciendo uranio. “Son las capacidades y saberes latentes y la épica de 150 años de ciencia y tecnología nacional los que inspiraron este film, que está dedicado a los jóvenes, científicos y trabajadores dispuestos a recuperar la Argentina Latente”, explica el director. A lo largo de todo el film, la mirada de Solanas contrapone fuertemente lo que “pudimos haber sido” con lo que “realmente somos” como proyecto de país. Y en la búsqueda por definir responsabilidades, el realizador apela a su convicción política, que acompaña su obra desde los tiempos de La Hora de los Hornos (1968), filmada y exhibida en condiciones de censura y persecución. Arremete entonces contra el “colonialismo mental”, señala la falta de políticas de Estado para la ciencia y la tecnología, denuncia el modelo de país agroexportador y carente de un proyecto de desarrollo estratégico. Aun así, la calidad expresiva que logra Solanas al narrar estas historias de lealtad, consecuencia, coraje y solidaridad, el tono épico que enmarca sus relatos, su probado talento como cineasta, hacen que el discurso de denuncia, lejos de caer en el panfleto agitativo, se convierta en un engranaje necesario del “En mis películas de testimonio, siempre hice la cámara no sólo por lo que se selecciona en el momento de toma única, sino porque sus movimientos y su tensión son como el trazo del pintor. Desde la cámara se inventa y compone la puesta. La Dignidad… se comenzó con una cámara Beta Digital grande para obtener una buena imagen, pero la gente creía que éramos de la televisión, cambiaba su conducta y perdía espontaneidad. Cuando comparé esas imágenes con las rodadas con mi pequeña cámara digital durante la investigación, estas últimas eran superiores. Así fue que decidí filmar con cámaras chicas, reemplazar las posibilidades de una mejor imagen por una mayor verdad”. argumento del film, de innegable valor artístico, político y cultural. Si de compatibilizar la creación artística con la convicción política se trata, Argentina Latente –al igual que sus predecesoras recientes, al igual que sus primeras películas– bien puede definirse como la obra de quien asume el compromiso de dar testimonio de su tiempo. La tela de la araña . UTN . 25