Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 77.010 PSIQUIATRÍA PRÁCTICA Romper el “circuito del miedo” en el trastorno de pánico resistente R. Bruce Lydiard, PhD, MD Clinical professor of Psychiatry. University of South Carolina. Director, Southeast Health Consultants. Charleston, SC, Estados Unidos. Calmar la hiperactiva red de alarma cerebral puede requerir dosis elevadas de medicación, terapia cognitiva intensa, o ambas. Cuando la terapia inicial no consigue controlar los ataques de pánico del paciente, puede ser útil disponer de un modelo neuroanatómico de los trastornos de ansiedad. Este modelo propone que quienes experimentan pánico tienen un “circuito del miedo” cerebral anormalmente sensible1. Sugiere que tanto las medicaciones como la terapia cognitivo-conductual (TCC) son efectivas para tratar el trastorno de pánico (TP) y pueden usarse como una guía para un tratamiento más exitoso. Este artículo explica el “circuito del miedo” y describe cómo determinar si el tratamiento farmacológico inicial de los síntomas de pánico ha sido adecuado. Ofrece rangos de dosis basados en la evidencia y la experiencia, estrategias de potenciación, consejos para el establecimiento de antidepresivos y soluciones para los problemas de respuesta inadecuada más comunes. CÓMO FUNCIONA EL “CIRCUITO DEL MIEDO” El trastorno de pánico puede ocurrir con o sin agorafobia. El diagnóstico requiere ataques de pánico recurrentes e inesperados, con un mínimo de un ataque seguido durante un mes o más de: – Preocupación persistente acerca de tener ataques adicionales. Correspondencia: Dr. R. Bruce Lydiard. University of South Carolina. Director, Southeart Health Consultents 67 President St. Charleston, SC 29425. Estados Unidos. El Dr. Lydiard recibe ayudas a la investigación por parte de GlaxoSmithKline, Eli Lilly and Co., Organon, Sanofi-Synthelabo, Cephalon, UCB Pharma y Merck & Co., y es un ponente o consultor de Pfizer Inc., Eli Lilly and Co., Solvay Pharmaceuticals, AstraZeneca Pharmaceuticals y Forest Pharmaceuticals. Traducido de © 2003 Current Psychiatry Online, Volume 2, Number 11 (noviembre de 2003). Publicado con permiso de Current Psychiatry Online. 61 TABLA 1. Ataques de pánico: principal síntoma del trastorno de pánico Un ataque de pánico es un período discreto de miedo o malestar intensos en el que 4 (o más) de los siguientes síntomas se inician bruscamente y alcanzan su máxima expresión en los primeros 10 min: – Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardíaca – Sudoración – Temblores o sacudidas – Sensación de ahogo o falta de aliento – Sensación de atragantarse – Opresión o malestar torácico – Náuseas o molestias abdominales – Inestabilidad, mareo o desmayo – Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (estar separado de uno mismo) – Miedo a perder el control o volverse loco – Miedo a morir – Parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo) – Escalofríos o sofocaciones Fuente: DSM-IV-TR – Preocupación por las implicaciones del ataque, o – Un cambio significativo en el comportamiento relacionado con el ataque. El trastorno de pánico suele acompañarse de evitación fóbica y ansiedad anticipatoria, y, a menudo, coexiste con otros trastornos psiquiátricos. Los trastornos de ansiedad pueden compartir una vulnerabilidad genética común. Las experiencias de la infancia, el género, y los acontecimientos vitales pueden incrementar o disminuir la probabilidad de que un individuo, biológicamente vulnerable, desarrolle un trastorno de ansiedad o depresión1. Modelo del “circuito del miedo” La fisiopatología del TP no se comprende completamente, pero la evidencia sugiere que una red de alarma cerebral hiperactiva puede incrementar la vulnerabilidad al TP (cuadro 1 y tabla 1)1,2. Los pacientes requieren intensidades diferentes de tratamiento para normalizar sus síntomas de pánico: – El TP leve a moderado (caracterizado por poca o nula evitación y ausencia de trastornos comórbidos) frecuentemente responde a la medicación o a la TCC. Una intervención única –como usar la TCC para aumentar Psiq Biol 2004;11(2):73-8 73 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Bruce Lydiard R. Romper el “circuito del miedo” en el trastorno de pánico resistente CUADRO 1. Cómo puede un “circuito del miedo” anormal desencadenar ataques de pánico La terapia cognitivo-conductual y la terapia de exposición ejercen sus efectos beneficiosos en el trastorno de pánico: – Extinguiendo el miedo condicionado en la amígdala y el hipocampo. – Reduciendo el pensamiento distorsionado y catastrófico en el proceso cortical, de modo que se intensifica la inhibición cortical del núcleo central de la amígdala. Sitios de acción: --- Terapias cognitiva y de exposición — Agentes antipánico Córtex prefrontal Giro cingulado Tálamo Hipotálamo Amígdala Hipocampo Tronco cerebral (locus coeruleus, otros) Los agentes antipánico reducen la frecuencia y gravedad del ataque de pánico mediante sus efectos en neurotransmisores excitadores, como el factor liberador de corticotropina o el glutamato. Estas acciones disminuyen la excitabilidad de la amígdala, de los núcleos del tronco cerebral y del hipotálamo. Un mecanismo de alarma cerebral o “circuito del miedo” heredado y anormalmente activo puede explicar el trastorno de pánico, de acuerdo con un teórico modelo neuroanatómico1. Su eje es el núcleo central de la amígdala, que coordina las vías de respuesta al miedo comunicando con el hipocampo, el tálamo, el hipotálamo, el tronco cerebral y las áreas de procesamiento cortical. • La amígdala interviene en las respuestas emocionales agudas, incluyendo el miedo y la ansiedad. El hipotálamo ejerce cambios fisiológicos conectados con emociones, como la liberación de hormonas del estrés y algunos cambios en la frecuencia cardíaca. El córtex prefrontal participa en el pensamiento y la memoria, y puede contribuir decisivamente en la predicción de las consecuencias de recompensas o castigos. En las personas vulnerables, los defectos al coordinar el input sensorial entre estas regiones cerebrales pueden causar la descarga del núcleo central y originar un ataque de pánico. • La medicación y la terapia cognitivo-conductual pueden reducir la reactividad del “circuito del miedo” y prevenir los ataques de pánico actuando en diferentes componentes del “circuito del miedo”. Cuando el núcleo central de la amígdala ya no reacciona de manera exagerada al input sensorial, la ansiedad anticipatoria y la evitación fóbica se disipan con el tiempo generalmente2,3. Así, el modelo del “circuito del miedo” integra la observación clínica de que tanto la terapia cognitiva-conductual como la medicación son efectivas para el tratamiento del pánico1. • Las interacciones anormales entre componentes de este “circuito del miedo” exageradamente sensible también puede ocurrir en el trastorno de ansiedad social, trastorno de ansiedad generalizada, trastorno por estrés postraumático y depresión1. En estos trastornos, los modelos de comunicación entre las partes del hipotético circuito pueden interrumpirse de diferentes formas. La observación clínica de que las personas ansiosas suelen deprimirse cuando se encuentran sometidas a estrés es consistente con este modelo y con la bibliografía. los efectos inhibitorios corticales o utilizar la medicación para reducir la reactividad de la amígdala– puede bastar para el alivio sintomático. – El TP grave o complicado (caracterizado por ataques de pánico frecuentes, agorafobia importante y trastornos de ansiedad o depresión comórbidos) puede requerir dosis de medicación elevadas, TCC/terapia de exposición intensa, o ambas, para normalizar la comunicación interrumpida con mayor gravedad entre los componentes del circuito del miedo. dos y valorados por el paciente para documentar la mejoría en la afectación relacionada con el pánico, la satisfacción del paciente y la calidad de vida: los objetivos reales del tratamiento. Dos herramientas útiles son la Sheehan Disability Scale3 y el Quality of Life Enjoyment and Satisfaction Questionnaire4. Con un tratamiento adecuado, conseguir la remisión puede llevar varios meses o más; sin él, la remisión puede no ocurrir nunca. Las siguientes directrices pueden ayudar a asegurar que se está proporcionando el tratamiento adecuado. EVALUACIÓN DEL RESULTADO DEL TRATAMIENTO – ¿Qué es una TCC adecuada? Cuando los síntomas de los pacientes no responden a la TCC, el primer paso es examinar si el causante es un tratamiento inadecuado. Se ha sugerido que un ensayo de TCC adecuado para el TP consistiría en un mínimo de 10 sesiones semanales de TCC realizadas por un “profesional cualificado”5. Desafortunadamente, no siempre se dispone de terapeutas cualificados para la TCC. Si no es posible derivar al paciente para realizar TCC, los clínicos pueden propor- El objetivo del tratamiento es la remisión: un regreso al funcionamiento sin afectación relacionada con la enfermedad o pérdida en la calidad de vida, como si el paciente nunca hubiera estado enfermo. En la práctica clínica, podemos usar instrumentos de evaluación valida74 Psiq Biol 2004;11(2):73-8 62 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Bruce Lydiard R. Romper el “circuito del miedo” en el trastorno de pánico resistente TABLA 2. Prescripción para alcanzar el éxito en el tratamiento del trastorno de pánico TABLA 3. Consejos para ayudar al paciente a tolerar la dosis de antidepresivos Alivie al paciente de la percepción de carga por sentirse enfermo: – Explique los orígenes familiares y genéticos del trastorno – Describa el modelo del “circuito del miedo” – Implique a su mujer u otra persona significativa en el tratamiento Establezca una colaboración paciente-médico: – Explique los potenciales efectos secundarios de la medicación – Describa el patrón habitual de alivio de síntomas (finalización de ataques de pánico → reducción ansiedad anticipatoria → disminución de fobia) – Estime un marco temporal para la mejoría – Planifique los pasos siguientes si el primer intento resulta infructuoso – Esté disponible, especialmente al principio Dirija las preocupaciones del paciente sobre el tratamiento farmacológico a largo plazo: – Hable de la seguridad y la eficacia a largo plazo – Enmarque el tratamiento como una vía a la independencia de los ataques de pánico – Utilice la diabetes o la hipertensión como analogía para explicar que la medicación se usa para manejar síntomas, más que para curar – Hable de la reducción de la medicación después de una mejoría mantenida (12 a 18 meses) para determinar una necesidad de medicación continuada Sea preventivo: – Antes de iniciar la terapia, explique que una dosis inicial baja y una dosificación flexible ayudan a controlar el desagradable, pero médicamente seguro, “tembleque”, conocido como activación inducida por antidepresivos – Explique al paciente que la activación ocurre raramente en otros trastornos distintos al TP (“su aparición sugiere que el diagnóstico es correcto y que nos encontramos probablemente en el buen camino”) Sea tranquilizador: – Comente al paciente: “Usted controla el pedal del acelerador; yo le ayudaré a conducir” (hasta una dosis efectiva) Sea cauteloso: – Comience con un 25 a 50% de la dosis inicial habitual de antidepresivo para la depresión (tabla 4); si resulta demasiado activadora, redúzcala y progrese más gradualmente – La activación, habitualmente, se disipa entre 1 y 2 semanas; con el tiempo se suelen producir mayores incrementos de dosis Sea atento: – Utilice benzodiacepinas o bloqueadores beta si fuera necesario para atenuar la activación cionar a los pacientes, por lo menos en algunos de los elementos de la TCC y como educación acerca del TP, recursos de información e instrucciones de autoexposición tal como se indican. Para más información sobre la TCC o el TP, consulte los “Recursos relacionados”. – ¿Cuál es el tratamiento farmacológico adecuado? La falta de cumplimiento de la medicación, porque un paciente teme los efectos secundarios o tiene información insuficiente, puede frustrar fácilmente el tratamiento. Por lo tanto, antes de comenzar con el tratamiento conviene establecer su credibilidad. Suministre al paciente información sobre el TP, sus opciones terapéuticas y lo que se espera, de tal forma que él o ella puedan colaborar con el tratamiento (tabla 2). Los antidepresivos se prefieren como tratamiento de primera línea del TP, incluso en pacientes no deprimidos. Los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS) se recomiendan para el TP por su eficacia similar y tolerabilidad comparados con agentes antipánico más antiguos6. Los ISRS son también efectivos en otros trastornos de ansiedad que es probable que concurran con el TP7. Muchos pacientes con TP son extremadamente sensibles a la activación por dosis iniciales de antidepresivos. La activación raramente ocurre en otros trastornos, por lo que su aparición sugiere que su diagnóstico es correcto. Las estrategias clínicas para ayudarle a manejar la dosificación antidepresiva se sugieren en la tabla 3. 63 En entornos clínicos, 2 estudios naturalísticos sugirieron que los resultados más favorables se asociaron con dosis de medicación antipánico (tabla 4) “posiblemente efectivas”, y que la mayoría de pacientes con una respuesta pobre a la medicación recibió tratamiento inadecuado8,9. Las dosis de la tabla 4 provienen de estos 2 estudios (publicados antes de los estudios de eficacia de los ISRS en el TP) y de estudios posteriores de ISRS y el inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN) venlafaxina7,8,10. El extremo inferior del rango “probablemente efectivo” de la tabla 4 representa los mínimos valores de dosis que, generalmente, se espera que sean efectivos para el TP. No todos los agentes de la tabla han sido aprobados por la Food and Drug Administration (FDA) para el TP, ni tampoco las dosis de agentes aprobados necesariamente están “dentro del prospecto”. Algunos síntomas de los pacientes pueden resolverse con dosis mayores o menores. Algunos pacientes requieren meses para alcanzar y mantener la dosis “probablemente efectiva” durante un mínimo de 6 semanas. Las benzodiacepinas pueden usarse a corto plazo para controlar los síntomas de pánico durante la dosificación antidepresiva, y después retirarse. Nosotros clasificamos a los pacientes que son incapaces de tolerar una “dosis adecuada” como si no hubieran recibido un ensayo terapéutico, no como fallos del tratamiento. No existen estudios controlados del TP que hayan examinado la proporción de éxito del cambio de un segundo antidepresivo, cuando el primero ha sido inefectivo12. En Psiq Biol 2004;11(2):73-8 75 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Bruce Lydiard R. Romper el “circuito del miedo” en el trastorno de pánico resistente TABLA 4. Dosis farmacológicas recomendadas para el trastorno de pánico Clase/agente Posiblemente efectivo (mg/día) ISRS Citalopram Escitalopram Fluoxetina Fluvoxamina Paroxetinaa Sertralinaa IRSN Venlafaxina Benzodiazepinas Alprazolama Clonacepama Tricíclicos Clomipramina Desipramina Imipramina IMAO Fenelcina Tranilcipromina Antiepilépticos Gabapentina Valproato Probablemente efectivo (mg/día) Dosis elevada (mg/día) Dosis inicial (mg/día) Grado de confianza < 20 < 10 < 40 < 150 < 40 < 150 20-60 10-30 40-80 150-300 40-60 150-300 > 60 > 30 > 80 > 300 > 60 > 300 10 5 10 25 5-10 12,5-25 ++ ++++ ++ ++++ ++++ ++++ < 150 150-300 > 300 18,75-37,5 ++ 0,5-1,0 0,25-0,5 ++++ ++++ <2 <1 2-8 2-4 >8 >4 < 100 < 150 < 150 100-200 150-300 150-300 > 200 > 300 > 300 10 10 10 ++++ ++ ++++ < 45 > 30 45-90 30-70 > 90 > 70 15 10 +++ + 100-200 250-500 600-3.400 1.000-2.000 ++ ++ ISRS: inhibidor selectivo de la recaptación de la serotonina; IRSN: inhibidor de la recaptación de la serotonina y la noradrenalina; IMAO: inhibidores de la monoaminooxidasa. aAprobado por la FDA para el tratamiento del trastorno de pánico. Confianza: +, series no controladas; ++, como mínimo 1 estudio controlado; +++, > 1 estudio controlado; ++++, inequívoca. la práctica clínica podemos intentar 2 ISRS diferentes y venlafaxina. Cuando se sustituyen fármacos, normalmente administramos conjuntamente los tratamientos durante algunas semanas, pautando de forma ascendente y gradual el segundo fármaco, para después disminuir y retirar el primer fármaco entre 2 y 4 semanas. Utilizamos benzodiacepinas a corto plazo según se precise. – Mejoría parcial. A veces los síntomas globales mejoran significativamente, pero persisten síntomas de pánico molestos. La respuesta clínica puede mejorar suficientemente si eleva regularmente la dosis de medicación mientras se controla la seguridad y la tolerabilidad. Considere cuestiones médico-legales y documente la historia clínica del paciente: a) sus razones para prescribir dosis que exceden las líneas directrices de la FDA, y b) ha comentado los posibles riesgos y beneficios con el paciente, y el paciente acepta el tratamiento. Cuando tenga dudas sobre el uso de las dosis que exceden las líneas directrices de la FDA, consulte a un experto o colega. – Uso de benzodiacepinas. Como ya se ha apuntado, el uso concomitante de benzodiacepinas mientras se inicia la terapia antidepresiva puede ayudar a los pacientes extremadamente ansiosos o sensibles a la medicación. Muchos clínicos administran conjuntamente benzodiacepinas y antidepresivos durante un plazo más largo7. Como tratamiento principal, las benzodiacepinas pueden ser útiles para los pacientes que no pudieron tolerar o no respondieron a un mínimo de 2 o 3 ensayos de antidepresivos. 76 Psiq Biol 2004;11(2):73-8 Dado que la monoterapia benzodiacepínica no protege de una forma fiable contra la depresión, aconsejamos a los clínicos que animen a los pacientes a controlarse ellos mismos e informar de cualquier signo de depresión emergente. Evite las benzodiacepinas en pacientes con historia de alcoholismo o abuso de sustancias. – Otros agentes. Los antidepresivos tricíclicos (ATC) y los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), que en su día constituyeron el pilar del tratamiento antipánico, se utilizan en raras ocasiones hoy día, dados sus efectos secundarios, la toxicidad en sobredosis y –para los IMAO– la dieta restringida en tiramina. Su utilidad en el pánico resistente se limita probablemente a un último intento. ANÁLISIS DEL FRACASO TERAPÉUTICO En el TP sin complicación, la falta de mejoría tras 2 o más ensayos terapéuticos es inusual. Si observa una falta de mejoría o ésta es mínima, reconsidere cuidadosamente otras causas de ansiedad o factores que pueden complicar el tratamiento del TP (tabla 5). Si no existe otra causa aparente para los síntomas persistentes, el modelo del “circuito del miedo” puede ayudarle a decidir cómo modificar o potenciar el tratamiento farmacológico, añadir TCC, o ambas. Por ejemplo: – Si los ataques de pánico persisten, puede ser útil ajustar las dosis del tratamiento farmacológico (si se to64 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Bruce Lydiard R. Romper el “circuito del miedo” en el trastorno de pánico resistente TABLA 5. Corrección de la respuesta inadecuada al tratamiento inicial con ISRS del trastorno de pánico Problema Ataques de pánico persistentes Ansiedad persistente distinta al pánico Fobia residual Otros trastornos Diagnóstico diferencial Ataques inesperados Tratamiento o duración inadecuados Ataques situacionales Condición módica Otro trastorno psiquiátrico Relacionada con medicación Activación (ISRS o IRSN) Acatisia por ISRS TAG comórbido Rebote entre dosis de BZD Abstinencia de BZD o alcohol Ansiedad residual Agorafobia Depresión Trastorno bipolar Trastornos de personalidad Patología médica Acontecimiento(s) o estresor(es) medioambiental(es) Revisar trabajo, acontecimientos familiares, percepción del estresor por parte del paciente Baja adherencia Efectos secundarios de tipo sexual Entendimiento inadecuado del trastorno de pánico y su tratamiento por el paciente o la familia Soluciones sugeridas ≥ dosis umbral durante 6 semanas Probar un segundo ISRS Probar venlafaxina TCC/terapia de exposición Manejar condiciones específicas Descartar fobia social, TOC, TPEP Ajustar dosis, añadir BZD o bloqueador beta Ajustar dosis, añadir bloqueador beta o BZD Incrementar dosis de antidepresivo, añadir BZD Cambio a un agente de mayor duración Evaluar y tratar como sea aconsejable Añadir/incrementar BZD TCC/exposición, ajustar medicación Tratamiento antidepresivo radical ± BZD Eutimizante y antidepresivo ± BZD Psicoterapia específica Revisar y modificar el tratamiento como esté indicado Entrevista y educación a la familia/mujer Higiene medioambiental como esté indicado Ajuste breve en el plan o los planes de tratamiento según sea necesario Probar bupropión, sildenafilo, amantadina, cambiar fármacos Educación del paciente/familia Facilitar recursos materiales BZD: benzodiacepina; TCC: terapia cognitivo-conductual; TAG: trastorno de ansiedad generalizada; TOC: trastorno obsesivo-compulsivo; TPEP: trastorno por estrés postraumático; IRSN: inhibidor de la recaptación de la serotonina y la noradrenalina; ISRS: inhibidor selectivo de la recaptación de la serotonina. lera y es aceptablemente seguro). Considere el incremento de dosis, la potenciación o el cambio a un agente diferente. – Si ataques persistentes se relacionan consistentemente con situaciones temidas, intente intervenir con una terapia de exposición más radical. Considere si otros trastornos como el inadvertido trastorno de ansiedad social, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) o el trastorno por estrés postraumático (TPEP) pueden estar perpetuando la evitación fóbica. – Si el paciente está deprimido, considere la posibilidad de que el retraimiento social relacionado con la depresión pueda causar los síntomas de evitación. La farmacoterapia antidepresiva radical es claramente aconsejable. ESTRATEGIAS DE POTENCIACIÓN Medicación para el fracaso de la terapia cognitivo-conductual Sólo 2 estudios controlados han examinado la adición de una dosis adecuada de medicación después de que los pacientes no respondieran a la TCC sola: 65 – Un estudio en 18 pacientes hospitalizados con agorafobia, que fracasaron a la opción de la terapia psicodinámica conductual, refirió una mejoría de éstos cuando se administró clomipramina (150 mg/día) durante 3 semanas13. – En un estudio de 43 pacientes que no respondieron a la TCC inicial, se constató una mejoría más importante en los pacientes que recibieron TCC junto con paroxetina, 40 mg/d, en comparación con los que recibieron placebo mientras se continuó la TCC14. Potenciación en terapia farmacológica Sólo un estudio controlado ha evaluado la terapia de potenciación tras la falta de respuesta a un ISRS; en este caso, 8 semanas de fluoxetina después de 2 “fracasos antidepresivos” indefinidos. Cuando se añadió pindolol, 2,5 mg, 3 veces al día, o placebo a la terapia con fluoxetina, los 13 pacientes que recibieron pindolol mejoraron más clínica y estadísticamente en varias medidas estandarizadas que los 12 que recibieron placebo15. Un ensayo abierto de 8 semanas mostró efectos beneficiosos de olanzapina, hasta 20 mg/día, en pacientes con criterios bien descritos de TP resistente al tratamiento. Psiq Biol 2004;11(2):73-8 77 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Bruce Lydiard R. Romper el “circuito del miedo” en el trastorno de pánico resistente Otros ajustes terapéuticos bien descritos que parecen beneficiar el TP que no responde son: – Añadir fluoxetina a un ATC o añadir un ATC a fluoxetina, para la terapia de combinación ATC/ISRS17. – Cambiar al inhibidor selectivo de la noradrenalina reboxetina, 2 a 8 mg/día durante 6 semanas, después de una respuesta inadecuada a paroxetina o fluoxetina (media de 8 semanas, dosis máxima de 40 mg/día)18. (La reboxetina no está disponible en Estados Unidos.) – Utilizar gabapentina, de 600 a 2.400 mg/día, tras 2 fracasos terapéuticos con ISRS19. – Añadir el agonista del receptor de la dopamina pramipexol, 1,0 a 1,5 mg/día, a distintas medicaciones antipánico20. Se pueden recomendar la potenciación de un ISRS con pindolol o la complementación de un tratamiento conductual infructuoso con dosis “probablemente efectivas” de paroxetina o clomipramina, aunque son necesarios estudios más definitivos. Como se ha explicado anteriormente, se pueden considerar algunas estrategias17-20 si un paciente no responde a 2 o más ensayos farmacológicos adecuados. Los trabajos anecdóticos son difíciles de evaluar, pero pueden ser útiles clínicamente cuando se han agotado otras opciones terapéuticas. BIBLIOGRAFÍA 1. Gorman JM, Kent JM, Sullivan GM, Coplan JD. Neuroanatomical hypothesis of panic disorder, revisited. Am J Psychiatry 2000;157:493-505. 2. Coplan JD, Lydiard RB. Brain circuits in panic disorder. Biol Psychiatry 1998;44:1264-76. 3. Sheehan DV. The anxiety disease. New York: Charles Scribner and Sons, 1983; p. 151. 4. Rapaport MH, Wolkow RM, Clary CM. Methodologies and outcomes from the sertraline multicenter flexible-dose trials. Psychopharmacol Bull 1998;34:183-9. 5. Otto MW. Psychosocial approach to treatment-resistant anxiety disorders [presentation]. Chantilly, VA: Anxiety Disorders Association of America conference on novel approaches to treatment of refractory anxiety disorders, June 15-16, 2003. 6. Gorman JM, Shear MK, McIntyre JS, Zarin DA. American Psychiatric Association. Practice guideline for the treatment of patients with panic disorder. Am J Psychiatry 1998;155 (May supplement). 7. Lydiard RB, Otto MW, Milrod B. Panic disorder treatment. En: Gabbard GO, editor. Treatment of psychiatric disorders. 3rd ed. Washington, DC: American Psychiatric Press, 2001; p. 1447-82. 8. Simon NM, Safrens SA, Otto MW, et al. Outcome with pharmacotherapy in a naturalistic study of panic disorder. J Affect Disord 2002;69:201-8. 78 Psiq Biol 2004;11(2):73-8 9. Yonkers KA, Ellison J, Shera D, et al. Description of antipanic therapy in a prospective longitudinal study. J Clin Psychopharmacol 1996;16:223-32. 10. Pollack MH, Worthington JJ 3rd, Otto MW, et al. Venlafaxine for panic disorder: results from a double-blind, placebo-controlled study. Psychopharmacol Bull 1996;32:667-70. 11. Goddard AW, Brouette T, Almai A, et al. Early coadministration of clonazepam with sertraline for panic disorder. Arch Gen Psychiatry 2001;58:681-6. 12. Simon NM. Pharmacological approach to treatment-resistant anxiety disorders [presentation]. Chantilly, VA: Anxiety Disorders Association of America conference on novel approaches to treatment of refractory anxiety disorders, June 15-16, 2003. 13. Hoffart A, Due-Madsen J, Lande B, et al. Clomipramine in the treatment of agoraphobic inpatients resistant to behavioral therapy. J Clin Psychiatry 1993;54:481-7. 14. Kampman M, Keijsers GP, Hoogduin CA, Hendriks GJ. A randomized, double-blind, placebo-controlled study of the effects of adjunctive paroxetine in panic disorder patients unsuccessfully treated with cognitive-behavioral therapy alone. J Clin Psychiatry 2002;63:772-7. 15. Hirschmann S, Dannon PN, Iancu I, et al. Pindolol augmentation in patients with treatment-resistant panic disorder: a double-blind, placebo-controlled trial. J Clin Psychopharmacol 2000;20:556-9. 16. Hollifield M, Thompson P, Uhlenluth E. Potential efficacy and safety of olanzapine in refractory panic disorder [presentation]. San Francisco, CA: American Psychiatric Association annual meeting, 2003. 17. Tiffon L, Coplan J, Papp L, Gorman J. Augmentation strategies with tricyclic or fluoxetine treatment in seven partially responsive panic disorder patients. J Clin Psychiatry 1994;55: 66-9. 18. Dannon PN, Iancu I, Grunhaus L. The efficacy of reboxetine in treatment-refractory patients with panic disorder: an openlabel study. Hum Psychopharmacol 2002;17:329-33. 19. Chiu S. Gabapentin treatment response in SSRI-refractory panic disorder [presentation]. San Francisco, CA: American Psychiatric Association annual meeting, 2003. 20. Marazziti D, Presta S, Pfanner C, et al. Pramipexole augmentation in panic with agoraphobia. Am J Psychiatry 2001;158: 498-9. RECURSOS RELACIONADOS Barlow DH. Anxiety and its disorders: the nature and treatment of anxiety and panic. New York: Guilford Press, 1988. Craske MG, DeCola JP, Sachs AD, Pontillo DC. Panic control treatment of agoraphobia. J Anxiety Disord 2003;17:321-33. National Institute for Mental Health: Panic Disorder, http://www.nimh.nih.gov/publicat/fearandtrauma.cfm Anxiety Disorders Association of America, http://www.adaa.org/ 66