Pablo Maranov Pablo Maranov pertenece a la comunidad de descendientes rusos del Uruguay, ubicada mayoritariamente en San Javier. Entrevistador/a: Primero que nada, ¿quién era inmigrante ruso en tu familia? Pablo: Mi padre, mi abuelo y la única fundadora que queda en San Javier todavía viva, mi madre, que tiene ciento un años. Entrevistador/a: ¿Nos podés contar algo sobre por qué vinieron, cuántos eran y cómo llegaron acá? Pablo: El problema era prácticamente político. Muchos pertenecían a la religión del señor Lubkov. Don Basilio Lubkov, de todas las religiones que existían, buscó su religión (la mejorcita que le pareció). Entonces, muchos vinieron, como se dice vulgarmente "bajo el ala de él"; no eran creyentes. La inmigración por primera vez paró en EE.UU., creo, si no me equivoco, que en San Francisco. Tenían la intención de hacer agricultura, pero como EE.UU. estaba muy, pero muy adelantada, cuando vieron las herramientas que traían… Entonces, había un embajador (no recuerdo el nombre) […], se comunicaron con Uruguay, y José Batlle y Ordóñez fue el que autorizó que viniera esta gente. Cuando llegaron acá al Uruguay, el destino fue que vinieran a San Javier (lo llamaron el pueblo San Javier; fue nombrado después). Había un señor, Espalter, que realmente dio un apoyo inolvidable para esta inmigración. Llegaron a Puerto Viejo y después buscaron el lugar más apropiado. Entrevistador/a: ¿A ti esto te lo contaron tus antepasados? Pablo: Sí, sí... Entrevistador/a: ¿En tu familia hoy en día mantienen algunas costumbres rusas? Pablo: Las costumbres… El turista o la persona que viene acá, a San Javier, es tratarlo lo mejor posible (no sé si vieron como fui como remisero) y se le da todo lo que él quiera. Las comidas todavía se conservan, comidas típicamente rusas. Acá tenemos un centro cultural, Máximo Gorki, en el cual encuentras típicamente los bailes rusos. Se ha olvidado mucho el idioma ruso. Entrevistador/a: Pero tú hablas ruso. ¿Donde aprendiste? Pablo: Aprendí con mis padres. Ya le digo, mi madre vive, tiene ciento un años; ya se me está yendo. Ella nació en Rubstov. Entrevistador/a: Contáme… En tu casa, ¿qué cosas hacen o hacían (música, baile…)? Pablo: Escuchamos música rusa. Es algo que llevamos dentro. Es lo mismo que si tú vas mañana a otro país y escuchas algo de Uruguay, folklore o lo que sea, creo que te va a traer… Entrevistador/a: ¿El lugar que fomenta la cultura rusa acá es el Maximo Gorki? Pablo: Sí. Realmente, en ese aspecto, no tenemos un lugar... Entrevistador/a: ¿En la escuela no les enseñan a los niños? Pablo: No, no. Es una lástima. Hará unos quince años, acá en el pueblo éramos todos conocidos. Ahora, actualmente, rusos rusos quedan pocos (hijos de rusos que sean rusos rusos). Cruzas sí hay, con españoles o con lo que sea. Entrevistador/a: ¿Vos practicás alguna religión? Pablo: No Entrevistador/a: ¿No? Pablo: No, yo creo que algo hay, fuerte, pero… Entrevistador/a: Pero ¿vos concurrís a la Sabraña? Pablo: No, no concurro. Entrevistador/a: ¿Te sentís más ruso o uruguayo, hoy en día? Pablo: No, no. Rusia, para mí… Rusia es Rusia y EE.UU. es EE.UU. Yo pertenezco acá y soy de acá: soy uruguayo y me siento de acá. Entrevistador/a: ¿Te gusta el fútbol? Pablo: Me gusta la pesca, la pesa del río. Entrevistador/a: Pero, por ejemplo, si juega la Selección Nacional… Pablo: Ah no, no, desde luego soy uruguayo. Entrevistador/a: Y música, ¿qué música escuchás? Pablo: Me gusta el tango porque siento que es lo más real, es la vida, las letras son sacadas del fondo de la vida de cada uno. Me llega. Entrevistador/a: ¿Y música rusa escuchás? Pablo: Sí, escucho. Pero me gusta más la música antigua. Entrevistador/a: ¿como qué? Pablo: Hay muchas, como ser… ¿Puedo hablar un poquitito en ruso? [Habla en ruso]. Hay muchas de esas. Es una conocida como acá la Cumparsita. Entrevistador/a: ¿La política te interesa hoy en día en Uruguay? ¿O te interesó? Pablo: No, no, no. Al nuevo Gobierno lo respeto mucho, está haciendo, para mí, mucha obra muy buena, según mi criterio. Todo lo que empezó espero pueda cumplirlo, porque es muy difícil. Ahora, los políticos anteriores tenían muy buenas ideas, pero creo que no las han cumplido. Acá, en San Javier realmente poco se han intensado. No culpo a los intendentes, ni nada. No han desarrollado… Una vez vino un intendente y me dijo: "es bueno San Javier", y le digo: "¿por qué es bueno San Javier?". Dice: "porque nunca me ha pedido nada". "Pero escúcheme, yo creo que usted, cuando vino a San Javier, cuando vino a prometer cosas, a buscar votos, sabía muy bien lo que necesitaba San Javier. Nosotros no vamos a ir a pedir si usted sabía muy bien lo que necesita San Javier". Entrevistador/a: ¿Hoy en día tienen algún tipo de vínculo con Rusia (económico, etc.)? Pablo: No no, absolutamente no, nada de nada. Soy una persona que trabajo... Entrevistador/a: ¿A qué te dedicás? Pablo: Tengo un comercio establecido hace cincuenta y cuatro años; desde muy joven desarrollé el comercio. Todo el día está abierto. Y no lo vas a creer, pero en estos cincuenta y cuatro años, por desgracias familiares, lo he tenido sólo seis días cerrado. No tenemos sábado, domingo, ni primero de año, ni navidad. Es un comercio general: vas a pedir un tornillo, vas a pedir libros, es papelería, tienda, de todo un poco Entrevistador/a: ¿Sos de concurrir al Máximo Gorki? Pablo: Sí, a veces. Yo realmente a los bailes no concurro (no por ambición de dinero, no me gusta. Yo colaboro igual). Aparte de eso tengo una pequeña empresa fúnebre. Yo tampoco soy una persona rica, no. Entrevistador/a: ¿Y te casaste? Pablo: Sí, por primera vez, y ahora [se casó dos veces]. Entrevistador/a: ¿Era descendiente de inmigrantes rusos? Pablo: Sí, casualmente, mi abuelo era vecino allá en Rusia de mi esposa. Entrevistador/a: ¿Y para vos era importante que tu esposa fuera descendiente? Pablo: En aquel momento a nosotros nos inculcaban que sí tenían que ser [descendientes], por costumbre, por cosas que… Ahora, mis hijos, uno tiene como cuarenta novias, capaz, y el otro tiene un cyber. Entrevistador/a: Por último, ¿por ser descendiente de inmigrantes rusos, tuviste algún problema en la dictadura militar acá, en San Javier? Pablo: No. Entrevistador/a: Acá, en San Javier, ¿qué sucedía? Pablo: Ah no, no, no, era cruel. Yo concurrí dos veces a hablar con mis amigos (que tenía en aquel momento). Después que salieron, las ideas eran distintas, creyeron que yo los había vendido. Hubo una polémica. Yo trabajaba con los militares […]. Lo único que yo hice fue ir a hablar con las personas en Fray Bentos. Los militares me atendieron bien, después me dijeron directamente lo que pasaba pero... [No se entiende la idea]. Entrevistador/a: ¿Pero qué era lo que sucedía? ¿Por qué vinieron acá, y rompieron las pertenencias del Máximo Gorki? Pablo: Yo creo que es la política, según mi modo de pensar, ¿no? Se cree que por ser uno ruso tiene que ser comunista, pero no es así porque si vamos a ver las elecciones […] acá siempre ganó el Partido Colorado, segundo los blancos, el Partido Nacional, y después, en la tercera posición estaban, como se dice, los comunistas. El reparto que se hizo en el Gorki, que se quemaron los libros… Yo creo que quemar libros históricos (no tienen por qué ser en ruso; de otros países también) es falta de nación. No sé por qué quemaron libros, yo realmente no sé […]. Yo tuve poca escuela, yo fui hasta segundo grado repetidor, y después me dedique al trabajo. No tuve estudio porque había que trabajar. Éramos muy, pero muy pobres (no pobres como ahora, que en comparación con nosotros son millonarios). Cuando se conseguía harina, se comía algo, más hambre que otra cosa. Ahora no es pobreza, ¡por favor! Entrevistador/a: Así que decís que lo que sucedió era porque los veían como potenciales comunistas… Pablo: Claro, yo lo veo de esa manera, no sé. Yo quisiera preguntarle a los militares cuáles fueron... Entrevistador/a: Pero vos que viviste acá toda tu vida, ¿crees que después de la dictadura militar cambió en algo San Javier? ¿Era distinto antes? Pablo: ¿Con respecto a qué? Entrevistador/a: Con respecto a las tradiciones rusas. Pablo: Eso se va perdiendo. Incluso, lo que viene levantando [la tradición] un poquito es la visita de la gente. Gracias a ustedes, que vienen de visita y piden algo que no conocen, a nosotros nos hacen revivir [la cultura].