4.9. La declaración de los mayores de doce años Debe aquí

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4.9. La declaración de los mayores de doce años
Debe aquí señalarse que en muchos aspectos de los anteriormente tratados se ha enfatizado en
los menores de edad de doce años, por cuanto en determinados aspectos la ley de manera
imperativa determina la aplicación de ciertas formas para aquéllos. Aquí deben puntualizarse
algunos aspectos relativos a los adolescentes en relación a la práctica de la rendición de su
declaración como testimonio. El primer aspecto que debe señalarse es, que por regla general,
los mayores de doce años tienen el mismo ámbito de protección que los menores de edad de esa
edad. Las diferencias estarán determinadas por el alcance de la aplicación de la norma a los
supuestos particulares, a los cuales se tenga que adaptar, empero la aplicación de las normas de
tutela surten efectos para todos los menores de edad que requieran de su aplicación.
Sí debe señalarse, que el ámbito de protección dispuesto en el artículo 106, número 10 del
Código Procesal Penal, se encuentra destinado a menores de edad que ostentan una calidad
especial, la de víctimas, a lo cual se suma además el hecho de que en el proceso penal tengan
que deponer como testigos. Pues bien, también respecto de los adolescentes debe valorarse lo
atinente a la regla interpretativa del interés superior de ellos, también deberá reconocerse su
vulnerabilidad, también concurre el derecho de que se proteja su intimidad y que en el proceso
deban adoptarse las reservas que correspondan sean parciales o totales.
Les corresponde también por ley a ellos la valoración de no declarar en ambientes formales ni
hostiles, y además que cuando se considera necesaria la declaración de los mismos pueda ser
rendida mediante el mecanismo de circuito cerrado o de la videoconferencia. Además, de que
su declaración puede ser grabada para los efectos de su reproducción en la vista pública, con lo
cual también puede anticiparse la prueba testimonial en este sentido. Así mismo tiene derecho
a que las preguntas formuladas sean de una manera clara y sencilla, y que en el interrogatorio
que se le formule la parte que lo haga respete su integridad psíquica y moral. Además a que, si
el caso amerita que el juez pueda conducir el interrogatorio; así como si es necesario la
declaración se reciba mediante el mecanismo especial de medios electrónicos o de teletransmisión
–con lo cual también es posible recibirlo mediante el mecanismo de Cámara Gesell– y además
a que el interrogatorio pueda ser objeto de reserva, tanto total o parcial.
La diferencia estriba en cuanto al derecho a ser interrogado personalmente por el imputado o a
declarar en una situación de confrontación respecto de él; o cuando se trate del auxilio de
padres, familiares, representantes legales o de profesionales de la conducta, para la rendición
del testimonio. En estos casos, la aplicación de la norma de protección no es por ministerio de
ley, sino que el juez debe de ponderar cuando procede el ámbito de protección que se ha
diseñado por el legislador, para evitar una mayor víctimidad del testigo y causarle un perjuicio
a su integridad personal123.
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