HORA SANTA “HOLA DIOS… ESTOY AQUÍ” INICIO: CANTO: “Báñame con tu sangre” REFLEXION: Queridos hermanos: Estamos reunidos en esta noche para contemplar al “Sol bajado de lo alto”, que es el mismo Cristo, “el Pan bajado del cielo”: que contiene todo deleite, que renueva el memorial de su pasión, que es prenda de nuestra salvación, que colma el alma de gracia y que en Él se nos promete la futura gloria En esta noche santa: En que Cristo se nos da como comida Dejémonos incendiar por su Luz Dejémonos transfigurar por su Rostro Dejémonos llenar por su Gracia Dejémonos mirar por su Dulzura Dejémonos llamar por su Palabra Dejémonos conducir por sus Caminos Dejémonos llevar por su Verdad Dejémonos mimar por su Amor Dejémonos alimentar por su Cuerpo Dejémonos bañar por su sangre Dejémonos morir por su Vida Dejémonos resucitar por su Espíritu Dejémonos abandonar en las manos de su Padre Por eso en esta noche, De acción de gracias De Eucaristía De tu último Adiós De tu última comida con los tuyos Yo te digo: ¡Hola Dios!, Yo estoy aquí ¡Hola Dios! Tú eres mi Sol ¡estoy aquí... hoy es el día del Sol! Acojamos en la oración al Sol que nace de lo alto, al Pan bajado del cielo, celebremos con Él La Eucaristía Alabemos con nuestros labios: “Bendito y alabado sea Jesús en el santísimo sacramento del altar” Y respondamos: “Sea para siempre bendito y alabado” Y digamos: “Yo soy la luz del mundo… Y el que me sigue no andará en tinieblas… Y el que come de mi cuerpo Y el que bebe de mi sangre Vivirá para siempre Y yo lo resucitaré en el último día” “Mi Jesús sacramentado, mi dulce amor y consuelo” Y respondamos: “Quien te amara tanto que de amor muriera” PRIMER MOMENTO: ¡HOLA DIOS! TU ERES MI SOL CANTO: “Sol de mi ser” LECTURA: “El trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad y los siervos de Dios le darán culto. Lo verán cara a cara y llevaran su nombre en la frente. Ya no habrá noche ni necesitaran luz de lámpara ni de sol, pues el Señor los alumbrará y reinarán por los siglos de los siglos” Dt 6,4-7 RESPONSORIO: V. / Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, Esta aquí, el Sol que nace de lo alto R. / Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, Esta aquí, el Sol que nace de lo alto V. / Luz para alumbrar a las naciones R. / Esta aquí, el Sol que nace de lo alto V. / Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo R. / Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, Esta aquí, el Sol que nace de lo alto REFLEXIÓN: Para leer pausadamente en la visita al monumento. ACOJAMOS AL SOL QUE NACE DE LO ALTO, AL PAN BAJADO DEL CIELO panes encendidos: Esta noche… Reunámonos todos al encuentro del Señor los que con fe celebramos y veneramos su misterio: su presencia en la Eucaristía Vengamos todos con alma bien dispuesta. Nadie deje de participar en este encuentro, nadie deje de ver su luz: la Luz de la Eucarística Llevamos en nuestras manos Ya para significar el resplandor divino de aquel que está aquí, con nosotros -el cual hace que todo resplandezca y, expulsando las negras tinieblas, lo ilumina todo con la abundancia de la luz eternacon la abundancia del pan eucarístico. “Tomen y coman todos de él, porque esto es mi cuerpo que será entregado por ustedes” Ya, sobre todo, para manifestar el resplandor con que nuestras almas han venido al encuentro de Cristo, hecho eucaristía En efecto, del mismo modo que la Virgen Madre de Dios tomó en sus brazos -al pan bajado del cielo, la Luz verdadera y la comunicó a los que yacían en tinieblas, así también nosotros, iluminados por él y llevando en nuestras manos una luz visible para todos, apresurémonos a salir al encuentro de aquel que es la luz verdadera. Por esto hemos avanzado en procesión con panes encendidos en las manos, por esto acudimos llevando luces, queriendo representar la luz que ha brillado para nosotros, en el sacramento eucarístico así como el futuro resplandor que, procedente de ella, ha de inundarnos. Por tanto, vengamos todos a una, salgamos al encuentro de Dios. Ha llegado ya aquella Luz verdadera que viniendo a este mundo ilumina a todo hombre. Sí, ciertamente, porque la luz ha venido al mundo, para librarlo de las tinieblas en que estaba envuelto y llenarlo de resplandor, Dejemos, hermanos, que esta Luz nos penetre y nos transforme. “y nos ha visitado el Sol que nace de lo alto”, llenando de su luz a los que vivían en tinieblas: esto es lo que nosotros queremos significar, en esta noche eucarística. Ninguno de nosotros ponga obstáculos a este Pan y se resigne a permanecer con hambre “Por la entrañable misericordia de nuestro Dios” Esta aquí: “El Sol que nace de lo alto”, “El pan bajado del cielo”, para iluminar a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte para guiar nuestros pasos por el camino de la paz” Esta es la noche del pan bajado del cielo Ninguno de nosotros ponga obstáculos a esta Luz y se resigne a permanecer en la noche; al contrario, avancemos todos llenos de resplandor; todos juntos, iluminados, salgamos a su encuentro acojamos está luz clara y eterna; comamos todos de este Pan, el pan de la unidad. Imitemos la alegría de Simeón y los apóstoles, como ellos, cantemos un himno de acción de gracias: Al Engendrador y Padre de la luz, que ha arrojado de nosotros las tinieblas y nos ha hecho partícipes de la luz verdadera. Al Engendrador y Padre del Pan bajado del cielo, que contiene en si todo deleite, que llena el alma de gracia y nos da una prenda de la futura gloria. También nosotros, representados por Simeón, representados por los apóstoles hemos visto la salvación de Dios, -“hemos contemplado su rostro lleno de gracia, de luz y de verdad”que él ha presentado ante todos los pueblos y que ha manifestado para gloria de nosotros, los que formamos el nuevo Israel; “Luz para alumbrar a las naciones y gloria de su pueblo, Israel” y, así como Simeón y los apóstoles al ver a Cristo, quedaron libres de las ataduras de la vida presente, así también nosotros hemos sido liberados del antiguo y tenebroso pecado. “Tomad y bebed todos de él, porque esta es mi sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, Que será derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados” También nosotros, acogiendo en los brazos de nuestra fe a Cristo, - que ha venido desde el Padre como pan bajado del cielohasta nosotros, nos hemos convertido de gentiles en pueblo de Dios Cristo es, en efecto, la salvación de Dios Padre, -el sacramento de Dios Padrey hemos visto con nuestros ojos al Dios hecho hombre; hemos contemplado su Gloria y de este modo, habiendo visto la presencia de Dios y habiéndola aceptado, por decirlo así, en los brazos de nuestra mente, somos llamados el nuevo Israel. Esto es lo que estamos celebrando, año tras año, porque no queremos olvidarlo Hagan esto en memoria mía… ADAPTACIÓN DE LAS DISERTACIONES DE SAN SOFRONIO, OBISPO CANTO: “Que ves en la noche” ORACIÓN: Señor Padre nuestro, que en este sacramento admirable, nos dejaste el memorial de la pasión de tu Hijo Jesucristo, el Pan bajado del cielo; concédenos venerar de tal modo, al Sol que nace de lo alto, que experimentemos constantemente el fruto de tu salvación. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. SEGUNDO MOMENTO: ¡ESTOY AQUÍ!... HOY ES EL DÍA DEL SOL CANTO: “Quédate con nosotros” LECTURA: “Ya no será el sol tu luz en el día, ni te alumbrará la luz de la luna; será el Señor tu luz perpetua y tu Dios será tu esplendor; y se habrán acabado los días de luto. Yo, el Señor, a su tiempo, me apresuraré a cumplirlo”. Is 60,19.20-22b RESPONSORIO: V. / Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, Esta aquí, el Sol que nace de lo alto R. / Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, Esta aquí, el Sol que nace de lo alto V. / Luz para alumbrar a las naciones R. / Esta aquí, el Sol que nace de lo alto V. / Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo R. / Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, Esta aquí, el Sol que nace de lo alto REFLEXIÓN: Para leer pausadamente en la visita al monumento. EL DOMINGO, EL DIA DEL SOL… CELEBRAMOS LA EUCARISTÍA Entre nosotros, en el día del sol, sólo pueden participar de la eucaristía: los que aceptan como verdaderas nuestras enseñanzas; los que han sido bautizados y piden perdón por sus pecados y viven como Cristo nos enseñó. Porque el pan y el vino que tomamos no los recibimos como pan y vino corrientes. Y así, como nuestro Salvador Jesucristo, se encarnó por la acción del Verbo de Dios y tuvo carne y sangre por nuestra salvación, así también se nos ha enseñado: Que aquel alimento sobre el cual se ha pronunciado la acción de gracias, usando sus mismas palabras, es la carne y la sangre de Jesús, el Hijo de Dios encarnado. y del cual, después de transformado, se nutre nuestra sangre y nuestra carne Los apóstoles, en efecto, en los Evangelios, nos enseñan que así lo mandó Jesús: Ya que él, tomando pan y habiendo pronunciado la acción de gracias, dijo: “Haced esto en memoria mía; éste es mi cuerpo”. Del mismo modo, tomando el cáliz y habiendo pronunciado la acción de gracias, dijo: “Ésta es mi sangre, y se lo entregó a ellos solos”. A partir de entonces, nosotros celebramos siempre el recuerdo de estas cosas. Y, además los que tenemos alguna posesión socorremos a todos lo necesitados, y así estamos siempre unidos. Y por todas las cosas de las cuales nos alimentamos alabamos al Creador de todo, por medio de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo. Y, el día llamado del sol, el domingo, nos reunimos en el templo, todos los que viven en las ciudades o en los campos, Y en ellas se leen las enseñanzas de los apóstoles o las Escrituras de los Profetas, según el tiempo lo permita. Luego, cuando el lector ha terminado, el que preside toma la palabra para exhortar e invitar a que imitemos aquellos bellos ejemplos. Luego nos ponemos todos de pie y elevamos nuestras súplicas. Cuando hemos terminado, se ofrece pan, vino y agua; Y quien preside dirige a Dios, fervientemente, sus oraciones y su acción de gracias, y todo el pueblo responde: Amén. Seguidamente tiene lugar la distribución y participación, de los dones consagrados a cada uno de los presentes, y se envían a si mismo a los ausentes por medio de los diáconos. Los que poseen bienes en abundancia, y desean ayudar a los demás, dan, según su voluntad, lo que les parece bien, y lo que se recoge se entrega al que preside, para que socorra a los huérfanos y a las viudas y a todos los que, por enfermedad u otra causa cualquiera, se hallan en necesidad, como también, a los que están en las cárceles, y a los transeúntes y a los forasteros, en una palabra, el que preside se ocupa de atender a todos los necesitados. la vigilia del día de Saturno. Nos reunimos precisamente el día del sol, por ser el día primero en el que Dios hizo el mundo transformando las tinieblas y la materia. es decir, en el día del sol: Y también porque es el día en que nuestro Salvador Jesucristo, resucitó de entre los muertos. a quienes enseñó estas mismas cosas que hemos puesto para tu conocimiento. Y a la mañana siguiente, fue visto por sus apóstoles y discípulos, Lo crucificaron, en efecto, SAN JUSTINO. Es un laico intelectual del siglo II, brillante defensor de la fe cristiana ante al mundo pagano y judío. Había nacido en Naplusa, la antigua Siquem, en Samaría y muere mártir en Roma, después de ser azotado junto a seis de sus discípulos. CANTO: “Junto a ti, Señor” ORACIÓN: Dios nuestro que para tu mayor gloria y para la salvación del genero humano, has constituido a Jesucristo, como sumo y eterno sacerdote, haz que el pueblo que el conquisto con su sangre reciba plenamente, al participar del memorial de su pasión, los tesoros que dimanan de su muerte y su resurrección. Por nuestro señor Jesucristo, tu Hijo. DESPEDIDA: y Cristo te alumbrara” Queridos amigos: Hemos terminado ésta Hora Santa frente a Jesús Eucaristía Volvamos con alegría a nuestro descanso. Y a tus hermanos que están dormidos diles, lo que dice el Apóstol: Y mañana al nacer el sol proclamemos con San Pablo y con toda la Iglesia “Para mi la Vida es Cristo Y la muerte una ganancia” Porque: “Ya no soy yo el que vive Es Cristo el que vive en mi” FELIZ NOCHE “Levántate tu que duermes, despiértate de entre los muertos