Trinidad

www.mmb-esp.net
www.mercedariasmisionerasdeberriz.net
“Dios, ¿es feo o es guapo?, preguntó el Señor Obispo a un niño en cuyo libro había dibujado un
dibujo que pretendia representar a Dios. “Es guapo”, contestó el niño. Y el Obispo, indicando el
dibujo, insistió: “¿Y esto?”. A l que el niño matizó: “Es guapo, pero sale mal en las fotografías”
No conocemos a Dios, pero lo presentimos “guapo”. Sin embargo, las “representaciones” de Dios
nos llegan marcadas con rasgos provenientes de las culturas que las han elaborado”
¿Cómo decir a Dios en cristiano?, ¿cómo narrar con sentido algo sobre Dios sin que suene
demasiado esquemático?, ¿cómo seguir contando hoy historias de Dios que provoquen en el
creyente su movilización más que su adhesión a un catálogo de verdades?
Las primeras comunidades cristianas, afectadas por la experiencia del Resucitado, se preguntaron
algo de esto, e intentaron descubrir en qué sentido el Dios revelado en la historia de Israel
quedaba corregido por la vida, muerte y resurrección de Jesús, de quien pronto afirmaron que era
la manifestación plena de Dios. Hicieron, entonces, una triple constatación.
Primero: Jesús está en continuidad con el espíritu de Yahvé que, desde siempre, buscó un pueblo
con el que compartir su proyecto. Así, el que todo lo hizo y es único, en el cielo y en la tierra, es,
al mismo tiempo, el Dios cercano, interesado en el desarrollo de la vida más que la propia
humanidad, que actúa en la historia y en la historia se deja ver si los seres humanos aprenden el
lenguaje de los signos.
Segundo: creer en este Dios supone participar de su misma pasión, dejarse llevar por su espíritu,
instalarse en la tradición de respeto y cuidado hacia lo creado, y sentirse, a la vez, herederos y
responsables de ello. Aprender de labios de Jesús a llamarle Padre, que así lo experimentó
siempre. El creador de la vida, se hace servidor de la vida, par que ésta siga siendo posible. Este
es el misterio desvelado por Jesús de manera definitiva.
Tercero: un Dios creador y que se deja afectar por la historia, que está arriba y abajo, dueño y
servidor, inabarcable y cotidiano, vulnerable y compasivo, parece contradictorio, y no podrá ser
definido más que recurriendo a metáforas, que salven la distancia entre lo que es y lo que la
imaginación puede sospechar. Sabiendo, claro, que la metáfora no es la realidad, sino un
andamio al que subirse para poder alcanzar una verdad que sobrepasa.
La metáfora que las primeras generaciones cristianas usaron para nombrar al Dios de Jesús,
único en su ser y plural en su manifestación, fue TRINIDAD: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Expresa
bien lo que Dios es en sí (comunidad, amor, comunicación, gozo, serenidad…) y, al mismo tiempo,
lo que es como proyecto (locura, ternura, pasión, imaginación…). Así se muestra el Dios que echa
su suerte con la humanidad.
Cipriano Díaz Marcos
www.mmb-esp.net
www.mercedariasmisionerasdeberriz.net
INVOCACIÓN A LA TRINIDAD
¡Oh Trinidad Santísima!, origen de todo.
Misterio tan profundo, que me hace exclamar
del fondo de mi corazón Santo, Santo, Santo.
Te encuentro en el fondo mismo de mi ser
amándome, creándome,
trabajando por mí, para mí, conmigo
en una comunión misteriosa de amor.
Dame, Señor, que yo comience a ver
con otros ojos todas las cosas,
a discernir y leer los signos de los tiempos,
a gustar de tus cosas y saber comunicarlas.
Pongo la preferencia de mi oración
en la contemplación de la Trinidad,
en el amor y unión de caridad,
que abraza también a mis prójimos.
Padre Eterno, confírmame;
Hijo Eterno, confírmame;
Espíritu Santo, confírmame;
Santa Trinidad, confírmame;
un solo Dios, confírmame.
Sobre textos de Pedro Arrupe, S.J.
“Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, ésos son hij@s de Dios” (Rom.8,14)
Hemos recibido libertad de espíritu,
no un espíritu de esclavitud y temor,
sino imaginación y alas para volar
y caminar por nuestro propio pie.
Entonces, dejémonos llevar…
DEJÉMONOS LLEVAR POR EL ESPÍRITU.
Hemos recibido espíritu de servicio,
no un espíritu de servidumbre y dependencia,
sino un gusto por ayudar de buena gana,
una íntima satisfacción por sentirse útil.
Entonces, dejémonos llevar…
DEJÉMONOS LLEVAR POR EL ESPÍRITU.
Hemos recibido espíritu de concordia,
no un espíritu de contradicción y discusión,
sino de búsqueda de armonía y buen entendimiento
que no es claudicar sino ser indulgente
Entonces, dejémonos llevar…
DEJÉMONOS LLEVAR POR EL ESPÍRITU.
Hemos recibido espíritu de justicia,
no un espíritu justiciero y vengativo,
sino el sentido de lo que es justo y razonable,
y por tanto, no es neutral, toma parte
Entonces, dejémonos llevar…
DEJÉMONOS LLEVAR POR EL ESPÍRITU.
www.mmb-esp.net
www.mercedariasmisionerasdeberriz.net
TRINIDAD
Dios Padre,
tu querer da la vida
-el espacio, el aire, el cuerpoa todo lo creado,
a nosotr@s también aunque no lo sepamos,
desde el principio de los tiempos,
pasando por nuestros días,
hasta la eternidad.
Dios Hijo,
en tu Palabra bulle la vida
que ayuda y consuela siempre al hermano débil;
se hace carne para el hambriento
y bebida para el sediento
santifica y alegra nuestra vida
y es viático en nuestro vagar
hacia la eternidad.
Dios Espíritu Santo,
tu presencia es la brisa
que empuja la historia,
y a tod@s nosotr@s,
hacia la plenitud,
dándonos paz, justicia, verdad y amor;
de tu brisa y nuestra historia,
de tu presencia que nos plenifica,
surge la eternidad.
ORACION DE L@S FIELES
Te pedimos, Dios trinitario, que atiendas nuestras súplicas, que se dirigen a ti con confianza pues
sabemos que eres el bueno y compasivo, creador de la vida y servidor de la humanidad.
DICHOSO EL PUEBLOS CUYO DIOS ES EL SEÑOR
Sabemos que tú eres nuestro Dios y te pedimos que todo lo que somos y tenemos se pong
a al servicio del Reino.
Dichos@s nosotr@s si aprendemos a ser un pueblo que comparte contigo el proyecto de
que tod@s alcancen una vida digna.
Eres nuestro Dios y nosotr@s buscamos participar de tu sueño con pasión e imaginación,
dos características de la vida de Jesús.
Felices seamos si confesar a Dios como Trinidad es descubrirlo en todo como invitación al
amor y a la locura.
Dichoso el pueblo, Padre, Hijo y Espíritu, que confiesa con los labios y vive tu proyecto en la
ciudad.