Ramón Gaya I Premio Julián Besteiro de las Artes y las Letras Nace el 10 de octubre de 1910 en Murcia. Desde muy joven se pone en contacto con la pintura impresionista y las vanguardias que se realizan en París, y conoce a los integrantes de la Generación del 27. En 1928, gracias a una beca, viaja a París junto a sus paisanos Pedro Flores y Luis Garay. Allí tiene ocasión de exponer sus obras con tan sólo 17 años. La visión directa de las vanguardias (cubismo y surrealismo principalmente), que tanto le habían apasionado, le resulta decepcionante, por la artificialidad pictórica que había tomado. Su mirada a partir de ese momento se vuelve hacia las obras de Tiziano, Rembrandt, Rubens y Velázquez, que se convierten en sus referencias pictóricas fundamentales. Especialmente Velázquez, un auténtico leit motiv en su obra y en su vida, al igual que el Museo del Prado, "la roca española", como él la llama, será desde entonces el lugar sólido a donde aferrarse. Gaya se mantiene ajeno a los escenarios oficiales y a los circuitos comerciales, consagrando una constante biográfica, la ausencia de adornos cosmopolitas o curriculares, como quien ha entendido que la vida se vive hacia dentro, no hacia fuera. aunque sabemos de su presencia en la Exposición Nacional de 1936 y en el Pabellón Español de París, de 1937. Regresa a España en 1933 para participare implicarse activamente en el entorno artístico de la segunda República: en "Las Misiones Pedagógicas", un proyecto de instrucción popular, junto a Rafael Dieste, Luis Cernuda y Antonio Sánchez Barbudo. Como muchos intelectuales, estuvo desde el primer momento al servicio de la República, que le destacó en los frentes literarios y artísticos, y participó de manera muy activa, como único viñetista, en la mítica revista valenciana "Hora de España". De su talante humano pueden ofrecernos algunas referencias datos como su amistad y colaboración con intelectuales como Juan Ramón Jiménez, José Bergamin, Rosa Chacel, Luis Cernuda, Jorge Guillén, Manuel Altolaguirre o María Zambrano, con la que tuvo una profunda amistad. Construye, en paralelo a su obra pictórica, una obra de escritor y participa en empresas fundamentales en la cultura española de este momento, como en la revista "Verso y Prosa", "Hora de España", "Litoral" o en la lorquiana "La Barraca". La Guerra Civil supuso para él, como para toda su generación, una interrupción dramática en su vida, con el agravante de la muerte de su mujer en 1939 en Figueres durante un bombardeo. Partió al exilio después de la guerra civil y fue internado en un campo de concentración francés. Posteriormente se exiló en México, donde estuvo catorce años y donde realiza sus célebres "Homenajes", continua referencia a nuestros clásicos. Aunque la obra realizada en México es la menos conocida en España siendo quizá el período del Gran Gaya, donde explosiona con todos los elementos inconfundiblemente suyos. En 1956 se marcha a Roma, desde donde realiza visitas a España cada vez más frecuentes y prolongadas, y finalmente instala su estudio en Valencia en 1974. Estos años son de intensa actividad, tanto en su faceta de pintor como en la de escritor. En 1960 publica su obra "El sentimiento de la pintura", parafraseando a Bergamín que dijo de él que su obra es "entendimiento y sentimiento de la pintura", y en 1969 edita su libro "Velázquez, pájaro solitario". En 1984, se instala en Madrid, sin abandonar los continuos viajes a París, Roma y Murcia. En 1985 el Ministerio de Cultura le concede la Medalla de Oro a las Bellas Artes como reconocimiento al trabajo y a la trayectoria plástica de un artista singular. En 1990 inaugura en Murcia el museo "Ramón Gaya", en el que se pueden ver además de un importante conjunto de su obra, una selección de pinturas de otros artistas vinculados a él. En 1997 recibe del Ministerio de Cultura el Premio Nacional de Artes Plásticas. En 1999 fue nombrado doctor honoris causa de la Universidad de Murcia y en el año 2000 el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) celebró una exposición que presentó una amplia retrospectiva de su obra y la influencia que sobre ella han tenido las ciudades en las que ha vivido. En el 2002 ha sido el primer artista en obtener el premio Velázquez de Artes Plásticas.