APARECIDA: ACONTECIMIENTO, DOCUMENTO, CUMPLIMIENTO. +Ángel Garachana Pérez, CMF Obispo de San Pedro Sula 1 APARECIDA: ACONTECIMIENTO, DOCUMENTO Y CUMPLIMIENTO 1. Un nuevo paso en el camino de la Iglesia latinoamericana Aparecida no es un acontecimiento puntual y aislado de la vida y misión de la Iglesia latinoamericana. La numeración de “V Conferencia” nos está indicando que ha sido precedida de otras cuatro. Más aun, nos remite a un proceso, a un camino, a un recorrido histórico de nuestras Iglesias. Nos lo explica con claridad el Nº 9 del documento: “La V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y Caribeño es un nuevo paso en el camino de la Iglesia, especialmente desde el concilio Ecuménico Vaticano II. Ella da continuidad y, a la vez, recapitula el camino de fidelidad, renovación y evangelización de la Iglesia Latinoamericana al servicio de sus pueblos, que se expresó oportunamente en las anteriores Conferencias Generales del Episcopado (Río, 1955; Medellín, 1986; Puebla, 1979; Santo Domingo, 1992). En todo ello reconocemos la acción del Espíritu. También tenemos presente la asamblea Especial del Sínodo de los obispos para América (1997).” La Iglesia, “muchedumbre reunida por la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (L.G.4), entra en la historia humana y recorre los caminos de los pueblos, en medio de pruebas y esperanzas, alegrías y tribulaciones para ser sacramento de unidad y de salvación (L.G.9). En la historia reciente de este “pueblo de Dios peregrino” hay un acontecimiento señero, el Concilio Vaticano II, iniciado por Juan XXIII el año 1962 y concluido por Pablo VI en 1965. Juan Pablo II lo ha calificado como el “mayor acontecimiento eclesial” del siglo XX. Desde entonces hasta hoy, cuarenta y cuatro años, la Iglesia de América Latina ha recorrido un camino que Aparecida “recapitula y da continuidad”. Es decir, recoge, asume, condensa, actualiza y relanza. Aparecida recoge una pequeña pero intensa y renovadora tradición de 44 años. La repiensa, la pasa por la memoria del corazón, la ora ante el Señor de la Iglesia y de la historia, la dialoga con la nueva cultura y la proyecta con audacia y esperanza hacia el futuro. 2 En este itinerario hay algunos hitos o mojones cargados de significado como son las Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano (mirar gráfico 1 adjunto) 2. Aparecida: acontecimiento, documento y cumplimiento 2.1 Acontecimiento Cuando digo “Aparecida” pienso en tres momentos de un proceso o en tres aspectos de una realidad dinámica. “Aparecida” como “acontecimiento” eclesial vivido intensamente durante la segunda quincena de mayo. Aparecida fue un hecho, un acontecimiento, una experiencia. Y esa vivencia ha dejado un poso, un sedimento interior en quienes la vivimos. En mi ha acrecentado el sentido de comunión eclesial, ha confirmado las opciones pastorales diocesanas y ha renovado la esperanza. Doy testimonio de que “ha valido la pena” haber celebrado la VCGE, de que ha sido muchísimo mejor haberla celebrado que no haberla tenido, y haberla realizado en América Latina, que es su lugar propio. Ha valido la pena porque ha sido la mejor manera de dar continuidad a las Conferencias anteriores, de consolidar un estilo comunitario y encarnado de ser y hacer iglesia, de dar forma visible al “afecto colegial de los obispos”. ¿En qué se queda el “afecto” cuando no nos conocemos como personas, no compartimos nuestra experiencia pastoral, no buscamos y recorremos juntos los caminos que llevan a la vida de nuestros pueblos? Doy testimonio de que la VCGE me ha ayudado a no replegarme en mis “honduras”, geográficas y psicológicas, a conocer más y mejor a mis hermanos obispos y a sus iglesias particulares, a percibir y discernir juntos las líneas pastorales de la Iglesia Latinoamericana, a expresar y acrecentar la comunión y la colegialidad. La VCGE no sólo ha valido la pena sino que ha sido una “gracia” un regalo de Dios para que la Iglesia que peregrina, cree, ama, sufre, ora, lucha y espera en y con los pueblos latinoamericanos y caribeños, porque ha traído aires de esperanza y de revitalización, ardor de Pentecostés. 3 2.2 Documento Aparecida es también un “documento”. Lo vivido, pensado, deseado, dialogado y acordado, se plasmó objetivamente en un documento. Al final, lo que va a perdurar y transmitir lo que fue Aparecida es el documento. Un documento que fue aprobado por 137 votos de 140 votantes. El documento vibra con un tono positivo y animoso. Su lectura despierta notas dormidas por cierto olvido, invita a superar rutinas y desencantos, hace renacer o crecer la esperanza. No es prohibitivo ni cerrado sino positivo e inspirador, más acelerador que freno. Recoge la tradición latinoamericana y la relanza (9) No se queda en lamentaciones del presente, no se repliega en las seguridades del puerto, sino que invita a la fidelidad y a la audacia (11). La Iglesia reunida en Aparecida no ha tenido miedo (14-15). Ha proclamado la alegría de ser comunidad de discípulos y misioneros de Jesucristo (Cap. 3). Ha bendecido, alabado y dado gracias al Padre por el don de su Hijo Jesucristo, “rostro humano de Dios y rostro divino del hombre” (107) y en Él por “la buena nueva de la dignidad humana, de la vida, de la familia, del trabajo, de la ciencia y de la solidaridad con la creación” (103). Ha renovado su esperanza (15, 128, 549), para afrontar el hoy de América Latina y de El Caribe como “una hora de gracia” que no puede desaprovechar. (548) 2.3 Cumplimiento Aparecida es también un “cumplimiento”, en el sentido etimológico de “acción y efecto de cumplir”, es decir, de “ejecutar, llevar a efecto”. Ni el “acontecimiento” es para dejarlo en el olvido ni el “documento” es para guardarlo en la estantería de los libros, sino “para seguir impulsando la acción evangelizadora de la Iglesia, llamada a hacer de todos sus miembros discípulos y misioneros de Cristo, Camino, Verdad y Vida, para que nuestros pueblos tengan vida en Él” (1). Aparecida está en marcha, en camino, en cumplimiento. Esto es lo verdaderamente decisivo. 4 Aparecida nos convoca a todos los discípulos misioneros a una “revitalización” radical y, por tanto, englobante. Es como el “reto fundamental”. Los pueblos de América Latina y del Caribe viven hoy una realidad marcada por cambios grandes, profundos, vertiginosos y complejos que afectan profundamente sus vidas (33-35). ¿Qué hacer? “La Iglesia está llamada a repensar profundamente y relanzar con fidelidad y audacia su misión en las nuevas circunstancias… Se trata de confirmar, renovar y revitalizar la novedad del Evangelio arraigado en nuestra historia, desde un encuentro personal y comunitario con Jesucristo, que suscite discípulos y misioneros” (11). Creo que ha habido una buena transmisión de Aparecida. Los participantes: obispos, presbíteros, religiosos y laicos, comunicamos en nuestras diócesis, parroquias o congregaciones religiosas una experiencia, un mensaje y una propuesta positivos. Despertamos esperanza, ofrecimos motivación y estímulo. Una transmisión negativa, pesimista y fría hubiera tenido un efecto muy distinto. Mi experiencia, contrastada con obispos de Centroamérica, me dice que el documento ha sido bien recibido. Es muy importante este acto del pueblo de Dios que la eclesiología llama “recepción” (receptio). Hay documentos del magisterio que pasan sin pena ni gloria, que apenas tienen incidencia, apenas encuentran eco. Aparecida ha sido acogido, en general, con receptividad, con alegría, con entusiasmo incluso. Esta reunión es un ejercicio de recepción y de cumplimiento. De esta manera el documento pasa ha ser “un acontecimiento de gracia” para quienes lo asimilan y ponen en practica. (Gráfico 2) 5 3. Visión general del documento 3.1 Estructura del documento INTRODUCCIÓN La VCG como recapitulación y continuidad del camino de la Iglesia Latinoamericana. I PARTE: LA VIDA DE NUESTROS PUEBLOS, HOY. (VER) PARTE: I Los discípulos misioneros miran los signos de vida o de muerte de la PARTE: realidad. La realidad social en la que viven los afecta. La realidad social es “lenguaje de Dios”, interpelación, reto. II PARTE: LA VIDA DE JESUCRISTO EN LOS DISCÍPULOS MISIONEROS (JUZGAR) Los discípulos misioneros toman conciencia de su identidad y misión en el momento actual. Se definen por su radical referencia a Jesucristo, por su vida en Jesucristo. III PARTE: LA VIDA DE JESUCRISTO PARA NUESTROS PUEBLOS. (ACTUAR) Los discípulos misioneros, desde su identidad cristológica, responden a los retos que los interpelan para que los pueblos tengan vida en Cristo. CONCLUSIÓN Es una invitación a no desaprovechar esta hora de gracia, este renovado Pentecostés. Y una súplica al Señor: “Quédate con nosotros”. 6 3.2 Algunas “claves” de lectura 3.2.1 Interrelación de las tres partes Conviene recordar que las tres partes del documento no pueden entenderse como independientes y cerradas en sí mismas, a manera de tres gavetas de un mueble (gráfico 3). Más bien debemos leerlas y comprenderlas desde la clave que llamo “interrelación”, es decir, desde la relación activa de cada una con las otras. La realidad socio-cultural es mirada con ojos de fe y compasión, con ojos de discípulo misionero (ver). Al mismo tiempo, esa realidad interpela a los discípulos del Señor los lleva a preguntarse sobre lo que significa seguir hoy en América Latina a Jesús el Señor (juzgar). Este discernimiento impulsa a vivir y a comunicar la vida de Cristo para superar los signos de muerte y para que nuestros pueblos, en Él, tengan vida plena (actuar) (gráfico 3). 3.2.2 La clave de “la vida” Todo el contenido del Documento debe mirarse desde: La clave, Enfoque, perspectiva de la vida “La vida” es el sustantivo con el que se inicia el titulo de cada una de las tres partes: 1ª parte: LA VIDA de nuestros pueblos hoy. 2ª parte: LA VIDA de Jesucristo en los discípulos misioneros. 3ª parte: LA VIDA de Jesucristo para nuestros pueblos. Esta vida es “la vida en Jesucristo”, una vida Integral: desarrolla la vida humana en todas sus dimensiones (356) Inclusiva: la vida en Cristo implica un dinamismo de liberación integral e inserción social (359). Plena: Jesucristo eleva la condición humana a su condición divina (355). 7 Las cuatro grandes prioridades pastorales, englobantes y transversales, de la tercera parte son: Opción por la misión al servicio de la vida Opción por los pobres para que tengan vida Opción por la familia que engendra y cuida la vida Opción la cultura de la vida (gráfico 4). 8 Grafico 1. Papa: Pablo VI Juan Pablo II Juan Pablo II Benedicto XVI Tema: La Iglesia en la actual transformación de A.L. La evangelización en el presente y futuro de A.L. Nueva evangelización, promoción humana y cultura cristiana Discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida. Año: 1968 M E D E Ll Í N VATICANO II 1962-1965 1992 1979 2007 STO. P U E B L A D O M I N G O O Caminar de la Iglesia de América Latina A P A R E C I D A 9 Grafico 2. 10 Gráfico 3. A. GAVETERO: NO B. INTERRELACIÓN: SI 11 Grafico 4. Opción Por la misión al servicio de la vida (Cap. 7) Opción por la cultura de la vida (Cap. 10) Opción por los pobres para que tengan vida (Cap. 8) Opción por la familia que engendra y cuida la vida (Cap. 9)