ESTUDIO HISTÓRICO DE ÁVILA 3O9 El bastardo D. Enrique, Conde de Trastamara, se había sublevado en Asturias, y aunque, cuando marchó el Rey á sofocar el levantamiento, firmó un acta de sumisión al soberano, no tardó mucho en faltar de nuevo á su palabra. Don Pedro contrajo matrimonio (1352) con D.* Blanca, sobrina del Rey de Francia, pero á los dos días de casado abandonó á la Reina y se fué en busca de D.' María de Padilla, dama que con su belleza y sagacidad había sabido hacerse dueña de su corazón. Esta acción escandalizó al Reino y produjo graves desórdenes. Estaba D.^ Blanca en Medina del Campo, y en 1353 dispuso el Rey que la llevasen al castillo de Arévalo, y mandó al Obispo de Segovia, Pedro Gudiel, que la asistiese, y allí estuvo aquella desgraciada señora hasta que fué trasladada á Toledo. Al año siguiente, estando el Rey en Cuéllar, consiguió que Sancho Blásquez, Obispo de Ávila, y el prelado de Salamanca declarasen nula su unión con D.» Blanca, y se casó con D." Juana de Castro, á la que abandonó al día siguiente para volver á vivir con D.* María de Padilla. El Papa, que supo este hecho tan punible, comisionó al Obispo Beltrán de Sienne, su internuncio, para que emplazase ante la Corte romana á los dos prelados que lo autorizaron; pero el de Ávila falleció antes de ir allá, en 1355, y le sucedió en la sede abulense Gonzalo de la Torre, que figura en 1358 entre los firmantes de una donación que hizo D. Pedro 1 á Díaz Sánchez de Quesada, del lugar de Ibros y otros heredamientos en tierra de Baeza. Confirmó el Rey á la basílica de San Vicente el privilegio de los trece mozos de coro que la concedió su padre en 26 de Septiembre de 1313, los cuales, por el hecho de serlo, sacaban á sus padres de la condición de pecheros y los eximían, como á los nobles, de toda carga y gabela. La conducta que D, Pedro observaba con su mujer sirvió de pretexto para formar una liga en la que entraron todos los enemigos de aquél, á cuyo frente estaban los hermanos bastardos del monarca y Alburquerque, antiguo ayo y favorito de D. Pedro, que estaba quejoso porque habían eclipsado su privanza los parientes y amigos de la Padilla. Las in-