PUROS ARTESANOS: EL PLACER MÁS SOLIDARIO Por Iván J. Muñoz Enero 2016 Puros artesanos: el placer más solidario El empresario Ramón Zapata funda La Casa del Tabaco con el principal objetivo de ocupar a trabajadores en situación de desempleo y destinar todos los beneficios obtenidos a fines sociales ¿ Qué puede empujar a emprender a alguien que ya lo ha conseguido todo en el mundo de los negocios y tiene todas sus necesidades cubiertas a las puertas de su jubilación? Es la primera pregunta que surge al conocer a Ramón Zapata, empresario de éxito en el sector de la importación, y la puesta en marcha de La Casa del Tabaco. No nos engañemos, es el dinero, pero no en beneficio propio sino en el de la sociedad en general. Paradójicamente a Zapata no le agradó el primer puro que se fumó. Lo adquirió hace muchos años en un puesto urbano para celebrar personalmente un éxito logrado en su trabajo, por aquel entonces en una compañía multinacional de Madrid. “No me agradó en primera instancia, pero poco a poco fui cogiéndole el gusto”, confiesa. Sin saberlo, ese momento marcaría el resto de su vida. Y con él, la de mucha gente. El mundo de los puros artesanales se caracteriza por la minuciosidad de su elaborado, por la precisión de los ‘roleros’ y ‘boncheros’ que dedican tiempo y profesionalidad a liar con mimo estos productos y por la calidad y el cuidado con el que llegan en caja de madera a los consumidores. Esta pasión que se desprende del proceso que envuelve al sector tabaquero sería la base, con idéntico esmero y esfuerzo, que durante lustros el empresario dedicaría a estos cigarros hechos a mano. El punto de inflexión para Zapata llegaría a sus 45 años. El desempleo llamó a su puerta y optó por esta, su pasión, como vía de salida. Un camino que le ha proporcionado tantos momentos de placer personal –“No hay ninguno comparable al de la fumada reflexiva, medida y nada compulsiva de los puros artesanales”, apunta– como alegrías profesionales. Precisamente, gracias a la experiencia acumulada en sus años de actividad en otras mercantiles del sector, no dudó emprender una nueva aventura empresarial solidaria. Dicho hito coincidió cuando observó la situación en la que quedaron muchos de los trabajadores de Chella (Valencia), al cesar la actividad de producción de puros y caliqueños en una de las fábricas referencia del lugar. “Les conocía desde hacía 17 años y se quedaron sin trabajo en una zona sin apenas oportunidades laborales”, cuenta el empresario. Fue ahí donde comenzó a andar empresarialmente La Casa del Tabaco, compañía que distribuye productos tabaqueros de calidad Premium procedentes de Nicaragua, Honduras y República Dominicana y cuyos beneficios son destinados íntegramente a proyectos de carácter social. “Veía en los ojos de los empleados que quedaron sin sustento tras finalizar su labor en la fábrica la necesidad de trabajar, así que me planteé que había llegado el momento de revertir hacia la sociedad lo que me había dado”, asegura. En este momento, una quincena de personas desarrollan labores en La Casa del Tabaco, que distribuye su catálogo e estancos de toda España. Además, participan de interesantes acciones formativas, como un viaje a Nicaragua –sufragado íntegramente con financiación externa– en el que sus comerciales estudian todos los procesos de cultivo, producción y los factores que intervienen ahí. La misión social de La Casa del Tabaco no se queda aquí. Todos los beneficios que genere la empresa se destinarán a personas con algún tipo de discapacidad o vivan en situación de exclusión social. Lo hará apoyándose en la asociación sin ánimo de lucro Tobacco Social Responsibility, que ha creado para gestionar este objetivo humanitario y a la que, recuerda Zapata, pueden sumarse otras entidades vinculadas al mundo del tabaco que lo deseen. Puros artesanales que hablan español Nicaragua, Honduras y República Dominicana son los países en los que se elaboran las marcas Premium que La Casa del Tabaco está llevando a los consumidores españoles. Algunas de ellas han sido reconocidas a nivel internacional por ofrecer puros “fuertes, de calidad y de mucho éxito en países como Estados Unidos y Alemania”, según describe Zapata. Es el caso de Oliva, considerada por la revista de referencia ‘Cigar aficionado’ como la mejor empresa tabaquera del mundo. Se trata de cigarros premium que ligan desde los matices más suaves y ligeros hasta los más fuertes y robustos, como sucede con el vino, amparados por la tradición, la experiencia de sus productores, la herencia de la tradición tabaquera más artesana y las óptimas condiciones climáticas de aquellos países. “Queremos que la gente que solo ha probado un tipo de puro pruebe los que traemos, que se degustan más que se fuman, y diga ‘esto es fantástico’”, aclara el empresario. Desde que las semillas de tabaco llegaron a estos países latinoamericanos en los bolsillos de los cubanos que emigraron a ellos, sus tierras y suelos se han encargado de aportarle a estos cigarros los aromas y características propias que los diferencian. “Por ejemplo, el de Honduras es menos dulce y más áspero; el de Nicaragua, más fuerte y más dulce, y el de República Dominicana, más dulce, y en ellos se pueden percibir matices a frutos secos, tostados, café, etc.”, explica Zapata. Unos puros de calidad que el empresario recomienda conservar siempre en humidores o en lugares en los que se mantenga algo de humedad, encender con una lámina de cedro y fumar “en un momento de relax y de tranquilidad, con calma para el disfrute”. Ramón Zapata, presidente de la Casa del Tabaco. ---C/ Deportistas Hermanos Torres, 17 03016 Alicante // 965 266 800