Cuentos de niños y niñas

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Clásicos escolares
Ponemos en vuestras manos esta colección de
Clásicos Escolares, que responde al compromiso
de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía por impulsar la lectura en el ámbito escolar y poner en marcha la publicación de ediciones
escolares de obras clásicas en lengua castellana,
con propuestas didácticas y dinamizadoras.
El objetivo de esta colección de Clásicos Escolares es doble, por una parte fomentar el hábito lector
en nuestro alumnado y por otra, llevar a las bibliotecas escolares andaluzas parte del riquísimo y
variado acervo literario que poseemos.
Es cierto que puede haber títulos infantiles y
juveniles más cercanos a los intereses y gustos de
los y las estudiantes, pero es importante que descubran la belleza de estas obras literarias clásicas
por ser la herencia escrita que hemos recibido.
Carlos García Gual dice: «Los clásicos deben
estar en las aulas, porque a ningún ciudadano, ni a
ningún grupo social le debemos sustraer el cono-
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cimiento de un patrimonio cultural que es propiedad de todos…».
La amplia nómina de escritoras y escritores seleccionados de distintos géneros literarios y diferentes etapas de la literatura en lengua castellana
recogida en esta colección, y la aportación de las
guías didácticas, harán de este trabajo un instrumento valioso y contribuirán al desarrollo de las
competencias básicas y del gusto por la lectura.
En este empeño, la labor del profesorado es de
una enorme importancia al ser pieza fundamental
en la formación presente y futura de lectores y lectoras, pudiendo acompañar a su alumnado a descubrir nuevas formas de creación literaria.
Animamos e invitamos a toda la comunidad
educativa a disfrutar con la lectura de esta obra,
Cuentos de niños y niñas, al igual que nosotros lo
hemos hecho con la gestión de este proyecto.
La Consejería de Educación
de la Junta de Andalucía
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GUÍA DIDÁCTICA
Vicente Vegazo Palacios
CUENTOS DE NIÑOS Y NIÑAS
ANA MARÍA MATUTE
Clásicos escolares
© Guía didáctica: Vicente Vegazo Palacios
© Edición: Consejería de Educación de la Junta de Andalucía
Coordinan: Dirección General de Ordenación y Evaluación Educativa y
Asociación de Editores de Andalucía (Alicia Muñoz)
Diseño gráfico: Forma Comunicación
Maquetación: Ángel González
Edición NO VENAL
Depósito legal: MA-1803-2011
ISBN: 978-84-693-7713-0
Impreso en España
IMAGRAF IMPRESORES - Málaga
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo
puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO
(Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra
(www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 45)
INTRODUCCIÓN
Niños y niñas protagonizan las historias de este
libro. Pero no está claro que sean cuentos infantiles
porque la visión de la infancia que aparece en los relatos es una síntesis de poesía, de candidez y de fantasía,
pero también de realismo, de ferocidad y de denuncia
social. Estos cuentos desmienten, por tanto, que la
niñez sea siempre el tiempo edénico de dicha que la
sociedad biempensante o la nostalgia nos han hecho
creer. Por el contrario, Ana María Matute nos ofrece
una visión, la mayor de las veces, amarga y despiadada del mundo de la infancia. Aparecen niños y niñas
pobres o muy ricos, despóticos o blandos por ser
demasiado dóciles a la autoridad familiar, amorales o
tiranos que someten a otros semejantes más pequeños
y más débiles o que torturan y matan a animales indefensos. También asoman los niños y niñas dotados de
extrañas sabidurías, los cómplices de horrores y maldades que no entienden, los dispuestos a aceptar sin
remordimientos códigos brutales, las víctimas de la
crueldad de otros niños y niñas o de los adultos solo
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por ser más ingenuos o simplemente diferentes y quienes no quieren crecer como Peter Pan, pero hechos
mayores a la fuerza. Los sueños, las fantasías o la inocencia de muchos de ellos se hacen añicos contra la
aspereza de la realidad.
Tampoco los personajes adultos de los relatos mejoran mucho esta visión sombría de la vida. Los niños y
niñas los consideran atrabiliarios, débiles tras su disfraz de fortaleza, gratuitamente poderosos y tan poco
amables como los niños más feroces.
Por otra parte, los escenarios que abundan son el
campo, el río, el bosque, la montaña, la naturaleza virgen o sofisticada y también la escuela y las miserables
casas de los aldeanos vistos como descubrimiento del
niño o de la niña de la ciudad. Aquí podemos rastrear
el origen autobiográfico porque los pueblos forman
parte de la infancia de la autora: Mansilla, entre las sierras de la Demanda y de Cameros, hoy sumergida en
un pantano.
Los cuentos seleccionados pertenecen a colecciones
muy representativas porque recorren las distintas etapas de la vida de la autora desde que es solo una niña
de catorce años hasta que ya se ha convertido en una
escritora madura y reconocida. De este modo, los
libros escogidos son Cuentos de la infancia, 2002 (editado ese año, pero que recoge cuentos que la autora
escribió entre los cinco y los catorce años), Los niños
tontos (1956), El tiempo (1957), Historias de la
Artámila (1961) y El río (1963).
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El criterio de selección de estos 18 cuentos obedece
a su intrínseca calidad literaria pero pensando también
en el interés de los potenciales jóvenes lectores de esta
antología. Por esta razón, la mayoría son breves, lo que
facilita su lectura y el trabajo en el aula. Además, para
ayudar en esta tarea, cada cuento aparece acompañado de algunas preguntas de comprensión lectora que
pueden ser completadas por el profesorado con otras
actividades. Con este fin, proponemos un modelo de
análisis o de comentario sencillo de los cuentos que le
sirva al alumnado para familiarizarse desde muy pronto con los textos narrativos literarios y una propuesta
de taller de escritura que posibilite la mejora de la
expresión escrita, la comprensión de los elementos de
la narración y el fomento de la imaginación y la creatividad.
1. NOTA BIOGRÁFICA
Ana María Matute nació en Barcelona en 1925 en el
seno de una familia acomodada. De niña no pasó
estrecheces hasta que estalló la Guerra Civil. La segunda de cinco hermanos nunca fue una niña feliz porque
le faltaron, para serlo, la comprensión y el afecto de su
madre. El padre, en cambio, suplió en parte esta
carencia y solía contarle noticias e historias fantásticas
de sus viajes a Londres o Berlín que encendieron la
imaginación de la niña. De uno de sus viajes a Londres
le trajo un muñeco negro llamado Gorogó que le sirvió
de personaje en su libro Primera Memoria. De su
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padre heredería la fantasía y el gusto por viajar que tendrán una influencia clara en los personajes de sus novelas. Con solo cinco años escribió e ilustró su primer
cuento y a los diecisiete su primera novela, Pequeño
teatro. Además de su padre, su hijo también tendría
una gran importancia en su obra porque para distraerlo y formarlo se vio obligada a inventar multitud de
cuentos, algunos de los cuales fijaría luego por escrito.
Tal vez sin la presencia de su hijo nunca hubiera escrito cuentos tan hermosos como por ejemplo El polizón
de Ulises.
Es una de las escritoras más destacadas de la narrativa española contemporánea y muestra de ello son los
numerosos premios que le han concedido: Café Gijón
(1952), Premio de la Crítica (1958), Premio Miguel de
Cervantes (1958), Premio Nadal (1959), Premio
Fasternath de la Academia, Premio Planeta y Premio
Nacional de Literatura Infantil (1984), entre otros.
También fue finalista en 1970 del Premio Andersen y
en algunas ocasiones fue propuesta como candidata al
Premio Nobel de Literatura. De su producción reciente destaca quizás su novela más leída (y querida por la
propia escritora), considerada una obra maestra por la
crítica, Olvidado Rey Gudú, en 2008 se publicó la que
hasta hoy es su última novela, Paraíso inhabitado, y,
por último, en 2010 apareció La puerta de la luna, una
recopilación de todos sus cuentos, escritos cortos y
periodísticos que escribió para la revista Destino entre
1947 y 1998.
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Sus libros han sido traducidos a más de veinte idiomas y es miembro de la Hispanic Society of America
y Honorary Fellow de la American Asociation Teacher
of Spanish and Portuguese. La Universidad de Boston
instituyó hace años la llamada «Ana María Matute
Collection», a la que la autora ha cedido sus manuscritos y otros documentos, entre los que se encuentran
los originales de algunos de los cuentos recogidos en
esta antología.
En 1996 ingresó en la Real Academia Española de la
Lengua y el 18 de enero de 1998 leyó su discurso titulado «En el bosque» que era una inspirada defensa de
la fantasía en la literatura. La escritora ocupa el asiento con la letra K donde anteriormente estuvo Carmen
Conde, siendo así la tercera mujer en ingresar en trescientos años.
En 2007 fue galardonada con el Premio Nacional de
las Letras por el conjunto de su obra y, finalmente, en
2010 se le concedió el Premio Cervantes, la distinción
literaria más importante de las letras hispánicas.
1.1. Ana María Matute en la red
Proponemos al alumnado algunas direcciones en la
red donde encontrar más información sobre la vida,
obra e ideas de Ana María Matute.
• www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/
matute/home.html (página oficial de Ana María Matute).
• www.escritoras.com
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• www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/
matute/ miscentr.htm (La Vanguardia, 19-VI-1998. Entrevista: «Yo me he caído de alguna galaxia»).
• www.cervantestv.es/video entrevista ana maria matute. htm
• http: //www.clubcultura.com/clubliteratura/clubes
critores/matute/misc entr3. htm (ABC 25-VI-2000.
Entrevista «Yo me siento Alicia, siempre atravesando el
espejo»).
• http: //www.iesanamariamatute.com/images/entre
vista_AMM. pdf (El Mundo, 5-I-2008. Entrevista: «Un
hada en el bosque»).
• http: //www. el pais.com (El País Semanal, 4-I-2009.
Entrevista: «Soy un limonero enamorado de un abeto»).
2. PROPUESTA DE COMENTARIO DE LOS CUENTOS
Resulta conveniente no solo que el alumnado
empiece a leer a una edad temprana, sino también que
pronto sepa reconocer los distintos géneros literarios.
Los cuentos, en particular, como textos narrativos, son
probablemente el modo más fácil de empezar a conseguir este propósito porque son breves, fomentan la
imaginación y la comprensión crítica del mundo, son
de fácil lectura y análisis (podrían trabajarse en una
sola sesión de clase) y constituyen por sí mismos obras
completas e independientes y no simples fragmentos
de un libro. Además, con toda probabilidad sea el
género literario más apreciado desde la infancia,
donde se acostumbran a escuchar los cuentos leídos o
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recitados de memoria por nuestros parientes y familiares. Esta propuesta pretende ser lo más básica y completa posible, orientada especialmente al alumnado de
Secundaria.
Si todo signo lingüístico, y por extensión todo texto
u obra literaria, puede ser, sin más especificaciones,
una realidad de dos caras: significante y significado,
los cuentos de esta antología podrían igualmente analizarse centrándonos en esas dos perspectivas que
constituyen su función poética: por una parte, el contenido del cuento o lo que dice, y, por otra, la forma
del cuento o cómo lo dice. Así, pues, el modelo de
comentario o las actividades se pueden ajustar a este
sencillo esquema que a continuación vamos a detallar:
2.1. El contenido del cuento
Para realizar bien esta parte del análisis es indispensable haber leído con atención el texto y haberlo comprendido bien. Con este fin, proponemos que el alumnado
responda a unas preguntas que revelarán si efectivamente lo ha entendido. A continuación, se hace imprescindible el uso del diccionario para conocer el significado de
las palabras que se desconozcan y de paso se enriquece
la competencia léxica. Seguidamente, sería muy útil para
dicho alumnado aprender a resumir en pocas líneas (por
ejemplo, no más de cinco) y con sus propias palabras el
asunto del relato. Se le puede ayudar proponiéndole que
empiece con «El cuento trata de o habla de...».
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Finalmente, podría señalarse el tema o temas que aparecen en el cuento (que naturalmente deben ser mucho
más breves que el resumen) sobre los que se puede
hacer una exposición escrita y leída que puedan generar
un debate en clase que sirva también para enriquecer la
expresión escrita y oral del alumnado. Resumiendo los
pasos:
1. Lectura atenta y comprensión del cuento.
2. Búsqueda en el diccionario del significado de las
palabras que se desconozcan.
3. Resumen o argumento.
4. Enumeración del tema o los temas.
5. Exposición escrita u oral sobre esos temas.
6. Debate en clase sobre dichos temas.
2.2. La forma del cuento
Una vez que se ha comprendido bien el texto, pasamos a analizar su forma. En primer lugar, el alumnado
deberá saber dividir el cuento en partes, justificando
dicha división. Lo más común es que el texto se organice en torno a tres partes: el planteamiento, en donde se
presentan algunos personajes y la situación de partida
del relato; el nudo, que comprende la parte central de la
narración y aparecen los hechos o situaciones que les
sucede a los personajes, y, por último, el desenlace o final
de la historia. Aunque el orden de la narración puede
presentar otras formas, según el foco de interés del cuento: el que hemos tratado antes podría corresponder a un
desarrollo lineal donde los hechos se presentan siguien12
do un orden cronológico. Pero también puede presentar
la estructura de «un flash back» (salto hacia atrás) si la
historia empieza por el final, o bien, «in media res» si la
narración empieza por los momentos centrales de la historia y después se avanza o retrocede con los personajes
a hechos anteriores y posteriores. El orden de la narración también podría estudiarse dentro del elemento
tiempo.
Se puede, a continuación, comentar los tipos de lenguaje que aparezcan en el cuento. De este modo,
podríamos distinguir la narración cuando se cuenten
las acciones y actitudes de los personajes haciendo
hincapié en los verbos dinámicos y pronombres. La
descripción, cuando se señala cómo son personajes,
paisajes u objetos, indicando que la descripción de los
rasgos físicos y morales de una persona se llama retrato o topografía si se trata de un paisaje o una ciudad.
En este caso, haríamos hincapié en los adjetivos calificativos, sustantivos y en algunos adverbios que sirvan
a la caracterización. Y finalmente, estudiaríamos los
diálogos (que en el estilo directo reproduce literalmente los parlamentos de los personajes, mientras que en
el estilo indirecto se narra lo dicho) que son, además,
una fuente valiosa de información sobre el carácter y la
evolución de los personajes.
Por otra parte, podría hacerse un sencillo análisis de
los elementos de la narración. De este modo, señalaríamos el tipo de narrador que se emplea. Básicamente
son dos: si la historia estuviera contada desde afuera y
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en 3ª persona (narrador externo) o si la historia el
narrador la cuenta un personaje que forma parte de
ella y en 1ª persona (narrador interno). Podrían analizarse los personajes, según cómo son, qué dicen, qué
hacen y qué papel desempeñan dentro de la historia
(personajes redondos o planos, protagonistas o secundarios, reales, fantásticos o simbólicos, etc). También
podría observarse el tiempo en qué transcurre la narración, si es objetivo y real o indeterminado. Y el espacio, observándose si es real y reconocible o por el contrario imaginario o simbólico.
Un cuarto apartado podría consistir en tratar brevemente algunos recursos literarios. Los más frecuentes
en estos cuentos de Ana María Matute son las comparaciones, las metáforas, las personificaciones, los epítetos y los símbolos.
Finalmente, podrían hacerse actividades de gramática. Por ejemplo, localizar categorías gramaticales en
el cuento o subrayar clases de oraciones, analizar morfológica y sintácticamente algunas de esas oraciones,
etc. Resumiendo los pasos:
1. Estructura del cuento: división en partes (presentación, nudo y desenlace).
2. Lenguaje del texto: narración, descripción y diálogo.
3. Elementos de la narración: el narrador o punto de
vista (externo-historiador o interno-personaje), el
personaje (caracterización de los personajes, protagonista o secundario, redondo o plano, simbó14
lico...), el tiempo (época en la que se desarrolla la
historia, lineal, elipsis, flash back, in media res,
acciones paralelas...) y el espacio (real, fantástico,
simbólico...).
4. Recursos literarios (especialmente las comparaciones, metáforas, personificaciones, epítetos y los
símbolos).
5. Gramática (por ejemplo, localizar en el texto los
sustantivos, los adjetivos calificativos, los verbos ...
y determinar qué función tienen en dicho texto).
Al margen de la aproximación al texto puramente
lingüística, podría abordarse, a juicio del profesorado,
una Localización del cuento que debe hacerse con
documentación fuera del mismo libro. En este apartado se podría comentar quién es Ana María Matute,
qué lugar ocupan la autora en la Historia de la
Literatura y el cuento estudiado en el conjunto de su
obra, qué circunstancias vitales o históricas influyen
en sus cuentos, etc. Para este fin pueden resultar muy
útiles para el alumnado las direcciones en la red propuestas más arriba.
Por último, podría aprovecharse todo el aprendizaje
teórico y práctico sobre la narración para proponer al
alumnado un Taller de cuentos en donde tendría la
oportunidad de escribir un relato tomando como ejemplo alguno de este libro. En este ejercicio, se podría animar al alumnado a cambiar el orden de la narración, el
final de la historia, el punto de vista, el espacio o el
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tiempo en el que sucede el relato y la configuración de
nuevos personajes. Esta actividad cultivaría la creatividad, fijaría el conocimiento de los elementos propios
del género narrativo y ayudaría a mejorar la expresión
escrita.
Para desarrollar este apartado proponemos a continuación tres modelos de taller de escritura basados en
la configuración de los personajes.
2.3. Propuesta de taller de escritura
• PROPUESTA 1. El retrato del personaje.
Miguel Delibes afirmaba que una novela era buena
si pasado el tiempo, después de su lectura, los tipos
que la habitaban permanecían vivos en nuestro interior, y era mala cuando los personajes, transcurridos
unos meses de su lectura, se difuminaban, se confundían con otros personajes de otras novelas, para finalmente olvidarse. Al hilo de esta idea, consideramos
que para escribir un buen relato, se necesitan dos elementos básicos: unos personajes bien definidos y un
argumento interesante. El texto funcionará si los personajes fascinan al lector.
La forma más común de caracterizar a un personaje
es el retrato, es decir, describiendo distintos aspectos
de sus rasgos físicos, su indumentaria, su carácter o su
conducta. El modo más frecuente de hacerlo es con
adjetivos calificativos, aunque también se pueden utilizar epítetos, comparaciones, metáforas, etc. Este
retrato puede hacerse de tres modos:
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—Prosopografía: si se describe el aspecto del personaje.
—Etopeya: si se describe la psicología del personaje.
—Caricatura: si la descripción del personaje es deformante y con una intención humorística.
Sin embargo para dar a conocer a un personaje se
pueden utilizar otras técnicas. De este modo se evita la
monotonía de presentar siempre a los personajes describiéndolos. Éstos son algunos modos:
—Por lo que hace. Por ejemplo, si hacemos que
nuestro personaje cierre la puerta de un portazo, le
estamos caracterizando mejor que si decimos, sencillamente, que era una persona violenta.
—Por lo que piensa. Un ejemplo: el personaje
piensa que todo el mundo le odia: de este modo
podemos transmitir que es una persona insegura y un
poco desiquilibrada.
—Por lo que dice. Nuestro personaje es alguien
muy tímido: podemos darlo a conocer haciendo que
en una conversación solo participe a través de monosílabos.
—Por lo que otros personajes dicen de él: Los
demás personajes del relato podría presentarnos una
información valiosa e incluso contradictoria del personaje en cuestión con la ventaja de ofrecer distintos
puntos de vista sobre él.
—Por una peculiaridad. Imagina a alguien muy
inseguro y nervioso: podemos caracterizarlo haciendo
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que se ría después de cada cosa que dice. E, incluso,
que se tape la boca cuando lo hace.
Actividad
Haz el retrato del personaje.
Fíjate cómo son los personajes de los cuentos de
Ana María Matute y toma como modelo el que más te
haya gustado o llamado la atención. O bien puedes
seleccionar alguien cercano o, mejor, casi desconocido. Humano, animal o fantástico. Lo que no sepas te
lo inventas. Cierra los ojos y comienza a ver detalles de
su persona: cómo viste, su cabello, su nariz, sus ojos,
su olor, su timbre de voz, qué tiene en las manos, qué
gestos hace.
Utiliza los cinco sentidos (vista, olfato, oído ...).
Fíjate bien en los detalles pequeños: unas cejas muy
pobladas, una forma especial de ladear la cabeza,
zapatos rotos, una extraña pulsera, un tic nervioso.
Cómo es su carácter si amable o áspero, si alegre o
serio, si audaz o tímido... Ahora abre los ojos y escribe. Intenta varios retratos: un vecino, una amiga, un
fantasma, una bestia mitológica, un emigrante, un
loco, un animal, un antiguo profesor ... Utiliza técnicas
diferentes.
• PROPUESTA 2: La modernización de los personajes.
Se le puede proponer también al alumnado la
redacción de un cuento modernizado. Se sabe que
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algunos narradores actuales como Ana María Matute
construyen los personajes de algunas novelas a partir
de modelos de la narrativa tradicional de los cuentos
de hadas, en apariencia prefijados, ajustados a unos
retratos apriorísticos y a las expectativas del lector,
para luego, de forma deliberada, hacerlos evolucionar,
rompiendo esas expectativas y transformándolos en
personajes complejos o redondos de una novela
moderna.
Al hilo de esta idea, al alumnado se le animaría a
escribir relatos con personajes redondos y modernos a
partir de personajes tradicionales y planos de los cuentos infantiles conocidos. Por ejemplo, en esos relatos
adaptados, los personajes femeninos podrían modernizarse perdiendo sus roles tradicionales de sumisión
y obediencia.
Como ya hemos indicado más arriba, este procedimiento tan estimulante para el alumnado no es nuevo.
Se conoce una gran cantidad de cuentos populares
que, en ocasiones, la literatura (y también el cine)
actuales han tomado como punto de partida para crear
nuevas versiones muy distintas del original. Por ejemplo, la autora de los cuentos de esta antología tiene
libros que pueden servir de modelos para el alumnado, como por ejemplo: El verdadero final de la Bella
Durmiente o los personajes de Olvidado rey Gudú: la
reina Ardid, la princesa Tontina, el príncipe Almíbar o
el príncipe Predilecto.
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Actividades
• Elige un cuento tradicional y decide qué tipo de versión quieres hacer. Podrías, por ejemplo, hacer una parodia en la que alterases o exagerases con humor los elementos del cuento original. Te proponemos como
modelos el cuento de La Bella Durmiente y la novela de
Ana María Matute El verdadero final de la Bella
Durmiente. O bien, el personaje Tontina de Olvidado rey
Gudú.
• Convierte a los personajes del cuento en personas
actuales.
• Haz que los personajes dialoguen tal y como hablas
normalmente.
• Actualiza el tiempo y los espacios del cuento.
• Redacta el cuento teniendo en cuenta las consecuencias que suponen para la historia los cambios que
has introducido.
• Finalmente, revisa tu versión, pásala a limpio e ilústrala.
3. LOS CUENTOS DE ESTA ANTOLOGÍA.
ACTIVIDADES DE COMPRENSIÓN
• «El Hijo de la Luna» (de Cuentos de la infancia,
ed. Martínez Roca, Barcelona, 2002).
1. ¿Qué era y cómo era Logo?
2. ¿Por qué le gustaba tanto a Logo la Luna?
3. ¿Por qué se apenaba tanto la madre con su hija
Lidya?
4. ¿Cómo era el Hijo de la Luna?
5. ¿Qué le propone el Hijo de la Luna a Lidya y por
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qué razón?
6. ¿En qué consistía la verdadera belleza y la verdadera felicidad?
• «La niña que no estaba en ninguna parte» (de Los
niños tontos, ed. Destino, Barcelona, 1997).
1. ¿Por qué crees que el cuento se titula así?
2. ¿Quién crees que era en realidad la niña que no estaba en ninguna parte?
• «El niño que no sabía jugar» (de Los niños tontos).
1. ¿Cómo era el niño que no sabía jugar?
2. ¿Es bueno o no es bueno que un niño o una niña no
sepan jugar? Justifica tu respuesta.
• «El corderito pascual» (de Los niños tontos).
1. ¿Por qué se hizo el niño tan amigo del cordero?
2. ¿Qué le pasó al cordero en el día de Pascua?
• «Los niños buenos» (de El tiempo, ed. Plaza y
Janés, Barcelona, 1999).
1. ¿Por qué mandaron a la niña a la aldea con su abuelo?
2. ¿Qué dirías que era la protagonista, una niña
«buena» o una niña «mala»? Justifica tu respuesta.
3. ¿Cómo era el abuelo, era tan «malo» como aparentaba? ¿Por qué crees que no le quería nadie? Justifica tu
respuesta.
4. ¿Cómo era el maestro de la aldea?
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5. ¿Qué diferencias encuentras entre la clase del cuento y la tuya?
6. ¿Qué «suceso» concreto le provocó a la niña la pérdida de su infancia? ¿Por qué crees que la niña lo dice?
Justifica tu respuesta.
7. ¿Por qué, al final del cuento, la niña se consideraba
a sí misma una niña «mala», si todos y todas creían
ahora que era una niña «buena»?
• «Los chicos» (de Historias de la Artámila, ed. Plaza
y Janés, Barcelona, 1999).
1. ¿Por qué los protagonistas temían tanto a los chicos?
2. ¿Qué te parece la acción de Efrén? Justifica tu respuesta.
3. ¿Por qué crees que llora la niña protagonista?
• «Bernardino» (de Historias de la Artámila).
1. ¿Por qué Bernardino parecía tan distinto?
2. ¿Qué le hicieron a Bernardino los chicos de la aldea?
3. ¿Cómo se comportó Bernardino?
4. ¿Qué te parece la acción de los chicos y el comportamiento de Bernardino? Justifica tu respuesta.
• «El rey» (de Historias de la Artámila).
1. ¿Por qué todo el mundo sentía compasión por
Dino?
2. ¿Por qué querían tanto a don Fermín?
3. ¿Por qué a la madre de Dino no le gustaba que don
Fermín le contara a su hijo tantas historias fantásticas?
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4. ¿Qué sorpresa había preparado don Fermín a Dino
en navidad?
5. ¿Por qué al final desiste don Fermín de darle la sorpresa? ¿Crees que hizo bien don Fermín?
• «El tesoro» (de Historias de la Artámila).
1. ¿Por qué cambia tanto Marcial?
2. ¿Estaba justificado ese cambio? Razona tu respuesta.
3. ¿En qué consistía el tesoro de Marcial?
• «El perro perdido» (de Historias de la Artámila).
1. ¿Por qué crees que Damián se hace amigo de un
perro tan feo y antipático? Justifica tu respuesta.
2. ¿Por qué crees que Damián sana tan pronto?
Justifica tu respuesta.
• «Moro» (de El río, colec. Ave Fénix, ed. Plaza y
Janés, Barcelona 1997).
1. ¿Cuál crees que era la verdadera razón por la que no
querían a Moro los muchachos del pueblo? Justifica tu
respuesta.
2. ¿Qué te parece la forma de ser de Moro y qué piensas de las personas que tienen un carácter parecido al
de Moro? Justifica tu respuesta.
3. ¿Qué crees que le iba a pasar a Moro cuando se marcharan sus amigos?
• «El pastor niño» (de El río).
1. ¿Por qué crees que el pastor niño es tan diferente de
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los otros niños y niñas del pueblo? Justifica tu respuesta.
• «Los murciélagos» (de El río).
1. ¿Qué es la piedad?
2. ¿Estás de acuerdo con la autora en que la mayoría de
los niños y niñas no tiene este sentimiento? Justifica tu
respuesta.
3. ¿Por qué crees que los niños se dedicaban a torturar
a los murciélagos? Justifica tu respuesta.
4. ¿Por qué crees que la niña desclavó al murciélago?
Justifica tu respuesta.
• «Rafael» (de El río).
1. ¿Por qué Rafael es distinto?
2. ¿Te parece bien la decisión de la familia de enviarlo
a las montañas a guardar el ganado? Justifica tu respuesta.
3. ¿Por qué crees que con los años no cambia Rafael?
Justifica tu respuesta.
• «Los hermanos» (de El río).
1. ¿Por qué crees que Efrén acabó apuñalando a su
hermano Marcial? Justifica tu respuesta.
2. ¿Encuentras algún parecido entre este cuento y la
historia bíblica de Caín y Abel? Justifica tu respuesta.
• «Los árboles» (de El río).
1. ¿Por qué le gusta tanto a la niña los árboles?
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• «Cementerios de mariposas» (de El río).
1. ¿En qué consistía los “entierros» de los niños y
niñas?
2. ¿Qué «cosas» enterraba la niña protagonista del
cuento?
3. ¿Por qué crees que la niña dejó de enterrar sus tesoros? Justifica tu respuesta.
Vicente Vegazo Palacios
Sanlúcar de Barrameda,
28 de mayo 2011
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