Textos narrativos: la narración La narrativa o épica, entendida como la atención que el escritor presta a lo que ocurre fuera de él para intentar transmitirlo de la manera más objetiva posible, con más o menos imparcialidad, es uno de los géneros literarios, junto a la lírica y el drama. narrador acción La narración consiste en contar una serie de hechos reales o imaginarios protagonizados por unos personajes lugar tiempo personajes en un espacio y un tiempo determinados. Pedro Ángel Deza Textos narrativos: elementos (3) TIEMPO TIEMPODE DELA LANARRACIÓN NARRACIÓN ¿Cuándo sucedieron los hechos ¿En qué orden ¿Cuánto duran Pedro Ángel Deza Textos narrativos: elementos (3) TIEMPO TIEMPODE DELA LANARRACIÓN NARRACIÓN ¿Cuándo sucedieron los hechos? Tiempo externo Momento de la historia en que suceden los hechos, en que sucede la acción (puede ser explícito: el siglo, el año, o deducirse del ambiente, de los personajes, costumbres, una circunstancia concreta: “me había instalado en una nueva casa”, etc.) y abarca desde la primera fecha que se cita en el relato hasta la última. Pedro Ángel Deza Textos narrativos: elementos (3) TIEMPO TIEMPODE DELA LANARRACIÓN NARRACIÓN ¿En qué orden sucedieron los hechos? ¿Cuánto duran esos hechos? Tiempo interno Se refiere al orden de los hechos y a su duración. Es el tiempo propio de la narración, el que duran los acontecimientos narrados en la historia. El autor selecciona los momentos que juzga interesantes y omite los que considera innecesarios. Pedro Ángel Deza Textos narrativos: elementos (3) TIEMPO TIEMPODE DELA LANARRACIÓN NARRACIÓN Pedro Ángel Deza Textos narrativos: elementos (3) TIEMPO TIEMPODE DELA LANARRACIÓN NARRACIÓN Marzo Abril Febrero Mayo Enero Junio Diciembre tiempo interno tiempo interno Julio Noviembre Agosto Septiembre Pedro Ángel Deza Octubre Textos narrativos: elementos (3) TIEMPO TIEMPODE DELA LANARRACIÓN NARRACIÓN ¿En qué orden sucedieron los hechos? ¿Cuánto duran esos hechos? Tiempo interno Tiempo de la historia Tiempo del discurso La sucesión cronológica de los acontecimientos y el tiempo que estos abarcan. El orden en el que se narran los acontecimientos y lo que ocupan. El significado. El significante. Pedro Ángel Deza Textos narrativos: elementos (3) ANACRONÍAS ANACRONÍAS TIEMPO NARRATIVO: LA VIDA DE ANA Discordancias entre el orden de la historia y el del discurso flash-back RETROSPECCIÓN: Narración en pasado. Cuenta una historia pasada. Discurso narrativo lineal NORMAL: Relata hechos a medida que se desarrollan. flash-forward Pedro Ángel Deza ANTICIPACIÓN: Narración en futuro. El relato precede a los hechos. Textos narrativos: elementos (3) ANACRONÍAS ANACRONÍAS Eran las cinco de la tarde de un martes de finales de abril. Julio Orgaz había salido de la consulta de su psicoanalista diez minutos antes; había atravesado Príncipe de Vergara y ahora estaba en el parque de Berlín intentando negar con los movimientos de su cuerpo la ansiedad que delataba su mirada. El viernes anterior no había conseguido ver a Laura en el parque, y ello le había producido una aguda sensación de desamparo que se prolongó a lo largo del húmedo y reflexivo fin de semana que inmediatamente después se le había venido encima. La magnitud del desamparo le había llevado a imaginar el infierno en que podía convertirse su vida si esta ausencia llegara a prolongarse. Advirtió entonces que durante la última época su existencia había girado en torno a un eje que atravesaba la semana y cuyos puntos de apoyo eran los martes y los viernes. El domingo había sonreído ante el café con leche cuando el término amor atravesó su desorganizado pensamiento, estallando en un punto cercano a la congoja. Cómo había crecido ese pensamiento y a expensas de qué zonas de su personalidad, eran cuestiones que a Julio había preocupado no abordar, pese a su antiguo hábito –reforzado en los últimos tiempos por el psicoanálisis– de analizar todos aquellos movimientos que parecían actuar al margen de su voluntad. Recordó, sin embargo, la primera vez que había visto a Laura, hacía ahora tres meses. Fue un martes, blanqueado por el sol de media tarde, del pasado mes de febrero. Como todos los martes y viernes desde hacía un par de meses, se había despedido del doctor Rodó a las cinco menos diez. Cuando ya se dirigía a su despacho, le invadió una sensación de plenitud corporal, de fuerza, que le había hecho valorar de súbito la tonalidad de la tarde. Olía un poco a primavera. Entonces decidió desechar la ruta habitual y atravesar el parque de Berlín, dando un pequeño rodeo, para gozar de aquella íntima sensación de bienestar que la situación atmosférica parecía compartir con él. Juan José Millás, El desorden de tu nombre. Pedro Ángel Deza Textos narrativos: elementos (3) ttee n sseen e re P Pr ANACRONÍAS ANACRONÍAS Eran las cinco de la tarde deo de finales de abril. Julio Orgaz había salido de la consulta ddoun martes de su psicoanalista diez a minutos antes; había atravesado Príncipe de Vergara y ahora estaba en el a s s a parque de Berlín intentando negar con los movimientos de su cuerpo la ansiedad que delataba su P Pa mirada. ttee n El viernes anterior no había e conseguido ver a Laura en el parque, y ello le había producido una n e i i c aguda sensación de desamparo que se prolongó a lo largo del húmedo y reflexivo fin de semana c e e r r que inmediatamenteodespués se le había venido encima. La magnitud del desamparo le había o d llevado a imaginar infierno en que podía convertirse su vida si esta ausencia llegara a ssaad elentonces prolongarse. Advirtió que durante la última época su existencia había girado en torno a a a P P un eje que atravesaba la semana y cuyos puntos de apoyo eran los martes y los viernes. El domingo había sonreído ante el café con leche cuando el término amor atravesó su desorganizado pensamiento, estallando en un punto cercano a la congoja. Cómo había crecido ese pensamiento y a expensas de qué zonas de su personalidad, eran oo ee abordar, pese a su antiguo hábito –reforzado en los ddpreocupado ttno a cuestiones que a Julio había a n s n aas ssee últimos tiempos por elP psicoanálisis– de analizar todos aquellos movimientos que parecían actuar P e rre sin embargo, la primera vez que había visto a Laura, hacía + al margen de su voluntad. Recordó, + P P ahora tres meses. Fue un martes, blanqueado por el sol de media tarde, del pasado mes de febrero. Como todos los martes y viernes desde hacía un par de meses, se había despedido del doctor Rodó a las cinco menos diez. Cuando ya se dirigía a su despacho, le invadió una sensación de plenitud corporal, de fuerza, que le había hecho valorar de súbito la tonalidad de la tarde. Olía un poco a primavera. Entonces decidió desechar la ruta habitual y atravesar el parque de Berlín, dando un pequeño rodeo, para gozar de aquella íntima sensación de bienestar que la situación atmosférica parecía compartir con él. Juan José Millás, El desorden de tu nombre. Pedro Ángel Deza