Miguel García-Posada Barcos en Doñana A José Manuel Caballero Bonald Máquinas mitológicas, elegantes y gráciles, los barcos abren flores sobre el río como en un sueño puro, como en un sueño bueno de la niñez. Gigantes de mi sueño, fluyen los barcos como fluye el agua y me transportan, mecidos por los pinos de Doñana, a la región más transparente del pensamiento, donde me recobro a mí mismo, al que soy, al que he sido cuando Dios se encontraba de mi lado. 43