PUNTO APARTE EL PONTIAC Y EL HELADO DE VAINILLA No estamos acostumbrados a servir. Servir es esencial para poder tener éxito en la vida, en la profesión y en los negocios Después de dos semasta “historia o “caso” ... nas llegó al primer descubricomienza cuando una miento: cuando escogía vainilla división de carros de la el comprador gastaba menos Pontiac de General Motors (GM) tiempo porque ese tipo de de los EUA recibió una curiosa helado estaba (primero en el reclamación de un cliente. Y estante). esto es lo que él escribió: Examinando el carro, el “Esta es la segunda vez ingeniero hace un nuevo desque les envío una carta y no los culpo por no responder. POR LUIS ADRIANO cubrimiento: como el tiempo Puedo parecerles un loco, mas CALERO, M.SC. de compra era muy reducido en caso de la vainilla en comel hecho es que tenemos una tradición en nuestra familia que es el paración con el tiempo de otros sabode tomar helado después de cenar. res, el motor no llegaba a enfriar. Con Repetimos este hábito todas las no- eso, los vapores del combustible no se ches, variando apenas el sabor del disipaban, impidiendo que un nuevo helado; y yo soy el encargado de ir a arranque del motor fuese instantáneo. A partir de ese episodio, el Poncomprarlos. Recientemente compré un nue- tiac cambió el sistema de alimentación vo Pontiac y desde entonces las idas de combustible e introdujo una alteraa la [heladería] se han transformado ción en todos los modelos a partir de en un problema. Siempre que compro la línea 99. El autor de la reclamación helado de vainilla, cuando me dispongo obtuvo un carro nuevo. GM distribuyó un comunicado a regresar a casa, el carro no funciona. Si compro cualquier otro sabor, el carro interno, exigiendo que sus empleados tomen en serio hasta las reclamaciones funciona normalmente”. La carta generó tanta gracia en- más extrañas. ¿Le pareció increíble la historia? tre el personal de Pontiac que el presidente de la compañía acabó recibiendo A mí también. Me pareció tan fantástica una copia. Él mandó a un ingeniero a que le escribí al presidente de GM para la región Andina para averiguar si era entrevistarse con el autor. El empleado y el “demandante” cierta esta historia. Después de varios fueron juntos a la heladería en el (famo- días de ellos investigar con la fábrica de so) Pontiac. El ingeniero sugirió sabor Pontiac en USA desmintieron por comvainilla para verificar la reclamación; pleto la historia del helado de vainilla y y el carro efectivamente no funcionó. la innovación. Por e-mail circulan muchas fáUn empleado de GM volvió en los días siguientes, a la misma hora, he hizo el bulas que después de llegar a mucha mismo trayecto, y solo varió el sabor gente, parecen reales. Esto se conoce del helado. Nuevamente el auto solo como “Hoax”. Hay que tener mucho funcionaba de regreso cuando el sabor cuidado asegurándose de la veracidad elegido no era vainilla. de los mensajes. | JUNIO de 2005 | E 62 PACIFICARD Inculcar la cultura de servicio al cliente en las empresas es difícil pues aprender a servir y enseñarlo, es un trabajo muy duro, cuando no se lo lleva en la sangre. Hay culturas que son serviciales, como por ejemplo la cultura de Antioquia en Colombia o la de Bali en Indonesia. En cambio hay otras culturas, muy a mi pesar, como la nuestra, donde hay que trabajarla. Parte del proceso de aprendizaje de una persona cuando empieza a trabajar por primera vez es aprender a servir. La primera reacción es no servir pues no estamos acostumbrados desde niños a servir con gusto y no siempre nos enseñan que servir es esencial para poder tener éxito. Las compañías y las personas pagamos por ser servidos con oportunidad y calidad. Este afán de servicio se ve, no sólo en el curso normal del servicio, sino sobre todo, en las situaciones de emergencia, de crisis o reclamo. Con la globalización, el estándar normal en servicio es lo que hace unos años se consideraba servicio al cliente de excelencia. Cada vez más personas y empresas están considerando como normal el servicio de excelencia. Déjeme presentarle como ejemplo un par de experiencias propias. Fui a un restaurante de comida japonesa nuevo, cuyo chef conozco desde hace años. Cocina delicioso. Sin embargo, la atención deja mucho que desear. A pesar que le dijimos al mesero y luego al mesero jefe de las múltiples fallas, ellos no hicieron nada al respecto. Esto nos llevó a decidir que no volveremos a este restaurante. Por el contrario, en otro restaurante japonés al que voy con frecuencia, cambiaron un mesero. Nos atendió de una manera muy deficiente. Le dijimos al mesero y luego a la administradora. Ella, muy inteligentemente, decidió darnos un CD de regalo para compensar. Al segundo restaurante volveré. Me interesa su opinión. Por favor escríbame a | JUNIO de 2005 | [email protected] PACIFICARD 63