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Madrid ciudad sitiada.
Escrito por: jordigraug el 23 Jun 2012 - URL Permanente
http://buscameenelciclodelavida.blogspot.com.es/2011/08/madrid-ciudad-sitiada.html
Bombardeo Barrio de Tetuán, Madrid 1936
Hace 75 años, el 28 de agosto de 1936, la ciudad de Madrid sufrió el primer bombardeo de la aviación
franquista.
La Guerra Civil Española fue el primer acontecimiento del Siglo XX seguido, día a día, por corresponsales
llegados de todo el mundo. Entre ellos, numerosos fotógrafos que se encargaron de mantener, a través
del clic de sus cámaras fotográficas, fragmentos de historia que, gracias al soporte visual, se han
conservado hasta nuestros días. Los inolvidables Frank Capa y su compañera Gerda Taro (fallecida en la
batalla de Brunete) cubrieron la mayor parte del conflicto.
Madrid fué una ciudad sitiada. La aviación fascista no paró en incursiones por los barrios de Madrid,
causando víctimas inocentes y destruyendo hogares humildes. Las imágenes que se conservan muestran
cuerpos destrozados por las bombas y la metralla.
El pueblo de Madrid sufrió por creer en el nacimiento de una nueva sociedad, más justa, un estado
igualitario que buscaba ponerse al servicio de la sociedad. La República fue un soplo de libertad que se
desvaneció a la mismo tiempo que los bombardeos, y el dictador lo que infringió fué un castigo
desorbitado hacia las personas que continuaron fieles a ella.
En los primeros meses de la guerra el trágico balance de la aviación fascista, italiana y alemana, al
servicio del ejército sublevado franquista, produjo, según un artículo de La Vanguardia, fechado el día 1
de septiembre de 1937, 768 muertos y 3567 heridos, en los primeros doce meses de guerra, y continua
con el siguiente texto: “Madrid — Después de recoger cuantos datos oficiales existen y con ayuda de
archivos particulares, se han hecho el siguiente relato y resumen de los ataques cruentos por aire y
tierra (aviación y artillería) sufridos por Madrid, así como, el número aproximado de víctimas. No es
posible hacer un estudio exacto, pues no existen datos de las víctimas de los más sangrientos
bombardeos (Tetuán y Puente de Vallecas) y el enorme número de personas que no recibieron
asistencia en centros sanitarios públicos. Igualmente sucede con el número de proyectiles que en el
casco de Madrid han caído que, por no estallar o causar daños, no merecieron ser recogidos por las
autoridades. Además, no se han contabilizado los que han caído en las denominadas zonas de guerra,
barrios enclavados dentro de Madrid. Puede dar una idea sobre esto el hecho de que en un solo día
entraron sesenta proyectiles en el Palacio Nacional, enclavado en una de estas zonas de guerra”.
Victimas del bombardeo en el Barrio de Tetuán, 1936
El 6 de agosto de 1936, y a modo de ensayo, fueron apagadas por primera vez las luces de la ciudad. Al
día siguiente el apagón se retraso media hora y a partir del 9 de agosto se anuló la medida por creerla
en principio innecesario, pero durante el resto del mes de agosto se produjeron simulaciones de ataques
aéreos sobre Madrid que produjeron gran nerviosismo en la población. Los enemigos del régimen
trataron de reproducir la táctica de “paqueo” (disparar sobre los soldados) para sembrar la alarma.
El día 23, un aparato denominado el lechero arrojó su carga sobre el aeródromo de Getafe y las tres y
quince minutos de la madrugada del 27 de agosto de 1936, Madrid conoció por primera vez lo que era un
bombardeo real. Un avión enemigo sobrevoló a gran altura diferentes puntos de Madrid, pero en Cuatro
Caminos y Tetuan, lo hizo tan sólo a doscientos metros.
El avión arrojó proclamas para que los milicianos entregaran sus armas en los cuarteles. Después se
marchó a los aeródromo de Cuatro vientos y Getafe, y arrojó tres bombas en cada uno. Se produjo la
primera muerte de un soldado por bombardeo en Madrid.
Debido a ello, se facilitaron unas normas que los ciudadanos debían seguir y estas eran que no podían
salir a la calle si no era para buscar refugio y se prohibió el uso de los fusiles debido a su evidente
ineficacia.
El día 28 de agosto, a las once horas cuarenta y cinco minutos de la noche se produjo otro ataque aéreo.
El avión arrojó en la plaza del Castelar dos bengalas seguidas de dos bombas. Otras dos bombas cayeron
sobre un local socialista, donde se destruyeron dos coches y el balance fue de 16 heridos.
Madrid, bombardeo. 1936
En Madrid ya no volvieron a encenderse las farolas de gas y sólo contaron con luz las calles que tenían
alumbrado eléctrico. Aunque una relativa tranquilidad reinó durante todo el mes de septiembre y en los
primeros días del mes de octubre. A partir de entonces, el balance es escalofriante:
El 27 de octubre se bombardeó el barrio de Usera y el día 30 se registró la incursión más cruel. Al
atardecer, un avión que pasó desapercibido atravesó Madrid y dejó caer doce bombas. El resultado: 180
muertos y 279 heridos.
En el mes de noviembre los trimotores que volaban ya en escuadrilla de tres -y que el buen humor
madrileño los bautizó con el nombre de las tres viudas- y la artillería se repartieron el trabajo de
destrozar Madrid. Los primeros proyectiles de cañón cayeron el día 6 y los 21 proyectiles arrojados por
los cañones causaron un muerto y 21 heridos.
El día 10 regresó la aviación al barrio de Arguelles y destruyó la Editorial Hernández y la Estación de
Goya.
El día 14 se bombardeó la Glorieta de Atocha, quedando en algunos puntos al descubierto el túnel del
Metro. La artillería también lanzó algunos proyectiles en distintos barrios. Total en el día 62 muertos y
112 heridos. Sólo en la Glorieta de Atocha hubo 50 fallecidos.
El día 17 los aviones de Hitler y Mussolini regaron de bombas el Museo del Prado y sus alrededores. El
resto de la carga lo arrojaron en el Mercado de San Miguel. La artillería disparó unos 50 cañonazos. 11
muertos y 194 heridos.
La noche siguiente fue la más trágica de las sufridas por Madrid. Numerosos aviones dejaron caer sus
cargas en el centro de Madrid y en diversos barrios de la capital. Se vio como gran número de bombas
explosivas e incendiarias destruían los edificios y diezmaban a los ciudadanos de la capital, en la
entrada al Metro de la calle del Carmen, Hotel Savoy, Diputación Provincial, Noviciado de las Hermanas
de la Caridad, Calle de la Corredera, Ballesta, Valverde, Caballero de Gracia. Sólo en los sótanos de una
imprenta del Marqués de Santa Ana, hundidos por una bomba, quedaron sepultadas 150 personas que en
su mayoría perecieron.
Madrid, otoño de 1936-Barrio de Argüelles.
Fotografía de Robert Capa
El balance trágico de noviembre, fue aproximadamente, de más de 300 muertos y 1500 heridos.
El 2 de diciembre volvió la aviación. Catorce muertos y 53 heridos. Y el día 4 una bomba impactó en lo
que fue domicilio del ex presidente Largo Caballero, y quedó destrozada una modesta vivienda en la
calle de Santa Eugenia. Total 13 muertos y 53 heridos provocados por 50 bombas.
En el mismo mes, el día 16, se bombardeó Tetuán de las Victorias, y de forma sanguinaria, ya que se
persiguió a las personas que se iban al campo con fuego de ametralladora. Sólo en el casco de la ciudad
hubo 52 muertos y cerca de 300 heridos.
Nada más iniciarse el año 1937, y coincidiendo con las doce campanadas que marcan el paso de un año a
otro, la aviación franquista regaló a la población de Madrid doce proyectiles, para celebrar la llegada
del nuevo año.
El día 4 de enero se bombardeó de por segunda vez Tetuán de las Victorias, coincidiendo con el ataque
alemán de Las Rozas. Hubo 171 heridos y 8 muertos.
Días después los objetivos fueron el Colegio de La Paloma. Cuatro muertos, 7 heridos y 2 desaparecidos.
El día 10, los artefactos del dictador cayeron en un edificio de la Embajada inglesa, en la Casa de
Socorro del distrito del Hospicio. Cinco muertos y 37 heridos.
Victimas del bombardeo fascista en el barrio Tetuán de las Victorias, Madrid.
A falta de aviones y durante el resto del mes, fué la artillería la que se ocupó de destruir Madrid. Tan
sólo el día 23 de enero cayeron en el edificio de la Compañía Telefónica diez proyectiles.
El mes de febrero fue relativamente tranquilo. Una incursión por aire el día 18, con 18 muertos y 60
heridos; y diversos bombardeos de artillería. Resumen: 22 muertos y 68 heridos.
En marzo la aviación intervino los días 6, 16 y 20, alejándose del casco de la población, por funcionar
con eficacia las nuevas baterías antiaéreas.
El último bombardeo se efectuó sobre la Estación del Niño Jesús. El balance es el más benigno del año;
veintiún muertos y 61 heridos.
En abril de 1937 la artillería aumentó sus descargas. Durante el mes se lanzaron 816 proyectiles, con un
balance de 95 muertos y 695 heridos. El día más sangriento fue el día 23, con 20 muertos y 53 heridos.
El 1 de mayo se celebró con 32 disparos. Se recrudecieron los ataques y los días 22 y 30 cayeron
trescientos proyectiles cada uno. El resultado total: 994 proyectiles, 33 muertos y 220 heridos.
El mes de junio tuvo las mismas características. Los disparos aumentaron pero las bajas disminuyeron,
1159 proyectiles, 25 muertos y 70 heridos.
El día 7 de julio, fue el día record con cuatrocientos disparos y sus consecuencias fueron 18 muertos y
10 heridos.
Del mes de agosto no existen datos más que del día 6: 269 cañonazos con un sólo muerto y 26 heridos.
El balance del año 1937 bajo la metralla fascista fue de 5000 proyectiles, 768 muertos y 3567 heridos.
Cifras estremecedoras. Barrios destruídos, familias sin hogar. mujeres embarazadas, ancianos,
enfermos. Miles de vidas desaparecidas. Niños muertos. Cientos de mutilados, rescatados entre los
escombros. Niños de apenas varios meses de vida sin identificar, que quedaron abandonados a las
autoridades, quienes una vez atendidos procedió a evacuarlos.
Niños sobrevivientes de un bombardeo en el barrio Tatuán de las Victorias. Madridd
Ellos eran el futuro de la República.
Esos niños eran nuestros padres, y ahora el futuro somos nosotros.
María Torres.
Agosto 2011
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