—Quin es? —Yo soy. —Mis amos, twa .liznosna los cuatro santos

Anuncio
LAS
CONVEESLCION
Mt DOS CU&DEOt
Elteatrorepresentalsonbsda do unacasayes10 qua reprnezthecru$
dad.—(So oyo tooará la. puerta)
—Quin es?
—Yo soy.
—Que quieret
—Mis amos, twa .liznosna
los cuatro santos mirtirea corona
—Que tome.
—Dios me los corone de glc
(Nu0vo8 go1
—Quién ea?
—Yo soy.
—Qué quiere?
—Que recado niandan mis
versog de mu snd Carolina (Doroi
hacen el favor de hacerks pan m
tierro de ml arno Pachito, y que
espárrago y unos pensainientos bi
auce, y que encomienden a Dios
Is corona do espinas y por
yxne lee....
A Is puorM.)
mores, que aquf mandan los
do, y quo si sue mercedes lee
ana unas coronas pan el enlea inandan unas ramitaa de
ri ,onitos, y unos varejonee de
mi amo Pachito.
Cuadr.o segundo.
Saoo.
—AM tienen ustedes la pruea de que ]as coronas no estAii
en decadencia, como ci senor asguraba. Los difuntos son boy
I *flLcZO3SS DI VlAfl.
257
grabdes constimidores de ellas, pues van cubiertos do coronas
desde Ia coronilla de Is cabeza hasta las plantas (le los pi gs, tanto
que ya no ban menester mortaja. j Ojalá todas las modes fueran
tan econOmicas corno esta!
—Sf, senor, pero. en cambio, los eclesiásticg s etLn dejando cerrar one coronas; Is triple corona del Sumo Pontifice represents ya una autoridad temporal notablemente menoscabada,
y las testas coronadas estin de medio thu pan abajo, segun protenden los que estin mal con ellas.
—A lo que pudiera usted agregar, pot supuesto, que, si Is
democracia To algun dia corona4os sus esfuerzos, per supuesto
la corona dueal, Is corona de conde, Is corona de marques y la do
baron, corrermn Is misma suerte que las coronas imperiales, por
supuesto las reales.
—Pero apesar de todo eso, yo soetengo quo las coronas eatin ahora en todo an auge. En primer lugar, si Is triple corona
del Papa brilla en la actualidad con Snos esplendor, Victor
Manuel recogió con Ia punta de an sable Is corona do hierro
do los antiguos reycs do Italia, quo ya estarfa bien eninohecida
do tanto hallaree tirada en el suelo; en segundo lugar, I las colChas, cornucopias y macetas quo Antes decoraban las iglesias y
los altares, ban sucedido las coronas; los balcones on dia de pro..
cesion, con coronas y festones so engalanan; el vestido de gala
de Ins salones y do los comedores consieto en festones y corenas; 6. Is memoria do Ins muertos se consagran coronas, quo yemos colgadas, ya sobre 8U8 sepulturas y ya sobre Bus retratos; 6.
Is actriz 6 cantarina quo so distingue, se le arrojan ramilletes y
coronas....
—Y por sujuesto (perdónetne uRted si Ic interrumpo), por
supuesto pie esas coronas y esos ramilletes que so Ile-Tan al teatro prevenidos a sangre fria, por supuesto me bacon pensar quo
€1 entusiasmo de los que Ins arrojan al escenarlo, por supuesto
tiene mucho de premeditado y por supuesto de hechizo; hasta
se me figure quo de anternano se determine pot supuesto hater
uso tie ellos en ciertos y deterininados pasajes de Ia opera 6 del
drama.
—Pues, como iba diciendo, las coronas son comodin y penacea universal. 6 pildoras del doctor Moffat, que ra todo sirten y se aplican. Los muertos no las consumen sOlo del inodo
que so he dicho: a muchos se lee dedican coronas fiThebres en
osa y en verso; las nujeres que en vida no Ilegaron 6, ceflir
C corona do azahares, en muerte cuba otra pie da I entender
quo no ilevaron aquella; on fin....
17
258
CUAIICI Di OOØTUI
—Cuando yo venla do eatablec me en Bogoté, 70 be viefo
un cadaver que so conducia al cimen orb, é como 61 Ilevaba coronas do lord, 70 recd a algun del cm roy do decirme at el muerto habia estado un héroe, 6 yo fuf w rprentiido do entender quo
est4 no habia estado quo un mongue [e San Domingo.
—Es quo ci que las coronas fui ran do laurel, pot supuesto
no prueba sino .que el dominicano ad enterrado en tiempo do
aguuialdos, quo es cuando por supu sto abunda aquel artfcul&.
—Ni usted 10 hubiera extranath Mr. Blanzy, si supiera qua
nosotros no somos tan melindrosos c am los antiguos en is dccdon do inateriales pars, tegor coronai Do mirth habia de set Is
del general quo merecia is ovacion; ci quo libertaba ant plan
sitiada, ilevaba una corona do grams y yerbas silvestrea;' ci toinano quo salvabala vida a otro on u i combate, so encasquctaba
Ia corona civics, formada do ramas de !acina; y tan ciertoeaqtie
pars cada clue do coronas so buscab a indispensablemente clottos ingredientes, quo la corona pond cal so componia do celticma do buoy atestdas y rebutidas de I ipas de las victimas, lo quo
no dejaria do revolver las sups a I is sacerdotes, a 4. quieneaquiera quo tuviesen quo habérselas c in ellas.
—Ay! esas coronassenan b ids few; Quéfortunaes
que ahora podamos nosotros hacerla do lo quo so nos da Is gana Si esos senores quo dice el do tor hubieran conocido las
quo hacemos con chite y haste con 4 zrba de piedru, quo quedu
bo nzdt boniac, In habrian preferido i esas otras.
—Tiene usted razon, senorita. Y ustect tia Mónica, iqud
dice de eato do las coronas?
—To, qué voy a decir de eso l qué tengo quo vet con las
coronas, como no sea con Ia quo rezathos los hermanos terceros?
—Yo tàmbien meterd ml cuch'arada. En mis tiempos, los
quo etitraban 4. ejercicios espiri ;uales sacaban, cuando más, las
disciplinas de quo lea habian rovito pars el nilserere; shorn
cada ejercitante sale con una pr moràsa corond do fibres......
- ......"Quo tan slo dunn
Un breve instante, y niarchitadas luego,
Imágen son.................
'—Calla Is boca, nino ' ......cuando los grandes están hablando. . -.
—Y ya que se habla do esta materia, 1 por qué será, Coronal, quo Ins militates do estos tiempis yn no se coronan con las
coronas quo se lea ofrecen en las entrdas triunthles y so conten-
T RILACIONU DR 71*31.
260
tan con mostrarlas ensartadas en un braze 6 suspend Was en la
Ian= !
—Ah, mi senora, es porque la corona ceuida en Ins sienes,
no hqice juego con el corbatin, ni con Is blues, iii con los caizouS. Uséramos is clámide do los griegos y romanos y pudiéramos echar al sire un cásicas pantorrillas, y ya seria otra con.
—U$ed cree I.... no crea. - . - per Sa clLmides y pantorriilas que hubiera, 6. ml Be me pone que las cans de los militates habian de quedar lo mdi graciosas con corona.
eso es tan cierto; que un camarada mio que Be cubrió
do gloria coronando mm altura en Is campana de Venezuela, Be
dejó coroner real yr verdaderamente en una ciudad inmediata 6.
Is, altura que habia coronado él y a Ia vista de su novia, que era
tins muchacha muy linda, inejorando lo presente; yr aquel espectáculo produjo en ella tan poco favorable impresion, quo, no
obstante que ya faltaba muy poco para que mi camarada viese
coronados Bus deseos, ci consorcio no pudo tenor efecto.
,-r--Segun eso, no lee ha fattado razon a los que ban hectic
buatos 6 retratos de algunos de nuestros hombres eminentes,
cuando, pan poderlos coroner a la antigua, Ins ban convertido
en griegos 6 romanos, despojándolos de Is corbata y hasta do la
camist
—Por supuesto inc parece quo eon todo lo quo Be he diacutido aquf sobre este asunto Be podria per supuesto componer
otro discurso pot lix corona, come el que hizo merecer a Dem68teties Is corona do Ia elocuencia.
—Y despues do tanto hablar, no Be ha decidido Ia cuestion
de si lee coronae están 6 no actualmente en su mayor auge. Yo
deduzco do todo to dicho que, si bien las coronas 'sólidas y macizas como las de los soberanos no Be hallan per ahora muy en
bogs, yr aunque ya no abundan ni siquiera son conucidas la monedas Ilamadas coronas (en lo que Be les parecen todas las domu), las coronas en general están mu en moda quo nunca, yr
tanto quo este siglo no deberia liamaree el siglo do las luces, sino
el de lee coronas.
—Tiene usted razon.
—Verdaderamente.
—Asi es.
—Per supuesto, por supuesto.
Jost
MANUEL MARR0QUW.
Descargar