La expedición Malaspina y la ciencia española en la Ilustración

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CONFERENCIA 11 DE ENERO A CARGO DE DR. ANDRÉS GALERA
Tema: Malaspina 2010 y la exploración global del océano
Título: “La Expedición y la Ciencia Española en la Ilustración”
Resumen:
Finalizando el siglo XVIII, el rey Carlos III patrocina un viaje científico y político
alrededor del mundo planificado por el oficial de Armada española Alejandro Malaspina. Es un
proyecto audaz, donde ciencia y política convergen con la finalidad de reformar el imperio
allende los mares. Malaspina fue uno de esos españoles que, como explica el filósofo JeanJacques Rousseau, viajaron para aportar cosas útiles a su país. Y lo hizo enarbolando la
bandera del bien común, de la felicidad humana. Para alcanzar tal objetivo era necesario,
primero, observar minuciosamente la realidad, estudiar física y socialmente al hombre, pues las
ideas son el resultado de la experiencia; y, segundo, evaluar la información obtenida para
construir una sociedad más justa y equitativa al otro lado del Atlántico.
Dar una idea más precisa del globo en general, y del hombre que lo habita en particular,
fue, pues, el leitmotiv que identificó al proyecto malaspiniano conformado como un ambicioso
programa científico al servicio de la monarquía. La explicación es sencilla. La ciencia moderna
concibe la naturaleza como un sistema determinista. Si el universo esta ordenado, conociendo
sus leyes se puede controlar. Sin olvidar la dimensión tecnológica que el saber ofrece a la
explotación y comercialización de los recursos naturales. Con estos argumentos, la corona
quiso hacer valer sus derechos sobre las vastas posesiones de la monarquía y el Rey encargó a
la Armada explorar los territorios allende los mares. Un viaje convertido en símbolo de una
nación.
La ciencia náutica, el arte de navegar, representó el ámbito con mayor repercusión
política dentro de la expedición Malaspina. La configuración y la exacta situación costera, el
estudio de vientos, mareas, corrientes, y el conocimiento de todo cuanto pudiera afectar a una
rápida y segura navegación, constituía una información imprescindible para controlar el Nuevo
Mundo. Por su parte, las ciencias naturales simbolizaban un particular tesoro merecedor de la
máxima atención: pesca, minería, agricultura, farmacología, ganadería, industria maderera,
manguitería, metalurgia, eran valores de vital importancia para cualquier economía que la
corona no podía olvidar.
El día 30 de julio de 1789, al mando de los capitanes de fragata Alejandro Malaspina y
José Bustamante, las corbetas Descubierta y Atrevida parten de Cádiz rumbo a Montevideo. La
expedición no dio la vuelta al mundo pero exploró detenidamente tierras y mares de América,
Asia y Oceanía. Al regreso, el 21 de septiembre de 1794, las corbetas son dos naves cargadas
de conocimientos y experiencias. La alegría del retorno duró poco. La situación gubernativa
había cambiado. Transcurridos algunos meses, Malaspina se ve envuelto en una trama política
que da al traste con la expedición y le conduce al presidio coruñés del castillo de San Antón
condenado a de diez años de cárcel por conspiración. Con él cae en la ignominia y el olvido una
de las empresas náuticas más representativas de la Europa ilustrada, comparable a los viajes
precedentes del capitán Cook. Situación que ha durado más de un siglo oscureciendo
injustamente un episodio de nuestro pasado que merece ocupar un lugar destacado en la
historia de la ciencia europea.
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