Love/Amor - Laurence C Smith, PhD

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Now Then said Almitra, Speak to us of Love.
And he raised his head and looked upon the
people, and there fell a stillness upon them. And
with a great voice he said:
When love beckons to you, follow him,
Though his ways are hard and steep.
And when his wings enfold you yield to him,
Though the sword hidden among his pinions
may wound you.
And when he speaks to you believe in him,
Though his voice may shatter your dreams as the
north wind lays waste the garden.
For even as love crowns you so shall he crucify
you. Even as he is for your growth so is he
for your pruning. Even as he ascends to your
height and caresses your tenderest branches
that quiver in the sun,
So shall he descend to your roots and shake
them in their clinging to the earth.
Like sheaves of corn he gathers you unto himself.
He threshes you to make you naked.
He sifts you to free you from your husks.
He grinds you to whiteness.
He kneads you until you are pliant;
And then he assigns you to his sacred fire,
that you may become sacred bread for
God’s sacred feast.
All these things shall love do unto you that you
may know the secrets of your heart,
and in that knowledge become a fragment
of Life’s heart.
But if in your fear you would seek only
love’s peace and love’s pleasure,
Then it is better for you that you cover
your nakedness and pass out of love’s
threshing floor,
Into the seasonless world where you
shall laugh, but not all of your laughter,
and weep, but not all of your tears.
Love gives naught but itself and
takes naught but from itself.
Love possesses not nor would it be possessed;
For love is sufficient unto love.
When you love you should not say,
“God is in my heart,” but rather,
“I am in the heart of God.”
And think not you can direct the course
of love, for love, if it finds you worthy,
directs your course.
Love has no other desire but to fulfill
itself.
But if you love and must needs have
desires, let these be your desires:
To melt and be like a running brook
that sings its melody to the night.
To know the pain of too much tenderness.
To be wounded by your own
understanding of love;
And to bleed willingly and joyfully,
To wake at dawn with a winged heart
and give thanks for another day of loving;
To rest at the noon hour and meditate
love’s ecstasy;
To return home at eventide with gratitude;
And then to sleep with a prayer for the
beloved in your heart and a song
of praise upon your lips.
— Kahlil Gibran
The Prophet
1923
Entonces dijo Almitra: Háblanos del Amor.
Y él levantó la cabeza y contempló a la multitud
y el silencio descendió sobre todos.
Entonces dijo con fuerte voz:
Cuando el amor os llame, seguidle,
aunque sus caminos sean difíciles y escarpados.
Cuando sus alas te envuelvan, entrégate a él,
aunque la espada oculta en ellas
podría herirte.
Y cuando él te hable cree en él,
aunque su voz pueda destrozar tus sueños igual
que el viento del norte devasta los jardines.
Porque así como el amor te corona, igual te crucifica.
Así como te hace crecer, igual te poda.
Y aunque ascienda hasta tu altura y
acaricie tus más tiernas ramas
que se estremecen bajo el sol,
igual descenderá hasta tus raices y las sacudirá
de su abrazo a la tierra.
Cual gavillas de maíz os atará a su alrededor.
Te trillará hasta dejarte desnudo.
Te cernirá hasta descascararte.
Te molerá hasta lograr blanquearte.
Te amasará hasta dejarte maleable.
Después te destinará a su fuego sagrado,
para convertirte en pan bendito
para la fiesta sagrada de Dios.
Todas estas cosas hará el amor con vosotros
para que podáis conocer los secretos de vuestro corazón
y con ese conocimiento convertiros en un fragmento
del corazón de la Vida.
Pero si por temor sólo buscaras
la paz y el placer del amor,
será mejor que cubras tu desnudez
y te apartes de aquello
que es doloroso en el amor;
para entrar en un mundo sin estaciones,
donde podrás reír, pero no toda tu risa y
llorarás, sin derramar todas tus lágrimas.
Nada da el amor más que a sí mismo
y no toma nada que no sea de sí.
El amor no posee ni podrá ser poseido
Porque al amor le basta con el amor.
Cuando améis no debéis decir
"Dios está en mi corazón", sino más bien
"Estoy en el corazón de Dios".
Y no pienses que podrás dirigir el curso del amor,
porque el amor, si te encuentra digno de él,
será quien dirigirá tu curso.
El único anhelo del amor es el realizarse a sí mismo.
Pero si amáis y surgen los deseos de la necesidad,
dejad que estos sean vuestros deseos:
Fundirte y ser como un arroyo rumoroso
que canta su melodía a la noche.
Conocer el dolor de la ternura excesiva.
Ser herido por tu propia
comprensión del amor y
sangrar voluntariamente con regocijo.
Despertar al amanecer, con el corazón ligero y
dar gracias por un día más de amor.
Descansar al mediodía y meditar
sobre el éxtasis del amor.
Volver al hogar, al caer la tarde, con gratitud y
después dormir con una plegaria para
el ser amado en el corazón y un cántico
de alabanza en tus labios.
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