Una perspectiva antropológica de la transfusión sanguínea. Proyecto de doctorado en un contexto de diversidad socio-cultural1 (An anthropological perspective of blood transfusion. Doctoral project in the context of socio-cultural diversity) Liliana Gómez Cardona, Universidad de Montreal, Canadá Resumen: En este artículo presentamos nuestro proyecto de doctorado en antropología de la salud. El tema central de este concierne los aspectos sociales y culturales de la transfusión de sangre. En la primera parte, exponemos un breve recuento histórico de esta práctica médica y un resumen de la literatura científica (principalmente sociológica y antropológica) sobre la donación y la transfusión de sangre. Tras identificar la ausencia de estudios sobre las implicaciones simbólicas de este procedimiento y sobre el punto de vista de las personas que reciben sangre, planteamos nuestra problemática de investigación. Posteriormente, enumeramos las principales técnicas de la metodología cualitativa que utilizaremos para la recolección y el análisis de los datos en un hospital pediátrico en Montreal (Canada). Por último, presentamos los principales resultados que esta investigación aportará con miras a su aplicación en el medio clínico y comunitario y para el avance de las humanidades médicas. Palabras clave: antropología médica y de la salud, transfusión de sangre, diversidad cultural, pediatría, familias, humanidades médicas. Abstract: In this paper we present our doctoral project in anthropology of health, whose central theme concerns the social and cultural aspects of blood transfusion. We present a brief historical account of this medical practice and a summary of the literature on donation and blood transfusion (mainly sociological and anthropological). We introduce our research problem, after identifying the absence of studies on the identity and symbolic implications of this procedure. We also identified the importance to know the point of view of people who receive blood in a context of cultural diversity. We expound the main techniques we will use in our qualitative methodology. These techniques will be used in order to collect and analyze data in a pediatric hospital in Montreal (Canada). Finally, we present the main results we hope this research will provide for their application in clinical and community environment and for the advancement of medical humanities. Keywords: medical anthropology, blood transfusion, cultural diversity, pediatrics, family, medical humanities. 1 Agradecemos el apoyo financiero y humano del equipo GRTS (“Groupe de recherche en transfusión sanguine”) que llevó a cabo el proyecto “Risks and clinical benefits of blood product transfusions in children and adults ». Este fue subvencionado por el Ministerio de la Salud de Quebec (FRQS). Igualmente, agradecemos el respaldo económico de la Asociación de la anemia falciforme de Quebec y de la Fundación Sainte-Justine. Los fondos aportados por estas instituciones han sido fundamentales para el avance de esta investigación. Beneficiaria COLFUTURO 2007 Page 1 Introducción Desde la antigüedad, diferentes sociedades y civilizaciones utilizaron la sangría y el consumo de sangre como métodos para curar distintos problemas de salud. Un ejemplo de ello lo encontramos en los Egipcios, quienes se bañaban en esta sustancia con el objetivo de lograr la longevidad del espíritu (Meyer 2005, Roux 1988). Así mismo, los Romanos consumían la sangre de los gladiadores para combatir la epilepsia; y algunos pueblos nórdicos usaban esta sustancia en el tratamiento de la tuberculosis y la hidrofobia (Meyer 2005, Roux 1988). Sin embargo, fue la demostración experimental de la circulación sanguínea en el siglo XVII, la que permitió que se llevaran a cabo las primeras tentativas de transfusión de sangre. Inicialmente, esta técnica se realizó sobre dos animales (de un perro a otro) y de un animal (de un cordero o un ternero) a un ser humano. Según el pensamiento médico de la época, el cual estaba influenciado por la teoría de los humores y por algunas nociones vitalistas, se pretendía, no solamente traspasar la sangre del animal, sino que también se pensaba que características suyas como la docilidad, la paciencia y la fortaleza podrían transmitirse a la persona que recibía la sangre (Starr 2002, Lederer 2008). Durante los dos últimos siglos, la transfusión sanguínea se ha ido perfeccionando de manera significativa. Entre los principales conocimientos científicos que han hecho avanzar este procedimiento se encuentra el descubrimiento de los glóbulos rojos, de los leucocitos y del transporte de oxígeno en el siglo XIX. También contamos con el descubrimiento de los grupos sanguíneos, del factor Rh y el desarrollo de técnicas de conservación y fraccionamiento de la sangre en el siglo XX. A partir de la década de 1970, la transfusión y la colecta de sangre se fueron convirtiendo en procedimientos cada vez más importantes y rutinarios dentro de la medicina y los sistemas nacionales de salud (Starr 2002, Lederer 2008). Hoy, esta práctica terapéutica, que consiste en suministrar uno de los componentes de la sangre (como los glóbulos rojos, las plaquetas o el plasma) constituye un elemento esencial dentro de los cuidados de salud, ayuda a salvar numerosas vidas y a mejorar el estado de salud de millones de personas en el mundo (OMS 2009). La transfusión se emplea en múltiples contextos clínicos, como el tratamiento de enfermedades de la sangre (anemia falciforme, talasemia, leucemia, hemofilia) las cuales tienen repercusiones importantes sobre los pacientes y su entorno familiar. También es utilizada para contrarrestar las hemorragias que se producen durante las cirugías o tras un accidente, así como en los cuidados que requieren las cirugías cardiacas, el trasplante de órganos, los traumatismos graves y el tratamiento de tumores malignos. Si bien la transfusión de sangre es un proceso médico complejo, este sobrepasa el ámbito médico y sanitario. Más allá de los riesgos biológicos que conlleva2, los cuales han sido principalmente abordados por medio de métodos cuantitativos (Casteret, 1992; Lee y Mehta, 2003; Banning y Bormanis, 2006; Lee, 2006; Barrett y Moore, 2007; Al-Drees, 2008; Desmet y Lacroix, 2004; Marik y Corwin, 2008; Szekely y Cserep, 2009) la transfusión también tiene implicaciones de tipo social, cultural, religioso y ético (Kleinman, 1994; Muramoto, 2000, 2001; Gyamfi y Gyamfi, 2003; Loriau y Manaouil, 2 Principalmente la transmisión de enfermedades como el VIH, la hepatitis de tipo B y C, la sífilis, la enfermedad de Chagas y los riesgos transfusionales. Beneficiaria COLFUTURO 2007 Page 2 2004). Esto se debe a que, por una parte, la sangre es una sustancia cargada desde el punto de vista simbólico, que ha tenido múltiples connotaciones a través de la historia y que aún sigue ocupando un lugar importante dentro del imaginario de las distintas culturas humanas (Meyer, 2005; Starr, 2002; Schwarz, 2009; Roux, 1988 Así, la sangre ha sido con frecuencia un símbolo ambivalente, que representa la vida y la muerte, o algo puro e impuro. También ha servido para simbolizar los lazos familiares, la pertenencia a un grupo, a una clase social o a una nación. Igualmente, la sangre ha sido empleada dentro de ámbitos sagrados, como una ofrenda hecha a los dioses y para sellar pactos entre grupos humanos. Dentro de algunas orientaciones religiosas, su carácter sagrado sigue aún vigente y se puede ver reflejado en ciertos tabúes establecidos con respecto de su uso terapéutico (Meyer, 2005; Copeman, 2009; Grassineau, 2007; Henrion, 2007; Lederer, 2008; Strathern, 1992; Polsky, 2002). Por otro lado, los distintos valores y creencias asociados a la sangre también se pueden manifestar en la resistencia a donar sangre de forma voluntaria y gratuita en diferentes países de América Latina, África y Asia, y también dentro de algunas comunidades en países occidentales. (García y Saenz, 2003; Gallego y Muñoz, 2000; Starr, 2002, Charbonneau y Tran, 2013). Así mismo, la fuerza simbólica de la sangre se ve expresada en las distintas razones que hacen que las personas donen sangre (Godbout, 1995; Titmuss, 1997). Entre estas, la literatura socio-antropológica ha repertoriado el sentimiento de solidaridad, de deber patriótico (Copeman, 2011; Waldby, 2006), la búsqueda de perfeccionamiento personal (Copeman, 2011), de reforzar la identidad colectiva (Schwarz, 2009), la búsqueda de reconocimiento social y de participación a una comunidad civil. Igualmente, las percepciones que los donantes de sangre tienen de esta sustancia son diversas. Así, algunos piensan que la sangre que han donado sigue portando aspectos de su personalidad (Grassineau, 2007; Fantauzzi, 2008; Copeman, 2011; Schwarz, 2009), otras personas deciden no donar sangre (Copeman, 2011; Schwarz, 2009) y otras realizan ciertos rituales con miras a purificar a quienes reciben una transfusión (Schwarz, 2009). Por el contrario, hay otros donantes que afirman que la sangre sufre una alienación y que se convierte en una sustancia neutra después del don (Fantauzzi, 2008). Para otros, donar y recibir sangre conllevan la reactualización de la noción de familia y de alianza, la recreación de nuevas formas de parentesco (Grassineau, 2007) y hasta una especie de integración a la sociedad (Fantauzzi 2008). Por último, otro espacio en el cual se refleja la importancia simbólica de la sangre es el ámbito ético y, más específicamente, el aceptar una transfusión sanguínea. En efecto, pueden producirse conflictos alrededor de la firma del consentimiento informado debido a que las personas atribuyen diferentes valores y significados a la sangre, y a que la perspectiva y los valores del médico, el enfermo y la familia pueden ser diferentes (Lefrère y Rouger, 2010; Schwarz, 2009; Lederer, 2008; Lopez, 2009). Al respecto, encontramos entre los casos más conocidos, el rechazo de los Testigos de Jehová a recibir una transfusión de sangre (Kleinman, 1994; Muramoto, 2000, 2001). Otro ejemplo de conflictos alrededor de la firma del consentimiento informado de la transfusión de sangre ha sido documentado dentro de la comunidad amerindia de los Navajo en los Estados Unidos (Schwarz, 2009). Beneficiaria COLFUTURO 2007 Page 3 En resumen, la transfusión de sangre es un proceso complejo que transciende la dimensión biológica de la salud. Ella constituye un procedimiento que merece ser abordado desde el punto de vista de la identidad individual -de quienes participan en ella- y de la recreación de un sentido de colectividad. Dentro de este contexto, vale la pena preguntarse ¿qué sucede con las personas que reciben la sangre, con sus representaciones y su vivencia de la transfusión sanguínea?. Esta pregunta cobra aún más interés y actualidad, tras haber realizado una revisión bibliográfica exhaustiva, en la cual comprobamos que las personas que reciben transfusiones son poco presentes en la literatura científica. Problemática de investigación La transfusión de sangre, más allá de ser un simple procedimiento médico, constituye una práctica social y relacional, la cual está influenciada por los valores y los significados propios al entorno social y cultural específico en donde se practica. Si bien en la literatura científica se ha abordado el tema de la donación de sangre y la perspectiva de los donantes, pocas investigaciones se interesan en las personas que reciben una transfusión. Sin embargo, son varios los autores que ya han señalado la importancia de profundizar los aspectos sociales, culturales y relacionales de la transfusión sanguínea. Teniendo en cuenta la complejidad sociocultural de esta práctica y la escasez de estudios que han abordado la perspectiva de los receptores, nuestro estudio se interesa en la manera cómo las personas viven la transfusión de sangre y en el impacto que este procedimiento médico tiene sobre la concepción de sí, del cuerpo y de las otras personas que participan en él. Principalmente, nuestra pregunta gira alrededor de la identidad de los individuos que reciben sangre, de las representaciones que tienen de dicha sustancia, de los valores que entran en juego a la hora de aceptar y de realizar este procedimiento. Así mismo, nos cuestionamos sobre la imagen corporal de quienes reciben una transfusión de sangre, sobre la percepción que tienen de los donantes de sangre y sobre su relación con las otras personas que pasan por el mismo procedimiento médico y con las instituciones de salud implicadas en la transfusión. Nuestro proyecto de investigación se sitúa dentro de una corriente de la antropología médica interpretativa y crítica. Se trata de un intento de construcción y de puesta en práctica de una antropología de la salud que se interesa en los significados y las prácticas que tienen lugar en el espacio clínico y que, al mismo tiempo, tiene en consideración el espacio socio-político-económico más amplio en el cual estas realidades fenomenológicas y los desarrollos bio-tecno-médicos se inscriben. Nuestra perspectiva es doble: por un lado, intentamos observar la manera cómo un procedimiento médico como la transfusión de sangre es utilizado y significado por los actores concernidos; de otra parte, intentamos evaluar la influencia que esta, en tanto que tecnología aplicada sobre el cuerpo, tiene sobre la construcción de sí, sobre las identidades individuales y sociales y sobre el tejido social. Beneficiaria COLFUTURO 2007 Page 4 Referentes teóricos Los aspectos psico-sociales de las personas que reciben frecuentemente transfusiones de sangre debido a una enfermedad como la drepanocitosis y la talasemia han sido abordados en algunos estudios psicológicos y médicos (Saini y Chandra, 2007; Shaligram y Girimaji, 2007; Yalcin y Durmusoglu-Sendogdu, 2007; Burnes y Antle, 2008; Cheuk y Mok, 2008; Messina y Colombo, 2008). Dichos trabajos revelan que las personas que padecen de dichas patologías de la sangre hacen énfasis en la carga que tal tipo de anemia representa en sus vidas, más que en la transfusión en sí misma. Una interpretación de estos resultados dice que eso se debe a que dicho procedimiento se convierte en algo rutinario para las personas, lo cual lleva, entre otras cosas, a que la sangre pierda todo significado o connotación simbólica. Sin embargo, durante las entrevistas hechas por los investigadores que adelantaron estos estudios, algunos individuos expresaron tener distintas nociones relacionadas con la sangre y la idea de que a través de esta se pueden transmitir ciertas características personales (Faure y Roméro 2003; Prasomsuk, 2007). Entre los pocos estudios que se han interesado en las dimensiones psico-sociales de la transfusión sanguínea, se encuentran aquellos realizados por C. Waldby, H. Henrion y Oliviéro. En sus trabajos, estos autores señalan ciertos aspectos relacionados con la identidad que entran en juego de manera fundamental en las personas que reciben transfusiones de sangre. Con el fin de aprehender dicho fenómeno han propuesto el concepto de bioidentidad. Es importante aclarar que esta noción ha sido principalmente desarrollada en el campo del trasplante de órganos, debido a los diferentes factores biológicos y técnicos que distinguen este procedimiento de la transfusión de sangre. En primer lugar, los donantes de sangre son casi siempre personas jóvenes que gozan de buena salud, mientras que el donante de un órgano es a menudo una persona que ha fallecido. En segundo lugar, el trasplante de órganos tiene un impacto más fuerte sobre el cuerpo y deja más “marcas” que la transfusión, ya que esta transgrede menos la integridad corporal. Por último, contrariamente a lo que sucede con los órganos, la sangre es almacenada (en un banco), fragmentada y transformada en diferentes productos, lo cual contribuye a su despersonalización y a que sea asimilada a un medicamento (Waldby y Mitchell, 2006). Sin embargo, y a pesar de las diferencias que existen entre estas dos intervenciones, la mayoría de los estudios cualitativos revela que hay aspectos relacionados con la identidad que se encuentran presentes en la transfusión de sangre. Waldby y sus colaboradores (2004) desarrollan un poco más la cuestión de la bio-identidad, como algo que se activa en las personas que reciben una transfusión de sangre. Según estos autores, esta noción hace referencia a la comprensión que tiene un individuo de su cuerpo en tanto “suyo”; es esa especie de sentido común que nos dice que mi cuerpo es “mio”, la base de la identidad subjetiva y social (Waldby y Rosengarten, 2004). En este orden de ideas, consideramos que las fronteras de nuestro cuerpo son las fronteras de sí. Sin embargo, no siempre existe una correspondencia exacta entre el cuerpo y la identidad de sí, definida y coherente. Por el contrario, el sentido de sí se halla en tensión constante con respecto de los límites corporales. Es decir, las relaciones entre nuestro cuerpo y el mundo externo nunca son estables y delimitadas, sino que se encuentran en un estado fluido y de intercambios constantes. Las fronteras corporales se encuentran sin cesar atravesadas por la comida y las bebidas, por los materiales orgánicos (la sangre), por el aire, los microBeneficiaria COLFUTURO 2007 Page 5 organismos y por los intercambios que tenemos con otras personas. Dentro de este contexto, el concepto de bio-identidad incluye esa tensión dinámica, la manera como nuestra incorporación/embodiment sustenta y afecta, al mismo tiempo, la experiencia de sí (Waldby y Rosengarten, 2004), y puede ser, por ende, pertinente para comprender la experiencia de quienes reciben una transfusión sanguínea. Donar y recibir tejidos biológicos pone en juego la noción de bio-identidad de una manera compleja. Así lo vemos, por ejemplo, en una investigación adelantada por los autores citados, en donde estos se preguntan por el estatus de los tejidos corporales, una vez estos son separados de los donantes. Otra cuestión que surge dentro de este contexto tiene que ver con el hecho de que estos tejidos conserven o no ciertos aspectos de la identidad individual. Dentro de los hallazgos hechos por los autores, encontramos que algunas personas piensan que la sangre está impregnada de la personalidad del donante y que esta nunca es incorporada por la persona que recibe una transfusión. Por otro lado, la mayoría tiene dudas al respecto y considera que la sangre es un material ambiguo ya que pertenece tanto al otro (donante) como a sí mismo (receptor). Sin embargo, todas las personas están de acuerdo en cuanto al hecho de que esta sustancia está profundamente embebida de una “identidad-riesgo”, y que puede ser peligrosa o benigna. La noción de “identidad-riesgo”, según los autores, es un tipo de bio-identidad compuesta por ciertas categorías epidemiológicas que definen a los individuos3. Al respecto, y para el caso de la transfusión de sangre, nos preguntamos cómo las personas perciben la sangre y se perciben a sí mismas y qué lugar ocupa la transfusión sanguínea en ello. Otra noción interesante que alimenta esta cuestión ha sido expuesta por la investigadora C. Waldby. En un artículo publicado en 2002, esta socióloga propone el concepto de intercorporeality para aprehender las implicaciones sociales, psicológicas y fisiológicas de la transfusión de tejidos corporales. Dicha noción ha sido utilizada desde una perspectiva teórica feminista, para hacer referencia a la imagen corporal, entendida como el producto de relaciones sociales, las cuales son incorporadas/encarnadas, y constituyen el principal medio a través del cual se pone en relación la identidad con el cuerpo. Dicho concepto también da cuenta del hecho que las personas se encuentran implicadas las unas con las otras. En este sentido, la inter-corporeidad se halla en tensión permanente entre la esfera privada e intra-sensorial del cuerpo y la esfera pública del cuerpo-imagen. Esta última juega un papel importante en la vida cotidiana de las personas, en la construcción de su identidad y es el centro de negociaciones sociales. De acuerdo con Waldby (2002), los recientes avances técnicos de la medicina han hecho del interior del cuerpo un espacio disponible para el uso, el conocimiento y el intercambio. De esta manera, la parte interna del cuerpo humano se ha convertido en un espacio social y relacional, sobre todo a partir del siglo XX. Dentro de este contexto, la noción de encarnación resulta útil para aprehender las implicaciones y todo lo que conlleva la transfusión de tejidos orgánicos. Dicho concepto nos permite ver este proceso en su dinamismo y complejidad. Así mismo, la idea de inter-corporeidad/intercorporeality 3 Entre dichas categorías epidemiológicas, encontramos, por ejemplo, el ser portador de la hepatitis o el hecho de consumir drogas. Al respecto, Mol y Law (2004) nos ofrecen una reflexión interesante sobre las personas que padecen diabetes. Estos autores nos recuerdan que las categorías epidemiológicas son concepciones de sí utilizadas a menudo por la biomedicina. Sin embargo, estas categorías no dan cuenta de toda la complejidad de las vivencias de las personas, ya que estas experiencias también están formadas por otras dimensiones. Beneficiaria COLFUTURO 2007 Page 6 contribuye a desnaturalizar la relación entre los límites corporales y la concepción de sí mismo como une entidad compuesta de elementos separados y se plantea entonces como una herramienta conceptual que nos ayuda a pensar la confusión y la negociación de las fronteras corporales (entre el interior y el exterior del cuerpo), las cuales entran en juego en la transfusión de tejidos corporales. También es pertinente para pensar las identificaciones y “desidentificaciones” que se producen entre los donantes y los receptores de fragmentos corporales y las modificaciones que el receptor tiene de su identidad, y nos parece, por ende, pertinente para pensar la vivencia de la transfusión de sangre. En este orden de ideas, también es interesante el aporte hecho por T. Csordas con el concepto de embodiment/encarnación. Según la perspectiva teórico-metodológica de este autor, el cuerpo es un espacio en el cual la cultura y el sí se enraízan, y la “encarnación” se define a partir de la experiencia perceptiva-sensorial, de la “manera-de-estar-en-el-mundo” o de “ser-en-relación-con-el-mundo”. Así mismo, esta última es indeterminada puesto que no se define biológicamente, sino que es inacabada, es la fuente y el depósito de significados e implica algo que se comparte. La propuesta de Csordas busca ir más allá de los dualismos sujeto-objeto y cuerpo-espíritu (presentes en científicos sociales influyentes como Merleau-Ponty). También pretende trascender el dualismo estructura-práctica (presente en científicos sociales influyentes como Bourdieu). De acuerdo con Csordas, la noción de embodiment/encarnación permite aprehender la manera como nosotros, en tanto que objetos culturales, nos constituimos en el flujo indeterminado de nuestras vidas, y no en un proceso ontogénico ni durante la socialización de la infancia (Csordas, 1990, pp.40). Y en este sentido, nos parece una noción útil para aprehender el proceso de incorporación de la sangre dentro del propio cuerpo. Por último, es importante señalar que vemos los conceptos anteriormente presentados, como herramientas para pensar nuestro objeto de estudio y la información que recogeremos en nuestra investigación. Aunque nos apoyemos inicialmente en ellos, no constituirán una camisa de fuerza, sino que nuestra perspectiva teórico-metodológica es inductiva. Con ello queremos decir que nuestro trabajo empírico y su conceptualización formarán un proceso interactivo. Metodología y análisis Nuestra investigación seguirá una metodología cualitativa basada en observaciones etnográficas, entrevistas semi-estructuradas en profundidad y estudios de caso. La población al estudio estará compuesta por dos grupos. El primero de ellos, estará constituido por pacientes (30-35) que siguen algún tratamiento médico que incluye al menos una transfusión de sangre, así como sus familias y/o personas allegadas. El segundo grupo estará formado por médicos, enfermero(a) s y otros profesionales de la salud (trabajadores sociales y/o psicólogos) que trabajan en el campo de la transfusión sanguínea (10-15). En lo que concierne al segundo grupo (el de pacientes), este se dividirá a su vez en dos sub-grupos. Uno de ellos estará formado por niños afectados por problemas de salud agudos, y en cuyo caso, la transfusión de sangre y la relación terapéutica se hayan llevado Beneficiaria COLFUTURO 2007 Page 7 a cabo en un corto período de tiempo y en un contexto de cuidados intensivos. El otro subgrupo estará constituido por niños con problemas de salud crónicos, que hayan recibido varias transfusiones y que hayan seguido tratamientos de larga duración (como aquellos que padecen de una enfermedad grave como la drepanocitosis, la talasemia y la leucemia). Para la selección de la muestra también tendremos en cuenta la diversidad de género, cultural, de confesión religiosa y de nacionalidad. Nuestro trabajo etnográfico comprenderá tres técnicas complementarias: entrevistas semiestructuradas y en profundidad (mín. 40), observaciones participantes, conversaciones informales y estudios de caso en torno de 5 familias. En lo que respecta a las entrevistas semi-estructuradas, estas girarán en torno de la información autobiográfica y sociodemográfica, de la trayectoria terapéutica del paciente, de las ideas, conocimientos y creencias relacionados con la sangre, la transfusión sanguínea, el cuerpo y la donación de sangre, la decisión de realizar una transfusión de sangre, lo que se vive antes-durante y después de la transfusión y la socialización alrededor de esta. En lo que concierne a las observaciones etnográficas, estas se realizarán en torno de las actividades cotidianas de los pacientes (y sus familias). En la medida de lo posible, se planea realizar algunas observaciones alrededor de las reuniones entre los profesionales de la salud, los pacientes y sus familias. De la misma manera, los estudios de caso serán completados con la revisión de las historias clínicas de los pacientes, si estos, sus familiares y los profesionales de la salud están de acuerdo. Las entrevistas y las observaciones se consignarán por escrito en tablas de observación, se grabarán en formato audio y posteriormente se transcribirán en su totalidad. Realizaremos el trabajo de campo en el Hospital universitario Sainte-Justine, principal centro pediátrico de la Universidad de Montreal, Canadá. De manera más específica, accederemos a los pacientes que presentan casos agudos, en la unidad de Cuidados intensivos, y a los pacientes con casos clínicos crónicos, a través del departamento de Hemato-oncología. El Hospital universitario Sainte-Justine resulta de interés debido a que se encuentra ubicado en una ciudad cosmopolita, la cual cuenta con una población diversa desde el punto de vista social y cultural. En efecto, cerca del 31% de la población que vive en Montreal, nació fuera de Canadá (Statistics Canada 2007), y cada año llegan entre 30.000 y 40.000 nuevos inmigrantes de más de 100 países diferentes del mundo (Piché 2003,Gouvernement du Québec 2013) Así mismo, este estudio se realiza en el marco de un equipo de investigación compuesto por médicos y antropólogos afiliados al centro hospitalario mencionado.4 Este grupo está dirigido por nuestro co-director de investigación, el Dr. Jacques Lacroix (pediatra intensivista), y está integrado por nuestra directora de investigación Sylvie Fortin (PhD en antropología) y por los médicos M. Tucci, P. Jouvet, F. Gauvin, P. Robillard y H. Trottier5. En cuanto al análisis de los datos, este será de tipo temático. En primer lugar, procederemos a un análisis vertical, en el cual el material de cada entrevista se clasificará y analizará en sí, como un todo. Posteriormente, los temas que salgan de cada entrevista se 4 El acrónimo en francés de este equipo es GRTS, “Groupe de recherche en transfusion sanguine” (“Grupo de Investigación sobre la Transfusión de Sangre”). 5 El protocolo de investigación de este proyecto fue aprobado por el Comité de ética del Hospital Universitario Sainte-Justine en el verano 2013. Beneficiaria COLFUTURO 2007 Page 8 comprenderán a la luz de su contexto específico, es decir, de los datos socio-demográficos de cada uno de los pacientes y de su familia, de su trayectoria social, del itinerario de saludenfermedad específico. Luego, analizaremos los datos de manera horizontal, agrupando la información de todas las entrevistas según los temas desarrollados en estas, así como de los temas que emerjan. Este análisis nos permitirá tener una vista de conjunto de cada uno de los grupos de pacientes estudiado (pacientes transfundidos en contexto agudo y pacientes transfundidos en contexto crónico), lo cual comprende tanto las tendencias como la variabilidad interna de cada grupo con respecto de las categorías exploradas y de los temas emergentes. Finalmente, el tercer nivel de análisis será de tipo transversal, y permitirá poner en perspectiva la variable tiempo sobre la cual se desarrolla la trayectoria terapéutica (duración y velocidad del itinerario de la enfermedad) para aprehender mejor su papel e impacto sobre la experiencia de la transfusión, sobre la identidad de los actores y sobre el tipo y calidad de las prácticas sociales que se ponen en marcha alrededor de este procedimiento médico. Tal y como mencionamos al final del cuadro teórico, aplicaremos una perspectiva inductiva con el fin de favorecer la emergencia de categorías significativas para las personas estudiadas. Estas categorías constituirán los temas emergentes de nuestra investigación y llevarán a la revisión de los conceptos teóricos que se habían escogido inicialmente. Igualmente, utilizaremos como criterio de evaluación metodológica, la saturación empírica y la saturación teórica, es decir que cuando las respuestas que las personas den a los temas abordados comiencen a repetirse, consideraremos que se ha logrado un muestreo lo suficientemente amplio y detendremos la recolección de datos. Así mismo, y con el fin de verificar la calidad de la información, triangularemos los datos por medio de nuestras observaciones, recogiendo información de terceros, de informantes privilegiados y de documentos escritos. Por último, el método de análisis que utilizaremos es el análisis de contenido temático con una aproximación de creación de temas reiterativos, el cual consiste en leer repetidas veces el contenido de las entrevistas para ir decantando los principales temas (Given, 2008). Igualmente, intentaremos tener una posición reflexiva tanto durante la etapa de recolección de datos como en el momento de la interpretación y del análisis de estos. Dicha reflexividad se refiere a tener conciencia de las condiciones en las que se hizo la investigación así como de la influencia de los contextos teórico, político y cultural sobre nuestras relaciones con las personas que participan en el estudio (Alvesson y Skoldberg, 2009). Finalmente, se utilizará un programa informático de análisis de información cualitativa (NVivo) para la codificación de los datos. Resultados esperados Los resultados de nuestra investigación antropológica aportarán de manera original a las ciencias de la salud, y más puntualmente, al campo de la hematología y de la medicina transfusional. Ellos permitirán tener una mejor comprensión de los aspectos sociales, culturales, simbólicos y relacionales que entran en juego en una intervención médica como la transfusión de sangre. Aspectos sobre los cuales se conoce poco. Igualmente, este estudio contribuirá a mejorar el conocimiento de las necesidades y de las realidades de los Beneficiaria COLFUTURO 2007 Page 9 pacientes (y sus familias) que deben recibir una transfusión sanguínea, y de una población sobre la que se conoce muy poco: la población infantil. En este sentido, nuestro estudio constituirá un aporte innegable a la humanización de la medicina. El rol central que en nuestro estudio le daremos a la vivencia del paciente y de sus seres cercanos será una contribución importante a la humanización de la medicina. En este sentido, buscaremos ir más allá de la concepción mecanicista del cuerpo humano, como algo dividido en materia y espíritu y abordaremos el paciente en su multi-dimensionalidad, en la inextricable relación cuerpo-mente. Tendremos en cuenta la dimensión subjetiva de la enfermedad (illness), la manera cómo cada persona vive su estado de salud, su tratamiento, al igual que su entorno social, su contexto de vida. Escucharemos con atención lo que cada individuo y cada familia nos dice sobre sus valores y creencias y nos interesaremos en la manera como estos aspectos morales y simbólicos se relacionan con sus vivencias de la enfermedad y del tratamiento. Así, combatiremos la tendencia al reduccionismo biologicista, presente en las ciencias de la salud, y defenderemos una concepción del ser humano compleja, en la cual este está compuesto por dimensiones biológicas, culturales y sociales (Bibeau, 2013). Gracias a la escucha y a la atención que daremos a lo que las personas piensan y sienten, esta investigación combatirá el aislamiento y la exclusión en las que estas pudieren encontrarse. Al respecto, vale la pena anotar que varios de los pacientes que abordaremos en nuestra investigación, padecen ciertas enfermedades como la anemia de células falciformes, la thalasemia y la anemia de Blacfan Diamond. Dichas enfermedades son consideradas enfermedades raras y huérfanas y cuentan con poca atención por parte de las instituciones y de las compañías que financian la investigación en salud (Burnes y Antle, 2008; AAFQ, 2014). De esta manera, contribuiremos a llenar ciertos vacíos existentes en las ciencias de la salud. Otro de los aportes que nuestra investigación hará al campo de las humanidades médicas tiene que ver con el mejor conocimiento que daremos de la relación entre los pacientes (y sus familiares), los médicos y las enfermeras (agentes más cercanos durante la realización de una transfusión sanguínea). Así, complementaremos los estudios que existen sobre la aplicación de las técnicas y de los conocimientos relacionados con la transfusión (dimensión curativa), y daremos una información actualizada sobre la comunicación entre las personas involucradas y sobre la calidad de la relación terapéutica (dimensión de los cuidados). De esta manera, buscaremos disminuir la brecha, muchas veces enorme entre saberes clínicos y saberes prácticos (o entre saberes explícitos y saberes implícitos). Al respecto, vale la pena aclarar que no apoyaremos esta dicotomía (y jerarquización) establecida dentro del paradigma dominante de la biomedicina, en donde los conocimientos clínicos, la tecnología y la medicina basada en pruebas, se ubican por encima -y casi que de manera excluyente- de las actitudes y virtudes médicas (compasión, empatía, cuidados), del humanismo y de la experiencia clínica (Good y DelVecchio, 1993). Por último, una parte de los resultados de nuestra investigación serán aplicados en el medio clínico. Compartiremos nuestras conclusiones y estudios de caso en reuniones de trabajo y en talleres realizados con profesionales de la salud (médicos, enfermeras, trabajadores sociales, psicólogos). De esta manera, buscaremos sensibilizar al personal clínico respecto Beneficiaria COLFUTURO 2007 Page 10 de las realidades que viven las familias y de su comprensión y vivencia de la transfusión sanguínea. Por último, la relación que estableceremos con las familias que participarán en nuestro estudio, permitirá trazar puentes potenciales de apoyo institucional y/o comunitario. Uno de nuestros objetivos es el de aprovechar esta investigación para crear un lugar de encuentro y de intercambio de conocimientos y de vivencias entre las personas. Esto resultará especialmente pertinente en el marco de ciertas enfermedades que son consideradas raras y huérfanas, sobre las cuales se tiene poca información, tanto en el medio médico como entre la población en general. Bibliografía : Association de l’Anémie Falciforme du Québec. (2014). Qu'est-ce que l'anémie falciforme? www.anemie-falciforme.org/anemie-falciforme-drepanocytose.php#.U0q2mfl5NqU Al-Drees, A. M. (2008). Attitude, belief and knowledge about blood donation and transfusion in Saudi population. Pakistan Journal of Medical Sciences, 24(No.1), 74-79. Alvesson, M., y Skoldberg, K. (2009). Reflexive methodology : new vistas for qualitative research. Los Angeles, EU : SAGE. American Red Cross. (2014). Facts about blood http://www.redcrossblood.org/learn-about-blood/blood-facts-and-statistics. needs. Banning, M., Bormanis, J., Lander, N., Neurathm D., y Rock G. (2006). Current perceptions of Canadian autologous blood donors. Vox Sanguini. 91(No.2), 157-161. 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