Historia contemporánea: desde el siglo XVIII (1789) hasta el XX Emancipación de las colonias británicas: Nacimiento de los EE.UU. Esto ocurre por unas determinadas causas que se basaron en la difusión de las ideas ilustradas, y el descontento de las 13 colonias contra la metrópoli (Gran Bretaña) por la nula participación de las colonias en el parlamento británico, y la constante subida de impuestos y los nuevos sobre determinados productos tales como el cristal, té, papel... La chispa, que podía ser otra perfectamente, y que produce el levantamiento colonial, fue el llamado “botín del té” (en los que unos colonos, disfrazados de Indios, lanzaron té desde los barcos que iban a salir hacia Europa al mar) en Boston en el año 1773, duramente reprimido por las autoridades británicas. Eso produce entonces, la guerra de emancipación. Se inicia en 1775 y el 4 de julio de 1776 en Filadelfia se redacta la declaración de independencia (que es el primer documento político que recoge los principios ilustrados de igualdad, libertad, derechos individuales), encabezada por Jefferson. El ejército colonial dirigido por Washington, está apoyado por España y Francia. En 1783 se firma la paz de Versalles y Gran Bretaña acepta la independencia de los EE.UU. En 1787 se redacta la constitución que en 1789 queda definitivamente configurada. Revolución Francesa (1789—1799) Las causas determinadas fueron la difusión de las ideas ilustradas y el mantenimiento de la sociedad estamental y de los privilegios de la nobleza y clero, que se negaban reiteradamente a renunciar a ellos, pese a los intentos reformistas de los ministros “ilustrados” de Luis XVI (Calonne, Necker...) La rebelión de los privilegiados precedió a la revolución. Otra causa fue la crisis económica, sobre todo en la agricultura, por años de malas cosechas, que provocó subidas de precios, hambre y descontento popular. Como última causa, destacó la crisis financiera, déficit de la hacienda con gastos en la corte y guerras, como la de los EE.UU. La revolución contó con varias fases. Se desarrolló así: Convocatoria y reunión de los estados generales (desde mayo de 1789): Para aprobar nuevos impuestos, Luis XVI se ve obligado a convocar los estados generales (asamblea representativa de los estamentos que desde 1614 no se había reunido), aunque antes de la reunión, cada estamento publica los llamados “cuadernos de quejas” y el tercer estado (mayoritariamente burgueses) consiguen tener más representantes que los otros dos (clero y nobleza) juntos. Existe un problema, el del voto, estamental (por parte del clero y la nobleza), e individual (por parte del tercer estado), que provoca el abandono del tercer estado de los estados generales, reuniéndose en un local de juego de pelota, donde juran no separarse hasta dar a Francia una constitución. Se forma así la asamblea nacional. Tendrá dos fases: La asamblea constituyente (dura hasta 1791): Durante julio de 1789 se produce el asalto a la bastilla (cárcel política), en la que participa el pueblo de París por primera vez. Se declaran los derechos del hombre y del ciudadano y la constitución civil del clero. Se suprime los derechos feudales en el campo. Por último, se aprueba la primera constitución francesa (en 1791) que guarda una monarquía constitucional, y se dividen los poderes y la soberanía nacional. La asamblea legislativa (dura de 1791 a 1792): Se dividen y enfrentan dos fuerzas políticas entre sí. Unos fueron los Girondinos (Burguesía moderada) y que se sentaban en los escaños de la derecha. Otros eran los Jacobinos (Burguesía radical apoyada por los populares) y que se sentaban en los escaños de la izquierda y en los lugares más altos, de ahí el sobrenombre de “los montañeses”. El rey, Luis XVI, intenta bloquear la revolución utilizando el derecho al veto que le daba la constitución e intenta huir de Francia, aunque lo descubren en la frontera y lo devuelven a París. Austria y Prusia declaran la guerra a la Francia revolucionada. Ante el temor de que el rey conspiraba con los invasores Alemanes, en 1792 se produce el asalto a la Tullerías (palacio donde residía el rey) y la asamblea legislativa se disuelve y da paso a otra fase. La convención nacional (dura de 1792 a 1794): La asamblea legislativa se disuelve y da paso a una nueva convención. Es la fase más radical de la revolución, ya que dominan los jacobinos (izquierda), suprimiendo la monarquía y juzgando y condenando a muerte a Luis XVI. En 1793 se le ejecuta en la Guillotina y también a su esposa. Además, se redacta una nueva Constitución que establece en Francia la primera República. Se establece una auténtica dictadura de terror dirigida por Robespierre que ordena la ejecución de miles de enemigos políticos, incluyendo a miembros de su propio partido, como fue el caso de Dantón. Frente a esa situación se produce la reacción moderada en el mes de julio (termidor) de 1794. Los Girondinos dan un golpe de estado. Suprimen la convención y ejecutan a Robespierre. El directorio (desde 1794 a 1799): Se establece un régimen de república moderada. Se aprueba una nueva constitución que establece un poder ejecutivo en un directorio de 5 miembros. Un poder legislativo en una asamblea bicámera: Consejo de ancianos (la cámara alta) y consejo de los 500 (la cámara baja), y se consiguen importantes éxitos militares contra Austria, Prusia, y el imperio Otomano (Marengo y Egipto) donde adquiere gran prestigio el general Napoleón Bonaparte. El papel cada vez más relevante del ejército provoca el golpe de estado del Brumario (noviembre) de 1788, contra el directorio, que establece el Consulado. La Francia Napoleónica (1799—1815) Tras el golpe de Brumario, Napoleón Bonaparte establece varias etapas: Consulado (dura de 1799 a 1804): Es tripartito, donde él será el primer Cónsul y comparte poder con otros dos. En 1801 se convierte en único, vitalicio y hereditario con lo que Napoleón se convierte en un auténtico soberano. Napoleón ejerce el poder ejecutivo (es una dictadura disfrazada) y controla el legislativo, que se divide en tres asambleas. Se emprende una reforma en la administración del estado, centralizándola mediante la división en departamentos (prefecturas) controlados por Napoleón. Se firma un concordato con la santa sede, que restablece las relaciones entre la iglesia y el estado. La iglesia reconoce la nacionalización de sus bienes. El estado interviene en el nombramiento de cargos y en el sostén económico del clero francés. El imperio napoleónico (desde 1804 a 1815): Napoleón se hace proclamar emperador por el senado y se corona en Nôtre Dame ante el Papa. En el apartado de la política interior, continúa el programa reformista de la etapa anterior. Se hace una reforma fiscal (todos los ciudadanos pagan impuestos sin privilegios), se impulsa la economía (obras públicas e industrias), se controla la prensa a través de la censura y las subvenciones a artistas y escritores que ensalzan al emperador (legión de honor), y se redacta un código civil que consagra los principios de la revolución. En la política exterior existen éxitos del ejército francés contra los austriacos, prusianos, rusos, en Austerlitz, Jena, Eylau, Ulm... Solo resiste Gran Bretaña, que en 1805 derrota a la flota franco―española en Trafalgar e impiden el plan francés de invasión de Gran Bretaña. En 1807 Napoleón pone en marcha contra Gran Bretaña el bloqueo continental y para ello establece un sistema de control en toda Europa mediante el establecimiento de estados satélites (dirigidos por familiares), estados aliados, o territorios anexionados a Francia. En 1810 prácticamente toda Europa está controlada por Francia. En 1812 se inicia la campaña de Rusia y el fracaso de Napoleón, al mismo tiempo que en España, al tener que dividir esfuerzos, las tropas de Napoleón tienen que retroceder ante los éxitos de las guerrillas y el ejército anglo―español. En 1813, toda Europa se une contra Napoleón y le derrota en Leipzig (batalla de las naciones) desterrándolo en Elba. Pero, Napoleón se escapa, vuelve a Francia e instaura el llamado “Imperio de los 100 días” hasta 1815, en la derrota de Waterloo, donde le destierran a la isla de Santa Elena. La Restauración Se conoce como restauración la etapa que en la historia de Europa que sigue al imperio napoleónico desde 1815. Se llama restauración porque se intenta restaurar el antiguo régimen frente a la revolución francesa. Se restaura el mapa de Europa, y se restauran las dinastías derrocadas por la revolución o por Napoleón. La restauración se lleva a cabo en el congreso de Viena. El congreso de Viena fue una reunión internacional, en la que se reúnen representantes de toda Europa y fue dirigido por las potencias vencedoras de Napoleón (Austria, Rusia, Prusia y Gran Bretaña), y el alma del congreso fue el canciller austriaco Metternich. En ese congreso se decidió restablecer en sus tronos a los borbones (en Francia, España y Nápoles), restablecer el absolutismo (para ello intervino la santa alianza, integrada por Austria, Prusia y Rusia que apoyaban la religión cristiana y la monarquía absoluta), y se firmó la cuádruple alianza de Austria, Prusia, Rusia y Gran Bretaña para controlar y dirigir las relaciones internacionales. También se remodeló el mapa de Europa. Francia volvió a sus antiguos territorios; se formó la confederación germánica; Prusia gana territorios y se convierte en un estado muy poderoso; Rusia se expande hacia el occidente y ocupa Finlandia, Besarabia y gran parte de Polonia; Austria controla los ducados italianos de Parma, Módena y Toscana y se anexiona el norte de Italia (el reino Lombardovéneto); y nace el reino de los países bajos (Bélgica, Holanda y Luxemburgo) con la intención de frenar el expansionismo francés hacia el norte. Más al Norte de Europa, Suecia y Noruega se anexionan; y Gran Bretaña, que no consigue muchos territorios, consolida su potencial comercial en Europa y el resto del Mundo. El liberalismo y revoluciones liberales Pese al congreso de Viena y a los intentos de Restauración del antiguo régimen, las ideas revolucionarias siguieron por el camino del liberalismo y el nacionalismo. El liberalismo, se extendió, sobre todo, entre los burgueses y las clases populares de las grandes ciudades. Los liberales creían en la libertad individual, rechazaban el poder absoluto de las monarquías y la sociedad estamental, y defendían la soberanía popular, la separación de los poderes, la tolerancia religiosa y la implantación de regímenes constitucionales. Por otra parte, el nacionalismo. Se entendía, en el pensamiento revolucionario del siglo XIX, como una idea de independencia política, secesionista, y de respeto a las peculiaridades lingüísticas y culturales de los pueblos. Se extendió, sobre todo, por territorios que estaban sometidos a un poder extranjero (Grecia) o por aquellos que aspiraban a formar un estado político independiente (Italia o Alemania), del tipo unificador.