Escenas del cuerpo escindido. Ensayos cruzados de filosofía

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Taller de Letras N° 39: 163-207, 2006
CECILIA SÁNCHEZ
ESCENAS DEL CUERPO ESCINDIDO.
ENSAYOS CRUZADOS DE FILOSOFÍA,
LITERATURA Y ARTE
SANTIAGO DE CHILE: CUARTO PROPIO
Y UNIVERSIDAD ARCIS, 2005. 330 pp.
“Los escritos desplegados en el libro (…) los
presento en la dimensión de una segunda vida, a
ratos devaluada, sin encadenamientos deductivos
ni albergues moralizantes”.
Escenas del cuerpo escindido es un ensayo que
se compone de una amplia gama de artículos
que ven la luz entre los años 1998 y 2005. La
recopilación que en el libro se presenta da cuenta
de un vasto espectro de temáticas que abarca
también un recorrido a través de autores que
ilustran la disciplina de cada artículo. Es así
que dentro de la literatura sean mencionadas:
Diamela Eltit, Elvira Hernández y Guadalupe
Santa Cruz, entre otros; desde el ámbito de
la filosofía se recupera a George Bataille,
Simone de Beavoir, Jean Paul Sartre y Hannah
Arendt; por último desde una perspectiva artística se aborda a Gonzalo Rabanal, Samuel
Ibarra y Menashe Katz. La obra posee alrededor de 20 textos que han sido
publicados o leídos en actividades académicas; es por esta característica que
cada ensayo puede ser leído independientemente del siguiente; los textos se
sostienen sólidamente en su propia estructura textual, prescindiendo a ratos
de la unificación general del texto. Sin embargo, esta cualidad no invalida en
absoluto la posibilidad de leer el libro como una totalidad, puesto que, pese
a la heterogeneidad de temáticas y artículos, la recopilación se ve coherentemente unificada bajo el concepto de escena. Al amparo de este concepto
Sánchez articula una mirada que da cuenta de los paradigmas fundamentales
en los que puede verse involucrada esta noción. Es por ello que solo bajo la
atenta mirada de la integridad del ensayo puede desprenderse la configuración
y escenificación del cuerpo escindido.
El lenguaje en general del texto pone de manifiesto la interdisciplinaridad que se
enuncia desde el título. Frecuentemente se encuentran referencias a conceptos
teatrales, artísticos y literarios; esta peculiaridad genera un interesante entra■ 194
Reseñas
mado de alusiones que articulan el concepto final. Dentro de estos parámetros
es presentado el concepto de escena, en tanto que es expuesto como un cruce
de hilos, un espacio figurado en el que convergen las particulares figuras que
compondrán la escena: la actuación y la expectación. Actor y espectador se
opondrán en un encuentro de códigos que obligan a la escena a escindirse. Si
bien el concepto logra verse coherentemente estructurado, el lenguaje con el que
es expuesto complejiza un tanto la dilucidación cabal del concepto. Sin embargo,
esta particularidad no solo oscurece los conceptos, en algunos casos el código
multidisciplinar se torna una herramienta fundamental en el esclarecimiento
del sentido de lo enunciado; este es el caso de construcciones teóricas como la
noción de cuerpo, alusión que sitúa materialmente la abstracción con que son
tratados algunos temas.
El cuerpo en escena es uno de los grandes ejes temáticos que recorren el libro,
el tratamiento de esta cuestión lo posiciona como una reivindicación que intenta
develar la complejidad del entrometimiento del cuerpo en las distintas escenas.
Como consecuencia principal de esta mirada, se establece la recuperación de
la dimensión corporal del pensamiento. Es por ello que las temáticas que circundan los artículos se presenten desde una perspectiva “corpórea”, en la que
se da cuenta de un autor. La coherencia con que se expone esta reivindicación
se muestra en planos de la superficie textual como el proliferante uso de citas;
las que demuestran una intención por poner y exponer la materialidad de la
que se habla abstractamente en el contenido del artículo. El cuerpo de cada
artículo se hace visible, se pasa del comentario abstracto de la teoría, al cuerpo
sedente de la nota al pie, cita que expone al cuerpo que se mantiene oculto tras
la textualidad del autor de cada texto.
La corporalidad que se intentaría reivindicar a lo largo del ensayo se manifiesta
a partir de la propia autora; quien dentro de los artículos funciona desde una
explicita subjetividad que la ubica junto al lector, en el lugar de espectador, pero
a la vez de actor. La autora hace un recorrido que pone de manifiesto algunos de
los sujetos que han desarrollado una escritura, vida o pensamiento escénico; como
puede verse en Lumpérica y la palidez repetitiva de la escritura, refiriéndose a
la obra de Eltit, o Espectáculos del ojo cegado en George Bataille, en donde se
aborda, desde la obra del autor, el concepto de escena. Pese a que el recorrido
es amplio, queda el espacio suficiente como para distinguir los “sesgos” del
propio cuerpo productor de la última escena.
La autora propone poner el cuerpo en la escena, mediante su propia exposición, el develarse del cuerpo se transforma en un proceso de extrañamiento
indispensable para poder llevar a cabo la escisión del cuerpo. Es así que pueda
entenderse la exposición de las cartas amorosas que mantuvieron Simone de
Beavoir y Sartre, mediante el uso racionado con que Sánchez aborda el tema,
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se comienza a relevar el cuerpo del pensamiento. Este mismo efecto es el que
puede observarse en el texto Entramados escénicos y nombres de Patricio
Marchant Castro, donde se reivindica la “obra” del autor como una no-obra, un
anudamiento de hebras discursivas y fibras anímicas de las que se desprende
el sujeto autor del texto.
Las escenas del saber son mostradas como lugares de exposición de difícil
acceso, la complejidad de la entrada a estos radica en la hegemonía con la que
se han articulado desde el principio. Es por ello que dentro de estas escenas
surgen las reflexiones en torno al género que la autora incorpora, como puede
leerse en Los archivos del feminismo de Julieta Kirkwood. El hecho de que la
autora explique el género a partir de las escenas del saber, da cuenta del posicionamiento asumido en el momento de escritura. Las reivindicaciones entonces
se hacen explícitamente. El género es puesto en la escena desde una mirada
que examina lo marginadas que han sido las autoras de las escenas públicas del
saber, cuestión que puede verse en reflexiones como La aparición de las otras
en la escena de la polis. La perspectiva de género se encuentra indisolublemente
presente a lo largo de la obra; pero no como lugar de batalla o reivindicación,
sino como presencia ineludible del cuerpo tejedor de la escena general. La
autora nos invita a exponer el cuerpo desde su propio cuerpo femenino, que
también es expuesto.
Las alusiones al cuerpo escindido de este modo deben ser comprendidas en
tanto que el cuerpo en la escena es obligado a fragmentarse, escindirse y
reconstruirse. El escenario, en estos términos, del propio libro no deja de ser
bastante sugerente. La puesta en escena del propio Chile se presenta como
una figurada alusión directa, a lo que la autora llamará El cuerpo mórbido
de Chile en la consulta del médico. El representante así quedará supeditado
a la posición en extremo compleja del paciente, la analogía a la consulta del
médico, ciertamente no es gratuita, el cuerpo que se enfrenta al médico es un
cuerpo enfermo, que se apronta a ser diseccionado y sobreexpuesto sobre la
mesa clínica del médico.
Las lecturas en torno al cuerpo enfermo se posicionan como uno de los importantes
ejes de lectura que redundarán en parte fundamental del cuerpo escindido. Para
la autora la configuración plena de la escisión del cuerpo radica en el progreso
capitalista en que Latinoamérica y Chile se han visto envueltos. Es por ello
que la escisión del cuerpo es la marca textual/corporal que el capitalismo ha
impreso en nuestros cuerpos. La lucidez con que la reflexión política se hilvana
a la naturalidad del cuerpo da paso al descubrimiento de la autora de que todo
cuerpo en la actualidad es escindido. Para Latinoamérica, el cuerpo de la lengua
es presentado como una de las grandes escenas que se abarcan en el texto. El
cuerpo de la lengua es la herida para Latinoamérica, se ha desarrollado sobre la
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Reseñas
base de la mal-dición (280). El cuerpo idiomático latinoamericano se teje como
una escena importante, en donde se entrecruzan saberes y convenciones.
Las escenas que nos propone Sánchez son de carácter múltiple y se configuran
a partir de espacios corporales. Las alusiones del libro, en general, responderán
no sólo a las autorías, sino que problematizarán el sistema social en el que se/nos
desarrollan/mos; es por ello que la lectura del libro no se torna en lo absoluto
tediosa o en extremo ilustrada, puesto que las temáticas abarcan problemáticas
que ciertamente nos son reconocibles. Las Escenas del cuerpo escindido que
nos propone la autora se articulan como una invitación formal al lector a transformarse en un cuerpo. La puesta en escena del cuerpo es la manera posible
que la autora nos propone para escudriñar la enfermedad/herida del cuerpo, ya
sea del cuerpo mórbido de Chile o del vestuario del hombre y las cicatrices de
los géneros.
Margarita Calderón López
Pontificia Universidad Católica de Chile
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