Tú eras el huracán y yo la alta torre que desafía su

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Rimas de Bécquer
Tú eras el huracán y yo la alta
torre que desafía su poder:
¡tenías que estrellarte o que abatirme!...
¡No podía ser!
Tú eras el océano y yo la enhiesta
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roca que firme aguarda su vaivén:
¡tenías que romperte o que arrancarme!...
¡No podía ser!
Hermosa tú, yo altivo: acostumbrados
uno a arrollar, el otro a no ceder;
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la senda estrecha, inevitable el choque...
¡No podía ser!
G.A. Bécquer
1. Contenido del poema: en estos versos el yo poético se dirige a una mujer para expresar la
imposibilidad de su amor, ya que ambos amantes poseen, al parecer, caracteres incompatibles.
2. Características del Romanticismo reflejadas en este poema: aparición de una naturaleza
dinámica y violenta, reflejo del estado de ánimo del yo poético. Expresión de sentimientos y
emociones personales, por lo que prevalece la subjetividad; discurso movido por la pasión, no
por la razón, tono intimista. Mezcla de estructuras métricas o al menos métrica empleada con
libertad (no todos los versos miden lo mismo). Ojo: algunos habéis puesto “mezcla de verso y
prosa”; eso indica que no tenéis claro qué es la prosa. Usad el diccionario o el libro de texto
para intentar aclararos y, si aun así tenéis dudas, preguntadme, por supuesto.
3. Temas y rasgos típicos de Bécquer: en cuanto a los temas, aparecen en este texto de forma
bastante clara la vivencia amorosa y el pesimismo. Algunos habéis puesto “deseo de
expresarse a través de la poesía” y es un error porque este poema no habla sobre eso (aunque
sea un poema, y por tanto con él Bécquer se esté expresando a través de la poesía); en
cuanto a los rasgos de estilo, comprobamos el uso de un léxico sencillo (no hay ningún término
de difícil comprensión), así como el gusto por los paralelismos: las dos primeras estrofas son
enteramente paralelas, es decir, la estructura del verso 1 se repite en el 5; la del 2 se repite en
el 6; la del 3, en el 7. El cuarto verso se repite en el octavo y en el décimosegundo. En cuanto
a la rima, sabemos que Bécquer gustaba más de la asonante; en este caso, todos los versos
pares riman en consonante (-ér), pero la aparición de vaivén (-én) nos permitiría afirmar que
también en este texto utiliza el poeta la asonancia.
4. Figuras literarias: además de los ya mencionados paralelismos y la repetición de un mismo
verso (estribillo), que dotan al poema de mayor ritmo y musicalidad, eran fundamentales las
metáforas con las que el poeta describe el carácter de su amada y el suyo propio; para hablar
de lo arrollador de la personalidad de ella, la identifica con un huracán y con el océano,
mientras que él, orgulloso e incapaz de ceder, es una roca o una torre. Acentúa además la
resistencia de la torre con un epíteto: alta torre. Podemos hablar también de una aliteración en
el verso siete: no parece casual la repetición de la erre, un sonido fuerte como el carácter de
los personajes. En la última estrofa, destacan las elipsis de los verbos, ya que no aparece
ninguno, salvo el del estribillo. Se podría decir también que hay una antítesis al final, en
arrollar y ceder; de hecho, todo el poema juega con la idea de los elementos que chocan entre
sí, por lo que, en un sentido no muy estricto, podríamos hablar de antítesis a lo largo de todo
el texto.
Si necesitas alguna aclaración más sobre el poema o sobre las respuestas, no dudes en
preguntarme en clase o escríbeme un correo a [email protected].
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