Creso de Lidia (National Geographic)

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EL REY QUE NADABA EN ORO
CRESO
DE LIDIA
Gracias a su proverbial riqueza, ensalzada por todos
los autores de la Antigüedad, Creso hizo de Lidia el
reino más poderoso de Oriente Próximo, hasta su
conquista por Ciro de Persia en 546 a.C.
PEDRO GIMÉNEZ DE ARAGÓN SIERRA
DOCTOR EN HISTORIA ANTIGUA
R
ico como Creso» es un dicho que todavía hoy se usa
en inglés, en referencia a la proverbial riqueza de
quien fue el último rey de Lidia, en el siglo VI a.C.
Su leyenda, de origen griego, es semejante a la que
circulaba en torno al rey frigio Midas, quien había
convertido el Pactolo, que pasaba por Sardes, en un río de oro
al tocar sus aguas. Creso y Midas, que reinaron en distintas
regiones de la actual Turquía, eran casos ejemplares de cómo
la riqueza no aseguraba al ser humano una vida feliz. Pero
Creso no era un rico avaro, como Midas, sino un monarca
generoso. Heródoto narra que antes de la batalla final contra
Ciro de Persia, cuando éste invadió su reino, Creso «inmoló
tres mil cabezas de todas las especies de ganado aptas para
sacrificios y, además, levantó una enorme pira compuesta de
lechos repujados en oro y plata, copas de oro, vestidos de
BRIDGEMAN / INDEX
El rey Creso de
Lidia aparece en
lo alto de su pira
funeraria tras
ser condenado a
muerte por Ciro
el Grande. Ánfora
ática de figuras
rojas. Siglo V a.C.
Louvre, París.
LOREM IPSUM
CRESO EN LA
HOGUERA
OFRENDAS A DELFOS
KILOS DE ORO
PARA APOLO
L
EL EJÉRCITO
DE LIDIA
Tras suceder a su
padre Aliates, Creso
continuó la política
de conquistas de su
predecesor, con lo
que logró hacerse con
numerosos territorios
y riquezas. Arriba,
guerreros lidios en
un carro. Siglo VI a.C.
Biblioteca Nacional
de Francia, París.
púrpura y túnicas y le prendió fuego en la
esperanza de que con estas ofrendas podría
ganarse mejor el favor del dios; asimismo,
ordenó a todos los lidios que cada cual sin
excepción, sacrificara lo que pudiera».
A continuación, Creso ordenó reunir un
gran tesoro para enviarlo como ofrenda al templo del dios Apolo en Delfos. Según la detallada descripción que hace Heródoto, incluía
117 lingotes de oro, cuatro de ellos de oro puro,
con un peso de 65 kilos; la estatua de un león
de 260 kilos de oro puro, montada sobre un
pedestal de lingotes de oro blanco de 6.000
kilos; cuatro vasijas de plata, dos aguamaniles
de oro y plata, jofainas redondas de plata, una
efigie de oro de tres codos de altura, collares,
ceñidores y dos enormes cráteras, una de oro
de 221 kilos y otra de plata con una capacidad
de 11.000 litros, que los sacerdotes delfios
utilizarían a partir de entonces en las fiestas
C R O N O LO G Í A
ASCENSO
Y CAÍDA
DE LIDIA
El oráculo de Apolo en Delfos dijo a Creso:
«si cruzas el río Halys, un gran ejército será
destruido». El rey creyó que era un anuncio
de victoria, pero fue derrotado por Ciro.
primaverales de las Teofonías de Apolo para
mezclar el agua y el vino. Por último, Creso
obsequió a cada ciudadano de Delfos con dos
estáteros de oro, un tipo de moneda griega.
El bárbaro más peligroso
Las fastuosas ofrendas de Creso al santuario
de Delfos fueron tan sólo un aspecto de las
intensas relaciones que mantuvo el rey lidio
con el mundo griego. Su padre había llevado
la frontera del reino al río Halys, sometiendo
a Frigia a cierto vasallaje (probablemente consentido, como protección frente a las incursiones de cimerios y medos), y se había ex-
585 a.C.
Sube al trono de Lidia el rey
Aliates, hijo de Sadiates. El
nuevo monarca pone sitio
a la ciudad de Mileto, en
Asia Menor, durante seis
años. Extiende su dominio
en Esmirna, Caria y Frigia.
JEAN VINCHON
LOREM/ ART
IPSUM
ARCHIVE
617 a.C.
FUNKYSTOCK / AGE FOTOSTOCK
TEMPLO DE ATENEA PRONAIA EN DELFOS
El sabio griego Tales de Mileto
predice un eclipse solar, que tiene
lugar durante una batalla entre
Aliates y Ciaxares de Media. El
acontecimiento lleva a ambos
contendientes a firmar una paz
por temor a enfadar a los dioses.
ESTÁTERO DE ORO, CON REPRESENTACIÓN DE UN LEÓN Y UNA CABARA, ACUÑADO EN TIEMPOS DE CRESO.
pandido por la costa egea, sometiendo Caria,
región de la que procedía la madre de Creso
y que éste gobernó siendo un joven príncipe.
Cuando ascendió al trono, con 35 años, Creso prosiguió la política de sometimiento de
las ciudades griegas; de ahí que el gran historiador griego Heródoto dijera de él que «fue
el primero, que yo sepa, en iniciar actos injustos contra los griegos». Esta agresión sería
la causa del castigo divino que se cernió sobre
Creso, cuyo instrumento fue Ciro, el fundador
del Imperio Persa. Según Heródoto, Creso
cometió el error de invadir Persia, pero Jenofonte opina que el rey lidio fue más bien el
líder de una coalición de pueblos unidos para hacer frente a la expansión persa. En cualquier caso, la batalla del río Halys precipitó
el fin del reino de Lidia y de su dinastía.
Para salvar la contradicción existente entre
el hecho de que un monarca devoto de Apolo
fuera derrotado por un rey aún más bárbaro,
Heródoto forjó la historia del viaje de Solón
de Atenas, uno de los Siete Sabios de Grecia,
a Sardes, para entrevistarse con Creso; un encuentro imposible en la realidad histórica
puesto que Solón murió en torno a 560 a.C.,
cuando Creso comenzaba su reinado. El monarca lidio, después de mostrarle sus tesoros,
560 a.C.
547 a.C.
El hijo de Aliates, Creso, accede
al trono de Lidia. El nuevo rey
conquista Jonia, Eolia y Dóride,
además de Misia, Frigia y
Panfilia. Admirador de la cultura
griega, convierte su capital,
Sardes, en un importante centro
Tiene lugar la batalla del río
Halys, en Capadocia, en la que
se enfrentan el ejército lidio
al mando de Creso y el persa
liderado por Ciro el Grande. Sin
un vencedor claro, Creso se retira
con sus hombres a Sardes.
546 a.C.
Ciro derrota al ejército
lidio en la batalla de
Timbrea, cerca de Sardes.
La capital lidia, sometida
a un duro asedio, caerá en
14 días. Creso es hecho
prisionero por el rey persa.
LA CRÓNICA
DE NABÓNIDO
Esta tablilla forma
parte de una
serie, realizada
en época del rey
babilonio Nabónido,
donde se narran
acontecimientos
históricos. En ella se
cuenta que Ciro de
Persia conquistó Lidia
y mató al rey Creso.
Museo Británico.
BRITISH MUSEUM / SCALA, FIRENZE
BULLOZ / DEA / ALBUM
as ofrendas al santuario de Delfos fueron
una tradición entre los reyes de Lidia.
Según Heródoto, el tatarabuelo de Creso,
Giges, fundador del linaje de los Mermnada, «envió a Delfos cuantiosos regalos, pues
la mayoría de las ofrendas de plata que hay en
Delfos son suyas; y además de plata, ofrendó
gran cantidad de objetos de oro, entre los que
merecen una especial mención unas cráteras
que, en número de seis, fueron consagradas
por él. Las cráteras en cuestión se hallan en
el tesoro de los corintios y tienen un peso de
30 talentos [780 kilos]». Aliates, el padre de
Creso, fue el segundo monarca lidio en regalar
cráteras de metales preciosos al santuario
de Apolo en Delfos, para agradecer al dios el
haberse curado de una enfermedad. Según
cuenta Herodoto, «consagró en Delfos una
enorme crátera de plata y su soporte en hierro
soldado, obra del orfebre Glauco de Quíos, el
único hombre del mundo que, por aquel entonces, descubrió el modo de soldar el hierro».
MÁS ALLÁ DE ANATOLIA
¿ERAN LIDIOS
LOS ETRUSCOS?
L
a historia del reino lidio se divide en
tres dinastías: la atiada, formada por
dos reyes legendarios, Atis y Lido (este
último daría nombre al reino de Lidia); los
heráclidas, tal vez de origen hitita, que reinaron
entre el siglo XIII y el VIII a.C., y los Mermnada,
linaje iniciado por Giges al asesinar al último
heráclida, Candaulo, en el año 687 a.C. y continuado por Aliates y Creso. Los lidios hablaban
una lengua propia, el lidio, emparentada con
otras lenguas anatolias como el luvita, que se
hablaba en el sur, y el hitita, que se usaba en el
centro. Gracias a las inscripciones y monedas
halladas por los arqueólogos se ha podido constatar que el alfabeto lidio era similar al griego
y al etrusco. Esta última semejanza resulta
especialmente significativa, pues Heródoto
afirmaba que los etruscos procedían de los
lidios, y estudios filológicos recientes apoyan
su hipótesis. Algunos autores piensan que
la leyenda de Eneas fue, en principio, el mito
fundador de los lidios de Italia, los etruscos.
Reino de Lidia
Imperio persa
Ejército persa
de Ciro el Grande
ALA
MY
/ AC
I
EL SUPUESTO
TESORO
DE CRESO
Este bello pectoral
en forma de pájaro
pertenece al conocido
como «tesoro de
Creso», descubierto
en Turquía en 1965,
compuesto por cientos
de objetos de oro y
plata. En realidad,
perteneció a una noble
lidia. Siglo VII a.C.
Museo de Usak.
preguntó al sabio si había conocido a un hombre más feliz que él, y Solón mencionó a simples particulares que, habiendo vivido con
riqueza suficiente para cubrir sus necesidades,
murieron de forma honorable sirviendo a su
patria bien en la guerra, bien en la religión.
Ante la reacción molesta de Creso, Solón le
explicó que no puede juzgarse a un hombre
como feliz hasta el final de sus días. En efecto,
poco después de la partida de Solón el rey de
Lidia sufrió la pérdida de su hijo y heredero
Atys, atacado por un jabalí salvaje durante una
cacería. Cuando hacia el año 546 a.C. el victorioso rey persa lo condenó a
morir en la hoguera, Creso recordó a Solón. Al oír la historia
del sabio griego, Ciro decidió perdonar a Creso, lo incorporó a su corte e incluso siguió sus consejos en su guerra
contra babilonios y masagetas.
El historiador Jenofonte también sitúa a
Creso junto a Ciro, quien le dabaa lecciones
sobre la importancia de ser rico en amigos leales en lugar de atesorar metales. Otro historiador, Ctesias, añade que Ciro otorgó a Creso
el gobierno de la gran ciudad de Barene, cerca
de Ecbatana, con cinco mil caballeros y diez
mil soldados de infantería (versión ratificada
por Justino, que habla de la ciudad de Beroe).
Sin embargo el poeta Baquílides, quizá la fuente más cercana en el tiempo a los hechos, ex-
DAGLI ORTI / ART ARCHIVE
CARTOGRAFÍA: EOSGIS
Batalla
plicó en un poema que Creso se salvó de la
hoguera gracias a una lluvia enviada por mediación del dios Apolo y se exilió junto con sus
hijas en el país de los hiperbóreos, una región
situada en el norte de Europa. Una crónica babilónica, la Crónica de Nabónido, sostiene en
cambio que Ciro mató al rey de Lidia, pero la
interpretación es dudosa.
Tesoros bajo tierra
Las múltiples historias que circularon en torno a la riqueza de Creso no son, en todo caso,
simples tópicos o leyendas. Por ejemplo, cabe
atribuir a los frigios una de las invenciones
más duraderas y decisivas en la historia de la
humanidad: la moneda. Ello ocurrió probablemente bajo el reinado de Aliates, el padre
de Creso. Los lidios se habían especializado
en la fabricación de elector, una aleación de
oro y plata obtenida mediante el refinado de
las peptitas del río Pactolo, con elevados porcentajes de ambos metales. En un mundo en
el que el oro y la plata habían adquirido un
valor altísimo como bienes de cambio, el sello
que Aliates puso a sus piezas de electro supuso una garantía de calidad tal para el mercado
de la época, que pronto todo Estado que se
preciara incorporó su sello a los metales preciosos refinados en sus talleres metalúrgicos.
Por otra parte, las misiones arqueológicas
en Sardes, desarrolladas por la Universidad de
Princeton (1910-1922) y las de Harvard y Cornell (desde la década de 1950), han ratificado
cuanto narran las fuentes literarias respecto a
la riqueza del reino de Lidia. Se ha descubierto,
por ejemplo, la refinería en la que los metalúrgicos de Sardes realizaban su trabajo de fusión
y depuración de las pepitas recogidas en el lecho del Pactolo. Las primeras monedas con el
símbolo del león datadas en época de Aliates
eran de electrum, mientras que fue Creso quien
estableció el sistema bimetálico emitiendo por
primera vez monedas de oro y de plata.
Cabe suponer, igualmente, que los ajuares
funerarios con los que se enterraron los reyes
lidios debieron de ser fastuosos. De las dimensiones de las tumbas lidias da idea el túmulo del rey Aliates, en la necrópolis de Bin
Tepeler; su circunferencia de 1.115 metros
hace que pueda equipararse en grandiosidad
a las pirámides egipcias, a las que incluso es
probable que superara en riquezas. Aunque
los túmulos de estos reyes fueron saqueados
ya en la Antigüedad, se ha podido recuperar
un espectacular ajuar lidio en la localidad de
Usak, 130 kilómetros al este de la antigua Sardes. Sus 363 objetos, conservados actualmente en el museo de Usak, después de pasar no
pocas peripecias, correspondían a una princesa lidia, pero su suntuosidad no deja de hacerle acreedor del nombre que se le dio en el
momento de su descubrimiento: «Tesoro de
Karun», denominación árabe de lo que sería
para nosotros el tesoro de Creso.
Para
saber
más
ENSAYO
El oro: historia de una obsesión
Peter L. Bernstein. Punto de Libro,
Madrid, 2003.
TEXTO
Historias. Libro I
Herodoto. Gredos, Barcelona, 2005.
INTERNET
bit.ly/16dlxcS
LA SARDES PERSA
Y ROMANA
Tras la conquista de
la capital de Lidia por
Ciro el Grande, en
546 a.C., Sardes se
convirtió en la capital
de la satrapía persa
del mismo nombre. En
la imagen, el pórtico
del gimnasio erigido
por el emperador
Septimio Severo
en el siglo III d.C.
LA DERROTA
FINAL DEL
REY CRESO
La ofensiva de los persas de Ciro el Grande
contra los lidios llegó hasta la misma
capital del reino, Sardes, en el año 546 a.C.
Creso confiaba en que sus fortificaciones
resistirían, pero tras tan sólo catorce días de
asedio un soldado persa localizó un punto
débil en las murallas y mostró el camino a
sus compañeros. «De este modo Sardes
fue tomada y toda la ciudad entregada
al saqueo», escribe Heródoto.
Cautivo de los persas
Durante la confusion que
siguió a la caída de Sardes, un
soldado persa vio a Creso y,
como no lo reconoció, fue hacia
él con la intención de matarlo.
Según cuenta Heródoto, el rey,
deprimido por la derrota, no había
tomado precauciones y no opuso
resistencia al atacante, como si
no le importara morir.
Salvado por el hijo mudo
Apareció entonces el hijo del rey,
un joven sordomudo del que el
oráculo de Delfos había predicho
que hablaría en un día funesto
para Creso. Según Heródoto, al
ver cómo atacaban a su padre, de
repente rompió a hablar y exclamó:
«¡Soldado, no mates a Creso!»
Tras estas palabras, ya pudo
hablar durante toda su vida.
EL HIJO SORDOMUDO DEL
REY CRESO DE LIDIA HABLA
POR PRIMERA VEZ AL VER
CÓMO UN SOLDADO PERSA
ESTÁ A PUNTO DE MATAR A SU
PADRE. ÓLEO POR SALVATOR
ROSA. 1664. GALERÍA DE ARTE
DE ADELAIDA.
presencia de Ciro el Grande, que inicialmente pensó
ejecutarlo; a tal fin, «mandó erigir una gran pira y a ella
hizo subir a Creso cargado de cadenas». Pero Creso
invocó a Apolo entre lágrimas y una lluvia torrencial
apagó el fuego de la pira. Con sus palabras logró
conmover a Ciro, que «le quitó las cadenas, lo hizo
sentar a su lado y le trató con extremada cortesía».
ART GALLERY OF SOUTH AUSTRALIA, ADELAIDE
Perdonado por Ciro. Creso fue llevado luego a
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