La Bulimia Nerviosa

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La Bulimia Nerviosa
La bulimia es un trastorno mental que se caracteriza por
presentar episodios de «atracones» seguidos de auto-purgación
(lo cual significa ingerir compulsiva y desmesuradamente grandes cantidades de comida en un periodo muy corto de tiempo,
seguido de variados intentos de deshacerse de las calorías),
con la finalidad de auto-castigarse por aquello de lo cual de
forma arbitraria se culpan.
Casi siempre, las conductas tendentes a evitar el aumento
de peso, suelen ser tales como:
- El ayuno.
- El ejercicio físico excesivo y de forma compulsiva(exagerada).
- Utilización de medicamentos laxantes y/o diuréticos.
- Vómitos provocados.
La persona que padece bulimia tiene un intenso temor a
engordar, junto a una falta de control sobre su alimentación y
sentimientos de culpabilidad y autodesprecio.
Los síntomas de la bulimia tienen una relación directa con la
auto imagen que perciben de ellos mismos, como se ven o
como se sienten acerca de situaciones particulares que crean
angustia y ansiedad.
Estos episodios surgen igualmente, para evitar o dejar salir
sentimientos de rabia, decepción o depresión.
El estrés, la ansiedad o incluso la infelicidad, pueden ser las
claves detonantes que precipitan estos comportamientos.
Las mujeres y hombres con bulimia, son generalmente conscientes de que sus hábitos alimenticios no son normales.
Fascinados por el efímero placer que les produce la comida, se
hacen esclavos de revistas y libros de cocina que contienen
recetas y disfrutan con las discuciones sobre temas relacionados con dietas extraordinarias.
En ocasiones, los bulímicos pueden presentar cuadros de
anorexia nerviosa entre períodos de atracones y purgaciones,
lo cual representa un peligro adicional.
Transcurridos los momentos en los que se ingieren grandes
cantidades de comida rápidamente, les sucede un agudo
sentimiento de culpa seguidos de purgaciones, con ausencia
total de control sobre los hábitos alimenticios, regularmente
acompañados por el abuso de pastillas (laxantes, diuréticos y
para dietas), de planes de ejercicio y dietas rigurosas y una
permanente preocupación por el cuerpo y sus dimensiones.
Todas estos comportamientos, pueden ser síntomas de
alerta, que indiquen que alguien probablemente sufre de bulimia nerviosa.
Al igual que la anorexia nerviosa, es más frecuente en la mujer
que en el varón, en una proporción de 10 a 1, presentándose
alrededor de los 20 años (o antes) y muy especialmente tras
haber padecido una anorexia nerviosa o haber hecho regímenes de adelgazamiento.
Es importante destacar que la bulimia no es una manía ni un
mal comportamiento: es una enfermedad psiquiátrica.
Su descripción se recoge en la Clasificación Internacional de
Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud, como
«Transtornos de la Conducta Alimentaria» y en la Clasificación de los Trastornos Mentales de la Asociación Psiquiátrica de
los Estados Unidos.
En la mayoría de los casos, la bulimia comienza tras haber
realizado dietas de adelgazamiento excesivas o sin control
médico o en el curso de una anorexia nerviosa (se sabe que un
50% aproximadamente de los casos de anorexia evolucionan
hacia el padecimiento de una bulimia). En ambos casos, la
excesiva restricción alimenticia conduce al deseo imperioso y
patológico de ingerir grandes cantidades de comida.
Frecuentemente, existe el antecendente de obesidad y hábito de comer en exceso, y padecimiento de trastornos de personalidad, de ansiedad, conductas impulsivas/compulsivas o depresiones.
La bulimia es más frecuente que la anorexia nerviosa. Los
estudios sobre su frecuencia en la población juvenil femenina
varían, indicando que entre 3 y 10 chicas de cada 100 la padecen
Síntomas de bulimia
Es importante tomar en cuenta, que la bulimia se manifiesta
en diferentes formas y puede presentar signos diversos.
Las formas de purgación varían igualmente de persona a
persona.
Algunas víctimas, después de sufrir atracones, hacen ejercicio compulsivo como jogging o aeróbicos, con el fin de quemar
las calorías ingeridas.
Otros se auto-inducen al vómito, toman laxantes o ayunan los
días siguientes al episodio.
No es extraño que hombres y mujeres con bulimia, utilicen
pastillas para quitar el apetito con el fin de controlar su ansiedad
y evitar el atracón, o que igualmente, utilicen diuréticos para
perder peso. (Cuyo efecto es falso, pues la utilización de estos
medios, realmente producen una sensación momentánea de
perder peso, pero el cuerpo al rehidratarse vuelve a su estado
normal, desapareciendo así, la sensación producida).
Quienes sufren de bulimia nerviosa, probablemente comprará y guardará comida para los atracones posteriores de forma
secreta, sufriendo grandes fluctuaciones en su peso.
Cuando podamos sospechar cualquier posible síntoma de
bulimia, es fundamental ser observador, pues estos síntomas
pueden ser muy sutiles, ya que las personas con este trastorno
lo practican en secreto.
Es importante vigilar la despensa y llevar un buen control (de
forma sutil, si la persona que sufre de bulimia está realmente
enferma y se da cuenta de ello, podría tomar medidas para
ocultar aún más su enfermedad) de los alimentos calóricos,
como pueden ser las golosinas, galletas, pastelitos, bizcochos... Si sospechas que alguien puede estar enfermo, es la
hora de hablar (no regañar) con el/ella e intentar averiguar la
verdad.
Si admite sufrir ataques de bulimia, llévelo a un médico
especializado.
En una persona bulímica, pueden observarse varios de los
siguientes síntomas (o todos):
- Alteraciones del comportamiento:
Suele darse en jóvenes , con frecuencia tras haber padecido
una anorexia nerviosa, aunque no necesariamente.
En ocasiones han sido anteriormente algo obesas o han
hecho regímenes de adelgazamiento.
La enfermedad suele pasar desapercibida durante mucho
tiempo, ya que la persona enferma trata de ocultarla por todos
los medios a su alcance.
La persona enferma toma considerables cantidades de comida, especialmente dulces, rápidamente o en forma de «atracón», generalmente a escondidas o cuando está a solas, por la
noche.
La comida se toma de la propia casa o se compra, pudiendo
llegar a gastar en ella considerables cantidades de dinero.
Tras los episodios de voracidad suele vomitar a escondidas
o ayunar durante uno o dos días, o hacer excesivo ejercicio
físico, o tomar laxantes o diuréticos para evitar el aumento de
peso.
- Signos y síntomas físicos y psíquicos:
Sensación de debilidad, mareos (por hipotensión arterial),
dolor de cabeza, hinchazón de la cara (por aumento de tamaño
de las glándulas salivales y parótidas), erosión del esmalte
dental (por los vómitos), caída del cabello, irregularidades
menstruales, frecuentemente padecen depresiones (50% de
los casos), conductas compulsivas, trastornos de ansiedad,
baja autoestima y otras alteraciones psíquicas.
Desarrollo
La bulimia generalmente empieza en la adolescencia o en la
vida adulta temprana y es mucho más común en las mujeres
que en los hombres.
El desarrollo puede ser crónico o intermitente durante muchos años.
Generalmente los atascamientos se alternan con períodos
de comer normales o con períodos de comer normales y
purgaciones.
En los casos graves, puede haber alternancias de atascamientos y purgaciones sin períodos de comer normales.
Tratamiento
El tratamiento de bulimia generalmente consiste de la psicoterapia individual, de grupo y/o familiar, y la orientación
nutricional.
Según el estado de salud física del paciente, habrá mayor o
menor control del comer y del ambiente total de la persona.
Cuando el atascamiento y la purgación han conducido a un
peligro físico extremo, se necesita la hospitalización médica o
Autoayuda
Para posibilitar una recuperación completa, una persona con
bulimia debe:
1.Participar activamente en el plan de tratamiento.
2.Completar el programa de hospitalización cuando sea
necesario.
3.Mantenerse dentro del peso proyectado, con un intervalo
de tolerancia.
4.Funcionar independientemente en las actividades cotidianas.
5.Asistir regularmente a la psicoterapia individual, de grupo
y/o familiar.
6.Visitar a su medico regularmente para proteger su salud
física.
7.Demostrar actitudes eficaces para hacer frente a las cosas.
8.Pedir la asistencia cuando sea necesario.
9.Ser honesto(a) con su terapeuta y médico. No retener
información.
Confrontando la recaída
Cuando aparecen signos de recaída , el paciente siempre
debe contactar al médico y al terapeuta de inmediato.
Los signos de la recaída pueden incluir un aumento o una
disminución de peso fuera del intervalo proyectado; un aumento en cualquier comportamiento adictivo (alimentos, ejercicio,
drogas, alcohol); reducción del apetito o de la capacidad para
comer; el reacontecimiento de atascarse, purgar o vomitar; el
uso de las pastillas de dieta o de diuréticos; o un aumento o una
disminución marcada en el reposo.
¿Qué consecuencias puede tener
una bulimia?
La bulimia es una enfermedad grave que puede producir
serias complicaciones médicas:
- Alteraciones digestivas: colon irritable, megacolon, reflujo
gastrointestinal, hernia hiatal, perforación esofágica, dilatación
y rotura gástrica, pancreatitis.
- Alteraciones metabólicas: descenso de glucosa, cloro,
calcio y potasio en sangre.
- Deshidratación.
- Alteraciones cardíacas: prolapso de la válvula mitral y
arritmia, con riesgo de muerte.
- Otras alteraciones pueden ser del tipo genitales, óseas y
renales.
La mortalidad es superior a la de la anorexia, falleciendo por
complicaciones médicas derivadas de los «atracones», vómitos y uso de laxantes, o por suicidio.
Algunas causas que perpetúan la
Bulimia Nerviosa
Problemas de
la Alimentación
Las respuestas físicas al atascamiento o dietas restrictivas
pueden ser parcialmente responsables de este ciclo insidioso
y perpetuo.
Algunos expertos creen que el metabolismo se adapta al
ciclo bulímico de atascamiento y purgación mediante la
desaceleración, aumentando de ese modo el riesgo de subir de
peso y perpetuando el proceso.
El proceso de vomitar y el uso de los laxantes puede estimular la producción de opiaceos naturales, narcóticos en el
cerebro que causan una adicción al ciclo bulímico.
Otros investigadores creen que las personas con bulimia
tienen una cantidad baja de serotonina, un producto químico
en el cerebro que reduce la depresión y el estrés.
El comer dulces aumenta la serotonina, de ese modo provocan una dependencia psicológica en el aspecto atascador de
la bulimia.
Información en Internet
Este trìptico se ha confeccionado con la información de la
«Fundación Virtual Ícaro», dedicada a los problemas alimenticios.
La
Dirección en Internet:
http://members.xoom.com/FundacionIca/
Bulimia
Nerviosa
Para más información:
en el
del
© JOSÉ ANTONIO MORENO
psiquiátrica y todo comer y toda función eliminatoria se controlan y son vigilados cuidadosamente a cada momento.
Conforme se pongan bajo control los síntomas y el peso suba
y se estabilize, el control regresa gradual y lentamente al
paciente.
A todos los niveles de cuidado, el tratamiento generalmente
incluye gran vigilancia y un plan de tratamiento conductual
basado en el peso del paciente.
La psicoterapia de largo plazo y un chequeo médico a
continuación generalmente son necesarios.
Salud
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