“Cada paciente es único” Michael Wilkening, jefe del área de clientes para el Bloque Quirúrgico en Dräger, nos aclara cómo han llegado las estaciones de anestesia a ser lo que son hoy y las tendencias en el futuro. Dräger está presente en uno de cada tres quirófanos del mundo. ¿Qué significa eso exactamente? Según la OMS hay un total de 400.000 quirófanos en todo el mundo. Si le echamos un vistazo a la evolución de las ventas en los últimos años y tenemos en cuenta la vida útil de nuestros productos (por encima de la media), se puede deducir que hay un equipo de anestesia de Dräger en uso en uno de cada tres quirófanos del mundo. nos regimos más por este principio. Por primera vez, fue la tecnología la que tuvo que adecuarse al diseño. El objetivo era idear un diseño único en el que los requisitos fueran labores de limpieza más simples, poco espacio y menos elementos de control. Centrarse en el diseño fue la clave del éxito, como lo ha sido también en los siguientes equipos. ¿Cómo ha llegado un aparato de anestesia histórico como es el Roth-Dräger de un fabricante en Lübeck a convertirse en un equipo de anestesia de última generación? La clave del éxito se basa en muchas razones: primero, Dräger siempre ha sabido lo que es importante en una estación de anestesia por la cercanía a sus clientes. La seguridad del paciente es lo primero. Al mismo tiempo, los aparatos de anestesia evolucionaron rápidamente durante las primeras décadas. Con la introducción de la electrónica en la década de los 70, se abrió de repente un mundo de posibilidades. Junto con los equipos de anestesia surgieron al principio muchos otros aparatos para la monitorización de la ventilación, la dosificación de la anestesia y las constantes vitales del paciente. Tanta tecnología hizo que el trabajo fuera mucho más complejo, lo que motivó a los ingenieros a desarrollar sistemas de anestesia integrados que contaran con todas las funciones de monitorización. La presentación de Cicero en un congreso internacional en Chicago en 1988 supuso una revolución solo comparable a la invención del Dräger-Roth. Desde entonces nuestro objetivo en todos los nuevos avances ha sido unificar los servicios y la monitorización y hacer el diseño del puesto de trabajo más claro y manejable. ¿Qué ha cambiado en el transcurso de los años? ¿Qué es especialmente importante en una estación de anestesia en su opinión? Hasta la década de los 90, era la tecnología la que determinaba el equipamiento y el diseño de los equipos de anestesia. Los componentes electrónicos y neumáticos necesitaban mucho espacio, por lo que el diseño del equipo debía adaptarse a los requisitos técnicos. Desde el Dräger Julian en 1996 no Siempre surgen innovaciones que pueden aplicarse a las estaciones de anestesia. Pero no deben sobrecargar el espacio de trabajo. La integración y un diseño fácil de usar para el usuario siguen suponiendo un reto durante el desarrollo de nuevos conceptos para estaciones de anestesia. Además, un anestesista debe sentirse cómodo en su puesto de trabajo si se pasa la mayor parte del tiempo en un quirófano. ¿Por qué deberían los usuarios decantarse por Dräger? Dräger es sinónimo de innovación. Nuestro liderazgo en equipos de anestesia se basa en la colaboración entre ingenieros y usuarios de nuestros productos, tal y como fue durante la fundación de la empresa. Las innovaciones en tecnología solo tienen éxito si satisfacen también las necesidades de los usuarios. Por otro lado, nuestras estaciones de anestesia, así como todos los productos de Dräger, cuentan con la mejor calidad y eso no va a cambiar en el futuro. ¿Qué debería tener especialmente en cuenta un anestesista? El mayor reto para un anestesista es poder extraer las conclusiones adecuadas de todos los datos e información que se le ofrecen. Con esa cantidad de cifras y gráficos no es siempre fácil. Hoy día se combinan diferentes fármacos en la administración de anestesia y solo se pueden extraer conclusiones sobre un cambio en las constantes vitales del paciente cuando se consideran de forma global. Además, cada paciente es único y puede reaccionar de manera diferente al suministro de distintos medicamentos o a una intervención quirúrgica. Por lo tanto, a la hora de evaluar los riesgos hay que tener en cuenta todos los datos clínicos relevantes, desde los antecedentes médicos hasta el alta del paciente, sobre todo para evitar complicaciones durante el posoperatorio. ¿A qué temas se le darán, en su opinión, más importancia en el quirófano en los próximos cinco años? En mi opinión, son tres los temas que más van a influir en el mercado: en primer lugar, la cirugía es el factor económico de un hospital que más influye en el mercado. Debido a que los costes y la presión aumentan constantemente, la eficiencia en el quirófano juega un papel muy importante, sin que por ello se tenga que comprometer la calidad y la seguridad del paciente. En segundo lugar, el uso de sistemas de proyección de imágenes como la resonancia magnética, el escáner o la angiografía en los ya conocidos quirófanos híbridos ha revolucionado la cirugía en los últimos 15 años. Al mismo tiempo, las operaciones no invasivas son cada vez más sofisticadas y efectivas. Por este motivo, los costes de equipamiento para el quirófano se han triplicado en los últimos diez años, costes que deben equilibrarse a través de la mejora de la efectividad y la eficiencia. Sin embargo, el mayor desafío al que nos enfrentamos a nivel mundial es el último punto: la prevención de infecciones. Los requisitos de higiene se convertirán en un factor decisivo durante la definición de los procesos de un hospital en los próximos años. Como fabricante de productos médicos, debemos estar constantemente adaptándonos a las normas de higiene nacionales, lo que repercute directamente en la concepción de un equipo y sus accesorios y requiere a su vez soluciones innovadoras. ¿Hay diferencias a nivel internacional? Por supuesto que las hay. Todavía hoy gran parte de la población mundial no cuenta con acceso a equipamiento médico de cuidados intensivos. Menos de la mitad de los quirófanos en África cuentan con los equipos básicos más simples como p.ej. un pulsioxímetro. Las diferencias no se basan en las normas, sino en las posibilidades financieras. Los países en vías de desarrollo requieren innovaciones de otro tipo que ofrezcan funcionalidad y resistencia a un buen precio. Y desarrollar este tipo de productos requiere una mayor planificación, como nos enseñaron hace 125 años Heinrich y Bernhard Dräger.