Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. NOTAS CLÍNICAS Malignización de los sinus pilonidales: tratamiento a Sofía Polo Jaime, Javier Valencia Julve, Manuel Suárez Alzamora , Natividad Bascón Santaló, Carmen Velilla Millán y Ricardo Escó Barón a Servicio de Oncología Radioterápica y Cirugía General. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zaragoza. La malignización de los sinus sacrocoxígeos es infrecuente, pero ha de tenerse en cuenta, ya que la detección precoz conlleva la posibilidad de realizar tratamientos radicales y con ello prolongar la supervivencia de estos pacientes. Se presenta el caso de un paciente con carcinoma epidermoide recidivante sobre sinus localizado en región sacrocoxígea. Tras repetidos tratamientos quirúgicos y radioterapia posterior el paciente se encuentra a los 10 años libre de enfermedad. El tratamiento de elección hasta estos momentos había sido la excisión completa de la lesión; actualmente estudios realizados demuestran que la cirugía complementada con radioterapia posterior aporta un descenso importante en el número de recidivas locales. Polo Jaime S, Valencia Julve J, Suárez Alzamora M, Bascón Santaló N, Velilla Millán C, Escó Barón R. Malignización de los sinus pilonidales: tratamiento. A propósito de un caso. Rev Oncol 2002;4(6):331-4. Palabras clave: sinus pilonidal, carcinoma epidermoide, radioterapia adyuvante. Malignant degeneration of pilonidal sinus: treatment Carcinoma arising from pilonidal cysts is a rare complication. However, it must be taken into account because an early diagnosis allows to carry out radical treatments which prolongs survival time. A patient with pilonidal disease and recurrent squamous-cell carcinoma in the sacrococcygeal region is presented. The treatment was wide excision and adjuvant radiation therapy. After a follow- up period of 10 years, the patient lives with no evidence of disease. The chosen treatment had been the complete resection. Review of literature demonstrates that surgery plus adjuvant radiotherapy contribute to decrease highly the local recurrences. Key words: pilonidal disease, squamous-cell carcinoma, adjuvant radiotherapy. Correspondence: Dra. S. Polo Jaime. Servicio de Oncología Radioterápica. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa Avda. San Juan Bosco, 15. 50009 Zaragoza. E-amil: [email protected] Received 25 February 2002; Accepted 11 April 2002. Rev Oncol 2002;4(6):331-4 331 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. POLO JAIME S, VALENCIA JULVE J, SUÁREZ ALZAMORA M, ET AL. MALIGNIZACIÓN DE LOS SINUS PILONIDALES: TRATAMIENTO INTRODUCCIÓN El término «sinus pilonidal» fue definido, por primera vez por Hodges en 1880 para describir la p r e s e n c i a de un quiste crónico en la región interglútea, en cuyo interior se encuentran pelos procedentes de las regiones próximas. Aunque la localización sacrocoxígea es la más frecuente, también se ha descrito en otras zonas más anecdóticas como la axilar, la umbilical (Schoelch y Barret, 1998), la inguinal, la región suprapúbica o el pliegue inter1 digital (Patey et al, 1990) . La frecuencia de aparición de estas lesiones se describe en torno a 26 casos/100.000 2,3 habitantes , siendo más frecuente en Europa que en Asia o África. Se presenta con un predominio 3 a 10 veces superior en el sexo masculino, siendo más frecuente en individuos que presentan sobrepeso, hirsutismo, hiperpigmentación cutánea o 2,3 exceso de secreción sebácea y sudorípara . La edad de aparición más frecuente oscila entre los 16 y 25 años. Se han formulado principalmente dos teorías etio4-7 patogénicas sobre el sinus pilonidal : una defiende su naturaleza congénita y la otra el carácter 5 adquirido de este proceso. La primera de ellas se basa en la persistencia de restos caudales del canal medular o de inclusiones ectodérmicas que, posteriormente, se sobreinfectarían dando lugar a trayectos fistulosos por donde se produciría el 6,7 exudado purulento. La segunda explica su origen como una reacción a cuerpo extraño provocada por la invaginación de los pelos circundantes. Actualmente es esta segunda teoría la más aceptada. El sinus pilonidal suele permanecer asintomático durante muchos años, siendo la primera manifestación un proceso infeccioso agudo que, aunque con frecuencia se resuelve de manera espontánea, tiene un carácter recidivante. La malignización del sinus pilonidal es una complicación infrecuente que ocurre aproximadamente 1,4,8 en un 0,1% de los casos . En la mayoría de las ocasiones surge tras largos períodos desde la aparición del sinus, describiéndose latencias de 4,8,9 20-25 años . Las recidivas locales aparecen en un 34%-50% de 1,8,10 las ocasiones y, con frecuencia, transcurridos pocos meses tras la extirpación del proceso maligno. Por ello, aunque tradicionalmente el tratamiento estándar ha sido la resección en bloque de la lesión, algunos autores proponen el tratamiento adyuvante con radioterapia con el fin de 1,9,11 disminuir la incidencia de dichas recidivas . CASO CLÍNICO Presentamos el caso de un hombre de 58 años de edad, 332 sin alergias conocidas y con antecedentes personales de miocardiopatía dilatada, fumador de 40 cigarrillos/día y bebedor social. Acude por primera vez a nuestro hospital a principios de 1992 refiriendo desde hacía 20 años la presencia de una lesión sacrocoxígea que tras 12 años de evolución en estado asintomático comenzó a provocar molestias ocasionales. En enero de 1992 acudió al servicio de Cirugía por dolor en región perianal, cambio del ritmo deposicional con rectorragias y mal estado general con pérdida de 8 kg de peso en los últimos 12 meses. A la exploración presentaba una tumoración perianal abscesificada de 25 mm de diámetro, con áreas mamelonadas adheridas a planos profundos y varios trayectos fistulosos con exudado purulento. No presentaba a la palpación adenopatías inguinales. El tacto rectal confirmaba la existencia de rectorragias. En el mes de febrero se le intervino quirúrgicamente, practicándose la extirpación completa de la tumoración. La anatomía patológica informó de la presencia de un carcinoma epidermoide verrucoso implantado sobre proceso inflamatorio crónico, con bordes de resección libres de tumor. Los marcadores tumorales (CA 50, CEA y CA 19.9) se mantuvieron dentro de los rangos de la normalidad antes y tras los tratamientos realizados, por lo que no pudieron tenerse en cuenta como parámetros de control de posibles recidivas. La resonancia magnética nuclear (RMN) descartaba la afectación ósea pélvica y esfinteriana. En la tomografía axial computarizada (TAC) de control realizada en mayo de 1993 se objetivó una imagen hiperdensa presacra que provocaba desplazamiento anterior rectal, infiltraba los músculos elevadores del ano y la grasa perirrectal, llegando al espacio subcutáneo y produciendo retracción cutánea de la región sacrocoxígea. A nivel sacro contactaba con estructuras óseas alterando parcialmente la cortical anterior. No se apreciaban adenopatías pelvianas. Ante este nuevo hallazgo, en junio de este mismo año se reintervino quirúrgi-camente, resecando epitelio escamoso perianal abscesificado con múltiples trayectos fistulosos que afectaban la musculatura elevadora del ano, con anatomía patológica de carcinoma epidermoide. En el mis- Fig. 1. Situación del paciente tras la extirpación quirúrgica de la lesión y previamente a la colocación de los injertos de piel. Rev Oncol 2002;4(6):331-4 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. POLO JAIME S, VALENCIA JULVE J, SUÁREZ ALZAMORA M, ET AL. MALIGNIZACIÓN DE LOS SINUS PILONIDALES: TRATAMIENTO Fig. 2. Situación actual del paciente. mo acto quirúrgico se practicó colostomía izquierda temporal. Fue necesaria la colocación de injertos de piel para cubrir la zona no epitelizada (fig. 1). En mayo de 1994 se realizó RMN abdominal, observándose alteración morfológica de partes blandas de la porción distal del coxis, contactando con estructuras musculares adyacentes al recto sin infiltrarlo. Se practicó punción diagnóstica, siendo positiva para carcinoma epidermoide. Se decidió tratamiento radioterápico con fotones de 25 MV sobre volumen pélvico con dosis total de 50 Gy, 2 Gy/sesión, 5 sesiones/ semana, mediante técnica de cuatro campos en caja, con buena tolerancia. La TAC postradioterapia mostró hiperdensidad de partes blandas en región cicatricial y pliegue interglúteo, debiéndose plantear diagnóstico diferencial entre fibrosis quirúrgica o postrádica y la posible existencia de restos de recidiva tumoral. Ante la negativa del paciente a la realización de ninguna maniobra diagnóstica ni terapéutica, se decidió control estrecho del paciente. En posteriores revisiones las pruebas complementarias realizadas (TAC y RMN) descartaron la presencia de lesión tumoral. La funcionalidad esfinteriana no se recuperó, por lo que la colostomía que inicialmente fue temporal se consideró definitiva. En la última revisión, realizada el 15 de noviembre de 2001, el paciente se encuentra asintomático y sin signos clínicos de recidiva (fig. 2). DISCUSIÓN El carcinoma epidermoide es la segunda neoplasia más frecuente en la piel después del carcinoma basocelular. Se trata un tumor maligno, infiltrante y destructor que origina metástasis por vía linfática y hemática, aunque a pesar de ello su mortalidad es escasa. Se han estudiado múltiples factores inductores, entre los que cabe destacar la exposición a la luz solar, el hollín, los hidrocarburos, el arsénico, el calor local, etc. En nuestro caso el antecedente de múltiples cicatrices fistulosas por un sinus sacrocoxígeo sobreinfectado justificaría la aparición de 1,4,8 un carcinoma epidermoide . Marjolin, en 1828, ya describió la formación de úlceras carcinomatosas sobre cicatrices antiguas. Histológicamente, los carcinomas epidermoides se clasifican en carcinomas in situ y carcinomas invasores. El subtipo verrucoso, presente en nuestro paciente, es una variante altamente diferenciada del carcinoma epidermoide invasor de bajo grado de malignidad, lentamente invasivo y que raramente produce metástasis. La ausencia de atipia celular y un crecimiento claramente infiltrante es lo que diferencia al carcinoma verrucoso del 12 carcinoma epidermoide típico . La localización de los tumores epidermoides es variada, aunque mayoritariamente suelen aparecer en zonas fotoexpuestas. A nivel mucoso también es frecuente su aparición y, según donde asientan, reciben distintas denominaciones, como la papilomatosis oral florida de la mucosa oral o el tumor de Buschke-Loewenstein de la región anogenital. Los carcinomas que afectan a mucosas suelen tener, por norma general, un comportamiento más agresivo, a excepción del carcinoma verrucoso, que, como hemos dicho anteriormente, es de bajo grado de malignidad. El carcinoma verrucoso de la región anogenital o tumor de Buschke-Loewenstein recibe también el nombre de condiloma acuminado gigante (GCA) por el gran parecido macroscópico con los condilomas acuminados y los carcinomas condilomatosos, con los que es necesario realizar diagnóstico diferencial, ya que existen importantes diferencias clíni12-14 cas, histológicas, terapéuticas y pronósticas : 1. El carcinoma verrucoso o GCA, a diferencia del condiloma acuminado simple, es un tumor de crecimiento local, con gran capacidad de infiltración y tendencia a la recidiva; a diferencia del carcinoma epidermoide típico, no aparecen metástasis a distancia prácticamente nunca. Por ello se ha clasificado, hipotéticamente, como una lesión de malignidad 13,14 intermedia . 2. Tanto el carcinoma verrucoso como el condilomatoso son tumores exofíticos y muy voluminosos y para conseguir un diagnóstico de certeza se requiere la realización de biopsia profunda que incluya el estroma; la presencia de atipias coilocitóticas es una característica del carcinoma condilomatoso que no se observa ni en el carcinoma 12 verrucoso ni en el epidermoide típico . El 80% de los carcinomas condilomatosos suelen ir asociados 14 a condiloma acuminados simples adyacentes . 3. A nivel terapéutico, la diferencia fundamental reside en el tipo de intervención quirúrgica a practicar: en el carcinoma verrucoso el trata- Rev Oncol 2002;4(6):331-4 333 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 20/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. POLO JAIME S, VALENCIA JULVE J, SUÁREZ ALZAMORA M, ET AL. MALIGNIZACIÓN DE LOS SINUS PILONIDALES: TRATAMIENTO miento de elección se basa en la resección amplia de la lesión; en el carcinoma condilomatoso, al igual que en el carcinoma epidermoide típico, el tratamiento es la resección de la lesión con linfa12 denectomía inguinal . 4. Debido a la baja incidencia de metástasis en el carcinoma verrucoso, su pronóstico se considera más favorable que el del carcinoma epidermoide típico. Respecto al carcinoma condilomatoso, dada su escasa frecuencia, es difícil establecer su pronóstico, pero parece tener un pronóstico intermedio entre el carcinoma verrucoso y el epidermoide 12 típico . Actualmente, en la literatura existen publicados 5 9 1 casos de malignización de sinus sacrocoxígeos ; de éstos, el 81,4% son carcinomas epidermoides, el 6,9% carcinomas basocelulares, el 4,6% mixtos, el 2,3% adenocarcinomas y no clasificables 1,4,11 en un 4,6% . Aparece con mayor frecuencia en el sexo masculino, con una media de edad de 50 años y tras 20 años de evolución del si1,4,8,9,11,15 nus . Clínicamente la malignización de un sinus presenta un curso más agresivo que los carcinomas epidermoides de otras localizaciones de 1,16 la piel . Las recurrencias locales, aunque fre1,4,8,10,11 cuentes (oscilan entre un 34%-50% ), no empobrecen obligatoriamente el pronóstico de la 11 enfermedad . Sin embargo, la aparición de metástasis ganglionares, aunque es menos frecuente 1,4,10,15,17 (4%-14%), sí conlleva peor pronóstico . Las enfermedad a distancia se presenta en un 8%1,8,11 15% de los casos , siendo la ósea la localiza11 ción más frecuente . El pronóstico favorable de estos tumores radica en la posibilidad de la excisión completa; para ello es fundamental el diagnóstico precoz, evitando estadios avanzados con presencia de metástasis ganglionares o a distancia. El tratamiento de elección ha sido clásicamente la resección amplia de la lesión, sin linfadenectomía 6,8 inguinal profiláctica, ni terapias adyuvantes . A pesar de que la presencia de enfermedad ganglionar empobrece el pronóstico, la baja incidencia de ésta desestima la indicación de linfadenectomía inguinal profiláctica, aunque sí está indicada en el caso de que exista evidencia de enfermedad a este 1,8,11 nivel . La elevada frecuencia de recurrencia local postcirugía crea la necesidad de buscar otras terapias complementarias que aumenten el control 8,9,11,18 local de la enfermedad . Tanto la radioterapia como la quimioterapia han sido utilizadas como tra1,8,11,15 tamientos adyuvantes a la cirugía . El papel de la quimioterapia en el tratamiento de estos tumores no es todavía bien conocido, siendo pobres los re1,8,11,15 sultados obtenidos ; se utiliza conjuntamente con radioterapia y cirugía en lesiones de alto riesgo (invasión linfática o metástasis óseas), siendo el metrotexate el fármaco más frecuentemente utili11 zado . La radiación se ha asociado a la transformación maligna de lesiones como la papilomatosis oral florida, por lo que determinados autores consideran la radioterapia como contraindicación en el tratamiento de los tumores de Buschke-Loewens12,14 tein . En algunos casos la radioterapia ha sido utilizada con éxito en el tratamiento de lesiones localmente avanzadas, por lo que la creencia de que la radiación promovía la transformación maligna de las lesiones está siendo puesta en duda en la actua12,14 lidad . Se ha comprobado que el uso de la radioterapia tras la cirugía aumenta el control local y el 11 intervalo libre de enfermedad y disminuye el ín1 dice de recidivas locales de un 30% a un 40% . Aunque los resultados de la radioterapia postoperatoria son satisfactorios, no está clara la secuencia del tratamiento, ya que parece que la radioterapia preoperatoria disminuye el tamaño tumoral y hace 1 menos agresiva la intervención quirúrgica . Como conclusión consideramos que aunque el tratamiento curativo de elección de este tipo de lesiones continúa siendo la resección completa del tumor con márgenes libres, el uso de radioterapia pre o posto-peratoria, y quizá también de la quimioterapia, favorece notablemente el pronóstico de la enfermedad, disminuye el índice de recidivas locales y prolonga el intervalo libre de enfermedad. Bibliografía 1. De Bree E, Zoetmulder FA, Christodoulakis M, Aleman BM, Tsiftsis DD. Treatment of malignancy arising in pilonidal disease. 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