268-2006 Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. San Salvador, a las doce horas y cincuenta y nueve minutos del día once de mayo de dos mil seis. Previo a emitir el pronunciamiento que corresponde sobre la demanda presentada por la abogada Ana Cándida Valeriano Ramos, en calidad de apoderada del señor Erick Alexander Torres Ramírez, esta Sala estima conveniente hacer las siguientes consideraciones. I. El actor manifiesta que a las once horas del día ocho de noviembre de dos mil cinco, en la Universidad de El Salvador, fue detenido por estudiantes de esa universidad por cuatro horas, debido a que intentó robarle su celular a un estudiante de ese recinto universitario. Continúa señalando que el agente de sistema novecientos once de la Policía Nacional Civil "(…) procede a la detención (…) cuatro horas después de su captura, por el motivo de que (…) querían hacer justicia por su propia mano y (…) fue entregado por estudiantes hasta que ellos lo habían golpeado y maltratado sin que nadie hiciera nada al respecto (…)". Agrega que fue procesado por el Juez Octavo de Paz de esta ciudad, por los delitos de robo agravado tentado y lesiones, quien dictó instrucción formal sin detención provisional. Posteriormente, el Juez Octavo de Instrucción modificó la calificación del ilícito penal por la de hurto tentado y lesiones, imponiéndole además una fianza de doscientos dólares como medida cautelar a efectos de garantizar su comparecencia. Sin embargo, la Representación Fiscal impugnó dicha resolución mediante recurso de apelación ante la Cámara Segunda de lo Penal de la Primera Sección del Centro, la cual revocó las medidas adoptadas por el Juez de Instrucción y ordenó su detención provisional. En consecuencia, el peticionario considera que han sido vulnerados sus derechos constitucionales "(…) contemplados en el articulo [sic] 1, de la constitución, derecho a la vida articulo [sic] 11 juicio previo, 12 de la constitución el debido proceso, articulo [sic] 9.3 del pacto internacional de derechos humanos y 7.5 Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación articulo [sic] 288 y 244 del código procesal y 148 del código penal (…)". Por tales circunstancias, se avoca a esta Sala para promover proceso de amparo "(…) en contra de la resolución emitida por el juzgado octavo de instrucción, quien ordena la detención provisional de mi patrocinado. Así mismo al la [sic] Cámara segunda de lo Penal de la primera sección del centro que también la ratifican (…)". II. Determinados los argumentos del demandante, corresponde ahora señalar el fundamento jurídico de la presente decisión. En reiterada jurisprudencia esta Sala ha sostenido -verbigracia la improcedencia pronunciada en el amparo 3-2006 a las nueve horas con tres minutos del día nueve de enero de dos mil seis-, de manera ilustrativa, que las causales de improcedencia en el proceso de amparo concurren cuando -entre otras-: (a) la pretensión se dirige contra particulares y sus actuaciones no están vinculadas con ningún supuesto amparable de acuerdo al espíritu del Constituyente; (b) la infracción pueda subsanarse dentro del respectivo proceso a través de los recursos ordinarios; (c) la pretensión se fundamenta en derechos tutelados por el hábeas corpus; (d) se plantean asuntos puramente judiciales o administrativos -asuntos de mera legalidad-; y (e) existen actos que de alguna manera expresen o manifiesten la conformidad del agraviado con la situación debatida. En ese sentido, si en esencia lo que el actor alega restringido es su derecho de libertad física, este Tribunal deberá rechazar su demanda a través de la figura de la improcedencia; pues el único mecanismo a través del cual podría juzgarse la supuesta infracción a ese derecho es el proceso de hábeas corpus. III. Sobre la base de las consideraciones apuntadas y las alegaciones del peticionario, corresponde ahora analizar la pretensión sometida a conocimiento de este Tribunal. El pretensor expresa en su demanda de amparo que reclama contra la decisión que ordena su detención provisional. Manifiesta además que: "(…) le fueron violentados los siguientes derechos Constitucionales: el derecho a la libertad Art. 1 constitución (…)". Y agrega que: "(…) en este caso el ente juzgador no quiso resolver a favor (…), resuelve revocar las medidas cautelares concedidas por el juez de la causa y ordena [detención] (…) no tomando en cuenta que la detención es la excepción a la regla (…)". Así, del análisis de los argumentos presentados en su escrito de demanda, se advierte que el impetrante básicamente busca la protección de su derecho de libertad física a través del proceso de amparo, por cuanto que la resolución que impugna precisamente limita el ejercicio del referido derecho. En virtud de eso, tal como se desprende de la jurisprudencia citada, este Tribunal deberá rechazar la demanda planteada, debido a que el único mecanismo para proteger vulneraciones a dicho derecho es el hábeas corpus. En consecuencia, existiendo un defecto en la pretensión constitucional de amparo, que impide el conocimiento y decisión sobre el fondo del asunto planteado, es procedente la terminación anormal del proceso mediante la figura de la improcedencia. Por tanto, con base en las razones expuestas en los acápites precedentes y de conformidad al artículo 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE: (a) Autorízase la intervención de la abogada Ana Cándida Valeriano Ramos por haber acreditado debidamente su personería; (b) Declárase improcedente la demanda presentada por la referida profesional, en calidad de apoderada del señor Erick Alexander Torres Ramírez; y (c) Notifíquese.---A. G. CALDERON---V. de AVILÉS---M. CLARÁ---J. E. TENORIO---J. ENRIQUE ACOSTA---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---S. RIVAS DE AVENDAÑO--RUBRICADAS.