del 93% de inversiones en minería y petróleo involucra terrenos

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Más del 93% de inversiones en
minería y petróleo involucra terrenos
habitados por pueblos originarios
El 40% del área terrestre de Perú ha asignado operaciones de explotación
maderera, minería y perforaciones de gas en zonas habitadas por pueblos
indígenas.
En un análisis de cerca de 73 mil concesiones de ocho países con bosques tropicales,
realizada por el Proyecto Munden, se reveló que el 93% de inversiones en minería,
petróleo, gas, explotación forestal y agricultura involucra a zonas habitadas
por pueblos indígenas y comunidades locales.
En la investigación se detalla que la cantidad total de tierras entregadas por los
gobiernos al sector privado para la explotación minera, maderera, perforaciones de gas y
petróleo, agricultura a gran escala, incluye por lo menos en un 40% a Perú y 30%
a Indonesia.
"Cuando los gobiernos venden los bosques y otros recursos naturales de las tierras en
donde las personas viven, los conflictos locales se vuelven inevitables," dijo Andy
White, coordinador de la Iniciativa para los Derechos y Recursos (RRI), entidad que
encargó la investigación.
El estudio Comunidades como Contrapartes: Revisión preliminar de las concesiones y
los conflictos en los mercados fronterizos y emergentes, está siendo divulgado un mes
antes de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas
sobre el Cambio Climático (CMNUCC), donde los gobiernos continuarán las
negociaciones sobre un tratado vinculante.
Los autores de esta investigación se reunirán con líderes indígenas de la
región para evaluar los impactos de la superposición de las inversiones con las tierras y
bosques de las comunidades indígenas en América Latina.
Leonardo Pradela, uno de los representantes del Proyecto Munden, comentó que tras
mapear desarrollos o concesiones de recursos naturales en ocho mercados
emergentes o fronterizos (Brasil, Camboya, Colombia, Indonesia, Liberia, Mozambique,
Perú, Filipinas), se descubrió que siempre generaban conflictos con las personas
que viven en la tierra destinada para el desarrollo.
El informe examina 100 de estos conflictos y busca patrones en cómo y por qué surgen
estos problemas.
PERÚ
En la nota de prensa emitida por organizadores del proyecto manifiestan
sentirse asombrados de que el 40% del área terrestre de Perú, sea parte de
este negativo informe que indica que nuestro país haya asignado operaciones de
explotación maderera, minería y perforaciones de gas, pues es el anfitrión de la ronda de
negociaciones internacionales sobre el cambio climático COP20.
POBLACIONES VULNERADAS
Uno de estos casos sucedió cuando los gobiernos de Brasil y Perú acordaron construir
dos represas en el río Ene, en la Amazonía peruana, sin el consentimiento del
pueblo Ashaninka que vivía en la región. Las presas, que habrían desplazado
de 8000 a 10,000 personas, desencadenaron tres años de protestas y
disturbios antes de que las obras fuesen detenidas finalmente.
"Uno puede encontrar comunidades viviendo en casi todas partes. Ya no es tolerable
que las comunidades no sean consultadas sobre las inversiones que
involucran a sus tierras”, declaró Richard Smith, director ejecutivo del Instituto del
Bien Común (IBC).
El análisis encontró varias de las instancias en las que los impactos
ambientales involucraron la destrucción parcial o total de bosques o
deterioraron el agua potable de la comunidad local, el suelo en sus fincas, o el aire que
respiran.
En Santiago de Chuco, Perú, por ejemplo, las organizaciones comunitarias locales
demostraron que una mina operada por Barrick Gold contaminó su suministro de
agua potable, obligando a la empresa a gastar millones de dólares para
abordar los problemas.
Finalmente, los encargados de esta investigación recomendaron también a los
inversionistas velar por el bienestar de las comunidades, pues en un caso de
contaminación, la empresa también se ve obligada a gastar (muchas veces
millones de dólares) para reparar el daño.
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