para ser autosuficientes

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Conferencia General Octubre 1991
PARA SER AUTOSUFICIENTES
Elder L. Tom Perry
Del Quórum de los Doce Apóstoles
"El principio de la autosuficiencia es tanto espiritual como
temporal. No es un plan para el fin del mundo; es un plan que
debemos practicar todos los días de la vida."
Después de andar por el desierto durante ocho años, Lehi y su
familia llegaron a una tierra que llamaron Abundancia por sus
muchos frutos y miel silvestre. Llegaron a un gran mar y se
regocijaron en el Señor porque los había preservado. Tras haber
estado en la tierra de Abundancia muchos días, el Señor habló a Nefi y le dijo:
"Levántate y sube al monte" (1 Nefi 17:7).
Nefi obedeció al Señor; subió al monte y oró. Y el Señor dijo a Nefi: "Construirás
un barco, según la manera que yo te mostrare, para que yo pueda llevar a tu pueblo a
través de estas aguas" (1 Nefi 17:8).
Entonces, Nefi le pregunto al Señor, "¿dónde iré para encontrar el metal para
fundir, a fin de que yo pueda hacer las herramientas para construir el barco, según el
modo que tu me has mostrado?" (I Nefi 17:9).
El Señor dijo a Nefi adonde debía ir para hallar el metal, y luego le dejó para que
actuara por su cuenta. En el capítulo 17 de 1 Nefi leemos:
"Y sucedió que yo, Nefi, hice unos fuelles con pieles de animales para avivar el
fuego; y después que hube hecho los fuelles que necesitaba para avivar la llama,
golpee dos piedras, la una contra la otra, para producir fuego... Y sucedió que hice
herramientas con el metal que fundí de la roca".
Ese es uno de los relatos mas interesantes que tenemos en las Escrituras porque
menciona una ocasión en la que el Señor brindó Su ayuda, pero luego se hizo a un
lado para permitir que uno de Sus hijos actuara por su propia iniciativa. A veces me
he preguntado que habría ocurrido si Nefi hubiera pedido al Señor las herramientas
en vez del lugar donde hallar el metal para hacerlas. Dudo de que el Señor hubiera
accedido a esa petición. El Señor sabia que Nefi podía hacerlas, y el Señor rara vez
hará por nosotros lo que nosotros mismos podemos hacer.
El Señor si nos ayuda cuando acudimos a El en los momentos de necesidad, sobre
todo cuando somos dedicados a Su obra y hacemos Su voluntad. Pero el Señor s610
ayuda a los que están dispuestos a ayudarse a si mismos. El espera que Sus hijos sean
todo lo autosuficientes que puedan ser.
Brigham Young dijo a los santos: "En lugar de buscar lo que el Señor hará por
nosotros, averigüemos lo que podemos hacer por nosotros mismos" (Journal of
Discourses, 9, pág. 172).
La independencia y la autosuficiencia son indispensables para nuestro progreso
espiritual y temporal. Cada vez que nos pongamos en situaciones que amenacen
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nuestra autosuficiencia, descubriremos que también amenazaran nuestra libertad. Si
aumentamos nuestra dependencia en algo o alguien que no sea el Señor, hallaremos
una inmediata disminución en nuestra libertad de actuar. Como lo dijo el presidente
Heber J. Grant: "Nada destruye mas la individualidad de un hombre, una mujer o un
niño que el no ser autosuficientes" (Relief Society Magazine, oct. 1937).
Nunca antes en mi vida me han parecido mas necesarias la enseñanza y la
practica de la autosuficiencia para el beneficio de los santos. Vivimos en tiempos de
cambios súbitos. Gobiernos que surgen y caen. Industrias que prosperan y que poco
después fracasan. Nuevos descubrimientos científicos que pronto son desplazados
por otros mas nuevos. Si no aumentamos constantemente nuestro entendimiento y
nuestra visión, nosotros también nos quedaremos atrás. La investigación nos dice
que las personas que entran hoy en el campo laboral se verán obligadas a buscar de
tres a cinco ocupaciones distintas antes de jubilarse.
¿Que debemos hacer para ser mas autosuficientes ?
Mis padres establecieron una tradición en la familia que me divertía de niño y
que ha adquirido mayor significado para mi con el paso de los años. En el primer
cumpleaños de cada hijo, la familia se reunía en el salón, en el centro del cual mis
padres ponían varias cosas para que el pequeño escogiera. La selección quizá
indicaría el interés que el chico tendría en la vida. Los artículos eran la Biblia, un
biberón lleno de leche, un juguete y una alcancía llena de monedas. Se colocaba al
niño a un lado del salón y la familia se situaba al otro lado. Entonces se instaba al
niño a gatear hacia los objetos y escoger. Eso era todo en broma, desde luego.
Me han dicho que yo escogí la alcancía, e hice de las finanzas mi profesión. Vi a
mi hermano Ted escoger las Escrituras, y el siguió la carrera de derecho; pero
siempre se ha basado en las Escrituras para hacer sus fallos. Mi hermano menor Bob
ha sido el de los intereses mas bien redondeados. Tras llegar gateando, se sentó en la
Biblia, se llevó el biberón a la boca, luego tomó el juguete con una mano y, con la
otra, tomó la alcancía.
En esa entretenida actividad familiar, pienso que podemos hallar los principios
fundamentales de la autosuficiencia. Primero, las Escrituras representan nuestra
necesidad de alimentarnos espiritualmente. En las Escrituras el Señor revela a Sus
hijos Su voluntad. Desde el principio del tiempo, El ha mandado a Sus profetas
registrar lo que les ha hecho saber para el beneficio de Sus hijos. Las Santas Escrituras
contienen valores eternos; son el fundamento sólido sobre el cual podemos edificar
una feliz vida mortal. Nos volvemos mas autosuficientes cuando estudiamos las
Santas Escrituras, las cuales enseñan los principios que nos brindan un centro divino
en esta vida terrenal.
Debe consolarnos el que tengamos como guía el mejor texto que se ha escrito o
que jamas se escribirá. Podemos buscar 2 Reyes, capitulo cinco, y aprender de la
obediencia. Podemos estudiar la vida de Job y aprender de la integridad. El discurso
del rey Benjamin en Mosíah nos enseña de la laboriosidad. La vida de José, Génesis,
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capitulo 39, nos indica lo que debemos hacer cuando nuestra norma de moralidad se
pone a prueba.
Esos son s610 unos pocos ejemplos de las lecciones que podemos aprender de las
Santas Escrituras; son lecciones que han soportado la prueba del tiempo. Nuestro
cometido es hacerlas cobrar vida en el alma y la mente de nuestros hijos al asumir el
deber de enseñarles.
Segundo, el biberón lleno de leche simboliza la necesidad de alimentar el cuerpo
físico. El Plan de Bienestar, utilizando un circulo dividido en sectores, nos ha
enseñado a definir los aspectos esenciales de la autosuficiencia temporal, los cuales
son: los estudios seculares, la salud física, la ocupación, el almacenamiento en el
hogar, la administración de los recursos, y la fortaleza social, emocional y espiritual.
Este verano mi esposa y yo tuvimos la oportunidad de conversar con un hermano
octogenario, que ha atendido a todos esos aspectos en su vida; nació en un pueblo
pequeño de Idaho, y trabajaba largas horas en el campo para pagarse los estudios.
Dedicó su vida profesional a enseñar ingles y español en una pequeña escuela
secundaria. A fin de ahorrar para la misión y la educación de sus varios hijos, se
dedicó a cultivar fresas y frambuesas, las que vendía a los mercados locales. En ese
trabajo se ocupaba los veranos.
A causa de que el cultivo de esas frutas exige mucho trabajo, pocas personas las
cultivaban. Pero la demanda de esas bayas era grande, por lo que sabia que vendería
todas las que produjera. No satisfecho con la producción que conseguía, comenzó a
estudiar otras variedades de arbustos para hallar los que producían mas. Su huerto
era literalmente un campo de cultivo experimental de diversos arbustos para
descubrir los que producirían los frutos mas dulces y mas abundantes en ese clima en
particular. Con sus esfuerzos, logró una mayor producción. Ese trabajo le hizo
conservar la salud. El campo de bayas significaba un empleo automático para sus
hijos todos los veranos; a cambio de la fruta que llevaban al mercado recibían no sólo
dinero en efectivo sino también otros productos para usar en casa. Administrando
sabiamente sus recursos, se construyó una bonita casa a la vez que satisfacía las
necesidades de su familia.
Este hermano se complacía en el plan del Señor de multiplicar y henchir la tierra,
lo cual le brindó fortaleza social, emocional y espiritual. Ya jubilado de su labor
docente, sigue cultivando sus bayas, no por dinero sino por satisfacción. Seis
mañanas a la semana, durante la temporada de la siega, se le ve al frente de una
caravana de diez a doce vehículos salir de la ciudad en dirección al campo de cultivo.
Van allí familias a recolectar los frutos para su propio almacenamiento. Le pregunte
cuanto cobraba por caja si uno mismo recolectaba los frutos, y me contestó: "No lo
se. Me doy por pagado al ver la expresión de alegría de la gente al salir del campo
llevando los frutos de su trabajo en los brazos".
Sin duda hay miles de formas en que las familias pueden volverse autosuficientes
trabajando juntas en actividades fructíferas. Quizá de una buena conversación de
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noche de hogar surjan ideas para lograr que la familia sea temporalmente mas
autosuficiente .
Tercero, el juguete que mencione al principio representa la adquisición de cosas
del mundo. Nos bombardean en la actualidad convincentes anuncios que nos dicen
"compre ahora y pague después" en, según afirman, "cómodos pagos mensuales".
Vivimos en un mundo impaciente donde todo el mundo lo desea todo al instante. La
adquisición de bienes materiales parece fomentar el apetito de tener mas en lugar de
constituir una satisfacción duradera.
El usar nuestros recursos y bienes con prudencia, así como el extender su
durabilidad, nos servirá para ser mas autosuficientes. Hace poco vi a una familia que
se mudaba de casa y me llamó la atención ver que sacaban unas cajas con unos
rótulos que decían "ropa de niña de 2 años", "ropa de niña de 3 años", y así
sucesivamente. Es evidente que esa familia tenia un bien concebido plan para utilizar
de la mejor forma la ropa que habían comprado.
Vivimos en un mundo bendecido con gran abundancia. Tomemos las medidas
indispensables para que los bienes y los recursos con que seamos bendecidos nunca
sean desperdiciados .
Por ultimo, el cuarto articulo, la alcancía, que es símbolo de nuestro bienestar
económico. Aprendí una gran lección al comenzar a trabajar en el mundo de los
negocios. Un día. mi jefe me llamó a su despacho y me dijo: "Déme una definición de
lo que es el interés". Desde luego, recordé lo que había aprendido en la universidad y
le di una definición de ello de un libro de texto. El me dijo: "No, no, no, eso no es lo
que quiero. Escuche y recuerde esta otra: 'Los que comprenden el interés... lo ganan;
los que no lo comprenden... lo pagan' ".
Y no hay que ser un genio para comprender que para ganar intereses, primero
hay que tener unos ahorros. Para tener ahorros y seguir al mismo tiempo
aumentando el nivel de vida, hay que comprender una sencilla practica y en seguida
aplicarla religiosamente. Después de pagar el diezmo al Señor, pagaos vosotros
mismos una cantidad predeterminada y ponedla en vuestros ahorros. El saldo es para
los impuestos, la comida, la ropa, la vivienda, el transporte, etc. Me sorprende que
tantas personas trabajen toda su vida para pagar al supermercado, al dueño de la
casa, a la compañía de electricidad, al vendedor de automóviles y al banco, y, no
obstante, estimen en tan poco su propio trabajo que no se pagan nada a si mismas.
Sed prudentes, sabios y moderados en vuestros planes de inversión. Si constante
y regularmente añadís a vuestras inversiones, juntareis vuestros fondos de
emergencia y de jubilación, los cuales os servirán para progresar y para ser
autosuficientes.
El principio de la autosuficiencia es tanto espiritual como temporal. No es un plan
para el fin del mundo; es un plan que debemos practicar todos los días de la vida.
Que sigamos aferrándonos firmemente a las verdades eternas de la autosuficiencia,
es mi oración en el nombre de Jesucristo. Amen.
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