La juventud, el mercado laboral y los sindicatos

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3er Congreso Mundial | 1 - 5 diciembre de 2013 | Bangkok | Tailandia
La juventud, el mercado
laboral y los sindicatos
Informe resumido
Hacia una
estrategia mundial
por la juventud
Hacia una estrategia mundial por la juventud
La juventud, el mercado laboral y los sindicatos1
1. La juventud en el mercado laboral: Un panorama mundial
Como la juventud se considera una etapa de transición, no existe una definición clara de ella. Walther et al
(2002) definen la juventud como una época en que los jóvenes se encuentran en transición entre un mundo
que permite desarrollo bastante seguro a un mundo de opciones y de riesgo. Esta definición implica que,
si bien la edad es un indicador útil de la población juvenil, no es suficiente para caracterizar la transición
a la edad adulta (Eurostat, 2009). De hecho, las diferencias en la definición de la juventud y sus medidas
siguen existiendo entre los países. En la Unión Europea (UE), por ejemplo, las personas de edades de entre
15 y 29 años abarcan los jóvenes. En el mundo en desarrollo, los jóvenes menores de 15 años ya acceden
al mercado laboral lo que, por consiguiente, difumina la delimitación entre los jóvenes y el trabajo infantil.
Entretanto, en muchos países desarrollados, cada vez más personas jóvenes posponen su entrada en
el mercado laboral más allá de la edad de 25 años. Por tanto, esto plantea la cuestión de la validez de la
definición estadística de la juventud, es decir de 15 a 24 años. Si bien la definición de la juventud en términos
de edad varía entre los países, podría generalizarse que los jóvenes suelen ser los que tienen entre 15 y 29
años, con algunos estudios extendiendo este límite hasta los 35 años.
Los jóvenes (definidos como el grupo de edad de 15 a 24 años) comprendían aproximadamente 17%
de la población total en 2011. La OIT informa que aunque la proporción de los jóvenes en la población
mundial en general está disminuyendo (de casi 19% en 1991 al 17% en 2011), la población juvenil sigue
siendo elevada en muchas regiones en desarrollo (OIT, 2010: 8). A nivel mundial, casi el 90% de los jóvenes
vivían en países en desarrollo en 2010, con las regiones asiáticas de Asia meridional y Asia oriental y África
subsahariana, representando más de la mitad (55%) de la población de la juventud a nivel mundial. En la
UE-27, el porcentaje de jóvenes de entre 15 y 29 años es de casi el 20% de la población (Eurostat, 2009).
Sin embargo, debido a las bajas tasas de fecundidad y a la mayor esperanza de vida, se prevé que esta cifra
disminuirá en las próximas décadas.
1.1 Educación y resultados del empleo entre la juventud
En términos de alfabetización, el Informe 2012 Objetivos de Desarrollo del Milenio (Naciones Unidas, 2012)
afirma que a nivel mundial, la tasa de alfabetización de los jóvenes alcanzó el 90% en 2010, un aumento de
6 puntos porcentuales desde 1990. El informe añade que: “En 2010, todavía había 122 millones de personas
entre 15 y 24 años de edad, 74 millones de mujeres y 48 millones de hombres que no sabían leer y escribir
una breve declaración simple, acerca de su vida cotidiana” (ibid: 19). La mayor parte de estos jóvenes viven
en países de menor desarrollo y / o en desarrollo.
Existe una estrecha relación entre el logro educativo y los resultados del empleo en las economías
desarrolladas. Las personas con niveles de educación más altos tienden a tener mejores oportunidades
en el mercado laboral, incluidos niveles salariales más altos. Utilizando una muestra de 27 economías
desarrolladas, la OIT (2012: 29) señala que las personas con educación primaria o menos tenían las mayores
tasas de desempleo en los 25 países en 2010. La encuesta muestra que las personas con educación
primaria o menos temían tasas de desempleo más elevadas, con incrementos observados en 23 de los
27 países (ver Figura 1). Entre 2000 y 2010, las personas con educación primaria en 21 países registraron
el mayor incremento en las tasas de desempleo. La Figura 1 también muestra que los desempleados
graduados también se vieron afectados por la crisis económica. La tasa de desempleo de las personas con
educación terciaria también aumentó en 18 países, sobre todo en Irlanda, Estonia y Portugal.
1 Preparado para la Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera por Edlira Xhafa y Melisa R.
Serrano. Este es un resumen inicial de las tres primeras partes del informe de investigación sobre “La juventud en la
Construcción, Forestales y de la Madera: Mercado de Trabajo y las tendencias y cuestiones de representación sindical”
Junio 2013.
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Hacia una estrategia mundial por la juventud
Figura 1
Cambios de las tasas de desempleo por nivel educacional, economías desarrolladas
seleccionadas, 2000-10 (puntos porcentuales)
Fuente: Gráfico reproducido de Tendencias mundiales del empleo juvenil 2012 (OIT, 2012a: 30, Figura 9).
De acuerdo con Fares et al. (2006), basado en datos de encuestas de hogares de varios años entre 1990 y
2004, la tasa de desempleo juvenil en los países en desarrollo tiende a aumentar con el nivel de educación
de los jóvenes (ver Figura 2).
Figura 2
Desempleo promedio de la juventud por nivel de educación
Fuente: Gráfico reproducido de How are Youth Faring in the Labor Market? Evidence from Around the World (Fares et al, 2006: 12).
La encuesta de Fares et al en cierto modo apoya la afirmación de la OIT que, aunque más educación no
garantiza un trabajo decente para los jóvenes “ tal trabajo es muy difícil de conseguir sin la educación” (ibid:
30). En efecto, aunque la tasa de alfabetización entre los jóvenes ha aumentado desde la década de 1990, la
tasa mundial de desempleo juvenil entre 1991 y 2002 fue en aumento, alcanzando el 13,1% en 2002 (véase
la Figura 3).
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Hacia una estrategia mundial por la juventud
Figura 3
Paro juvenil global y tasa de desempleo, 1991-2012
p=proyección
Fuente: Gráfico reproducido de Tendencias mundiales del empleo juvenil 2012 (OIT, 2012: 43, Cuadro 1).
1.2 Tendencias del desempleo juvenil
La tendencia a la disminución gradual de la tasa de desempleo juvenil mundial observada entre 2002 y 2007
quedó erosionada con la crisis financiera y económica mundial de 2008/2009. En 2011, había 75 millones
de jóvenes desempleados, un aumento de 4 millones desde 2007. La tasa de desempleo juvenil se situó en
el 12,6% en 2011, sin signos de mejoría hasta 2016. La OIT (2010: 29) informa que entre 2008 y 2009, los
aumentos de las tasas de desempleo de los jóvenes eran los más elevados de las Economías Desarrolladas
y la Unión Europea (4,6%) y Europa Sudoriental y Central (no UE) y la CEI (3,5%). En la UE, la tasa de
desempleo juvenil alcanzó un máximo histórico de 22,8% en septiembre de 2012, con unos 5,5 millones de
jóvenes afectados según datos de Eurostat. En cinco países, la tasa es superior al 30% (Grecia, España,
Italia, Portugal e Irlanda). Los jóvenes con menor nivel educativo corren el mayor riesgo de desempleo. Los
datos de Eurostat indican que, si bien la tasa de desempleo juvenil media de la UE en el segundo trimestre
de 2012 fue de 22,4%, entre los trabajadores poco cualificados, la tasa fue más alta situándose en el 30,2%.
También hay una dimensión de género a la crisis del empleo juvenil. A nivel mundial, el número de mujeres
jóvenes desempleadas estaba disminuyendo de casi un 1% entre 1998 y el 2008, mientras que el número de
hombres jóvenes desempleados aumentó de casi un 2% durante el mismo período. Sin embargo, durante
la crisis y sus consecuencias, a nivel mundial y en la mayoría de las regiones, el número de mujeres jóvenes
desempleados aumentó de un 5,8%, mientras que el número de hombres jóvenes desempleados aumentó
de un 4,9%. Muchos jóvenes terminan formando parte de las filas de los trabajadores desalentados2 a
medida que las oportunidades de trabajo son cada vez más limitadas.
Los jóvenes trabajadores perciben salarios más bajos, tienen más probabilidades de tener un empleo temporal
(v.g., cuatro veces más que los adultos en la UE-25), y viven largos períodos de desempleo. En las economías
en desarrollo, existe una alta incidencia del empleo vulnerable3 entre los jóvenes, ya que son mucho más
propensos que los adultos a participar en el trabajo familiar no remunerado. En 2008, el 28% de todos los
jóvenes trabajadores del mundo vivían en hogares pobres (con un gasto per cápita de menos de USD1,25
por día). Como resultado, los jóvenes son más susceptibles a la pobreza: casi uno de cada cuatro (24%) del
total de trabajadores pobres del mundo, es una persona joven. Así, en muchos países, la tasa de pobreza de
los trabajadores entre los jóvenes superan las tasas de los adultos. Como trabajadores jóvenes tienen más
probabilidades de encontrar empleo en los sectores generalmente caracterizados por los bajos salarios y el
trabajo no estándar (o no regular) y se encuentran por lo general en la parte inferior de la escala salarial.
2 Los trabajadores que abandonan la búsqueda de trabajo tras llevar parados más o menos un año debido a la falta de
oportunidades de empleo.
3 La OIT define el empleo vulnerable como la suma de trabajo por cuenta propia y el trabajo familiar no remunerado
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Hacia una estrategia mundial por la juventud
1.3 Barreras que se erigen en el mercado laboral ante los jóvenes
Los jóvenes continúan enfrentando barreras de entrada al mercado de trabajo. Muchos jóvenes se
encuentran atrapados en la “trampa de la experiencia”, ya que los empleadores los discriminan por la
falta de experiencia de trabajo y otras cualificaciones necesarias. A menudo los Jóvenes carecen tanto de
información del mercado laboral, como de la experiencia en materia de búsqueda de empleo. Los jóvenes
tienen tres veces más probabilidades de estar desempleados que los adultos. (2010: 19-20), la OIT señala
algunas de las razones por las que las tasas de desempleo juvenil son más altas que las de los adultos
(Figura 4).
Figura 4
Principales barreras en el mercado laboral para la juventud
Fuente: Figura reproducida del Tendencias mundiales del empleo juvenil agosto 2010 (OIT, 2010a: 54, Figura 15).
En casos de despido, los trabajadores jóvenes serán “los primeros en salir”, ya que tienden a tener menos
experiencia laboral que los adultos. Corolario, debido a sus historias laborales más cortas, que también
serán “los últimos en entrar” en tiempos de mano de obra excedente que compite por un número limitado de
puestos de trabajo.
Hay consecuencias adversas a largo plazo de la persistente y elevada tasa de desempleo juvenil para los
jóvenes. Citando varios estudios, (2012) la OIT señala lo siguiente: un mayor riesgo de desempleo futuro,
un período prolongado de empleos inestables y un crecimiento de los ingresos potencialmente deprimido.
Asimismo, el desempleo juvenil puede perjudicar la felicidad, la satisfacción laboral y la salud durante muchos
años después. Una persistente crisis del empleo entre los jóvenes también puede avivar el descontento
social y la inestabilidad. La OIT informa que su índice de conflictividad social indica un empeoramiento
significativo de malestar social en 45 de los 118 países estudiados, con Medio Oriente y África del Norte,
partes de Asia y el grupo de los países desarrollados muy amenazados.
1.4 Riesgos ocupacionales enfrentados por la juventud
Estadísticas globales y regionales desglosadas por edad y datos específicos sobre los riesgos laborales
que enfrentan los jóvenes son difíciles de obtener. Sin embargo, un informe del Observatorio Europeo de
Riesgos de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (2006) señala que los trabajadores
jóvenes están más expuestos a los siguientes factores físicos de trabajo en comparación con el promedio
de la población en edad de trabajar: el ruido, las vibraciones, el calor y el frío y el manejo de sustancias
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Hacia una estrategia mundial por la juventud
peligrosas. El mismo informe también muestra que la mayor incidencia de accidentes mortales se encuentra
en la agricultura, seguida de la construcción, el transporte y la comunicación y la fabricación. En términos
generales, la falta de formación entre los trabajadores jóvenes sobre temas de salud y seguridad en el lugar
de trabajo los expone a riesgos laborales, accidentes y enfermedades relacionados con el trabajo.
Las perspectivas sombrías del mercado laboral para los jóvenes trabajadores tampoco son buenas para
los sindicatos. Los jóvenes ya están desproporcionadamente representados en los sindicatos. Con la
persistencia del desempleo y el aumento de la inseguridad laboral y la retirada del mercado de trabajo entre
los trabajadores jóvenes, los sindicatos pueden enfrentar cada vez menos y menos miembros sindicales
potenciales. Esto puede resultar en una muy baja densidad sindical en el futuro.
2. La juventud en los sectores de la construcción, la silvicultura y la madera
En la Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera (ICM), la federación sindical mundial que
representa a 12 millones de miembros que trabajan en estos sectores en 130 países, todavía no existe una
definición oficial de la juventud. No obstante, según Carlos Añonuevo, Secretario Internacional de Educación
de la ICM considera a los trabajadores jóvenes en sus sectores como los de entre 15 y 35 años de edad
(entrevista con Añonuevo).
Es difícil dar una estimación sobre el número de jóvenes que trabajan en la construcción, y más aún así
en los sectores forestal y de madera. En los países de la OCDE, los datos estadísticos de la OCDE (2013)
pusieron la cuota de empleo en la construcción en un 6,5% del empleo total en 2011. En 2005, entre los
23 Estados Miembros de la UE, el sector de la construcción fue uno de los tres sectores principales de la
más alta proporción de trabajadores jóvenes en nueve países de la UE, a saber, Bélgica (12,5%), Alemania
(11,9%), Austria (19,3%), Grecia (10,7%), Portugal (12,5%), Francia (13,8%), Italia (11,5%), Chipre (12,5%)
y Hungría (8,6%). En las economías en desarrollo, en promedio, el porcentaje de empleo en la construcción
con respecto al empleo total es superior a la cuota correspondiente en las economías desarrolladas. Esto se
debe a las obras de construcción de gran escala y, a menudo, se encuentran proyectos en estas regiones.
Abao (n.d.) calcula la proporción de trabajadores de la construcción con respecto a la fuerza laboral en
algunos países de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) en 2008: 7,1% en Malasia, 4,8%
en Filipinas, 3,9% en Indonesia, 2,1% en Singapur, y 1.04% en Tailandia. Según la ICM, hay cerca de 180
millones de trabajadores de la construcción en todo el mundo, y alrededor del 75% de estos trabajadores se
encuentran en los países en desarrollo (ICM, 2006). La ICM estima que los trabajadores de la construcción
representan el 7% de la fuerza laboral total.
2.1 Cuestiones e inquietudes de los jóvenes trabajadores
Aunque los datos correspondientes a los sectores de la ICM se limitan al sector de la construcción, se podría
sostener que los problemas y preocupaciones que afectan a los trabajadores jóvenes, en general, también
son relevantes para los jóvenes trabajadores en sectores de la ICM.
La construcción es uno de los principales sectores que emplean la mayor proporción de trabajadores
jóvenes en todo el mundo. El trabajo en el sector de la construcción está basado en proyectos y el empleo
en el sector es inseguro y a corto plazo, mal remunerado y, a menudo, con una protección social limitada (o
sin ella). El sector de la construcción está dominado por microempresas, de las cuales alrededor del 90%
tienen menos de 10 trabajadores (ICM, 2006). El trabajo irregular informal es la norma en este sector. Los
trabajadores son contratados a través de agencias intermediarias, subcontratistas sólo de mano de obra, o
en el caso de trabajo de jornalero, se recogen directamente en puntos designados. La subcontratación, que
puede implicar múltiples capas y cadenas (véase la Figura 5), en efecto ha reducido la responsabilidad directa
del contratista principal, ya que las relaciones laborales se exteriorizan a través del uso de subcontratistas y
agencias de colocación.
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Hacia una estrategia mundial por la juventud
Figura 5
Ejemplos de cadenas de contratistas en procesos de subcontratación
Fuente: Houwerzijl, Mijke and Peters, Saskia (2008),
Figura 1, p. 9.
Como los grandes proyectos de construcción de gran escala a menudo se concentran en las ciudades y
aglomeraciones industriales y en las áreas metropolitanas, muchos trabajadores de la construcción, incluidos
los jóvenes, son trabajadores migrantes. Estos trabajadores migrantes pueden proceder de las zonas
rurales de un país o de otros países menos desarrollados. Por ejemplo, en 2006, alrededor del 80% de la
fuerza laboral de la construcción de viviendas / edificios en Malasia se componía de trabajadores migrantes
procedentes de Indonesia, Bangladesh, Vietnam, China, Nepal, Birmania, Filipinas, y Tailandia (Chang, 2007).
En Tailandia, cerca de medio millón de trabajadores migrantes transfronterizos, principalmente birmanos,
estaban trabajando en la construcción en 2006 (ibid). Los trabajadores migrantes, junto con el trabajo
informal, a menudo se utilizan para reducir los costos. Chang (2007) señala la tendencia creciente en el
sector de la construcción de Malasia de sustituir a los trabajadores locales fijos por trabajadores migrantes
sin protección y de duración determinada. Añade que en Tailandia, la mayoría de los trabajadores migrantes
en el sector de la construcción reciben salarios por debajo del salario mínimo. En China, más del 80% de los
trabajadores de la construcción se dice que están empleados informalmente en las ciudades y municipios
(ibid). En las grandes ciudades, en general los trabajadores son en su mayoría migrantes internos de las
provincias que se agrupan en las ciudades en busca de trabajo de jornalero en las obras de construcción sin
contrato escrito. En Beijing, por ejemplo, de los 8 millones de trabajadores migrantes (internos) estimados,
alrededor del 25% (2 millones) trabajan en la construcción
Como los jóvenes son a menudo personas que buscan trabajo por primera vez, sin (o poca) experiencia
laboral, suelen encontrarse en trabajos manuales no cualificados, a menudo periféricos, en la construcción.
Tal es particularmente el caso de los trabajadores de la construcción jóvenes en las economías en desarrollo.
A este respecto, se podría decir que la mayoría de los trabajadores jóvenes están en el fondo de un mercado
laboral de por sí ya muy irregular e informal en el sector de la construcción.
Los trabajadores jóvenes en el sector de la construcción, donde el trabajo irregular e informal es la norma,
también viven largos períodos de desempleo. Sin embargo, la duración y la frecuencia del desempleo
dependen en gran medida de la disponibilidad de empleos en la construcción. Una economía que está
atravesando un auge de la construcción puede reducir el período de desempleo de los trabajadores de
la construcción, ya que pueden encontrar trabajo en otras obras y proyectos de construcción una vez
que termine su trabajo actual. Según Yuson (2001), en promedio, el período de trabajo de un trabajador
de la construcción varía de 4 a 6 meses. Este período de trabajo puede estar formado por dos o tres
proyectos o fases de proyectos. Entre puestos de trabajo en obras de construcción, los trabajadores están
desempleados o realizan pequeños proyectos para familias locales. En muchos países en desarrollo, los
trabajadores de la construcción se desplazan regularmente entre el trabajo en el sector “doméstico” y trabajo
basado en proyectos el en el sector formal (OIT, 2001: 30)
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Hacia una estrategia mundial por la juventud
Los trabajadores jóvenes en el sector de la construcción también están expuestos a los riesgos para la
salud típicos del sector, tales como niveles de ruido que a menudo superan los estándares y resultantes
en altas tasas de pérdida auditiva. Los trabajadores jóvenes también corren el riesgo de desarrollar
trastornos musculoesqueléticos, como resultado de los factores de trabajo físicamente exigentes (como
trabajar en posiciones incómodas, la manipulación de cargas pesadas y el trabajo repetitivo). El trabajo en
la construcción implica un trabajo al aire libre en ambientes calurosos o calurosos y húmedos. Hay riesgos
para la salud a largo plazo causados por la exposición a la radiación ultravioleta del sol (UV), como el cáncer
de piel, lesiones oculares, debilitamiento del sistema inmunológico y el envejecimiento prematuro de la piel
(Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, 2006: 103). Estudios demuestran que las
personas que trabajan fuera, como los trabajadores de la construcción, corren el riesgo de desarrollar cáncer
de piel (ibid). Además, los trabajadores jóvenes, como otros trabajadores de la construcción, están expuestos
a sustancias químicas peligrosas como el amianto, que pueden causar cáncer de pulmón y de la pleura o
enfermedad (asbestosis); los isocianatos que pueden provocar irritación respiratoria, asma, erupciones en la
piel o inflamación, y una enfermedad alérgica inflamatoria del pulmón, el plomo que puede causar deterioro
en el desarrollo y neurológico, retraso mental, anemia, esterilidad, y, posiblemente, cáncer, y el sílice que
puede causar enfermedad pulmonar (silicosis) y cáncer (ibid: 99). Los trabajadores de la construcción jóvenes
manejan los desechos y otros materiales contaminados, que pueden causar diarrea, infecciones transmitidas
por la sangre, irritación de los ojos o de la piel, sarpullido o inflamación, problemas respiratorios y asma (ibid).
La construcción está en segundo lugar después de la agricultura, en términos de alta incidencia de
accidentes mortales entre los trabajadores jóvenes. Es el sector con el mayor número de muertes de
trabajadores jóvenes (Figura 6).
Figure 6
Tasa de incidencia estandarizada de los accidentes mortales en el trabajo por actividad
económica, gravedad y edad (por 100.000 trabajadores), Unión Europea, 2003
Fuente: Tomado del Informe del Observatorio Europeo de Riesgos: La SST en cifras: Los trabajadores jóvenes – Datos y cifras
(Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, 2006: 143, figura 24).
Cuando se trata de sector de la madera la documentación es bastante limitada. Sobre la base de diversos
documentos consultados sobre los riesgos de salud que enfrentan los trabajadores de la madera en
Pakistán, Mirza (2010) señala que estos trabajadores están expuestos al polvo de madera y otros riesgos
biológicos relacionados con el polvo de madera, como hongos, bacterias y endotoxinas y sustancias
químicas como el formaldehído y el fenol. La exposición de los trabajadores de la madera a altas
concentraciones de polvo y otros peligros biológicos y químicos puede dar lugar a una variedad de síntomas
que van desde la nariz tapada en el trabajo, tos, enrojecimiento de los ojos, la nariz que pica, flema, síntomas
del asma y bronquitis crónica y problemas del oído (Mirza, 2010: 3). Estos síntomas pueden conducir a
diversas enfermedades, tales como: disfunciones pulmonares, enfermedades respiratorias no cancerosas
como la rinitis, bronquitis crónica, neumonitis por hipersensibilidad, cánceres ocupacionales como el cáncer
naso sinusal, carcinoma de laringe, cáncer de pulmón, mesotelioma, enfermedad de Hodgkin, cáncer de
vejiga, cáncer de piel , de próstata y el cáncer de cerebro (ibid: 1)
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Hacia una estrategia mundial por la juventud
3. Políticas y programas del empleo juvenil
En general, hay que dar prioridad al empleo de la juventud en las agendas nacionales para prevenir la
aparición de una “generación perdida”, como señala la OIT. El empleo juvenil requiere un marco político
coherente que incluya políticas macroeconómicas, políticas de mercado laboral y políticas de redistribución.
En 2012, la 101 ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT hizo un llamado a la acción
relativo a la crisis del empleo juvenil. La OIT instó a los gobiernos de todo el mundo que diesen la máxima
prioridad a la promulgación de políticas de empleo juvenil en los países donde tales políticas se siguen
queriendo, e incrementasen las medidas para el empleo juvenil en los países donde ya se han adoptado
tales políticas. La OIT identifica cinco áreas importantes de intervención: (i) políticas macroeconómicas y
sectoriales, (ii) políticas y programas activos de empleo, (iii) normas laborales y protección social para los
jóvenes, (iv) diálogo social y partenariados para el empleo juvenil, y (v) apoyo a la información del mercado
laboral y sistemas de análisis.
4. La juventud y los sindicatos
A nivel mundial y regional, es difícil obtener datos sobre la proporción de jóvenes en la membresía total del
sindicato, más aún separados por sector. Si bien hay datos nacionales proporcionados por la OIT y la OCDE
sobre la densidad sindical y el número de miembros de los sindicatos, éstos no están desglosados por grupo
de edad y sector.
Como los jóvenes tienen más probabilidades de encontrar empleo en sectores con niveles de afiliación
más bajos (v.g., ventas y ocupaciones afines, servicios de comida), están representados de manera
desproporcionada en los sindicatos. Sin embargo, hay estudios que indican que las tácticas y las actividades
sindicales en la organización de miembros parecen no alcanzar a los jóvenes trabajadores. Una encuesta de
Eurostat (2009), por ejemplo, destacó que en 2006 menos del 4% de los jóvenes europeos participaba en las
actividades de los partidos políticos o sindicatos.
En relación con esto, en base a una encuesta recientemente llevada a cabo entre los representantes de
las organizaciones juveniles de los afiliados nacionales de la Confederación Europea de Sindicatos (CES),
Vandaele (2012: 1) halló que, en general, “los representantes de los jóvenes sienten que sus confederaciones
no están haciendo lo suficiente para atraer y movilizar a los trabajadores jóvenes. Aunque existan órganos de
representación de jóvenes en la mayoría de las confederaciones, no tienen suficientes recursos financieros y
de personal para lograr que la voz de los jóvenes trabajadores se escuche adecuadamente en las estructuras
de la confederación”. Entre los seis sindicatos de la construcción que cubrían en su estudio, por ejemplo,
Fontes y Margolies (2010) encontraron que, si bien todas estas organizaciones habían visto la necesidad de
involucrar a los jóvenes trabajadores, ninguna de ellas tenía un comité de jóvenes y ninguna de ellas había
celebrado una conferencia de la juventud. Tres de los seis sindicatos habían tenido programas de desarrollo
de liderazgo para los miembros jóvenes, mientras que sólo un sindicato ofrecía pasantías para jóvenes
miembros.
Organizar a los trabajadores jóvenes es clave para mantener un movimiento sindical revitalizado y en
crecimiento. De hecho, la tasa de afiliación sindical sumamente baja entre los trabajadores jóvenes indica
“un mundo de trabajo futuro con muy baja densidad sindical” (Fontes y Margolies, 2010: 13). En el sector
de la construcción, por ejemplo, los sindicatos han expresado su preocupación sobre el mantenimiento
de una mano de obra cualificada y la incorporación de nuevos miembros a medida que miembros de más
edad se van jubilando (ibid). Un estudio realizado por Schmitt (2008) subraya que la sindicalización tiene un
impacto positivo sobre los salarios y beneficios de los jóvenes trabajadores estadounidenses, definidos en
el estudio como aquellos de entre 18 y 29 años de edad. A pesar de todo esto, los trabajadores jóvenes
siguen estando representados de manera desigual en los sindicatos. Los sindicatos se enfrentan a una serie
de retos de organización y participación de los trabajadores jóvenes. Fontes y Margolies (2010: 3) enumeran
algunos de estos retos:
• Los trabajadores jóvenes a menudo no consideran su trabajo actual como una carrera y ante
condiciones de trabajo inaceptables hay más probabilidades de que busquen un nuevo trabajo, de
que se organicen.
• Los trabajadores jóvenes tienden a trabajar en sectores y puestos de trabajo con altas tasas de
rotación, lo que hace más difícil la organización.
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Hacia una estrategia mundial por la juventud
• Algunos sindicatos que utilizan organizadores mayores y métodos tradicionales de comunicación no
pueden conectarse eficazmente con los trabajadores más jóvenes.
• Los miembros del sindicato más jóvenes tienen más probabilidades de experimentar retornos
sindicales y sistemas a dos niveles al mismo tiempo cuando miembros sindicales de más edad tratan
sin éxito de conseguir que sus pares más jóvenes aprecien las luchas sindicales del pasado.
• Las culturas sindicales reflejan los gustos y experiencias de los miembros de más edad y éstos a
menudo no atraen a los más jóvenes.
Existe una percepción generalizada de que a los trabajadores jóvenes tienen más aversión a los sindicatos
que los adultos. Sin embargo, Fontes y Margolies (2010) sostienen que esto no necesariamente es así.
En cambio, señalan que los trabajadores jóvenes – de entre de 18 y 35 años - han tenido poco contacto
con los sindicatos y, por lo tanto, poco o nada de información sobre ellos, dada la disminución del número
de hogares sindicales. Hacen hincapié en que los trabajadores jóvenes tienen muchos problemas que los
sindicatos pueden abordar. Muchos jóvenes se enfrentan a la reducción de las oportunidades de trabajo ya
un entorno laboral cada vez más inseguro. Cada vez son más los jóvenes que tienen que tener dos o tres
trabajos para mantener a sus familias. Muchos están sometidos a la presión de deudas que aumentan para
sostener sus estudios (sobre todo en el nivel terciario). En los Estados Unidos por ejemplo, Eichler (2012)
señala que los jóvenes tienden a tener niveles más altos de deudas en relación con los estudios que hace 15
años.
En tiempos de recesión, los trabajadores jóvenes son los primeros en perder sus puestos de trabajo y,
por lo tanto, son los más afectados en los momentos difíciles. Como los jóvenes son más propensos a
ser los nuevos empleados, muchos de ellos se enfrentan a problemas de dos (o más) niveles salariales
y condiciones de trabajo. Muchos trabajadores también enfrentan hostigamiento y falta de respeto en el
trabajo. Por último, muchos jóvenes son padres, cuidadores y están ayudando a su familia.
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Entrevista (via Skype)
Carlos Añonuevo, International Education Secretary, Building and Wood Workers’ International (BWI), 7 March 2013.
11
LA JUVENTUD, EL MERCADO
LABORAL Y LOS SINDICATOS
Internacional de Trabajadores de la
Construcción y la Madera - ICM
54 route des Acacias
CH-1227 Carouge GE
Suiza
Tel.: +41 22 827 37 77
Fax: +41 22 827 37 70
Email: [email protected]
www.bwint.org
La Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera (ICM) es la Federación
Sindical Internacional que agrupa a sindicatos libres y democráticos con miembros en
los sectores de la construcción, de los materiales de construcción, de la madera, de la
silvicultura y sectores afines. En total la ICM cuenta con 333 sindicatos que representan
a 12 millones de miembros en 130 países. La sede se encuentra en Ginebra, Suiza.
Tiene oficinas regionales y oficinas de proyectos en Panamá y Malasia, Sudáfrica,
India, Burkina Faso, en el Líbano, Chile, Kenia, Tailanda, Rusia, Perú y Brasil. La misión
de la ICM consiste en promocionar el desarrollo de sindicatos en las industrias de la
construcción y la madera en el mundo, promocionar y reforzar los derechos de los
trabajadores en el contexto del desarrollo sostenible.
Internacional de trabajadores de la construcción y la madera, Ginebra, octubre de 2013
www.bwint.org
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