1. Generalidades 1.1. Necesidad de medición El agua es un bien escaso. En el panorama internacional existen fuertes desigualdades de recursos hídricos tanto en su conjunto territorial como en su distribución por habitante. También hay grandes diferencias de accesibilidad, de estructuras, sensibilidades y utilizaciones. Las necesidades crecientes de agua ligadas al desarrollo y al progreso industrial conducen inevitablemente a una explotación integral entre los recursos y las demandas. Es sobre cualquier bien escaso donde aparece la necesidad de control. Si se desea que su uso sea el estrictamente necesario y se evite así el despilfarro incontrolado, es necesario utilizar los medios técnicos existentes para el control y la medición de la demanda y, consecuentemente, en la participación equitativa y equilibrada de los costos de explotación entre todos aquellos consumidores que intervengan en el consumo. Los argumentos en favor de la medición están basados principalmente sobre dos consideraciones. - Una que se apoya en la afirmación, contrastada con la realidad experimental, observada en numerosas ciudades del mundo, según la cual la presencia de medidores disminuye la consumición de agua. - Otra que constata que la medición permite una mejor equidad en el reparto de las cargas económicas entre los usuarios por afección a cada uno de su propia consumición. 1.1.1 Reparto equitativo de participación entre los usuarios. El reparto de cargas de participación, “La factura del agua”, de no existir medidores de medición, suele hacerse en función de algún parámetro o una combinación de ellos, tales como m² de superficie construida, nº de habitantes, nº de empleados, tipo de uso, nº de camas, tipo de comercio o de industria etc., ello conduce inevitablemente a un reparto de las cargas económicas, no equitativo, respecto al volumen real consumido por cada usuario. Cualquiera de estos tipos de repartición de prorrateo tiene, no obstante, un inconveniente mayor: hacer soportar a cada usuario las cargas debidas al despilfarro de otros usuarios negligentes; éstos piensan que su descuido será repartido entre todos los demás usuarios. A veces, todos hacen el mismo razonamiento y el despilfarro se convierte en general. Es opinión generalizada entre los usuarios que, si la factura tiene en cuenta la medición, y cuanto más individualizada sea ésta mejor, el reparto de las cargas económicas son más justas y equitativas. 1 Con mediciones individualizadas se consigue un tipo de facturación que genera menos recriminaciones de repartición, al estar asegurada la base de equidad. Desde el punto de vista de la colectividad, la medición es siempre beneficiosa. 1.1.2 Economía en el consumo de agua, por el uso de medidores. Los diversos ensayos realizados en distintas ciudades y el uso generalizado de medidores divisionarios (un medidor por apartamento), entre otras cuestiones, han mostrado una disminución del consumo, cuyo orden de magnitud se sitúa alrededor del 40%, dependiendo, entre otros, de factores tales como, el precio del agua, el tipo de tarifación, la climatología, los usos y costumbres, etc. Asimismo, se han observado disminuciones cercanas al 40% en establecimientos no domiciliarios, tales como, hoteles, comercios, edificios de oficinas y otros, al instalar un medidor y pasar a facturar en función del consumo real en lugar de una cantidad fija mensual o trimestral. En algunas ciudades es obligatorio, por ley, en edificios de nueva construcción, el medidor divisionario por usuario; en otras, existen recomendaciones en este sentido y, en otras, no existe disposición alguna sobre el particular. Puede afirmarse, pues, que la presencia de medidores disminuye la consumición de agua fría. Esta disminución es particularmente importante. El agua y su entrega al usuario final implican unos costes de infraestructura y de explotación en función de su cantidad, tanto en lo referente al agua potable, como al de la ya usada, recogida por las redes de alcantarillado. Todo despilfarro de agua necesita de un sobredimensionado, estaciones de captación, tratamiento, bombeo, redes de distribución, redes de alcantarillado y plantas depuradoras de aguas usadas y, consecuentemente, de inmovilizados superiores a los necesarios. En otro orden de cosas, el medidor individualizado permite un control mucho más eficaz de aquellos abonados que no pagan sus facturas, pudiéndoseles efectuar el corte del suministro individualizado y, con ello, facilitar la regularidad del cobro de la factura del agua que, al fin y al cabo, es la que permite la autosuficiencia económica de toda explotación y su permanencia a lo largo del tiempo. Debe hacerse notar que los medidores deben ser colocados en lugares de fácil acceso, de forma que se facilite su lectura y mantenimiento. 2 1.1.3 Distintos tipos de medidores. - Medidores de velocidad. Estos registran la cantidad de agua que circula a través de ellos, en función de la velocidad de rotación adquirida por una turbina o bien una hélice, según sea el caso, y éstas transmiten su movimiento al mecanismo registrador. El chorro del agua puede incidir, en el caso de la turbina, en forma de chorro único, o bien en forma de chorros múltiples. - Medidores de volumen. Éstos registran directamente el volumen de agua que los atraviesa, llenando y vaciando sucesivamente uno o más volúmenes fijos y produciendo en cada operación de llenado y vaciado el desplazamiento de un órgano móvil que imprime movimiento al mecanismo registrador. Debe indicarse la existencia de medidores combinados, los cuales están formados por dos medidores, uno principal (el de mayor tamaño) y otro secundario (de menor tamaño). Una válvula de conmutación impide que el agua pase por el medidor principal cuando el caudal es pequeño. En la actualidad existe en el mercado el denominado medidor electrónico, en el cual básicamente se ha reemplazado la parte de elementos mecánicos de transmisión por un chip electrónico que, no sólo permite disminuir las inercias y rozamientos, sino que incorpora funciones tales como memorización del caudal máximo, del mínimo, etc., así como facilita la lectura a distancia. 3 En la fig.1 puede observarse una síntesis de los principales sistemas de medidores y una indicación general de su campo de aplicación. 1.1.4 Curvas típicas de precisión de los medidores. Para un mismo tamaño de medidor, la precisión de medición obtenida a caudales pequeños (sensibilidad del medidor) varía en general de más a menos precisión, según sea respectivamente el sistema, de volumen, combinados, a turbina chorro múltiple, a turbina chorro único y a hélice. En la figura 2, se representa una curva tipo en la que se relacionan los caudales que circulan por un medidor con los errores en que los mismos son medidos y con las pérdidas de presión que se producen en el medidor por la circulación de los citados caudales. La citada figura es lo suficientemente explícita con sus respectivas anotaciones y nos indica claramente lo que significan las expresiones: “Límite de arranque”, por debajo del cual el error es del -100%, porque, aunque circule una cierta cantidad de agua, el medidor tiene suficiente inercia y rozamientos para no empezar todavía a girar y “Límites inferior y superior de exactitud”, que son caudales superiores al anterior, en los que por defecto el primero y exceso el segundo, el error queda entre ± 5%. Con caudales que excedan del límite superior de exactitud, el medidor alcanza una precisión considerable y constante, manteniéndose el error en el margen de ± 2%. Se trata, desde luego, de la curva teórica recogida por las Normas de varios países y es aplicable de forma general. Fig. 2 4 Respecto de estas curvas teóricas y las experimentales, que mediante ensayos se pueden obtener de los medidores para compararlas con aquéllas, hay que señalar que dan para cada uno de los caudales que circulan en un momento dado, el error con que es medido y la pérdida de presión que se produce en el medidor. Si el caudal fuera constante o cupiera suponer que siempre está por encima del límite superior de exactitud, sería fácil conocer el error con que se mide el volumen total que ha circulado. La precisión sería entonces muy elevada, especialmente si nos referimos a la suma de caudales medidos por un grupo de medidores, como pueden ser todos los de una ciudad o una parte de ella. Lo cierto es que este supuesto no se da en la realidad y que, por el contrario, el volumen total de agua registrada en un período de tiempo, está formado en la realidad por una sucesión de caudales ampliamente variables desde el caudal nulo, éstos se dan sobre distintos puntos en la curva, presentando en consecuencia, errores muy diversos de medición. El error de medición total es, por tanto, una combinación desconocida de los errores con que son medidos los diversos caudales instantáneos que sucesivamente circulan por el medidor. En la fig. 3 puede apreciarse que de dos medidores de distintos sistemas (medidor a turbina y medidor a hélice axial) y de un mismo tamaño, el de hélice axial dispone de un mayor caudal máximo y de una pérdida de presión menor, aunque también menor precisión de medición a pequeños caudales respecto al de turbina. Fig. 3 5 1.1.5 Función de los medidores en la valoración sistemática de las pérdidas de explotación. En todo sistema de abastecimiento existe una parte fundamental del mismo que son sus Redes de Distribución. Siempre que se desee apreciar la calidad de la estanqueidad del conjunto de una red de distribución, es necesario el establecimiento de una ratio que se suele llamar, “Rendimiento de la red”, que permite establecer una valoración de su estanqueidad, así como de su evolución temporal. Para obtener ese “Rendimiento de la Red” deben obtenerse en paralelo los volúmenes utilizados por el total de los consumidores y los introducidos en la Red. Se puede definir simplemente como Rendimiento de la Red, la relación entre el “volumen de agua efectivamente entregado a los consumidores”, respecto del “volumen aportado a la red”, y expresarlo bien sea en %, en m3 perdidos por año y por km de red, en litros día y abonado, etc. Fuere como fuese los medidores de los usuarios deben cumplir la función de contabilizar el “volumen de agua efectivamente entregada a los consumidores” Rendimiento de la red en % V entregado a la Red - V consumidores 1100 V entregado a la Red Rendimiento de la red en m3/año y km de red V entregado a la Red - V consumidores nº km de la Red Rendimiento de la red litros/ día y abonado V entregado a la Red - V consumidores nº abonados Las ratios de rendimiento hidráulico a poder establecer en todo el conjunto de una explotación son variados y distintos, como por ejemplo, el relativo a las plantas de captación y depuración, el de las tuberías principales de transporte, aquellos que incluyen las propias necesidades de explotación y los que no etc. No obstante, aquí sólo se pretende fundamentalmente resaltar la importancia de los medidores, de los usuarios, para la cuantificación del agua entregada a estos y su posterior utilidad en el cálculo del Rendimiento de la Red. 6 1.2.Distintos tipos de suministros. Se entiende como suministro el hecho de aportar agua a un edificio determinado, deben considerarse sólo dos posibilidades, suministro individual con medidor único para todo el inmueble y suministro divisionario con varios medidores, destinados a los posibles y distintos usuarios de un mismo edificio. Pero, en ocasiones es interesante considerar también la posibilidad de que el suministro esté falto de presión o que la poca regularidad en el suministro y las necesidades concretas de una instalación determinada, sean argumentos lo suficientemente importantes como para estudiar la acometida única con suministro a depósito a presión atmosférica. Es de interés definir previamente como acometida, la instalación comprendida entre la tubería de la red de distribución y la instalación interior del edificio, es decir, por lo general es el nexo de unión entre la instalación de la entidad suministradora y la del usuario dentro de su edificio, por lo que su diseño y utilidad estará íntimamente ligada a las necesidades propias del inmueble, su destino y configuración. 1.2.1 Acometida con medidor único (suministro a depósito a presión atmosférica). Dado que se ha definido la acometida como el nexo de unión entre la entidad suministradora y la instalación interior del edificio, por lo común será la primera quien, una vez preparada la instalación del inmueble, procederá al empalme definitivo y a la instalación completa de la acometida. El tamaño de la misma definirá en gran medida sus características estructurales. Determinadas las necesidades que posteriormente estudiaremos, el diámetro de la acometida especialmente condicionará de forma obvia su construcción, incluso la capacidad de la red que le aportará suministro. Los criterios constructivos son múltiples y existen gran variedad de opiniones en este sentido, que ya analizaremos, pero lo que parece importante conceptualmente, son los elementos que componen la acometida. Será interesante, en primer lugar, considerar la forma de conexión a la red general de distribución. Así, dependerá del diámetro de la acometida, su ingenio de conexión, dadas en cada caso sus posibilidades hidráulicas. En acometidas inferiores a 40 mm de diámetro, se instalará sobre la tubería de la red de distribución pública mediante un taladro directamente proporcional a las necesidades de suministro, acoplando un sistema de toma que al mismo tiempo de asegurar la estanqueidad, permita la continuidad de la acometida. (ver fig. 4) 7 Fig.4 En la acometida superior a 40 mm de diámetro, será necesario intercalar una “T”. (En algunas explotaciones como es el caso de Buenos Aires, existen acometidas de 50 mm mediante toma directa “collarín”) para efectuar una derivación, con lo que aseguraremos, como en el caso anterior, la continuidad de la acometida. Es conveniente que la toma en sí y, a continuación, toda la acometida se instalen normal a la tubería de distribución y a la fachada del inmueble en el lugar preciso donde se haya previsto en el proyecto. Al instalar una acometida parte de ella quedará en el exterior de la fachada en la vía pública y parte en el interior del inmueble. Deberíamos tener en cuenta en el paso de la fachada su condición de elemento rígido y estructural, condiciones que como se verá tendrán que analizarse en el proyecto. Es deseable colocar una válvula o llave en la acera de la vía pública, llamada de registro o llave maestra. Así el acceso de la entidad suministradora en el caso de avería será fácil e inmediato. Antes de penetrar en el edificio, es oportuno la preparación de los elementos que han de alojar a las instalaciones y, concretamente en este caso, a la acometida de agua. Debe estar el edificio provisto de todo tipo de elementos para ubicar este modelo de instalación, siendo necesario un conocimiento amplio de los mismos o, lo que es más importante, totalmente normalizados. En primer lugar se introducirá en el edificio por el pasamuros, espacio destinado al tubo de la acometida; posteriormente, el medidor (en ciertas ocasiones éste se instala en la acera de la vía pública), y otra válvula o llave (llamada de paso) quedarán dentro de una arqueta o armario registrable destinado a este efecto. 8 La instalación de la válvula o llave de paso nos diferenciará las instalaciones propias de la entidad suministradora y las que pertenecerán a la propiedad del inmueble, (en algunas explotaciones como es el caso de Buenos Aires, es la llave maestra la que formaliza la diferenciación). Sobre la llave de paso se entregará una pletina que conectará un tubo que llamaremos de alimentación. Éste, en el caso que nos ocupa, verterá sobre un depósito cuya capacidad, estará directamente relacionada con las dimensiones del edificio; destino del mismo, necesidades de almacenaje etc. Al verter el agua dentro del depósito ésta quedará a presión atmosférica, no aprovechando para nada la poca o mucha presión que pueda tener la red de distribución. Como se evidencia, el sistema se adapta fácilmente a redes con débil presión, de no ser así, provocará un dispendio energético difícil de justificar. (ver fig. 5) Fig.5 Una vez acumulada el agua en el depósito, dispondremos de una instalación interior que será alimentada a través del equipo de bombeo adecuado, para cada ocasión, así como los automatismos necesarios de puesta en marcha y paro. Citábamos anteriormente que la acumulación dentro de los edificios permite en ocasiones aliviar la escasez de suministro en horas puntas y en redes de distribución con frecuentes averías. Esta problemática creemos prudente diferenciarla de la expuesta anteriormente. Si la aportación tiene presión suficiente 9 como para llegar a la altura máxima del edificio, las instalaciones más usuales se basan en colocar depósitos acumuladores en el punto más alto; lo que permite, por medio de uno o varios bajantes, suministrar a las plantas y mantener las eventualidades que hemos comentado. Como mínimo se aportará la presión de la altura sin instalar ningún tipo de elevación y, por ello, un buen ahorro energético. (ver fig. 6) Fig.6 1.2.2 Acometida con medidor único, suministro directo con presión. La estructura de la acometida ya ha sido comentada en el apartado anterior. No tenemos en este caso ninguna diferencia. Todos los elementos son y están dispuestos de la misma forma, cumpliendo su misma función. (ver fig. 4) La instalación posterior dependerá del tipo de edificio donde se integre, por lo que variará sustancialmente la instalación interior. Desde el punto de vista de la entidad suministradora, su tratamiento será totalmente igual tanto si es para una vivienda individual, para una industria, hospital, etc., como para un edificio con distintas plantas y habitáculos; sólo variará el dimensionado que, posteriormente analizaremos de manera amplia. Generalmente la entidad suministradora sólo intervendrá en el mantenimiento de aquellos elementos de la acometida en sí, es decir, llaves, válvulas y medidor, y será el titular del contrato de abono quien asuma los eventos de su instalación interior. 10 En la mayoría de edificios, después de la llave de paso se conectará de forma adecuada el tubo de alimentación, situado a continuación de la acometida, llegando en cada caso al lugar previsto según el diseño de la instalación interior. El proyecto dependerá del mismo funcionamiento del edificio y de la finalidad de su construcción. Ya en el tubo de alimentación, dentro de la instalación interior del edificio, se colocará por motivos sanitarios una válvula de retención, en ocasiones incorporada directamente en la llave maestra o la de paso, la cual evitará el retorno del agua que ocupa dicha instalación, en el caso de que se vaciara por avería la acometida o incluso la tubería de la red de distribución en la vía pública. (ver fig. 7) Fig.7 Lo fundamental en este tipo de acometidas es disponer de una presión suficiente en la vía pública para el suministro total o parcial del inmueble. En los casos donde por su altura la presión sea insuficiente para su suministro total, será necesario instalar un equipo adecuado de sobreelevación, con el fin de que el resto del edificio reciba el caudal conveniente en perfectas condiciones. (ver fig. 8) 11 Fig.8 En esta figura se aprecia en un mismo edificio los dos tipos de instalación: un montante general con presión de suministro en la vía pública, que es útil para cinco plantas, y un montante de sobreelevación a partir de la sexta para seis plantas. Como complemento a este tipo de instalación, sería necesario cuidar elementos tales como la colocación de llaves de paso en todas las salidas del montante. En los edificios que sea necesario controlar el agua consumida por planta, se instalará un medidor en cada una después de la llave y protegido por una llave posterior para facilitar su cambio. 1.2.3 Acometida con varios medidores, suministro directo con presión y/o sobreelevación. Este tipo de acometida tendrá diferencias en su composición respecto a las analizadas anteriormente. La fundamental es la sustitución de un medidor general por lo que denominaremos batería de medidores. Es un sistema que será muy útil en aquellos edificios cuyas plantas estén ocupadas por distintos locales sin ninguna relación; edificios comerciales, oficinas, viviendas etc. Dispondremos de 12 un medidor por consumidor y la entidad suministradora tendrá tantos clientes como propietarios o inquilinos tenga el inmueble. Tendremos en la acera de la vía pública, al igual que en las acometidas ya comentadas, una llave de registro y posterior a la fachada. En el interior del vestíbulo estará situada la llave de paso. (ver fig. 9) Fig.9 La diferencia respecto a los casos anteriores es que en este lugar no se dispone de medidor general. También, como en los otros diseños de acometida, coincidirá el sistema de toma a la red general así como el dimensionado más conveniente en cada caso y que posteriormente estudiaremos. Los medidores del sistema divisionario estarán dispuestos en la batería en un espacio de la planta baja del edificio destinado a tal efecto y estratégicamente situado. El tubo de alimentación es la tubería existente entre la válvula de paso y la batería de medidores. Antes de éste, el tubo irá equipado con una válvula antiretorno, por los motivos sanitarios ya descritos. La batería será el elemento de conexión entre todos los medidores. (ver fig. 10) 13 Fig.10 Existen muchos modelos de baterías, pero de momento bastará con decir que es un tubo en forma de circuito cerrado con unas boquillas de salida. Boquilla donde se adapta una pletina y ésta a la vez, sustenta dos llaves que mantienen el medidor sujeto. La llave que está sobre la pletina de la batería la llamaremos llave de entrada, que al mismo tiempo empalmará el medidor con un racord rosca. Siguiendo la dirección de medición de agua en la otra rosca del medidor tendremos también, a través de un racord, la llave de salida, equipada con un injerto perpendicular al cuerpo, desde donde partirá de forma ascendente el montante. Ambas válvulas aseguran la perfecta maniobrabilidad para la sustitución o reparación del medidor, permitiendo en todos los casos el corte de suministro y el acceso para cualquier reparación. Estas llaves tienen una válvula antiretorno en su interior, como sistema de protección de la medición del medidor. (ver fig. 11) 14 Fig.11 Normalmente la conservación de estos medidores corresponde a la empresa suministradora, así como las llaves. Dispondremos, como decíamos, de un montante por cliente después de su correspondiente medidor. Éste estará ubicado dentro de un espacio vertical común del inmueble, patio de luces, patinejo, etc. Todos los montantes transcurren por el mismo espacio o espacios similares, entrando en cada lugar de suministro con una válvula de seccionamiento antes de la instalación interior propia del usuario y en plano horizontal. La altura de los distintos montantes será la de la planta a la que suministran, con la presión de servicio existente en la vía pública. Como comentábamos en el caso anterior, existen edificios en los que, por su especial altura, la presión del servicio público no será suficiente para su suministro. Las instalaciones de este tipo permiten que a partir de una altura determinada se instale otra batería equipada con un grupo de elevación para el suministro de los clientes que estén situados en la parte superior del edificio. (ver fig. 12) 15 Fig.12 No es aconsejable que la instalación de sobreelevación esté conectada directamente al tubo de alimentación. Se establecerán por ello instalaciones de valvulería adecuadas, al igual que un recipiente de aire a presión por donde se efectuará el suministro de la sobreelevación. Las instalaciones de sobreelevación conectadas a la red de distribución sin las debidas protecciones, ocasionarán grandes distorsiones de presión y golpes de ariete a la propia red en perjuicio del conjunto de clientes de la zona. 16 2. Elección del tamaño de acometidas y medidores 2.1 Comentarios generales previos El tamaño de la acometida y del medidor dependerá del edificio al que se ha de suministrar su uso y destino. En el proyecto de cualquier construcción se abordará en detalle el diseño de la instalación. En este capítulo se establecerán necesidades de los distintos elementos y servicios para determinar, finalmente, el caudal máximo probable (Qmp) que implicará el dimensionado final de la acometida y medidores en los suministros directos. Si el suministro es a través de un depósito intermedio, el caudal máximo probable (Qmp) deja de ser el protagonista principal para serlo el caudal medio y la capacidad del depósito intermedio. No cabe duda de que la aportación de la acometida y medidor será la suficiente para el diseño de la instalación adoptado en cada edificio. Pero se ha de estudiar siempre el equilibrio entre medidor, acometida e instalación interior para la obtención del máximo rendimiento. Así consideraremos aspectos tales como que un medidor de menor tamaño es más preciso a caudales pequeños que otro de mayor tamaño; ello deberá conducir a instalar medidores de tamaño excesivo, evitando sólo que el caudal máximo probable (Qmp) no rebase el caudal máximo del medidor elegido. Si un medidor suministra directamente a una instalación de sobre-elevación, el caudal máximo de ésta será el punto de partida para la elección del medidor. La complejidad de utilización de los edificios, que ya advertimos en los temas tratados, aconseja abordarlos desde distintos puntos de vista, según sea el destino del propio inmueble. 2.1.1 Acometidas domiciliarias según nº de viviendas (con suministro directo individualizado) Para poder dimensionar una acometida, es necesario estudiar el sistema de instalación interior que dispondrá el edificio a suministrar. En este caso, el suministro se supone directo e individualizado. No existiendo ningún tipo de depósito intermedio entre la red de la empresa suministradora y los puntos de consumo del usuario domiciliario. En primer lugar, será necesario conocer todos los aparatos domésticos a instalar y atribuirles a cada uno de ellos el caudal instantáneo adecuado. 17 Los valores atribuidos de estos caudales instantáneos no son fruto de una tabla improvisada, es el resultado de experiencias estadísticas y estudios de mesura variados, que han aconsejado la tabulación de estos consumos mínimos por aparato. Los caudales instantáneos mínimos en los aparatos domésticos son los siguientes: Lavabo ……………………………………………. 0.10 l/s Bidé ………………………………………………. … 0.10 l/s Sanitario con depósito ……………………………. 0.10 l/s Bañera ……………………………………………. 0.30 l/s Ducha …………………………………………….. 0.20 l/s Fregadero ………………………………………… 0.20 l/s Lavadero …………………………………………. 0.15 l/s Lavadora de ropa ………………………………… 0.20 l/s Lavavajillas ………………………………………. 0.20 l/s Fig. 13 Partiendo de esta tabla (fig. 13) podremos analizar todo tipo de suministros. Los grupos de viviendas no se proyectan de forma aislada ni son tan distintas unas de otras. Con este criterio unificador se agrupan los caudales por tipos de suministro, apareciendo el término: caudal instalado por vivienda. Caudal instalado Qi de un suministro a una vivienda será el resultado de sumar los caudales instantáneos mínimos correspondientes a todos los aparatos instalados en una misma vivienda, se distinguen los siguientes tipos de suministro: -Suministro tipo A -Su caudal instalado es inferior a 0.16 l/s -Suministro tipo B -Su caudal instalado es igual o superior a 0.6 l/s e inferior a 1 l/s -Suministro tipo C -Su caudal instalado es igual o superior a 1 l/s e inferior a 1,5 l/s -Suministro tipo D -Su caudal instalado es igual o superior a 1,5 l/s e inferior a 2 l/s -Suministro tipo E -Su caudal instalado es igual o superior a 2 l/s e inferior a 3 l/s -Suministro tipo F - Su caudal instalado es igual o superior a 3 l/s e inferior a 4 l/s 18 Fig. 14 El tipo de vivienda nos facilita el caudal instalado (Qi). Pero todos los aparatos de la vivienda no funcionarán de forma simultánea, por lo cual tendremos que analizar, para el cálculo del caudal máximo probable (Qmp), el criterio de simultaneidad. El coeficiente de simultaneidad es un factor de equilibrio menor que la unidad que modificará el valor del caudal instalado, obteniendo el caudal máximo probable (Qmp) que se ajusta en mayor grado a la realidad del comportamiento de las necesidades de la instalación. Qmp = Qi Kv Kv = coeficiente de simultaneidad 1 √n-1 N = número de aparatos Qmp = Qi ___1____ √n-1 De acuerdo con los valores más usuales que pueden adquirir Qmp, se clasifican las viviendas en seis tipos de la A a la F según corresponda respectivamente de 0.35 l/s a 0.84 l/s. Tipo de Viviendas A B C D E F Caudal Instalado en l/s (Qi) < 0.60 <1 <1,5 <2 <3 <4 Valor promedio Kv 0,58 0,45 0,41 0,32 0,25 0,21 <0,45 <0,61 <0,65 <0,75 <0,84 Caudal máximo probable Qmpv en l/s <0,35 Para el cálculo de un edificio de varias viviendas sensiblemente iguales, se considerará el caudal máximo probable, en función del número de viviendas. En este caso, el resultado 19 tampoco considerará el caudal total del edificio ya que existirá también un coeficiente de simultaneidad para todas las viviendas. Qmpe = Qmpv . N . Ke Qmpe = caudal máximo probable edificio. Qmpv = caudal máximo probable vivienda. N = número de viviendas iguales. Ke = coeficiente simultaneidad edificios. 19 + N Ke= 10 (N+1) 19 + N Qmpe = Qmpv . N . 10 (N+1) Fig. 17 Todos estos aspectos y los siguientes, están recogidos en las normas de instalaciones interiores del Ministerio Español de Industria y Energía que, en base a estos valores, fijan el número de viviendas de cada tipo a suministrar con los distintos diámetro de acometidas que a continuación se exponen en la fig. 18. Los diámetros referidos siempre son interiores, manteniéndose tales valores en todos los accesorios de la instalación, y sus válvulas cuando éstas son de paso total, siendo la longitud de la acometida igual o menor a 6 m.l. Tubería de paredes rugosas mm Tubería de paredes lisas mm Número máximo de suministros Tipo A Tipo B Tipo C 20 Tipo D Tipo E Tipo F 25,40 31,75 38,10 50,8 63,5 76,2 88,9 20 25 30 40 50 60 70 80 2 6 15 60 100 150 220 350 1 4 11 40 80 120 210 300 1 3 9 33 60 90 170 250 2 7 22 40 60 130 200 1 5 17 35 50 100 150 3 14 30 45 95 120 Fig. 18 Si la longitud de la acometida está entre los 6 y 15 m.l., estos diámetros serán aumentados en 12,7 ó 10 mm. según los dos casos analizados, paredes rugosas o lisas. Esta longitud puede exceder de 15 m.l., en este caso los diámetros deben ser aumentados en 25,4 ó 20 mm. respectivamente. Seguidamente pasaremos al dimensionado de los medidores, tanto los divisionarios en batería, como los ordinarios e individuales sobre la acometida. Para el dimensionado se utilizan las tablas siguientes: DIMENSIONADO DE LOS MEDIDORES INDIVIDUALES (DIVISIONARIOS) Tipos de suministro en mm Diámetro medidor en m3/h Caudal nominal Diámetro válvulas en mm A B C D E F 13 13 13 15 15 20 1,25 1,25 1,25 1,50 1,50 2,50 13 13 13 20 20 20 Fig. 19 DIMENSIONADO MEDIDORES GENERALES EN VIVIENDAS Diámetro Contador en mm. Diámetro válvulas de paso reducido Diámetro Número máximo de suministros válvulas de paso total Tipo A Tipo B Tipo C Tipo D Tipo E en mm 21 Tipo F en mm 13 15 20 25 30 40 50 20 25 30 40 40 50 60 15 15 20 25 30 40 50 3 7 15 25 40 90 150 2 5 10 17 25 70 110 1 4 8 15 17 62 90 2 5 9 13 38 65 1 4 8 11 32 60 1 2 4 23 48 Fig. 20 En aquellos casos en que la presión de la red sea débil, deberá ajustarse la tabla anterior para cada caso, de forma que la presión mínima dinámica residual en el interior de la vivienda del usuario, sea de al menos 10 m.c.a. 2.1.2. Acometidas en domicilios colectivos, (suministro a depósito a presión atmosférica) inmuebles de oficinas, escuelas, establecimientos hospitalarios, riego de jardines, etc. Será básico en estos tipos de suministros, diferenciar la existencia o no de depósito entre la acometida y los distintos aparatos de consumo del usuario, ya que un depósito intermedio hace que el caudal máximo probable deje de ser protagonista en la elección del tamaño de la acometida y del medidor. El dato de principal interés entonces, será el caudal medio, junto a la capacidad del depósito o depósitos intermedios. - Acometidas en domicilios colectivos. Si no existe depósito intermedio (suministro directo individualizado) ver 2.1.1. Si existe depósito intermedio, supondremos a éste una capacidad media mínima, correspondiente al consumo diario de la colectividad a que se suministra. Sin embargo, dentro del tipo de colectividad suministrada, éste puede ser un término relativamente variable. Así pues con este planteamiento, el caudal medio deberá permitir elegir el tamaño de la acometida y medidor. Las dotaciones diarias previstas suelen ser distintas, según puede observarse en las múltiples estadísticas recogidas mundialmente, no obstante se detalla a continuación, una muestra de aquellas: Tipo de suministro (ver 2.1.1.) Dotación diaria (d=l/día vivienda) AyB CyD EyF 400 500 650 Si se prevé el llenado del depósito en un tiempo de 6 horas, 22 d.N 1 Q medio = --------- -------- (m3/h) 6 1000 N= nº de viviendas Fig. 21 por lo que Q medio será el caudal máximo probable (Qmp) siempre que se instale un limitador de caudal ver 2.3.4., en caso contrario el caudal máximo circulante (Q’máx) será aquel que en la instalación conjunta de medidor y acometida hasta el depósito, produzca la pérdida de presión correspondiente al total del gradiente disponible entre ña red de distribución y la superficie libre del depósito. Conocido el caudal máximo que debe suministrar la acometida, se podrá dimensionar en función de los valore establecidos en la siguiente tabla (ver fig.22) Diámetro de la acometida 20 25 30 40 60 80 Caudal máximo en l/s 0,4 0,7 1,2 2,5 6 12 Fig. 22 El dimensionado de las acometidas de esta tabla, (fig.22) se ha efectuado por la fórmula de Hazen Williams, de modo que la pérdida de carga producida con el caudal máximo (Qmp) sea del orden de los 0,18 m. por m. Este valor es aceptable y ciertamente útil para acometidas hasta seis metros de longitud, tal como se citó en anteriores tablas, cuando la longitud de la acometida tenga que ser mayor a seis metros, se originará una mayor pérdida de carga que deberá ser compensada con un mayor diámetro. El medidor por su parte, podrá ser dimensionado mediante el caudal máximo que deba circular por la acometida, recomendándose en estos casos ce vertido a depósito con superficie libre a presión atmosférica que: Qmp Qmáx ≤ _____ 0,7 23 o bien Q’máx Qmáx ≤ _____ 0,7 según sea el caso Qmáx = Caudal máximo correspondiente al medidor elegido (ver 2.2) Fig. 23 - Acometidas en pequeños comercios tales como, librerías, colmados, bares, pequeños talleres de carpintería, reparación de automóviles, de electrodomésticos, etc. Se asimilará su dotación por el mismo procedimiento como se ha hecho en las viviendas, según el consumo de los respectivos aparatos existentes, agrupándolos en suministros de tipo A, B, …, F tanto si tienen depósito intermedio como si el suministro es directo y con presión de la red de la entidad suministradora. (ver 2.1.1 y 2.1.2) - Acometidas en inmuebles de oficinas, escuelas, establecimientos hospitalarios, grandes superficies comerciales, hoteles, etc. En el estudio de la acometida especifica para una instalación de este tipo, es obvio que se escapa a cualquier normalización que se hay podido analizar previamente e incluso, todo su carácter especial, no existen argumentos para poder concretar experiencias trasladables de un establecimiento a otro. Es recomendable estudiar en estos casos, conjuntamente con los técnicos redactores del proyecto del edificio y concretamente con aquellos que tengan la responsabilidad de la instalación de agua del usuario su Qmp en cada circunstancia y su frecuencia o su Qmedio, según sea el suministro con o sin depósito intermedio. En cualquier caso, unas medidas de control posterior, deberán permitir la obtención definitiva del tamaño del medidor. No obstante, se relacionan a continuación unos valores orientativos de consumos para estos tipos de suministros. -Riego jardines entre ……………………………….2 y -Centros comerciales o locales públicos entre…10 y 2 4 l/m día 20 l/persona día -Hospitales ……………………………………….500 y 1.500 l/cama día -Oficinas ……………………………………………55 y 100 l/persona día -Colegios ………………………………………….. 75 y 125 l/persona día -Mercados ………………………………………..125 y 750 l/puesto día -Hoteles 4 y 5 estrellas…….…………………….350 y 800 l/plaza día -Hoteles 3 estrellas …………………………….. 200 y 500 l/plaza día -Hoteles 1 y 2 estrellas…………………………. 150 y Fig. 24 24 300 l/plaza día 2.1.3 Acometidas en industrias y contra incendios Dada la variedad de usos en el tipo de demandas en la industria en general, de pequeño o gran tamaño tales como lavacoches, plantas de baños galvánicos, grandes industrias, textiles, zonas deportivas etc., así como los concernientes a la lucha contra incendios (distintas reglamentaciones y normativas según los distintos países), todo ello hace necesario estudiar con el técnico responsable del diseño de las instalaciones de agua del usuario, en cada caso el Qmp y su frecuencia o su Qmedio, según sea el suministro con o sin depósito intermedio. En cualquier caso unas medidas de control posterior deberán permitir la obtención definitiva del tamaño del medidor. En el capítulo de instalación contra incendios, quizás e independientemente de ser dimensionado, es interesante realizar algunas precisiones. Cada país, ciudad o territorio edita su normativa que, por lo general, será de obligado cumplimiento para la mayoría de edificios tanto de uso público como privado. Concretamente en España y en Barcelona se dispone de la NBE-CPI-91 (Normativa de protección contra incendios). Las normativas deben ser estudiadas específicamente, pero con tendencia general. Éstas han propiciado un mayor dimensionado de las acometidas de este tipo de instalaciones, incluso un mayor dimensionado de las tuberías de las redes de distribución de la entidad suministradora. En este caso el Qmp es muy elevado ya que intentará que un gran número de los elementos de extinción funcionen a la vez, minimizando coeficiente de simultaneidad. Cuando ocurra un siniestro, será necesario considerar aspectos de la instalación interior según cada caso. En la instalación con un medidor será frecuente que se conecten otras instalaciones y la acometida no sea o no resulte específicamente para incendios. Las que no disponen de medidor, la instalación será visible y no se podrá realizar ninguna conexión, puesto que supondría una actitud de fraude. Se relacionan a continuación unos valores referenciales de consumos para estos tipos de suministros. - Industrial de 40 a 70 m3/día. - Incendios. La determinación de los caudales necesarios deberá hacerse en función del riesgo de incendio del edificio, riesgo que suele dividirse en tres: por tipo de edificación (tipo de actividad), por tipo de procesos realizados y por tipo de almacenaje, según cada riesgo y aún por la categoría de éste. En la inmensa mayoría de los incendios las estadísticas muestran que bastará con unas dotaciones de caudal que varían desde 3,3 l/s a 33,3 l/s. Nótese que la extensión en superficie de la zona afectada es un parámetro, fuertemente influyente. Ante esta diversidad y otras aún más singulares, es obvio que deberá ser el director del proyecto de protección contra incendios el que, en cada caso, determine el caudal previsto a suministrar. Algunos diámetros usuales de bocas internas de prevención contra incendios y sus respectivos caudales. 25 Diámetro de la boca en mm Caudal en l/s 25 45 80 100 1,6 3,3 8,3 16,6 2.2 Normativa Europea de medidores, precisión. A todo instrumento de medida se le solicita un cierto grado de precisión. Ésta depende no sólo del destino final del instrumento, sino que también intervienen las capacidades técnicas de diseño y de fabricación. Todo ello es válido para los medidores que nos ocupan, pues éstos sirven fundamentalmente a los distribuidores de agua para determinar la factura final a pagar por sus abonados. La descripción exhaustiva de la Normativa Europea en todos sus aspectos no está en la pretensión de esta exposición, per sí parece interesante la relativa a la precisión de medida. Algunas definiciones: - Caudal máximo. Qmáx. Es el mayor caudal al que debe poder funcionar un medidor, durante un tiempo limitado sin deteriorarse, respetando los errores máximos tolerados y sin sobrepasar el valor máximo de la pérdida de presión. 3. Proyecto e instalación de acometidas y medidores. 3.1 Acometidas y medidores. Se definió anteriormente la acometida como el nexo de unión entre la entidad suministradora y la instalación interior del edificio, y el medidor, el elemento que permite contabilizar el volumen de agua entregado por periodos de tiempo regulares al usuario. 26 Las acometidas, independientemente de sus peculiaridades de suministro, suelen dividirse en las siguientes partes: - Toma o conexión. Ramal. Llave de registro. Llave de paso. Medidores. Los materiales y su puesta en obra dependerán del tipo de acometida y su función, ello se analizará en los distintos apartados de este capítulo. En las figuras 35, 36, 37 se explicitan las acometidas estudiadas anteriormente, intentando que gráficamente queden integradas sus instalaciones dentro de un edificio tipo a suministrar. INSTALACIÓN PARA SUMINISTRO A UN EDIFICIO DE VIVIENDAS CON MEDIDOR GENERAL CON DEPÓSITO ACUMULADOR 27 Fig. 35 28 INSTALACIÓN PARA SUMINISTRO A UN EDIFICIO DE VIVIENDAS CON MEDIDOR GENERAL 29 Fig. 36 INSTALACIÓN PARA SUMINISTRO A UN EDIFICIO DE VIVIENDAS MEDIANTE MEDIDORES DIVISIONARIOS 30 Fig. 37 3.1.1 Materiales, tubos, llaves, enlaces, etc. Uno de los factores decisivos que afectarán al comportamiento y vida de la acometida será la elección de los materiales para su instalación. La calidad y conveniencia de éstos en cada caso, en aspectos como su propia resistencia a distintas patologías, tales como fatiga del material, corrosión externa e interna, fisuración por falta de elasticidad, etc. En el caso presente, se sugerirán para las acometidas aquellos materiales que consideramos como adecuados dado su comportamiento en las múltiples experiencias observadas durante largos periodos de tiempo. Las acometidas de diámetros inferiores a 40mm y que su instalación sobre tubería es a través de un taladro directo colocando la toma en carga, fig 38. La grifería (llave de registro y paso) así como todos los enlaces racords, serán de latón o bronce con distintas mecanizaciones según su uso. Todos estos elementos destinados a este tipo de acometidas serán mecanismos robustos donde prime la seguridad de su estanqueidad y facilidad de montaje, ver fig. 39. En este caso, el tubo de la acometida se instala en polietileno en todos sus tramos, tanto exteriores como interiores del inmueble. TOMAS CON PRESIÓN COLLAR, BRIDAS Y CONECTOR 31 (1) (2) TOMAS DE PRESIÓN COLLAR Y BRIDA (3) Ref. 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 (4) Denominación Material Collar superior Collar inferior Conector Trueca conector Tornillos collar Truecas collar Arandelas collar Tóricas tornillos Tórica collar Tórica inf. Conector Tórica int. Conextor Tórica ext. Conector Codo 900 Brida Collar Bronce ASTM B62 Bronce ASTM B62 Bronce ASTM B62 Bronce ASTM B62 Acero inoxidable AISI 304 Acero inoxidable AISI 304 Acero inoxidable AISI 304 EPDM (Polímero de etilopropileno) EPDM (Polímero de etilopropileno) EPDM (Polímero de etilopropileno) EPDM (Polímero de etilopropileno) EPDM (Polímero de etilopropileno) Latón Fundición gris Hierro Forjado 32 16 Junta plana asiento brida Fig. 38 Fig. 39 33 EPDM (Polímero de etilopropileno) La calidad de los materiales condicionará en gran medida el futuro comportamiento de la acometida y medidor en cuanto a la cantidad de averías de estos elementos. En las figuras 40 y 41 se ofrecen un despiece detallado de este tipo de acometidas. Nº Pieza Nº ud. 1 2 3 4 5 6 7 1 1 1 E 1 1 1 8 9 10 11 2 1 1 1 Denominación normalizada Material Collar Ø D x R 1 ¼” Bronce Conector R 1 ¼” (a) Bronce Enlace macho codo 90 x Ø40 x R 1 ¼” Latón Tubería Ø 30 (40) PEB Llave registro Ø 30 Bronce Enlace tuerca reparación Ø40 x R 1 ½” (b) Latón Racord contador macho R 1 ¼” hembra R 1 Latón ½” (b) Juntas Ø C Medidor Ø C Llave de paso (juego de llaves) Ø 30 x C Latón Junta de asiento brida Ø30 34 Presión nominal Normativa 2 (Kg/cm ) 25 25 16 10 DIN 8076 UNE 53131 16 DIN 8076 12 13 4 1 Tornillos M 12 x 50 con tuerca y arandela Trapa 300 x 300 1 Enlace codo 90º Ø 40 x 40 (c) Fibra vidrio Latón de 16 DIN 8076 Fig. 40 Nº Pieza Nº ud. 1 2 3 4 5 6 7 1 1 1 E 1 1 8 Denominación normalizada Collar Ø D x R 1 ¼” Conector R 1 ¼” (a) Enlace macho codo 90º x Ø40 x R 1 ¼” Tubería Ø 30 (40) Llave registro Ø 30 Enlace macho Ø40 x R 1 1/4” Tornillos M 12 x 50 con tuerca y arandela 35 Material Bronce Bronce Latón PEB Bronce Latón Presión nominal Normativa 2 (Kg/cm ) 25 25 16 10 DIN 8076 UNE 53131 16 DIN 8076 8 9 10 11 1 2 1 1 1 Brida Ø 30 x R 1 ¼” Junta asiento brida Ø 30 Llave de paso Ø 30 Trapa 300 x 300 Enlace codo 90º Ø 40 x 40 (b) Fundición gris Latón Fibra de vidrio Latón 16 DIN 8076 Fig. 41 Las acometidas con derivación en “T” suelen efectuarse para las mayores de 60 mm diámetro interior en adelante. Éstas por lo general suelen realizarse en fundición dúctil, material que condicionará su colocación por la agresividad del terreno y otros factores tales como la existencia de corrientes incontroladas, que pudieran hacer sospechar la absorción de las mismas por su potencial anódico, figura 42. Sin embargo, la fundición dúctil se la entiende como un material muy adecuado para realizar este tipo de acometidas, dada su adaptación a valvulería, facilidad de montaje, etc. 36 Fig. 42 1 Cabo extremo 2 Filtro 3 Medidor 4 Cabos extremos especiales 5 Unión Gibault o equivalente con grifo de purga de ½ “ de diámetro 6 Válvula de compuerta 7 Tubería y brida a instalar por el abonado Fig. 43 El despiece indicado en la figura 43 explica el detalle de los materiales de fundición que conforman un ramal de 80 mm. Hemos de indicar que en lugares que, por las características anteriormente descritas, no sea posible utilizar la fundición dúctil, ésta será sustituida por polietileno. 3.1.2 Puesta en obra, arquetas, pasamuros, etc. Toda colocación física de acometida y medidor tendrá que tener dispuesta la instalación interior para dejar la totalidad del edificio ya en funcionamiento. Por esta razón, en este apartado anotaremos aquellos espacios que tendrán que construirse y dejarse previstos durante la edificación del inmueble. El disponer de estas construcciones debidamente normalizadas facilitará la coordinación entre los instaladores de los edificios y las entidades de suministro. En todas las acometidas se dispondrá de una arqueta para llave de registro en la acera de la vía pública, cuya construcción será normalmente realizada por la empresa suministradora al tiempo que se realiza la instalación de la acometida y cuyas dimensiones serán directamente proporcionales a los tamaños de la llave o válvula a instalar. Las medidas más usuales son las siguientes: 37 Diámetro Acometida Largo Ancho Alto De 20 a 40 mm 300 mm 300 mm variable De 60 a 150 ,, 400 mm 400 mm “ En la figura 44 se evidencia la forma de las arquetas para la ubicación de las válvulas de registro y su solución constructiva. Otro elemento común a todo tipo de acometidas es el pasamuros, es decir, la ubicación que, a modo de vaina, permite transportar el tubo a través del muro de fachada del edificio. Es obvio que esta estructura vertical corresponderá en ocasiones a parámetros del propio edificio o verja exteriores etc., pero en todos lo casos será imprescindible su previsión para evitar con posterioridad su coincidencia con elementos resistentes del propio edificio, tales com jácenas, nervados, zunchos, etc. 38 Fig. 44 El diámetro del pasamuros será superior al diámetro del tubo a introducir, tomando como referencia la mayor pieza que comporte su montaje. Será imprescindible también garantizar la estanqueidad del pasamuro, ya que el riesgo de inundación del edificio aumentaría considerablemente e incluso la entrada de cualquier fluido. Atravesada pues la pared de la línea de fachada con la acometida por el interior del contra tubo se sellará adecuadamente por ambos lados con materiales tales como, siliconas, epóxidos, etc. (fig. 45) DETALLES PASAMUROS 39 Fig. 45 Las arquetas interiores serán sensiblemente distintas según el tipo de acometidas, ya sea, individual su medidor para todo el edificio o divisionario de varios medidores. En el primer caso, también existirán diferencias según su diámetro. En diámetros pequeños se instalarán el medidor y la válvula de paso en un armario colocado en la propia pared (figs. 46 y 47). 40 Fig. 46 Fig. 47 Las pletinas de empalme serán instaladas en todos los casos por el instalador de la propiedad del inmueble, quien dispondrá de las informaciones normalizadas y tablas 41 adecuadas para conocer qué tipo de pletina ha de dejar dispuesta en cada caso, figs. 48 y 49. En la siguiente tabla se evidencian unos casos prácticos. Diámetro ramal Diámetro de paso Diámetro exterior brida Diámetro circunferencia centro agujeros Número de agujeros Diámetro agujeros 20 30 32 140 100 4 18 40 40 Según figura 1ó2 (a escoger) 150 100 4 18 1ó2 (a escoger) 60 65 185 145 4 18 2 80 80 200 160 8 18 3 100 100 220 180 8 18 3 150 150 285 240 8 22 3 200 200 340 295 8 22 3 a.- Todas las dimensiones son en milímetros b.- Los agujeros se dispondrán simétricamente a los ejes principales X-X y Y-Y’, no puede coincidir ningún agujero con éstos ejes. c.- El diámetro de paso se ha dado considerando la brida ya montada en el tubo. 42 Fig. 48 Fig. 49 DIMENSIONES DE ARMARIOS Y ARQUETAS PARA MEDIDORES COTAS EN CENTÍMETROS ACOMETIDA en mm A 20 30 40 60 80 100 150 200 50 50 60 50 70 80 80 195 B LC LC LC LC LC LC LC LC + 50 + 60 + 80 + 130 + 180 + 200 + 230 + 240 LC = Longitud del medidor. 43 C H 20 20 30 60 80 80 100 110 15 20 20 25 25 25 25 25 ARMARIO ARQUETA A = Altura interior B = Longitud interior del medidor C = Profundidad H = Distancia del eje del medidor al suelo del armario. A = Altura interior B = Longitud C = Profundidad 44 Todas las dimensiones están en milímetros. Las tapas serán de plancha estriada de acero extrasuave con un espesor de 8 a 10 mm. Fig. 50 Cuando en el interior del armario se instale también la válvula de retención, la longitud se incrementará en veinte centímetros. En diámetros superiores a 40 mm, individuales, la arqueta se colocará en el suelo y será proporcional en sus dimensiones a las del medidor según tabla adjunta (fig. 50). El presente caso es el más usual en industrias, edificios singulares etc. Como ya apuntábamos, la arqueta podrá estar situada en el suelo detrás de una verja, pero siempre en lugar practicable. (figs. 51 y 52). 45 Fig. 51 46 Fig. 52 El segundo caso, cuando una instalación está dotada con batería y varios medidores, la disposición constructiva en el interior del edificio es sensiblemente diferente. Se ubicará una arqueta en la entrada del edificio (fig. 53), por lo cual sólo se instalará la válvula de paso. El tubo de alimentación, ya propiedad del abonado, nos conducirá al cuarto o al armario de baterías donde se instalarán los medidores. Las dimensiones del cuarto son directamente proporcionales a la cantidad de juegos de llaves a instalar, como se refleja en las figs. 54 y 55 determinando esta composición las propias medidas de la batería. Núm. DESCRIPCIÓN Colocación a cargo de 1 2 3 4 5 6 7 8-9 Ramal (Conexión de servicio) EMPRESA Botera (tubo pasamuros) Desagüe natural suficiente Tubo de alimentación Brida PN 16 Tapa Abrazaderas Orificio de paso CLIENTE CLIENTE CLIENTE CLIENTE CLIENTE CLIENTE CLIENTE 47 OBSERVACIONES Ø R según tabla. Ø D según tabla. Ø DN y figuras según tabla Ø_ Ramal ØR 20/30 0 50 80 100 150 200 A 400 400 600 600 600 600 600 ARQUETA B 500 500 750 750 750 900 900 F 400 400 700 700 800 900 1000 ØD 100 100 200 250 250 300 350 C 140 140 140 140 140 200 200 Fig. 53 SECCIÓN TRANSVERSAL ARMARIO BATERÍA SECCIÓN TRANSVERSAL CUARTO BATERÍA (*) … Dimensión que debe cumplirse también cuando la batería sea de 2 filas. PLANTA – ARMARIO BATERÍA 48 PLANTA – CUARTO BATERÍA A – Variable según batería, pero no inferior a las dimensiones mínimas expresadas. B- Mínimo 0,15. L- Variable según batería. Fig.54 49 Fig. 55 Durante la construcción del edificio en el capítulo de albañilería, se construirán todos los elementos de obra de fábrica, ubicación de tubos, grapado de los mismos etc. Al finalizar las instalaciones será la empresa y entidad suministradora quien realice las acometidas y conecte a su red de distribución y coloque los correspondientes medidores, considerándose a este hecho la instalación como terminada y en funcionamiento. Para la construcción específica de la acometida, en primer lugar descubriremos la tubería, normalmente en la acera de la vía pública, tal como se grafía en la fig. 56. Según sea su sistema de empalme, bien en carga o cortando la tubería, instalaremos el correspondiente collar o “T”, cuyas dimensiones dependerán del diámetro de la acometida y de la tubería según figuras 57 y 58. 50 Fig. 56 Fig. 57 51 Fig. 58 En las acometidas realizadas con la tubería en carga, se taladrará a través de la máquina que se muestra en las figuras 59 y 60 así como la toma en la fig. 61, donde se aprecia la paleta obturada a la espera del montaje completo de la toma, una vez realizada se procederá al montaje de todos los elementos descritos en el apartado de materiales y cuyo resultado vemos en la fig. 62. Fig. 59 52 Fig. 60 53 Fig. 61 Fig. 62 En las acometidas donde hemos colocado una “T” intercalada, el procedimiento será el mismo, montando todos los elementos de la instalación según sea de fundición dúctil o de polietileno, de gran diámetro figs. 63 y 64. 54 Fig. 63 55 Fig. 64 56 - Tanto en una o en otra acometida y antes de su tapado, someteremos a éstas a la presión de la red, comprobando que no existen pérdidas. - El tapado se realizará utilizando tierra seca exenta de áridos y se rellenará cuidadosamente todos los huecos de la excavación. Se repondrá el pavimento en la zona afectada por la obra, de acuerdo con las normas municipales. 3.1.3 Montaje y desmontaje de medidores. Todas las acometidas donde existe un medidor dispondrán en su diseño de algún mecanismo ( o la propia flexibilidad de los tubos), que permita la sustitución del medidor. Es evidente que el medidor antes o después será necesario sustituirlo por alguna deficiencia o patología. Esta gestión será realizada por la entidad suministradora, la cual encontrará mayores facilidades en tanto se cumplan las presunciones de situación y ubicación debidamente establecidas. En las acometidas con medidor individual la dificultad, tanto del montaje y desmontaje, será directamente proporcional a su diámetro, en medidores de tamaños grandes, en diámetros superiores a 60 mm dado su peso y la necesidad de movilidad, para su propia colocación, será necesario disponer de un equipo más complejo incluso para su elevación carga y descarga. 57 Fig. 65 En la fig. 65 se observa el medidor susceptible del cambio y en la fig. 66 una vez retirado el medidor, el mecanismo de separación que ha permitido desplazar las pletinas que lo sujetaban. Se podrá apreciar también el espacio libre que queda alrededor de la propia instalación para facilitar el trabajo de los operarios, con las medidas de las arquetas expuestas en las figuras anteriores. 58 Fig. 66 En la fig. 67 se observa ya montado el medidor nuevo que ha sustituido al anterior. Fig. 67 En los cuartos o armarios de batería, sustituir un medidor será un acto cuyo trabajo será relativamente fácil, dadas sus dimensiones y características. Para proceder al cambio se 59 desmontarán los racords de las llaves que sujetan al medidor, retirando los flexos (ver fig. 68 y 69), dado que existe espacio suficiente para colocar el nuevo y volver a enroscar los racords. Fig. 68 Fig. 69 60 3.1.4 Esquemas y planos. En las redes de distribución están relacionados unos elementos con otros de una forma íntima y consecutiva. Será muy importante pues tener detallados todos los elementos que participan, tanto de forma gráfica como alfanumérica. Especialmente las acometidas y medidores tendrán un trato peculiar en este sentido, ya que determinan la presencia del abonado como un ente individual y diferenciado. Ello aconseja disponer del fichero siguiente en un soporte informatizado. - Fecha de instalación. Material. Diámetro. Longitud. Características: nº de finca u otros datos. Tipo de suministro. Póliza de registro. Situación actual. En el terreno gráfico, disponer de una adecuada y precisa situación geográfica (localización geográfica) permitirá abordar con más facilidad cualquier tipo de tarea tales como: - Proyectos de canalización. Planificación de trabajos. Gestión de averías. Avisos por insuficiencia temporal del servicio. Control y detección de fugas, etc. Se adjunta a modo de ejemplo una muestra de planos de situación a diferentes escalas y a distintos niveles de detalle. En las figuras 70, 71 y 72 se detallan distintos niveles de situación de las acometidas. 61 62 Fig. 70 63 Fig. 71 64 Fig. 72 65